lunes, 20 de septiembre de 2010

RUTA DEL GALLO (Cármenes) 19-09-10

 


1ª TRAVESÍA “RUTA DEL GALLO”.

19-09-10     (Domingo)

Para este domingo teníamos programada una marcha por el hayedo de Busmayor, en el Bierzo. Al final hemos decidido atrasar la misma para más adelante y aprovechar el estado más otoñal del bosque para ir a visitarlo. En su lugar improvisamos esta corta pero bonita travesía en las cercanías de Cármenes enmarcada dentro de las rutas balizadas por Cuatro Valles como “Ruta del Pico Gallo”.
A la misma hemos ido 7 personas: José A., Nati, Gabriela, Alejandro, Irene, José F. y yo. De Guzmán salimos a las 8:30 horas por la carretera del Torío dejando atrás los numerosos pueblos de este valle hasta llegar a las Hoces de Vegacervera. Atravesamos las mismas y no tardando terminamos el viaje en Cármenes, 1155 m. La niebla estaba cerrada en aquella zona, pero el color azul se intuía en la parte alta.
Aparcamos en la plaza de la iglesia y nos preparamos para la ruta que comenzaba allí mismo. A las 9:50 horas emprendimos la marcha por la carretera que se dirige hacia la Collada de Cármenes y Villamanín y que atraviesa el pueblo. Siguiendo las señales de la ruta nos metimos por varias calles del mismo viendo en algunas casas escudos heráldicos. Por un camino abandonamos la villa subiendo suavemente hacia el Suroeste cambiando enseguida el rumbo a Noroeste. La niebla iba abriendo y comenzamos a ver las cumbres de las sierras que rodeaban el valle.
Como venía marcado en el mapa, la ruta salía de nuevo a la carretera durante unos metros antes de volver a entrar en otro camino hacia la izquierda de la misma. Tras haber recorrido unos metros por el mismo comprobamos que Nati y Gabriela no nos seguían a pesar del paso calmado que llevábamos el resto. Volví sobre mis pasos hasta salir de nuevo a la carretera viendo a lo lejos una figura que venía entre la niebla. Pronto comprobé que se trataba de otra persona y que ellas no aparecían. Por el móvil contacté con ellas averiguando que se habían metido en un camino que salía frente al anterior por la margen contraria bajando por él varios metros. Les indiqué la ruta buena y retomé la marcha alcanzando a los compañeros que esperaban más adelante.
Despacio fuimos avanzando mientras subíamos por el camino entre praderías y sebes de zarzas en las que vimos infinidad de telarañas formando un manto sobre la vegetación. Poco a poco fue despejando la niebla quedando solo en la parte baja. Dejamos atrás una furgoneta aparcada al lado del camino y más adelante unas naves ganaderas. El camino tomó dirección Sur en una larga recta entre escobas. En este tramo nos adelantó un todoterreno que subía a otras naves. Cambiamos el rumbo más arriba dirigiéndonos a una especie de colladina con una formación rocosa a la izquierda. Eran las 11:15 horas.
Desde aquel punto volvimos a ver Cármenes tras las peñas. Subiendo un tramo más alcanzamos otro alto en el que, tras desviarse unos metros del camino, se llegaba a un mirador con un cartel y una foto panorámica con los nombres de los parajes, cumbres y pueblos divisados. Entre las cimas que se contemplaban podemos contar las del Cueto Calvo, Bodón de Lugueros y el de Cármenes, Pradilla, Faro, Huevo así como el cercano Pico Gallo hacia el que nos dirigíamos. En los valles se veían los pueblos de Cármenes, Almuzara, Valverdín, Pedrosa y Lavandera.
Retomamos la marcha subiendo hacia un pinar cercano en el que no tardamos en entrar de lleno. Hablamos por el móvil con las compañeras que quedaban bastante atrás y no sabían si seguirían o no. El paisaje seguía siendo bello y el sol entre el ramaje le daba un tono destacado. Entre los pinos la ladera estaba escalonada con hierba y musgo. Más adelante, desviándonos un poco de la ruta, dimos vista al valle de Gete. Retomando la marcha por el camino encontramos un todoterreno abandonado en medio del bosque. Luego salimos a cielo abierto por la loma divisoria entre valles y con dirección al pico Gallo.
