domingo, 26 de noviembre de 2023

MINA LA COBRIZA - SANTIBAÑEZ - CAMPO - INICIO 25-11-23

 


1ª TRAVESÍA “INICIO - MINA LA COBRIZA - SANTIBÁÑEZ DE LA LOMBA - CAMPO DE LA LOMBA - INICIO”.

25-11-23              (Sábado)

Escogimos para este último sábado de noviembre una sencilla travesía circular en la que mezclamos tramos de un par de rutas señalizadas y algún otro improvisado. Por un lado coincidimos con parte de la ruta “La Ribera del Omaña”, señalizada por “Cuatro Valles”, y ya hecha por nuestro grupo en algunas ocasiones anteriores. La segunda ruta que añadimos fue la de la “Mina La Cobriza”, también marcada y coincidente con la anterior en un tramo. Luego, como digo, improvisamos algún enlace entre ambas, con resultados un tanto irregulares. A pesar de ello, el resultado fue satisfactorio y pasamos una buena jornada de montaña.
Cinco fuimos los participantes de esta ruta: José Luis, Juan, Álvaro, Javi F. y yo. Del grupo, Javi F. la hizo un poco “a su aire”, marchando más tarde de León y coincidiendo luego un par de momentos con nosotros en la ruta, que además varió algo con respecto a la nuestra. El resto salimos de León en mi furgoneta sobre las 8:40 horas y con 4º C en los termómetros.
Avanzamos por la carretera hacia Camposagrado para desviarnos antes de llegar a éste hacia Rioseco de Tapia. En Trascastro hicimos una breve parada ya que casualmente me encontré con un amigo y vecino mío que tiene casa allí. Retomamos la marcha para llegar a Inicio en pocos minutos cuando eran las 9:30 horas y con -2º C en el exterior. Aparcamos la furgoneta en una de las calles y nos prepararnos para la ruta mientras varios bonitos gatos nos rondaban cerca.
Iniciamos la marcha a las 9:50 horas a una altitud de 1016 metros haciéndonos una foto de grupo poco antes de salir del pueblo. Lo hicimos por la carretera que sube a Andarraso entre prados completamente blancos de la helada y en los que pastaba algo de ganado. Sobre nosotros se mostraba un cielo de nubes que formaban un bello empedrado del que saqué una panorámica. Cruzamos un puente sobre el río Negro y enseguida nos desviamos hacia un ancho camino en el que un indicador nos marcaba 3,500 km a la mina La Cobriza y en un panel cercano la descripción de la ruta. Entramos entonces en dicho camino que enseguida se cubrió por un barrizal que sorteamos como mejor pudimos. Por mi parte, no quería manchar ya las botas que ese día estrenaba.....
Pasamos ese pequeño tramo enfangado y continuamos ascendiendo con la vista del pueblo ya por detrás y el valle que nos iba quedando en la parte baja con el río y praderías a su vera. Poco a poco nos fuimos internando en el gran robledal que puebla las lomas de dicho valle y cuyas ramas se encontraban ya muy deshojadas. Entre el mismo se podía ver un reducto de pinar por encima del camino. Entre todo ello avanzamos pisando el manto de hojarasca que cubría el firme. En algunos puntos encontramos postes con pequeños paneles informativos sobre la fauna y flora del paraje.
A las 10:50 horas, tras 1,900 km hechos, llegamos a una bifurcación del camino en el que la ruta de “La Ribera del Omaña” se bifurca hacia el fondo del valle mientras la de la mina continua subiendo a media ladera trazando curvas mientras sigue la orografía de las vaguadas del valle principal. Algunos pequeños arroyos atraviesan el camino en algunos puntos. En la loma contraria, al Norte, divisamos ya los pueblos de Campo de la Lomba, Santibáñez de la Lomba y un poco más alejado, Folloso.
