viernes, 30 de septiembre de 2022

CUETO ANCINO (Curueño) - 24-09-22


3ª ASCENSIÓN AL “CUETO ANCINO”. (Curueño).

24-09-22                (Sábado)

Recién estrenado el otoño hemos realizado esta ascensión a otra mítica cumbre leonesa como es el Cueto Ancino, (mal denominado por mí Aucino en otras rutas), y al que también se le conoce como Pico Huevo o el “K2 Leonés”. Su principal característica es que, siendo una cima aparentemente sencilla, su acceso ya en la parte final se realiza por un cresteo y canales un tanto intrincadas que en un determinado momento, y depende de con qué condiciones meteorológicas se haga, pueden poner en apuros a quien lo esté ascendiendo. Por mi parte era la tercera vez que lo ascendía, aunque ya hacía muchos años de la última.
A las 8:45 horas, con 12º C en Armunia, salí de casa para recoger a los demás compañeros en los lugares acordados. Minutos más tarde abandonábamos la ciudad por la carretera del Torío para seguidamente dirigirnos hacia el valle del Curueño. Ya en Valdepiélago paramos con la intención de tomar un café, pero el bar estaba cerrado aún a esa hora. Sin más seguimos el viaje por la carretera entre las escarpadas paredes que la escoltan en este tramo hasta dejar atrás el abandonado balneario de Caldas de Nocedo. Al llegar a la altura de un puente sobre el Curueño nos desviamos hacia éste para aparcar la furgoneta tras el mismo en el camino paralelo al río y la carretera. Eran las 10:05 horas.
Nos preparamos allí mismo para la ruta que iniciamos a las 10:20 horas a una altitud de 1076 metros. Al Nordeste teníamos cercano nuestro objetivo, aunque la intención era hacer la ruta circular atacando la subida por el Norte, desde la Majadas del Caserío. Cruzamos de nuevo el puente y nos incorporamos al asfalto para recorrer por el mismo este tramo hasta dicho poblado. Fuimos rodeando el Cueto Ancino por su vertiente Oeste paralelos al río y al camino en el que habíamos dejado la furgoneta. El mismo llega a estas Majadas, pero hay algunos tramos un tanto comprometidos por roca cercana al cauce en la que puede resbalarse, por lo que desechamos la opción de seguirlo. De nuevo las paredes verticales escoltaban la carretera en este tramo de las Hoces de Valdeteja que estábamos cruzando. Dejamos atrás un puente de piedras tras el cual puede verse una figura metálica, y tras 2,600 km recorridos, llegamos al puente de acceso a estas Majadas del Caserío por el que cruzamos. El río Curueño se encajona bajo éste y desde el mismo es habitual ver tirarse a jóvenes en la época estival.
Varias casas componen este poblado situado a 1108 metros de altitud en el que vimos algunos vehículos aparcados. Unos carteles informan sobre la entrada a la Reserva de la Biosfera de Los Argüellos. Ahora teníamos otra vista del Cueto Ancino al Sur con sus escarpadas paredes y el gran hayedo de la parte inferior. Pasamos entre algunas de estas casas, de piedra la mayoría, y salimos por un camino empedrado que enseguida cambió de rumbo a Este para meterse al bosque. En este hayedo nos encontramos con algunos bonitos rincones creados por troncos, musgo o arroyuelos. El principal, el arroyo del Fito, bajaba por nuestra derecha en ese primer tramo, aunque algo más arriba cruzaba el camino entubado bajo el mismo quedando ahora a la izquierda.
Seguimos ganando altura por el ancho camino entre la arboleda y así llegamos a una cerrada curva cerca de la cual crecían numerosas zarzamoras cargadas de frutos que paramos a degustar. Nos adelantó en ese punto un par de chicas que también subían hacia la cumbre. De nuevo en marcha, y más arriba, vimos un refugio en una campa por debajo del camino. Volvimos a cruzar el arroyo dos veces más antes de cambiar de nuevo el rumbo hacia el Sur. Dejamos atrás una bifurcación que seguía valle arriba hacia su cabecera mientras nosotros íbamos hacia la cresta.
Abandonamos el bosque para meternos entre matorral y poco después encontramos los restos de una fuente con pilón medio destrozados. De nuevo fuimos girando mientras el camino se estrechaba hasta convertirse en sendero que comenzó a subir paralelo a la sierra por su vertiente Norte. Cruzamos algunos tramos entre más hayas y la pendiente se fue acentuando notablemente. Por delante, ahora hacia el Oeste, teníamos la cumbre piramidal del Cueto Ancino. Por el Norte se iban cerrando cada vez más los negros nubarrones y se escapaban chispas de agua. Pasamos más arriba entre unos bonitos troncos de haya con musgo y ramas de grosor considerable.