Al llegar al punto donde la ruta bordeaba la cumbre la abandonamos para dirigirnos a la misma entrando de nuevo en el espeso pinar sin sendero alguno. Pronto comprobamos que no había forma de avanzar por aquel lugar. Ni por el bosque ni rodeándolo, ya que la maleza lo invadía todo. Los senderos que parecían marcados se perdían a los pocos metros. Yo cogí uno que subía directamente por la ladera, pero al poco me pasó otro tanto de lo mismo. Pensábamos que desde una collada por la que pasaba la ruta igual salía algún sendero mejor, pero no fue así, por lo que abandonamos la idea de subir a la cima, a la que quedaban desde allí unos 40 metros de desnivel. Ésta tiene 1554 metros de altitud y estábamos a 1515 metros, la parte más alta de la ruta conocida como Trasnorios. Eran las 12:30 horas.
En aquel momento recibí la llamada de Gabriela, que estaba pocos metros por detrás de nosotros y nos había oído tras una loma. La esperamos y se nos unió enseguida. Seguimos por la ruta marcada que nos acercó hasta una zona rocosa a la que decidimos encaramarnos. Durante unos minutos tuvimos a la vista Gete en el valle Sur. Por una cresta fuimos trepando hasta alcanzar un alto que nos pareció apropiado para comer. Era la una de la tarde.
Acomodados en las mismas nos pusimos a reponer fuerzas mientras disfrutábamos del paisaje. Hacia atrás, al fondo, subía la falda del pico Machamedio al que desde la ruta se accede fácilmente. Por la ladera Norte se fundía el pinar con el hayedo del Monte Brición por el que teníamos que bajar.
Poco después de las 14:00 horas retomamos la marcha siguiendo por el cresteo aquel paralelo a la ruta. En el mismo vimos una enorme roca con forma de torreón circular. Ya cerca de un grupo de hayas vimos a Nati en la collada por la que habíamos pasado y la esperamos. Como no había comido se acomodó para hacerlo allí mismo mientras nosotros retomábamos la marcha con tranquilidad. Nos acercamos hasta otras rocas más al Este, Peña Grande, desde las que se podía ver la caída hacia la carretera
Comenzamos sin más a descender por la ladera Norte hacia el gran hayedo en el que se internaba la senda que poco antes habíamos retomado tras abandonarla en la collada hacia la cresta. Aquí se nos alcanzó una pareja conocida de Alejandro y fueron ellos los que comentaron que la cumbre del Gallo era inaccesible. Era impresionante ver el hayedo que cubría la mayor parte de la ladera y como se fundía con el pinar en la falda de esta cumbre.
La pendiente se acentuó de forma inhóspita poco antes de entrar en el bosque. En el mismo pudimos ver ejemplares de hayas centenarias y con troncos de formas retorcidas y caprichosas. Era realmente un paisaje impresionante y bello. El sendero transcurría entre todo ello bien pateado y con marcas de pintura como señal de la ruta. Saqué varias fotos en aquel paraje lleno de misterio.
Al final del mismo salimos a un ancho camino que faldeaba la ladera paralela a la misma. Un indicador de madera nos marcaba 3 Km. a Cármenes o una hora de camino. Seguíamos entre bosque un poco menos espeso y atravesamos algunos regatos medio secos. Comenzamos luego a subir suavemente entre más arboleda y helechos hasta salir a cielo abierto más adelante. En una piedra vimos una pequeña colmena natural con avispas dentro. Una alambrada reciente trascurría paralela al camino y en ella se enredaban las zarzamoras con frutos ya algo pasados. Una bañera recogía agua para el ganado de un manantial cercano a través de una goma enterrada. De frente ya veíamos Cármenes y a la derecha Almuzara. Poco a poco fuimos perdiendo altura hacia el primero dejando atrás una nave y una zona de escombros. Por allí nos alcanzó Nati. En un prado vimos un rebaño de ovejas con algunas cabras y un gran mastín.
A las 16:30 horas entramos en Cármenes por otra calle diferente a la de salida. En una huerta había un bonito gallo que cantó al paso nuestro. Enseguida salimos a la carretera general por la que nos restaban caminar escasos 200 metros hasta llegar a la plaza de la iglesia donde teníamos los vehículos. La iglesia estaba abierta y entré a verla. Era muy sencilla pero bonita.
Tras cambiarnos nos dirigimos hacia el bar en el que nos tomamos unas consumiciones e hicimos las cuentas mientras charlábamos un rato. A las 17:40 horas emprendíamos el regreso a León donde llegamos sin novedades a las 18:30 horas, lo mas pronto que lo habíamos hecho desde hace tiempo.
Dimos por finalizada así este sencilla pero bonita ruta improvisada que no conocía y desde la que se pueden ampliar otras más ascendiendo a las cumbres occidentales del Machamedio o Fontún algo más alejado.
