Según ganábamos altura pasábamos zonas en las que el sol ya iluminaba el paisaje y se mostraba más vívido. Sobre las 11:30 horas llegamos a un punto en el que sobre el valle sobresalía una roca a la que nos encaramamos para sacarnos unas fotos individuales con Santibáñez de la Lomba de fondo. En ello estábamos cuando nos alcanzó Javi F. No estábamos ya muy lejos de otro desvío a la mina y él continuó mientras nosotros hacíamos esas fotos. Desde esa posición, a unos 1230 metros de altitud, podíamos divisar las cumbres y sierras que corrían por el Norte, entre ellas las de La Filera y La Cañada. Por detrás, más al Este, otras cimas más altas de la zona de Luna y que no me atrevo a definir. Estando en este lugar aparecieron un par de mastines que luego hicieron buena parte del recorrido con nosotros.
Seguimos avanzando por el Robledal de la Lomba, como así se denomina este bosque, y llegamos a la bifurcación de los ramales de la mina, 500 m, y de Andarraso, pueblo situado a 2,000 km de ese punto. Llevábamos hechos 3,400 km y eran las 11:45 horas. En este lugar encontramos indicadores hacia ambas direcciones así como otro panel sobre la fauna y flora del bosque. El tronco de un gran roble con una oquedad en la parte baja nos sirvió de fondo para sacarnos varias fotos con el mismo, acompañados con los mastines, que no dejaban de ponerse en medio.
Retomamos la marcha hacia la cercana mina por el mismo camino ancho al lado del cual encontramos una cueva entre rocas cubiertas por musgo y helechos. No lejos comenzamos a encontrar los restos de varias edificaciones de piedra que formaban parte del poblado minero de La Cobriza. Estaban muy derruidas y engullidas por la vegetación. Trazamos una cerrada curva y poco más adelante llegamos a la bocamina de La Cobriza. Eran las 12:15 horas y llevábamos hechos 4,200 km. Estábamos a 1244 metros de altitud.
Sinceramente, nos decepcionó un poco. Yo no había visto fotos de la misma, que resultó ser una cavidad no muy grande y medio derruida con una empalizada de madera delante a modo de barrera para prohibir el paso. Enfrente de la misma, a unos metros, un monolito cúbico de piedra en medio de la explanada y un cartel explicativo apenas legible. Desde esa terraza se precipitaba por una ladera la escombrera de los restos desechados del mineral de cobre que se extrajo durante los últimos años del siglo XIX y primeros del XX por parte de una empresa minera inglesa.
Tras unos minutos en dicho lugar retomamos la marcha desandando unos metros hasta los restos de los barracones. El track del GPS del siguiente tramo hasta el pueblo de Santibañez de la Lomba lo había dibujado yo a mano sobre el mapa siguiendo aproximadamente el trazado que se veía de un ancho camino dado que no encontré ningún track que uniese estos dos puntos. Pues bien, fue el peor de toda la ruta y ya avanzo que seguir el que hicimos nosotros no es muy buena idea en muchos de los tramos del mismo. Por su parte, Javi F. había ido a explorar dicho camino hacía rato y ya no le vimos más en toda la ruta.
Desde el poblado nos echamos directamente a una pendiente ladera entre los robles, que al menos no eran muy tupidos y nos dejaban avanzar más o menos cómodamente. Sí encontramos algunas zarzas y una de ellas me pinchó de lleno en el labio. Íbamos en busca de un ancho camino que se veía en el mapa y al cual llegamos tras bajar varios metros por dicho robledal. Nos incorporamos al mismo y avanzamos unos metros antes de que se cerrase completamente de maleza. Peleando con ella la dejamos atrás llegando en pocos minutos a otras de las instalaciones de la mina, el lavadero. Se trataba de una gran pila de paredes de piedras dividida en tres compartimentos y en estado muy deteriorado también. Eran entonces las 12:50 horas, llevábamos hechos 4,800 km, 640 metros desde la mina, y estábamos a 1189 metros de altitud.
