VACACIONES EN “PEÑÍSCOLA” (CASTELLÓN).
15/24-08-21
En las vacaciones de verano de este año he ido a Peñíscola, Castellón, acompañado en esta ocasión por Álvaro, amigo y compañero habitual en las rutas de montaña. En los diez días que estuvimos por allí, incluidos ambas jornadas de viaje, conocimos y visitamos diferentes lugares de dicha provincia y otras aledañas. Durante los mismos hicimos un par de rutas de montaña que más o menos llevaba previstas, con algunos cambios de última hora. En el siguiente relato voy a “resumir” un poco el transcurso de todas las vacaciones, centrándome sobre todo en las dos rutas, aunque el resto de jornadas van también un tanto detalladas.
LUNES 23
(Mosqueruela - Peñíscola.)
Ultima
jornada en Peñíscola antes del regreso. Nos hemos ido a Mosqueruela, en Teruel,
pueblo de Mª Jesús. Salimos a las 9:05 horas del apartamento y poco después
paramos a llenar el depósito de la furgoneta. Nos encaminamos hacia el interior
por algunas carreteras hasta llegar al puerto de Ares, parando en el Mirador de
Les Costes de Ares para ver una bonita panorámica del valle y del pueblo de
Ares en lo alto de un cerro. Mª Jesús nos comenzó a comentar ya algunas
curiosidades y emplazamiento de lugares destacados, como la ruta de los molinos
que transcurre por los barrancos que bajan desde las lomas.
Seguimos el viaje y nos desviamos un pequeño tramo para llegar a La Pobla de Bellestar, o Pobleta de San Miguel, como también rezaba en una placa, pequeña pedanía de Villafranca del Cid, población principal por la que antes habíamos pasado. Allí mismo el cauce del río Las Truchas hace de frontera entre Castellón y Teruel, ya en Aragón, aunque La Pobla de Bellestar pertenece a Castellón.
A las 11:00 horas llegamos a este emplazamiento medieval en el que nos detuvimos para dar un paseo por entre las escasas viviendas del mismo. Cruzamos el puente de piedra sobre el cauce seco y vimos un gran torreón de planta rectangular. Muchas de las edificaciones, e incluso el puente, están construidas con la técnica de “piedra en seco”, en la que las piedras no tienen ningún tipo de sujeción, solamente apiladas y equilibradas unas sobre otras. En las afueras vimos un gran crucero y luego la ermita de San Miguel, cerca de la cual había una casa rural. En un recinto cerrado se oía ganado y vimos poco personal por allí. Cerca del torreón había un gran estanque al lado del cual bajamos por unas escaleras pendientes de piedra hacia el puente.
Sobre las 11:25 horas retomamos el viaje a Mosqueruela, donde llegamos a las 11:45 horas y tras 133 km hechos desde Peñíscola. Aparcamos en la plaza, cerca de una de las puertas con torreón de acceso a la parte amurallada del pueblo, por la que accedimos al casco antiguo. Con nosotros iba la mejor guía que podíamos tener, Mª Jesús, oriunda del pueblo, cuya casa no estaba lejos.
Esta primera puerta de la muralla, el Portal de San Roque, tiene una pequeña capilla por su parte interior sobre el arco de entrada a la que se accede por dos escalerillas en las que luego nos sacamos unas fotos. Por la Calle Mayor llegamos a la Plaza Mayor, en la que se emplaza el ayuntamiento en el que entramos. Allí vimos una exposición de fotografías antiguas de la villa que Mª Jesús nos fue describiendo. También se recrea un antiguo despacho municipal así como algunos aperos de labranza. Era una lástima que estuviese cerrado el museo, en el que puede verse buena parte del legado histórico del pueblo. Ya fuera nos tomamos un refrigerio en un bar cercano antes de proseguir el paseo.
Frente al ayuntamiento se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del XIII, con gran torreón y campanario. A lo largo de todo el pueblo se pueden contemplar en los aleros de los tejados de las casas y caserones una impresionante mampostería de madera labrada. Llegamos más adelante a otra de las puertas de la muralla cerca de un gran caserón. En la Calle Ricos Hombres los edificios destacaban por sus balconadas, aleros labrados y fachadas de piedra. En los tejados se podían ver una gran cantidad de piedras sobre las tejas con la misión de protegerlas de los fuertes vientos que por esos lares soplan.