lunes, 6 de septiembre de 2010

ESPIGÜETE (Cardaño de Abajo) 05-09-10

 


2ª ASCENSIÓN AL PICO “ESPIGÜETE”.

05-09-10         (Domingo)

Siguiendo el calendario previsto por el club de montaña para este año, nos hemos ido a la vecina provincia palentina para ascender al mítico Espigüete al que ya hace 8 años subí por primera vez. Tanto en aquella ocasión como ahora en ésta el esfuerzo que me supuso fue máximo y yo creo que incluso más ahora. Sus pendientes y pasos delicados tienen la fama bien merecida. No en vano tardé, no solo yo, cinco horas en alcanzar su cumbre.
A las 8:00 horas nos reunimos en Guzmán los diez participantes que íbamos, uno de ellos agregado de última hora. Silvano no me había confirmado del todo su participación y llegó allí a esa hora, lo cual nos hizo cambiar los planes de vehículos a llevar. En vez de ir en el de Adelino, de cuatro plazas, al final tuve que llevar yo la furgoneta junto con el coche de José Antonio. En los dos vehículos se acomodaron también Nati, Roberto, Álvaro, Mª Jesús, Mateo, Silvano, Piedad y Adelino. Pasadas las 8:00 horas salimos de León por la carretera hacia Mansilla. En Sahechores nos desviamos a Almanza y de éste a Puente Almuhey. Aquí paré a llenar el depósito y luego, estando parados cogiendo agua en una fuente, nos pillaron Ricardo y Cesar que iban a hacer lo mismo por su cuenta. Camino de Guardo entramos en Palencia y en esta localidad giramos hacia Velilla del Río Carrión. Aquí tuvimos nosotros un despiste y cogimos la carretera que no era y llegamos hasta Besande tras entrar en León de nuevo. Yo no iba convencido, y el resto que venía conmigo, que había ido por allí más veces que yo, no me indicaron nada. Total que recorrimos 10 Km hacia un lado y otros 10 de regreso a Velilla para coger la buena.
A las 10:15 horas llegamos al aparcamiento situado en la carretera que une los dos Cardaños y en el cual ya estaban los demás. Nos preparamos sin dilaciones y tras sacar una foto de grupo emprendimos la marcha cuando eran las 10:30 horas.
La vez anterior habíamos comenzado a subir desde allí por la misma roca, pero ésta vez decidieron seguir el camino del refugio por el valle de Mazobre. Tras unos metros paralelos a la carretera da un giro hacia el Oeste para entrar de lleno en el citado valle. En un tramo vimos un pequeño muro que contenía las piedras que caían de la ladera hacia la pista. También pasamos entre escobas altas durante unos metros teniendo el arroyo por nuestra derecha. Por la izquierda transcurría el largo cresteo hacia la cumbre aún invisible.
Tras recorrer aproximadamente 1 Km. llegamos al desvío del refugio de Mazobre en el que ya estaba Silvano como supimos por el walkie que me había dejado. Aquí hubo una divergencia del grupo. Ricardo, José Antonio y Cesar se iban hasta el fondo del valle donde se encuentra la cascada y desde la que subirían mientras el resto nos desviábamos al refugio situado en una llanura de la ladera. Por su parte, Nati ya había quedado por detrás a su aire. Eran las 11:00 horas.
Retomamos la marcha por el camino que giraba a Sureste subiendo hacia dicho refugio que pronto vimos. En él había una pareja que ya había bajado de la cumbre. Allí paramos unos minutos a coger fuerzas para el tramo siguiente a la cresta que no tenía desperdicio alguno. Tras bajar un pequeño trecho emprendimos la subida por una canal de pendiente considerable. El sendero serpenteaba por la misma lleno de grava y pequeñas rocas en las que a veces se patinaba. Echar la vista arriba era desesperante, pero poco a poco íbamos ganando altura. Por detrás habíamos quedado Adelino, Álvaro y yo mientras el resto trepaba varios metros por encima. Por el walkie supimos que algunos ya habían llegado a la cresta y se les veía la silueta a contraluz.
