EL BLOG DE JAVI GALLEGO: QUENTU LAS PIQUERAS

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sábado, 12 de noviembre de 2022

QUENTU LAS PIQUERAS Y HAYEDOS DE PAJARES (San Miguel del Río - Asturias) 05-11-22

1ª TRAVESÍA POR LOS “HAYEDOS DE VALGRANDE - PAJARES”.

1ª ASCENSIÓN AL “QUENTU LAS PIQUERAS”. (San Miguel del Río – Asturias).

05-11-22 (Sábado)

Este primer sábado de Noviembre nos hemos ido hasta la vecina provincia asturiana para hacer una ruta por los hayedos emplazados en el valle de Valgrande Pajares. Durante la misma accedimos también a una de las cumbres que cierran dicha vaguada por el Oeste, el Quentu Las Piqueras, que forma parte del Cordal del Pando junto a otras cimas y cerros.

A las 8:10 horas salía de casa para recoger al resto de compañeros en los lugares acordados. -1º C marcaba un termómetro a esa hora y el cielo se mantenía despejado. Los vehículos tenían una fina capa de helada encima, de las primeras de la temporada. Poco después de las 8:30 horas salíamos de León los cinco participantes de esta jornada: José Luis, Juan, Guiomar, Mª Jesús y yo. Por la carretera de Asturias avanzamos viendo las praderías y terrenos blanquecinos por esa helada. En La Robla entramos en la zona montañosa llegando al puerto de Pajares donde cruzamos la divisoria hacia Asturias. Al llegar al pueblo de Pajares entramos al mismo creyendo que se accedía a San Juan del Río desde allí, aunque nos sacaron de dudas informándonos que solo había un camino que comunicaba ambos pueblos y que la carretera salía poco después de pasar Flor de Acebos. Seguimos entonces hacia dicho desvío, entrando en una estrecha carretera de fuerte pendiente descendente pasando por Villar antes de llegar a San Miguel del Río a las 9:45 horas y tras 83,000 km hechos. Aparcamos a la vera de la iglesia y nos preparamos para la ruta en ese punto situado a 733 metros de altitud.

A las 10:05 horas iniciamos la marcha cruzando un puente sobre el río Valgrande tras el cual había un campo de fútbol y el cementerio al lado. Paralelos al río, en su contra, caminamos un pequeño tramo antes de desviarnos por una pendiente cuesta cementada con dirección Oeste, aunque enseguida comenzó a zigzaguear por la ladera ganando altura rápidamente. Íbamos siguiendo ahora el “PR-AS 94, Vuelta al Valle de Pajares”, coincidiendo también con el “GR-100, Vía de la Plata”. A su vez se superponen en este tramo con el Camino de San Salvador, una de la variantes del Camino de Santiago que transcurre por el Norte y que une Oviedo con León. En una de las curvas este camino se desviaba por la derecha hacia arriba mientras que el track que llevábamos nosotros seguía de frente. Luego comprobamos que teníamos que haberlo seguido para subir mucho más cómodos y obviar el track del GPS.

Cruzamos una cancilla allí cerca y unos metros después llegamos a una valla que entraba a una finca por la que vimos que iba el camino. Entramos en ella, donde había algunos perros, y al poco salió un matrimonio ya mayor. Pues bien, resulta que nos habíamos metido en una finca particular por la que sí que pasaba el camino antaño, pero que ahora era privado. No nos habíamos dado cuenta que justo antes de esta finca el track del GPS se desviaba para rodearla por la parte alta y continuar subiendo ladera arriba sin seguir ningún camino ni senda.

No se tomaron a mal esta “invasión”, y por el contrario, nos indicaron como seguir la ruta siguiendo sendas del ganado hacia el enlace de otro camino que transcurría varios metros por encima. De poco nos sirvieron dichas indicaciones ya que tras un tramo de subida la ladera se fue cerrando por espesa maleza imposible de sortear. A lo largo de unos 700 metros peleamos con escobas, zarzas, helechos, arbustos, etc. etc. Unos por un lado y otros por otro íbamos buscando los mejores sitios por donde avanzar. La intención inicial fue seguir perpendicularmente para salir al GR - 100 que no estaba muy lejos, pero con un murallón de esa espesura en medio. Tras un rato bueno encontramos un tapial de piedras y una alambrada de espinos que parecía haberse colocado recientemente y paralela a ella fuimos subiendo por lo que parecía un sendero medio abierto. La cruzamos de lado a lado varias veces antes de salir por fin al ancho camino que nos habían comentado los dueños de la finca y que tenía comunicación con el GR unos metros más al Norte. Eran las 11:30 horas y estábamos a 1052 metros de altitud. Nos había llevado casi una hora avanzar 700 metros y subir tan solo 177 desde la finca. En el track de la ruta que luego subo a Internet he intentado dejar claro como evitar este tramo siguiendo el GR -100 antes de esa propiedad.