Salimos del casco antiguo por otra de las puertas de la muralla, en la que vimos la parte trasera de las viviendas incrustadas en la misma. Quedan 5 puertas de las 7 originales, el Portal de Vistorre, el de Teruel, el del Postigo, el del Hospital y el de San Roque. Pasamos al lado de las antiguas escuelas con el patio en el que se podía ver pintado un parchís, un campo deportivo y algunos columpios en los que había jugado nuestra amiga en su infancia. Vimos los lavaderos, a los que luego bajaríamos, y a las afueras el cuartel de la Guardia Civil. De nuevo en el interior, el palacio de Don Jaime, caserón ahora medio abandonado de imponente fachada y puerta de arco. El edificio del Hospital donde se encuentra la puerta del mismo nombre por la que cruzamos para llegar de nuevo luego a la Plaza Mayor. En un supermercado compré un imán de recuerdo y luego nos encaminamos hacia la parte baja del pueblo donde están La Fuente de Abajo y Los Lavaderos.
La fuente de estilo barroco se emplaza en una bóveda de arco y a su vera los lavaderos, un bonito recinto de piedra, con tejado de madera y teja y al que se accede por tres grandes arcos, aunque en su origen había un cuarto en un lateral ahora tapiado. Tres pilas llenas de agua cumplen su función principal de lavadero surtido por un chorro de agua que entra por uno de los laterales. Hace unos años se hizo una restauración completa del mismo. Fuera de este recinto hay otra pila más pequeña usada para lavar lana. Habiendo visto todo ello nos encaminamos hacia un restaurante no lejano donde comimos cómodamente antes de seguir la visita de la villa y alrededores.
A las 15:55 horas cogimos la furgoneta para acercarnos hasta el nacimiento del río Truchas, que hacía de divisoria territorial en La Pobla de Bellestar antes visitado. Pasamos cerca de la bonita ermita de San Lamberto para entrar en una pista de tierra entre fincas escalonadas con bajos tapiales de piedras. El camino se fue encajonando entre laderas y algunos pinares hasta llegar al paraje del Nacimiento del Río Truchas a 7 km del pueblo. En el mismo hay una verde campa con merendero, un edificio con barbacoas y cerca, una presa que embalsa el río tras su nacimiento pocos metros más arriba. Cruzamos por el muro para bordear luego el lago y llegar a lo que se considera el nacimiento del río, un pequeño manantial entre roca y vegetación. Por allí vimos un numeroso grupo de chavales y algunos adultos, creemos que de algún campamento.
De nuevo cruzamos la presa, viendo ahora una curiosa escena. En el suelo húmedo se agolpaban infinidad de pequeñas mariposas a las que una lagartija perseguía para cazarlas sin éxito. Nos sacamos unas fotos y emprendimos el regreso al pueblo. Paramos ahora en la Fuente del Barranco de Mas de Dolz, curioso manantial que sale por una madera acanalada para caer en un pilón hecho con un tronco de árbol vaciado en cuyo extremo hay labrada la cabeza de un burro. Llegamos al pueblo en el que habíamos quedado con un amigo de Mª Jesús con quien tomamos un refrigerio en la terraza del bar. Por el Noroeste se iba oscureciendo el cielo de tormenta.
A las 18:15 horas iniciamos el regreso a Peñíscola mientras se nublaba por completo. Paramos a ver la gran escultura de la Virgen de la Estrella, patrona de Mosqueruela, a cuya ermita, situada a 16 kilómetros del pueblo y 12 km de ese punto, se hace una romería anual. Se baja andando el día antes, se pasa la noche en varias viviendas cercanas al templo, y se vuelve al día siguiente tras la celebración de la fiesta. Mosqueruela está a 1480 metros de altitud y la ermita a 812 m.
Retomamos el viaje y entramos en Castellón mientras se escapaban gotas de lluvia y el cielo se cubría por completo de nubarrones y nieblas. Sin novedades hicimos este trayecto de vuelta llegando a la urbanización a las 20:10 horas.
En el apartamento nos adecentamos un poco antes de bajar los cuatro a Peñíscola donde habían reservado la cena en un restaurante del puerto en el que días antes ya habíamos estado. Pues bien, estábamos en la terraza cuando comenzó a llover con fuerza teniendo que abrir las grandes sombrillas que tenían para protegernos. La lluvia venía acompañada de tormenta también. La vista nocturna del peñón desde la playa seguía siendo espectacular.