De esa forma nos fuimos metiendo en la zona más intrincada de la ascensión. Remontamos algunos tramos de pendiente casi vertical por terreno abrupto y montano cruzando también algunos pedreros. En ellos ganamos altura rápidamente hacia la cresta mientras el paisaje hacia el Norte se ampliaba, aunque limitado por los nubarrones antes comentados. José Luis ya se había adelantado un poco y se le veía subir por alguna de las canales. Llegamos entonces a un paso un tanto complicado en el que había una gran roca lisa que había que cruzar sin apenas puntos de agarre ni apoyo. Con precaución lo hicimos para seguir la marcha siguiendo la senda que continuaba por la cara Norte de la sierra. Por detrás vimos en esos momentos subir a un grupo de cuatro personas. Nos metimos entonces en una estrecha y empinada canal de trepadas no muy complicadas que fuimos remontando hasta salir de ella unos metros más arriba. No restaba mucho a la cumbre y ahora teníamos a la vista por debajo las Majadas del Caserío. Escasos metros por terreno más suave nos llevaron a la cima del Cueto Ancino cuando eran las 13:45 horas y tras 7,400 km hechos.
En ella estaban ya José Luis y las dos jóvenes. Una cruz con un buzón marca esta cima de 1734 metros en la que también hay una placa en memoria de un montañero. En dicha cruz metálica está inscrito en nombre de la cima y una altitud que no corresponde con la real, con varios metros de error además. La vista desde allí era amplia a pesar de no tratarse de una cumbre con altitud muy destacada. Las nubes ocultaban buena parte del paisaje, sobre todo al Norte, pero se podían reconocer varias cimas. Nombrando algunas, teníamos cercana la Peña Verde, al otro lado de la carretera. El Bodón, Peredilla, Cueto Cabañas, Bodón de Cármenes o los Currilliles emergían por el Noroeste cerrando el valle de Valdeteja. Girando a Sur, la sierra del Cueto Calvo, Sáncenas y la cercana Peña Valdorria con Peña Galicia asomando por su izquierda. El Prado Llano o Peña Corada en la lejanía emergían por el Sur. Por el Nordeste las nubes apenas dejaban distinguir algunos picos. Bajo nosotros, al Sur, veíamos la furgoneta al lado del Curueño cuyo valle se extendía por esa orientación. También el valle de Valdeteja en el que vimos uno de los pueblos, no sé decir cual.
Nos acomodamos para comer y luego nos tumbamos un rato allí mismo. De momento el tiempo nos respetaba y los nubarrones se mantenían al Norte. Nos hemos sacado algunas fotos y dejamos la tarjeta en el buzón antes de emprender al descenso a las 16:45 h. Optamos por hacerlo hacia la falda Oeste para bajar directamente hacia la furgoneta. La pendiente allí también era considerable y no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar, aunque algunos hitos de piedra indicaban que sí se podía bajar. En algunos puntos había que echar el culo al suelo en la roca para destrepar unos metros, pero nada que no pudiera superarse. Bajamos otros tramos por canaletas estrechas y pindias también entre roca y con algo de hierba. Bordeamos grandes losas de caliza casi lisas y verticales paredes para luego entrar en una zona de pedregales. Los hitos más o menos nos iban marcando esta bajada donde las piernas sufren la inclinada ladera. Aunque comenzamos el descenso hacia el Oeste, enseguida habíamos cambiado el rumbo a Sur teniendo de frente las hoces de Valdeteja.
Después de perder bastante altura hasta los 1150 metros la roca quedó por detrás y el terreno se volvió más montano y menos pendiente. Por pradería fuimos perdiendo altura cambiando de nuevo el rumbo hacia el Curueño por una vaguada. La ladera Sur terminaba en el arroyo de Valdenuciello, no sabiendo si tenía buen paso o no. Así llegamos al camino paralelo al Curueño ya no lejos del final. Tan solo 415 metros nos separaban de la furgoneta entre algo de arboleda y roca teniendo que cruzar antes un puente de piedra sobre dicho arroyo Valdenuciello. Bajé unos metros hasta la vera del cauce para sacar unas fotos de este puente de medio arco antes de continuar la marcha y terminar la ruta cuando eran las 18:50 horas. El GPS nos marcaba como datos principales 9,700 km hechos con 719 metros de desnivel acumulado.
Nos cambiamos tranquilamente y a las 19:05 horas emprendimos el regreso. En Valdepiélago hemos hecho una parada y tomamos un merecido refrigerio en el bar. Mientras anochecía avanzamos hacia León donde entramos a las 20:20 horas. De nuevo fueron quedando los compañeros en diferentes lugares y a las 21:15 horas llegaba yo a casa. Un termómetro cercano marcaba 10º C a esa hora.
Buena ruta para iniciar esta estación por un bonito bosque aún no muy otoñal, pero aún así con el encanto de cualquier hayedo. En esta época conviene buscar rutas que recorran los bonitos bosques para disfrutar de su magia otoñal.

MAPA ESQUEMA

ENLACE RUTA WIKILOC:


VISTA SATÉLITE

ARMUNIA

TRAYECTO



INCIO DE RUTA Y EL CUETO ANCINO DE FONDO



HOCES DE VALDETEJA






MAJADAS DEL CASERÍO




POR EL HAYEDO



DEGUSTANDO MORAS






EN LAS CAMPAS SUPERIORES BAJO LA CRESTA





LAS EMPINADAS LADERAS Y CANALES








CUETO ANCINO (1734 m)














DESCENSO








VALLE DEL CURUEÑO



PUENTE SOBRE EL ARROYO VALDENUCIELLO



CUETO ANCINO AL ATARDECER


VALDEPIÉLAGO

ARMUNIA