lunes, 19 de agosto de 2013

NOCTURNA "POZO FIERRO" - San Feliz de Las Lavanderas 17/18-08-13

 


XXV TRAVESÍA NOCTURNA.

1ª ASCENSIÓN AL “POZO FIERRO”. (Desde San Feliz de las Lavanderas).

17/18-08-13

Dos meses después de realizar la primera de las rutas nocturnas de este año, hemos organizado una segunda. Aunque en esta ocasión estaba programada una travesía, terminó siendo otra ascensión, aunque a una cumbre más sencilla y de poca altitud. La ruta, propuesta por José Antonio, partía de San Feliz de las Lavanderas, en la comarca de La Cepeda, para ascender al Pozo Fierro, cima de 1531 metros aunque con buenas vistas panorámicas.
Aunque el resultado final fue satisfactorio, el inconveniente de no haber dado con el refugio para dormir nos supuso un contratiempo que nos modificó un tanto el resto de la jornada.

SÁBADO 17
Pasadas las 20:00 horas llegaron José Antonio y Álvaro a mi casa de donde salimos poco después en la furgoneta. Escasos metros después recogimos a Mª Jesús para salir por la ronda sur y enlazar con la nacional a Astorga. Nos desviamos luego para entrar hacia Montejos por el que pasamos para seguir camino de Carrizo, Riofrío y terminar en San Feliz a las 21:15 horas tras 47 Km. recorridos. A la entrada de este pueblo hay un gran palacio que paramos a fotografiar antes de dirigirnos hacia el Mirador de la Cepeda, un merendero por encima del pueblo desde el cual hay una vista impresionante de la comarca y algo más. Trepamos a unas rocas para divisar todo ello mientras avanzaba el ocaso formando una bella postal de gran colorido. Sobre ella destacaba la silueta del Teleno al Suroeste. Desde allí teníamos también una amplia vista del pueblo y de algunos más en la lejanía.

En una mesa nos acomodamos para cenar cómodamente con una fuente al lado. La piedra de la que salía el grifo tenía la forma de la cabeza de un caballo. Al poco rato subieron unos vecinos del pueblo con los que entablamos conversación unos minutos. Mas tarde bajamos hacia el centro de la población para tomar un refrigerio en el bar. Seguidamente nos preparamos para la ruta carg
ando en las mochilas, el saco, esterilla y la comida del día siguiente entre otras cosas. Pesaban lo suyo con todo ello.


DOMINGO 18
A las doce de la medianoche emprendimos la marcha desde el centro de San Feliz, 1190 m,. Salimos por un camino entre arboleda y praderías hasta enlazar con la carretera. Por ella comenzamos a subir unos metros con dirección al mirador hasta darnos cuenta de que no íbamos bien. Retrocedimos sobre nuestros pasos cogiendo la otra dirección hasta llegar al desvío de otro camino hacia el Norte al comienzo del cual nos hicimos una foto de grupo. Eran las 00:17 h.
Entramos en éste y comenzamos a ascender suavemente a la vez que íbamos rodeando el Tesón por su cara Este. El ancho camino era de tierra que se convertía en polvillo en varios tramos. Echando la vista atrás se podían ver ya numerosas luces de pueblos algo más alejados al sur. También se oía la música de alguna de las fiestas de los pueblos lindantes.
Poco a poco fueron apareciendo pinos aislados al lado de este camino. En la falda del Tesón, en su parte Nordeste, hay una pequeña laguna que vimos al reflejarse la luna en ella. Por ella pasa el arroyo de La Reguera que nace poco más arriba. La luna en fase creciente ya nos alumbraba lo suficiente para no necesitar los frontales salvo en contadas ocasiones. De hecho, yo lo quité de la cabeza.