Yo había dejado la furgoneta algo alejada y me dejaron un paraguas para ir a por ella. Ya no llovía cuando los recogí para volver a apartamento sobre las 1:10 horas.
Así transcurrió esta última jornada en Peñíscola, al día siguiente teníamos el regreso. Conocimos Mosqueruela, el bonito pueblo de Mª Jesús, y parte de su historia, acompañados por ella misma.
La jornada se mantuvo despejada hasta el regreso que se cerró y terminó con algo de tormenta y lluvia.
Kilómetros Furgoneta: 285,000 / Kilómetros Caminando: 10,311
Seguimos el viaje y nos desviamos un pequeño tramo para llegar a La Pobla de Bellestar, o Pobleta de San Miguel, como también rezaba en una placa, pequeña pedanía de Villafranca del Cid, población principal por la que antes habíamos pasado. Allí mismo el cauce del río Las Truchas hace de frontera entre Castellón y Teruel, ya en Aragón, aunque La Pobla de Bellestar pertenece a Castellón.
A las 11:00 horas llegamos a este emplazamiento medieval en el que nos detuvimos para dar un paseo por entre las escasas viviendas del mismo. Cruzamos el puente de piedra sobre el cauce seco y vimos un gran torreón de planta rectangular. Muchas de las edificaciones, e incluso el puente, están construidas con la técnica de “piedra en seco”, en la que las piedras no tienen ningún tipo de sujeción, solamente apiladas y equilibradas unas sobre otras. En las afueras vimos un gran crucero y luego la ermita de San Miguel, cerca de la cual había una casa rural. En un recinto cerrado se oía ganado y vimos poco personal por allí. Cerca del torreón había un gran estanque al lado del cual bajamos por unas escaleras pendientes de piedra hacia el puente.
Sobre las 11:25 horas retomamos el viaje a Mosqueruela, donde llegamos a las 11:45 horas y tras 133 km hechos desde Peñíscola. Aparcamos en la plaza, cerca de una de las puertas con torreón de acceso a la parte amurallada del pueblo, por la que accedimos al casco antiguo. Con nosotros iba la mejor guía que podíamos tener, Mª Jesús, oriunda del pueblo, cuya casa no estaba lejos.
Esta primera puerta de la muralla, el Portal de San Roque, tiene una pequeña capilla por su parte interior sobre el arco de entrada a la que se accede por dos escalerillas en las que luego nos sacamos unas fotos. Por la Calle Mayor llegamos a la Plaza Mayor, en la que se emplaza el ayuntamiento en el que entramos. Allí vimos una exposición de fotografías antiguas de la villa que Mª Jesús nos fue describiendo. También se recrea un antiguo despacho municipal así como algunos aperos de labranza. Era una lástima que estuviese cerrado el museo, en el que puede verse buena parte del legado histórico del pueblo. Ya fuera nos tomamos un refrigerio en un bar cercano antes de proseguir el paseo.
Frente al ayuntamiento se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del XIII, con gran torreón y campanario. A lo largo de todo el pueblo se pueden contemplar en los aleros de los tejados de las casas y caserones una impresionante mampostería de madera labrada. Llegamos más adelante a otra de las puertas de la muralla cerca de un gran caserón. En la Calle Ricos Hombres los edificios destacaban por sus balconadas, aleros labrados y fachadas de piedra. En los tejados se podían ver una gran cantidad de piedras sobre las tejas con la misión de protegerlas de los fuertes vientos que por esos lares soplan.
Salimos del casco antiguo por otra de las puertas de la muralla, en la que vimos la parte trasera de las viviendas incrustadas en la misma. Quedan 5 puertas de las 7 originales, el Portal de Vistorre, el de Teruel, el del Postigo, el del Hospital y el de San Roque. Pasamos al lado de las antiguas escuelas con el patio en el que se podía ver pintado un parchís, un campo deportivo y algunos columpios en los que había jugado nuestra amiga en su infancia. Vimos los lavaderos, a los que luego bajaríamos, y a las afueras el cuartel de la Guardia Civil. De nuevo en el interior, el palacio de Don Jaime, caserón ahora medio abandonado de imponente fachada y puerta de arco. El edificio del Hospital donde se encuentra la puerta del mismo nombre por la que cruzamos para llegar de nuevo luego a la Plaza Mayor. En un supermercado compré un imán de recuerdo y luego nos encaminamos hacia la parte baja del pueblo donde están La Fuente de Abajo y Los Lavaderos.