El track del GPS estaba unos metros por debajo y hacia él nos echamos Álvaro y yo por otra escombrera de piedras mientras Juan y José Luis se metían por un sendero más arriba. El siguiente tramo fue el más complicado, por un error al no hacer mucho caso a dicho trazado. Nos metimos muy abajo al valle y se fue cerrando la maleza hasta el punto de meternos entre zarzas y otros arbustos que apenas nos dejaban avanzar. Para más colmo, me fui quedando por detrás y llegó un momento que perdí por completo de vista a los compañeros. Lo último que les oí fue que estaban en una pradera con vacas.
Cuando conseguí salir de entre toda esa maraña, no sin varias marcas en las manos y cabeza, llegué a dicho prado, pero ya no estaban allí. Mirando el GPS comprobé que tenía que subir y comencé a remontar la pendiente ladera entre la arboleda algo más abierta. Por fin salí al ancho camino, por el cual había trazado el track, y poco más adelante esperaban los tres compañeros con quienes retomé la marcha hacia el pueblo, ahora perdiendo altura. La arboleda fue desapareciendo y cruzamos algunas campas verdes. Varios arroyuelos atravesaban el camino y lo abnegaban de agua. Cerca de uno de ellos corría una especie de tapial de piedras. Los mastines seguían acompañándonos en ese momento, aunque al poco rato desaparecieron.
Llegamos así al cruce con el río Negro que tuvimos que atravesar por un par de troncos paralelos sobre el cauce ya que el camino no tenía puente como tal. Ese punto estaba a 1090 metros de altitud y tras el mismo iniciamos una remontada atajando un tramo por una pendiente loma al encuentro de nuevo del ancho camino. Entre prados ganamos altura y minutos después dimos vista al cercano pueblo. Un par de mastines que estaban en una de esas fincas nos recibieron con fuertes ladridos.
A las 13:50 horas entramos en Santibáñez de la Lomba, pueblo que recorrimos entre sus numerosas casas y otros edificios construidos con piedra en su mayor parte. Solo vimos pasar un par de coches que entraron hacia el centro del pueblo, a ninguna persona más. Yo me acerqué hasta la ermita, que estaba en un estrecha calle cementada, a sacar algunas fotos. No lejos de la misma, en un corral, vi numerosas aves de diferentes especies. Santibáñez está emplazado a una altitud de 1172 metros y llevábamos hechos 7,000 km.
Estuvimos decidiendo qué hacer a continuación. Podíamos echarnos de nuevo al fondo del valle siguiendo la ruta hecha en aquella ocasión y volver a Inicio enlazando con el camino de ida, o seguir el sentido contrario por la carretera hacia Campo de la Lomba y regresar a Inicio desde allí. Campo de la Lomba nos quedaba a 1,000 km aproximadamente y más alto, por lo que al final optamos por llegar hasta allí y comer en él.
Salimos por la carretera ascendente que trazaba varias curvas y desde la cual divisamos ya gran parte del valle y de las laderas que lo cerraban por el Sur, por detrás de las cuales asomaban un par de molinos eólicos. En poco más de diez minutos llegamos a Campo cuando eran las 14:20 horas. De nuevo nos encontramos la misma arquitectura en sus edificios, la mayor parte de ellos de piedra. Nos encaminamos hacia la iglesia y en el murete también de piedras del pórtico nos acomodamos para comer. Esta iglesia de Campo de la Lomba tiene una espiga con campanario al que se accede por una escalera de caracol metálica encerrada en una torre circular adyacente a este campanario. Desde el mismo hay una vista panorámica de parte del pueblo y el paisaje que lo rodea. Este pueblo está emplazado a 1205 metros de altitud y llevábamos hasta allí 8,200 km.