Poco a poco nos metimos a la vera de un gran pinar por nuestra izquierda. El camino se fue deteriorando un poco y algunos surcos del agua lo estropeaban así como las matas de hierba que lo invadían. Remontamos una fuerte pendiente por el mismo hasta alcanzar la cresta de la sierra a la 1:50 horas en la zona de Peña Foradada, a unos 1400 metros de altitud. Nuestro objetivo, el Pozo Fierro, lo teníamos al Oeste de la sierra por cuya parte alta transcurre otro camino bien trazado.
Por él nos encaminamos hacia la cumbre principal mientras veíamos ahora numerosas luces parpadeantes de los molinos eólicos de la zona. A ambos lados encontramos varias zonas rocosas que se alternaban con los pinares. La pista iba rodeando algunas de las cimas de la sierra, tanto por el Norte como por el Sur. José Antonio y Álvaro se iban adelantando a tramos y esperaban después para reunirnos. El peso de la mochila hacía mella en los hombros ya doloridos y comenzaba a tirar para atrás. Sin prisa fuimos avanzando por este alto mientras la noche corría.
A las 3:25 horas apareció delante de nosotros la enorme caseta forestal de la cumbre del Pozo Fierro, 1531 m. Tras ella se emplaza el vértice geodésico encima de un montículo rocoso. La caseta de piedra estaba cerrada y tenía dos alturas con un balcón rodeando el segundo piso. Nos sacamos una foto en la cumbre y otra al lado de la caseta. Un fallo que tuvimos fue no dejar tarjeta de cumbres al tener la intención de regresar por allí ya de día.
Nos acomodamos sobre la pared Sur avistando el amplio paisaje nocturno hacia ese punto cardinal. Eran numerosos los pueblos que podían contemplarse, incluso creemos que se podía ver León. A lo largo del trazado de la nacional 120 se sucedían las luces de pueblos, polígonos y urbanizaciones de todas ellas hasta pasado Astorga. La luna ya comenzaba a tintarse de naranja mientras declinaba hacia el Oeste por donde se ocultó sobre las 4:30 horas. El frío se hacía notar y la cazadora o jersey no sobraban allí parados. De haber sabido que no encontraríamos el refugio hubiésemos quedado allí mismo a dormir a la abrigada de la caseta.
A las 4:55 horas retomamos la marcha por el mismo camino de ida. Teníamos que enlazar con el que recorría la sierra y comenzamos a bajar en su busca. Tras un buen rato descendiendo comprobamos que ya era demasiado. Tuvimos que remontar de nuevo la cuesta hasta comprobar que pasaba a escasos cinco metros por debajo de la caseta al Sur.
El tramo siguiente fue más o menos “llano” hasta comenzar a descender visiblemente hacia el Norte con Murias de Ponjos en el fondo del valle. El refugio lo teníamos localizado en una foto de Google, pero no estaba claro en qué ladera se ubicaba. Además había ya varios caminos y cortafuegos en distintas direcciones, lo que dificultaba aún más su búsqueda. Cruzamos una zona de pizarra o similar antes de meternos de nuevo entre pinares y escobas. El camino casi se camuflaba con todo ello en varios tramos. José Antonio se desviaba en cada bifurcación para investigar, aunque el refugio no podía estar ya tan bajo.
Nos encontramos de pronto con una gran mesa de piedra al lado del camino y una gran cantidad de pan tirado bajo la misma. Suponemos que de alguna romería o merienda en dicho lugar, aunque para el pueblo más próximo quedaba un buen trecho aún.
Sobre las 6:30 horas comenzó a perfilarse la línea del amanecer al Nordeste. Al Sur divisamos claramente el embalse de Villameca. Poco a poco fue abriendo el día mientras avanzábamos por el ancho camino ya muy abajo y en busca de algún lugar en donde poder acomodarnos para dormir un rato. A las 7:48 horas nos dio el primer rayo de sol que salía tras el Tesón. Por la derecha del camino salía otro hacia una edificación que circular a la que nos acercamos comprobando que se trataba de un depósito de agua. No tardando llegamos a otra a la izquierda muy cerca de unas tierras labradas al lado de las cuales decidimos parar. José Antonio había quedado por detrás. Allí mismo sacamos las esterillas y decidimos tumbarnos a dormir un rato a pesar de que el sol ya nos daba de lleno. Eran las 8:10 horas y estábamos a un kilómetro más o menos de Quintana del Castillo.