A las 12:30 horas, tras hora y cuarto de subida, llegamos nosotros a la cresta donde estaba esperando el resto de compañeros. Adelino llegaba en muy baja forma y decidió no seguir más; Roberto optó por quedar con su padre también allí. La vista ya era amplia y podíamos ver la cumbre del pico Murcia así como la del Tres Provincias y Peña Prieta entre otras. También se veía Cardaño de Arriba.
Retomamos la ascensión para comenzar a subir un tramo también de pendiente considerable. Entre rocas fuimos ganando altura poco a poco hacia la siguiente “terraza”. El sendero se intuía en la cresta además de estar más o menos marcado por hitos. Así llegamos a otra zona un poco más “suave” donde encontramos el primero de los pasos complicados. Se trataba de una destrepada donde había que agarrarse a la roca con la espalda hacia una caía de unos pocos metros. Era la que yo me acordaba de haber pasado en aquella ocasión y la que me metía miedo. Con la ayuda de Mateo, que ya había pasado y nos indicaba los apoyos, la cruzamos Álvaro y yo.
Enseguida llegamos a otro de los tramos conflictivos de la ascensión. Ahora se trataba de una losa casi lisa por la que había que subir aprovechando los rebajes y pocas grietas que tenía. No se subía mal del todo, pero siempre apoyando al máximo para no patinar e irse rodando abajo. Sí impresionaba echar la vista atrás y ver la pendiente de la misma. De nuevo reunión al final de esta pared donde encontramos a un joven que había subido con unos compañeros por la cara sur medio escalando. Ellos habían ido a la cumbre y les esperaba.
La cuesta no daba tregua y seguimos subiendo por la cresta con caídas impresionantes a ambos lados. El viento del Suroeste era fuerte y también había que tenerlo en cuenta en los pasos un poco aéreos. De pronto vimos aparecer por encima de nosotros, y ya bajando, a Ricardo, José Antonio y Cesar con quienes nos cruzamos en pocos minutos. A mí me daban de vez en cuando los pinchazos en los muslos que casi me paralizan en ocasiones, lo cual temía. Álvaro tampoco iba en buenas condiciones con el estómago revuelto. No tardamos en alcanzar él y yo la primera cumbre de las dos principales del Espigüete. Eran las 14:50 horas.
El paso de una a otra tampoco tiene desperdicio. Subidas y bajadas entre grandes rocas y picachos que sortear siguiendo el sendero que serpentea entre todo ello. Por allí vimos una de las varias placas colocadas en memoria de los muchos que han dejado la vida subiendo a esta cumbre, generalmente en invierno o escalándola.
Atacamos por fin la última, aunque más fácil, subida a la cumbre principal de este pico. A las 15:35 horas llegamos Álvaro y yo por fin a la cima del Espigüete, cumbre con 2451 metros de altitud habiendo partido de unos 1341 m. En ella, además de los compañeros, había otro grupo de jóvenes y aprovechamos para que nos sacasen una foto. La vista era realmente impresionante, aunque un poco diluida por la calima que había. Por numerar una mínima parte de las cumbres divisadas apuntaré la del Curavacas, Peña Prieta, Tres Provincias, Murcia, los tres macizos de Picos de Europa, Redondo, Yordas, Las Pintas, Moro, Peña Corada o Peña Oracada. Por debajo veíamos Cardaño de Abajo, pero no el de Arriba. También Valverde de la Sierra, en León, otro de los puntos de partida para esta ascensión. Igualmente veíamos los pantanos de Riaño y el de Camporredondo. Por detrás del pico Redondo se veía una densa humareda de un incendio.
Nos acomodamos para comer en torno al hito disfrutando de todo este paisaje. En la cumbre, además del punto geodésico, había una cruz y dos buzones, uno de ellos nuevo. Después de comer tranquilamente nos cercamos Mª Jesús y yo hasta la cota Oeste bajando unos metros por la cresta. Desde la misma teníamos justo debajo Valverde de la Sierra y frente a nosotros el pantano de Riaño. Divisamos todo esto y nos sacamos unas fotos antes de regresar hacia la cumbre. En este tramo fuimos viendo unos pequeños pájaros que apenas levantaban el vuelo de las rocas y conseguí sacarles unas fotos con el zoom.