Hicimos una parada en ese punto del camino a media ladera de la sierra entre helechos, robles y escobas. El hayedo cubría buena parte de esa ladera algo por delante de nosotros. Tras retomar la marcha por un tramo muy llano, e incluso descendente, tuve que retroceder al quedárseme olvidados los bastones. No tardamos en meternos al hayedo entre el cual divisamos parte de la bajada del puerto de Pajares y el pueblo de Pajares en él. Las hayas tenían gruesos troncos y formas retorcidas y en uno de los prados adyacentes vimos pastar a un caballo. Había por allí unos postes indicadores del paso subterráneo de un gaseoducto que une Oviedo con León y que por casualidad pasa también por el alto del Jano de Armunia. En esos prados encontramos también brañas en diferentes estados de conservación. En uno de ellos había una especie de chozo circular de cubierta vegetal. El camino fue trazando cerradas curvas en las que habían cementado el firme para el mejor acceso de vehículos. También habían puesto canaletas para evacuar el agua y evitar la erosión del camino.

La subida era fuerte y continua ahora e hice una pequeña parada para tomar un tentempié. El paisaje se abría a cada paso y ya veíamos la parte alta del puerto con el parador en el mismo así como los edificios de la estación de ski del Brañilin. Llegamos a un punto en el que el camino se bifurcaba, tomando nosotros el ramal que seguía más recto e incluso bajaba ligeramente. Enseguida llegamos a un collado desde el cual, y entre la arboleda, vimos parte de la autopista en el valle del Oeste, el del Huerna, así como numerosas cumbres del macizo de Peña Ubiña y cercanas. En este tramo nos pasó un joven con un quad que al poco regresó y nos preguntó si habíamos visto unas vacas, a lo que respondimos negativamente al no habernos encontrado con ninguna en todo el trayecto. Rodeamos un cerro por el Oeste con esas vistas entre el hayedo y donde el camino se embarraba en algunos puntos, antes de llegar al collado del Pando, entre ese cerro y el Quentu las Piqueras. Eran las 12:50 horas, estábamos a 1233 metros de altitud y llevábamos hechos 4,000 km.

A la sombra del hayedo hicimos una pequeña parada mientras pasaban por el camino unos ganaderos con un rebaño de cabras y luego otro con un caballo. El sol hacía relucir el ramaje otoñal del bosque creando bellas postales en algunos puntos. Pasamos al lado de una gran torreta eléctrica y comenzamos a rodear el Quentu las Piqueras por el Este. Según el mapa, encontraríamos otra torreta más adelante y para llegar a ella había que desviarse por un ramal a la derecha del camino principal. Así resultó y hacia ella nos encaminamos antes de llegar a su base a las 13:15 horas. Allí terminaba este corto camino y estábamos a 1350 metros de altitud.

La loma que se dirigía hacia la cumbre del Quentu de Piqueras se encontraba cubierta por matorral muy bajo y no se veía un sendero claro entre ella, aunque luego sí encontramos una vereda media marcada. Hacia ella nos encaminamos, todos salvo Guiomar que decidió no subir. Entre esas escobas de escasos centímetros de altura avanzamos a lo largo de los 200 metros que nos separaban de la cumbre a la que llegamos cuando eran las 13:25 horas y tras un total de 5,000 km hechos desde el pueblo.

Un apunte que quiero hacer sobre esta cumbre es que en la mayoría de los mapas topográficos consultados no figura nombre alguno. En el track que llevábamos, y que había buscado Mª Jesús, quien propuso la ruta, los que la habían hecho lo marcaban como El Pando, siendo realmente el nombre del todo el cordal y el Alto del Pando un collado más al Suroeste. Tan solo encontramos el nombre de Quentu las Piqueras en uno de los mapas que se pueden visualizar en el Wikiloc y en un par de paginas ya consultadas desde casa. También averiguamos que Quentu equivale en asturiano a Canto, por lo que sería Canto las Piqueras, aunque he preferido mantener el original del mapa. Su altitud es de 1373 metros.

En esta cima apenas hay unas rocas un poco por debajo de la cota más alta y allí nos acomodamos para comer. La vista desde ella era amplia de los valles y cumbres asturianas. Enumerando algunas de las cimas más destacadas, por el Oeste teníamos, como ya avancé, la zona de Peña Ubiña y las cumbres cercanas a la misma como Los Fontanes, Fariñentu, Siegalavá, Tapinón o Peña Rueda entre otros. Más alejado se veía el Gamoniteiro en el que incluso se distinguían las grandes antenas en la cima. Girando al Sur y algo más cerca, estaba el pico La Mesa, La Tesa o Las Tarrientas. Por la zona del puerto de Pajares se podía ver el Cellón como cima más destacada, además del Brañilín con las instalaciones superiores de la estación invernal.