De nuevo abajo, algunos nos dimos un paseo por las calles de tierra en las que encontramos tanto edificaciones habitables como otras en ruina total. También varias naves de ganado. En una de las calles que salían del pueblo encontramos una señal de la ruta de “La Ribera del Omaña” indicando la dirección hacia el valle. De nuevo todos juntos retomamos la marcha a las 15:30 horas saliendo por el camino que dicha señal nos marcaba. Entre praderías bajamos varios metros hasta una bifurcación sin encontrar ninguna señal más que nos indicase que dirección tomar. Lo mismo nos había pasado la vez anterior cuando decidimos dar la vuelta y seguir hasta Santibáñez. En esta ocasión decidimos tomar un desvío a la izquierda, con dirección a Inicio, metiéndonos entre praderías en las que pastaba un rebaño de ovejas. Nos separamos del mismo prudentemente ya que estaban custodiadas por mastines que nos ladraron al paso. De un manzano tomamos unos frutos para probarlos.
Avanzamos por ese camino que nos fue metiendo al valle entre arboleda, sin seguir ya ningún track del GPS, pero esperando que nos llevase bien hacia el final de la ruta de un modo u otro. No tardamos en encontrarnos en medio de un pequeño prado en el que había varias colmenas y en el cual terminaba dicho camino. Atravesamos el mismo y bajamos un talud del terreno que nos sacó a otro camino, o el mismo que diese algún rodeo que no vimos antes. Lo cogimos de nuevo a lo largo de un tramo no muy largo hasta llegar a otro espacio similar de colmenas, éstas en construcción. Aquí terminó de nuevo el camino y ahora sí que nos tocó meternos ladera abajo por el medio del robledal, por suerte no muy tupido.
Después de un rato salimos a unas praderías y atravesamos un pequeño arroyo y alambradas para el ganado situándonos paralelos al río Negro. Avanzamos cómodamente por estos verdes prados siguiendo un sendero que cruzaba los bajos tapiales que dividían las diferentes propiedades hasta que llegamos a otro puente similar al que cruzamos camino de Santibáñez. Un par de troncos paralelos hacían la vez de pasarela un tanto inestable que con mucha precaución fuimos cruzando ayudados por los bastones que hundíamos en el cauce del río Negro como apoyo. Ya en la margen contraria teníamos el camino por el que habíamos subido por la mañana, pero unos 40 metros por encima. Por la pendiente ladera, y sorteando las escobas como mejor se podía, fuimos ganando altitud hasta que enlazamos con dicho camino cerrando así el lazo cuando eran las 16:38 horas y habiendo hecho 10,800 km.
Nos restaba poco trayecto al pueblo que enseguida vimos por delante de nosotros. Para evitar el tramo embarrado ya cerca de la carretera nos metimos hacia los prados, y tras saltar un pequeño murete, salimos al asfalto. Allí mismo estaba el indicador del pueblo, Inicio, y poco más adelante el puente sobre el río Negro. Un último paseo y llegamos a la vera de la furgoneta donde terminamos la ruta de la cual el GPS nos daba como datos principales: 11,700 km y 490 m de desnivel acumulado. Eran las 16:53 horas.
Como dato añadiré que el otro compañero, Javi F., había pasado por ambos pueblos también y desde Campo había seguido más o menos la ruta de la “Ribera del Omaña”, pero el tramo que va por la parte alta paralelo a la carretera entre ese pueblo e Inicio. Por otro lado, nosotros habíamos comentado la posibilidad de alargar la ruta hasta Trascastro de Luna y vuelta siguiendo otro de los tramos de esa ruta de “Cuatro Valles”, pero ni la hora ni las ganas para ello nos convencieron.
Nos cambiamos mientras caía la tarde y refrescaba en el valle. A las 17:15 horas iniciamos el regreso a León disfrutando durante buena parte del trayecto de una luna casi llena delante de nosotros. Ya en Lorenzana hicimos una breve parada para tomar un merecido refrigerio en un bar. Me desvié a Trobajo a dejar a José Luis y a las 18:40 horas llegaba a Armunia donde Juan y Álvaro tenían el coche. 9º C marcaba el termómetro de la furgoneta a esa hora.
Vamos finalizando el año montañero del que, salvo cambios en la previsión, nos restaría la última ruta del año en la que solemos colocar el Belén de Cumbres. A ver como lo rematamos.