Ya en la cumbre, y después de dejar nuestra tarjeta, emprendimos el descenso cuando eran las 17:10 horas. Descendimos hacia la collada entre ambas cumbres de donde partía al sur la pendiente vaguada de la pedriza por la que teníamos pensado bajar. Tuve que cambiar la tarjeta de la cámara antes de llegar a la misma. La pendiente de esta bajada es importante y el sendero resbaladizo por la grava y arenilla en la parte alta. Aunque hace algunos zigzag, hay bastantes tramos de bajada directa. Los bastones, que normalmente en las bajadas me estorban, aquí eran de gran ayuda. Algunos compañeros se fueron hacia la falda de la roca en la orilla de la vaguada, aunque no bajaban más rápido que los que seguíamos el sendero con pedreros. Por detrás comenzaron a bajar otros tres montañeros con el consiguiente peligro de desprendimiento de piedras. A mitad de la pendiente hay un escalón oblicuo que sorteamos sin dejar el sendero.
Algo más de una hora nos llevó bajar el tramo pedregoso de aquella canal hasta suavizarse en las praderías de la parte baja. Allí nos hicimos una foto de grupo con la vaguada y las dos cumbres de fondo antes de proseguir el descenso hacia un camino que veíamos y al que llegamos a las 18:41 horas. Tuvimos el error de no haberlo atravesado y haber seguido por la loma que allí estaba limpia hasta enlazar con otro de la parte baja que iba directo al pueblo. De esta forma, siguiendo el de arriba, nos fue llevando por las cabeceras de las vaguadas dando un buen rodeo.
Encontramos un manantial del que bebimos y cogimos agua y enseguida nos metimos en un bosque por el que yo me acordaba de haber bajado en aquella ocasión. Según avanzábamos con dirección sureste íbamos viendo el macizo de diferente forma y la cresta por la que habíamos subido. Entramos en un bonito hayedo donde el sol del atardecer se colaba entre el ramaje dándole un color espectacular. Ya fuera del mismo nos adelantaron los tres jóvenes que habían bajado detrás de nosotros en la vaguada.
A las 19:45 horas entrábamos Álvaro y yo en una pista de cemento ya muy cerca del pueblo. Habíamos quedado un poco por detrás y en cinco minutos llegábamos a la plaza de Cardaño de Abajo en la que algunos compañeros ya estaban acomodados en la terraza del bar tomando un refrigerio. Cuando nos separamos de Roberto y Adelino les había dejado la llave de la furgoneta y habían ido con ella hasta allí. También se quedaron con un walkie por el que nos comunicamos buena parte del día. Por su parte, Nati había llegado a la cascada de Mazobre y había bajado luego al pueblo. Ricardo y Cesar ya habían marchado.
Nos cambiamos y tomamos también nosotros una cervecita allí sentados cómodamente en la terraza. Incluso en una fuente cercana nos refrescamos un poco. A las 20:30 horas emprendimos el regreso a León. En el tramo del pantano paré a sacar una foto del pueblo y pico y más adelante unas de la bonita puesta de sol que había. Pasamos por Velilla y en Guardo saqué otra del pico desde allí. Sin más novedades hicimos el trayecto hasta Puente Villarente donde encontramos retenciones que llegaban a la capital. Nos desviamos entonces para venir por Villarroañe, aunque se da más rodeo.
A las 22:40 horas llegábamos a Guzmán donde ya estaban los compañeros del otro coche. Tras dejar a Mª Jesús en casa llegué a la mía poco antes de las 23:00 horas. Desde Cardaño hay unos 140 Km.
Aunque cansado y con agujetas, satisfecho de haber coronado una vez más esta cumbre tan destacada dentro del montañismo.