Tras la comida pasamos entre algo de matorral más alto a la cota principal, un poco más al Oeste, en la que nos hicimos unas fotos de grupo. Bajo la misma se podían ver algunos tramos de la autopista y varios pueblos en los valles. Por el Este teníamos la carretera del puerto con el pueblo de Pajares en la misma. En su parte alta seguíamos viendo el Parador de Turismo. La sierra en la que estábamos continuaba por el Suroeste hacia los Bocarones y los Canalizones, ambos situados justo encima de la autopista en el túnel del Negrón.

Dejamos nuestra tarjeta de cumbre entre las escasas piedras de la cima y a las 14:45 horas iniciamos el descenso. Comprobamos que siguiendo la cresta se iba casi mejor que por la ladera y así llegamos a la torreta eléctrica. José Luis y Juan se habían adelantado un poco y ya estaban con Guiomar en el camino principal al que salimos Mª Jesús y yo también. Poco más adelante se bifurcaba nuevamente, y mientras un ramal continuaba a media ladera por la sierra, el que tomamos comenzaba a bajar trazando un gran zigzag hacia el valle. El bosque ya quedaba atrás y el terreno estaba despejado tan solo cubierto por bajo matorral. El ancho camino bajaba entre ello cruzando una y otra vez bajo el trazado de la línea de alta tensión y las torretas. Frente a nosotros, en la ladera contraria del valle, se emplaza la Peña del Castillo hacia la cual subía otro camino igual de serpenteante que el que nosotros llevábamos.

Ya en la parte baja cruzamos unas praderías y de nuevo nos fuimos metiendo entre el hayedo. Así llegamos a la confluencia con otro camino que lo cruzaba perpendicularmente y que subía desde el pueblo hacia la cabecera del valle del río Valgrande. Eran las 15:45 horas y estuvimos deliberando que rumbo tomar, si hacia arriba y alargar la ruta unos 7,000 kilómetros, o hacia el pueblo para el que restaban 3,000 km. Al final la mayoría optaba por esta última decisión y tomamos rumbo al mismo.

El camino siguió descendiendo paralelo al río, que transcurría varios metros por debajo, hasta un punto en el que comenzó a ganar altura. No fue mucho tramo, unos 500 metros, durante los cuales subimos entre algo de arboleda y helechos secos. El contraste de colores era guapo y diverso con verdes y ocres mezclándose en el paisaje. Encontramos más adelante algo un tanto curioso. De la rama de un árbol colgaba la piel desecada de lo que parecía un cabritillo o similar. A los pocos metros otra parecida lo hacía de una cuerda que atravesaba el camino. Nos quedamos con la duda de qué sentido o utilidad tenían.

Dejamos atrás otra braña medio derruida y al poco vimos un tronco también de aspecto chocante. Visto a contraluz parecía totalmente el perfil de la cabeza de un cervino con los cuernos y todo. Además y para mayor similitud, un pequeño agujero lo pasaba de lado a lado en el lugar donde tendría que estar el ojo. Poco a poco nos fuimos poniendo al nivel del río y encontramos algunos prados vallados. A las 16:45 horas llegamos al puente de hormigón sobre el río Valgrande por el que cruzamos a la margen contraria. Subimos un pequeño tramo y enlazamos con otro camino por el que transcurre el GR-100 y que tomamos ya con dirección al cercano pueblo. Por la margen izquierda bajaba el río mientras en la otra teníamos ladera con más bosque bajo el cual vimos algunos montones de leña cortada.

A las 16:55 horas entramos en San Miguel del Río por el que recorrimos unos pocos metros antes de llegar a la iglesia al lado de la cual teníamos la furgoneta. Allí terminamos la ruta de la cual el GPS nos daba como datos principales 10,000 km hechos con un desnivel acumulado de 746 m. Nos cambiamos y a las 17:25 horas emprendimos el regreso a León. En la subida al puerto de Pajares veíamos a contraluz la cima del Quentu Las Piqueras identificada por la gran torreta cercana a su cumbre. En el alto de este puerto entramos en la provincia leonesa y ya en Villamanín paramos a tomar un refrigerio. En esos momentos el pico Fontún, o Machacao, estaba iluminado por el bonito sol anaranjado del atardecer. Cuando salimos del bar creaba otra bella postal, esta vez con la luna por encima.

Sin novedades, y mientras anochecía por completo, hicimos el trayecto hasta León donde quedaron los compañeros en los diferentes lugares. 7º C marcaba un termómetro cercano cuando llegué yo a casa a las 19:55 horas. Sábado otoñal de ruta sencilla y con buenas vistas desde la cumbre alcanzada y de los hayedos que recorrimos. El tiempo nos acompañó con cielos despejados y una temperatura anormalmente alta para esta época. Vamos avanzando así hacia las últimas rutas del año que terminaremos, si no hay novedades, con la colocación del Belén de Cumbres.

MAPA ESQUEMA