MAPA  ESQUEMA



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MAPA RASTER

VISTA SATÉLITE

ARMUNIA


TRAYECTO






INICIO (1016 m)











EN EL CAMINO DEL VALLE





ROBLEDAL DE LA LOMBA








SANTIBAÑEZ DE LA LOMBA

FOLLOSO

CAMPO DE LA LOMBA




NUESTRO COMPAÑERO JAVI LLEGANDO A "SPRINT"

CON SANTIBAÑEZ AL FONDO

PANORÁMICA DEL VALLE







NUESTROS COMPAÑEROS DE RUTA


CUEVA CERCANA A LA MINA

RESTOS DEL POBLADO MINERO

MINA LA COBRIZA (1244 m)

La mina La Cobriza, conocida en la comarca como las minas de Andarraso, fue un complejo minero gestionado entre finales del siglo XIX y principios del XX por la sociedad londinense The Río Negro Mina Ltd. Es muy posible que la mina ya fuese explotada en algún momento de la Prehistoria, aunque no se han encontrado evidencias concluyentes de ese laboreo. Como su nombre indica, el principal metal que se obtuvo de esta mina fue el cobre, que aparece en la composición de minerales más complejos como la calcopirita, la malaquita o la azurita. Estos minerales forman filones que se intercalan entre las dolomías de la Formación Vegadeo, del Cámbrico, muy frecuentes en la zona. Para acceder a ellos, los operarios abrieron varios pozos conectados por galerías que, en la actualidad, aparecen en su mayoría derrumbados. El estado actual de la mina es de total abandono, por lo que debe evitarse la entrada a la misma, ya que puede resultar muy peligroso. En la zona existen varias escombreras escalonadas donde es posible encontrar muestras de los minerales citados, así como de otros acompañantes y gran cantidad de cuarzo blanco. Resultan interesantes las ruinas de algunas de las infraestructuras que constituyeron la mina, como las destinadas al procesado de los minerales, algunas balsas de lavado, barracones y oficinas. Aún se reconocen los restos de un sistema de torretas y cables aéreos, así como algún tramo de suelo llano con raíles, por los que se transportaban las vagonetas desde la mina hasta la Vieja Fábrica, donde se trituraba la roca antes de llevarla a las balsas o lavaderos. En ellos, por simple decantación, se hacía una primera separación del mineral; luego los sedimentos ricos en cobre eran enviados a Reino Unido para proceder allí a la separación final del metal en hornos de alta temperatura. En las inmediaciones de la mina también se aprecian varias pistas de acceso y canalizaciones por las que se llevaba agua a las instalaciones, así como las dependencias de los ingenieros y de los mineros. La mina cuenta con paneles interpretativos instalados por el Ayuntamiento de Riello, donde se recrean algunas de sus instalaciones y se aporta más información acerca del laboreo y de las condiciones de vida de los mineros.
(Fuente: Asociación Cuatro Valles)





POR EL BOSQUE CAMPO A TRAVÉS


LAVADERO DE LA MINA


ENMARAÑADOS


EN EL CAMINO ANCHO



CRUZANDO EL RÍO NEGRO



HACIA SANTIBAÑEZ



SANTIBAÑEZ DE LA LOMBA (1172 m)






CAMPO DE LA LOMBA (1205 m)



SETAS DESECADAS SOBRE TRONCOS


IGLESIA DE CAMPO




DESDE EL CAMPANARIO




PASEO POR EL PUEBLO











BAJANDO AL VALLE





COLMENAS








CRUZANDO DE NUEVO EL RÍO NEGRO


EN EL CAMINO HACIA INICIO

INICIO




LIMPIANDO LAS BOTAS

FIN DE RUTA

TORRE Y CEMENTERIO DE TRASCASTRO DE LUNA

LUNA


ARMUNIA