La fuente de estilo barroco se emplaza en una bóveda de arco y a su vera los lavaderos, un bonito recinto de piedra, con tejado de madera y teja y al que se accede por tres grandes arcos, aunque en su origen había un cuarto en un lateral ahora tapiado. Tres pilas llenas de agua cumplen su función principal de lavadero surtido por un chorro de agua que entra por uno de los laterales. Hace unos años se hizo una restauración completa del mismo. Fuera de este recinto hay otra pila más pequeña usada para lavar lana. Habiendo visto todo ello nos encaminamos hacia un restaurante no lejano donde comimos cómodamente antes de seguir la visita de la villa y alrededores.
A las 15:55 horas cogimos la furgoneta para acercarnos hasta el nacimiento del río Truchas, que hacía de divisoria territorial en La Pobla de Bellestar antes visitado. Pasamos cerca de la bonita ermita de San Lamberto para entrar en una pista de tierra entre fincas escalonadas con bajos tapiales de piedras. El camino se fue encajonando entre laderas y algunos pinares hasta llegar al paraje del Nacimiento del Río Truchas a 7 km del pueblo. En el mismo hay una verde campa con merendero, un edificio con barbacoas y cerca, una presa que embalsa el río tras su nacimiento pocos metros más arriba. Cruzamos por el muro para bordear luego el lago y llegar a lo que se considera el nacimiento del río, un pequeño manantial entre roca y vegetación. Por allí vimos un numeroso grupo de chavales y algunos adultos, creemos que de algún campamento.
De nuevo cruzamos la presa, viendo ahora una curiosa escena. En el suelo húmedo se agolpaban infinidad de pequeñas mariposas a las que una lagartija perseguía para cazarlas sin éxito. Nos sacamos unas fotos y emprendimos el regreso al pueblo. Paramos ahora en la Fuente del Barranco de Mas de Dolz, curioso manantial que sale por una madera acanalada para caer en un pilón hecho con un tronco de árbol vaciado en cuyo extremo hay labrada la cabeza de un burro. Llegamos al pueblo en el que habíamos quedado con un amigo de Mª Jesús con quien tomamos un refrigerio en la terraza del bar. Por el Noroeste se iba oscureciendo el cielo de tormenta.
A las 18:15 horas iniciamos el regreso a Peñíscola mientras se nublaba por completo. Paramos a ver la gran escultura de la Virgen de la Estrella, patrona de Mosqueruela, a cuya ermita, situada a 16 kilómetros del pueblo y 12 km de ese punto, se hace una romería anual. Se baja andando el día antes, se pasa la noche en varias viviendas cercanas al templo, y se vuelve al día siguiente tras la celebración de la fiesta. Mosqueruela está a 1480 metros de altitud y la ermita a 812 m.
Retomamos el viaje y entramos en Castellón mientras se escapaban gotas de lluvia y el cielo se cubría por completo de nubarrones y nieblas. Sin novedades hicimos este trayecto de vuelta llegando a la urbanización a las 20:10 horas.
En el apartamento nos adecentamos un poco antes de bajar los cuatro a Peñíscola donde habían reservado la cena en un restaurante del puerto en el que días antes ya habíamos estado. Pues bien, estábamos en la terraza cuando comenzó a llover con fuerza teniendo que abrir las grandes sombrillas que tenían para protegernos. La lluvia venía acompañada de tormenta también. La vista nocturna del peñón desde la playa seguía siendo espectacular.
Yo había dejado la furgoneta algo alejada y me dejaron un paraguas para ir a por ella. Ya no llovía cuando los recogí para volver a apartamento sobre las 1:10 horas.
Así transcurrió esta última jornada en Peñíscola, al día siguiente teníamos el regreso. Conocimos Mosqueruela, el bonito pueblo de Mª Jesús, y parte de su historia, acompañados por ella misma.
La jornada se mantuvo despejada hasta el regreso que se cerró y terminó con algo de tormenta y lluvia.
Kilómetros Furgoneta: 285,000 / Kilómetros Caminando: 10,311
ARES
LA POBLA DE BELLESTAR
LA RAMBLETA DEL RÍO TRUCHAS HACE LÍMITE TERUEL Y CASTELLÓN
MOSQUERUELA - TERUEL
NACIMIENTO DEL RÍO TRUCHAS - MOSQUERUELA
VIRGEN DE LA ESTRELLA
PEÑÍSCOLA
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