Aún con el calor del sol y un mosquito zumbón que había por allí, dormimos algo más de una hora Mª Jesús, Álvaro y yo. Luego desayunamos un poco mientras el astro se elevaba y comenzaba a ser molesto el calor. En el alto de la sierra podíamos ver parte de la caseta forestal de la cumbre. En un radio de 300 metros alrededor de nosotros había algunas naves edificadas. Por el medio de una finca vimos llegar a alguien y no identificamos a José Antonio hasta que estuvo cerca. Había estado investigando un lugar para salir a la carretera sin tener que llegar al pueblo.
A las 10:25 horas retomamos la marcha por aquel ramal del camino medio perdido al lado de la finca en la que vimos sembrados titos y un tipo de cereal. Cruzamos entre la maleza un tramo antes de salir a un camino bien marcado y definido. Al lado del mismo encontramos una finca con numerosas colmenas cerca de las cuales revoloteaban gran número de abejas. Nos desviamos hacia un prado con alpacas de paja redondas en el que los primeros vieron correr un zorro. Salimos del mismo hacia una loma arbolada y luego a unas tierras repobladas desde las que vimos cercana la carretera. A ella desbocamos cuando eran las 10:55 horas. Estábamos en el punto más bajo de la ruta, a unos 1050 metros, y a 6 Km. de San Feliz de las Lavanderas.
Echamos a caminar carretera arriba a la espera de parar a algún coche para que me subiese a mí y evitar este tramo. No tardando paramos a un joven que precisamente iba al pueblo y accedió a acercarme. En pocos minutos hicimos este recorrido y con la furgoneta volví en busca de los compañeros. En un desvío de la carretera estaban esperando y allí algunos se cambiaron. Desde la parte baja se acercó una mastina con un cachorro juguetón.
Nos pusimos en marcha hacia el pantano de Villameca al que llegamos a las 11:40 horas. Aparcamos cerca del mismo y nos encaminamos hacia el agua para refrescarnos un poco. Salvo Mª Jesús, el resto terminamos metiéndonos totalmente en el embalse. Estaba caliente, pero la brisa que corría fuera no lo era tanto. Nos habíamos echado crema por la mañana, pero no ahora, por lo que terminamos quemándonos los hombros y la cara.
A las 14:20 horas nos pusimos de nuevo en ruta. Regresamos a San Feliz para seguir con dirección a Escuredo y bajar luego el puerto de La Utrera, dónde paramos y saqué una panorámica del valle antes de llegar a La Garandilla a las 15:00 horas. Buscando un lugar para comer, nos metimos por un camino paralelo al río Omaña hacia el Norte. Aparcamos al comienzo y nos acomodamos en unas piedras a la misma orilla del río. Tras la comida, y mientras Álvaro decidía quedar allí tumbado, el resto nos encaminamos por aquella ruta paralela al cauce y totalmente llena de cantos rodados en su comienzo. Así llegamos a la parte baja de uno de los puentes de la carretera que une La Garandilla con Riello y de tan solo 8 años de antigüedad. En unos de los pilares había una pareja de mujeres con sendos perros disfrutando de la tarde. Estuvimos un rato allí antes de proseguir la caminata tras cruzar un curioso y estrecho puente de cemento para meternos en una senda empedrada a cuya margen izquierda había una paredes lisas y de gran inclinación cubiertas de verde musgo. El río corría por la margen contraria tras una hilera de árboles cuyas raíces salían del terreno confundiéndose con las piedras del camino formando todo ello un bello rincón. Tras un rato de caminata se abrió el camino poco antes de salir a la carretera general. Hasta allí habríamos recorrido 1,5 Km. más o menos.
Regresamos sobre nuestros pasos hasta el coche cerca del cual estaba aún Álvaro tumbado y durmiendo. Ya se encargó Mª Jesús de despertarle haciéndole cosquillas con una pluma. Es “mu” mala.
A las 17:45 horas emprendíamos de nuevo el viaje. Lo hicimos ahora hacia Santa María de Ordás en el que paramos a tomar un refrigerio en uno de los bares. Media hora estuvimos allí, hasta las 18:30 horas, que ya nos pusimos en marcha hacia la capital. Por Rioseco de Tapia salimos a Camposagrado y sin novedades llegamos a León cuando eran las 18:50 horas. Dejamos a José Antonio cerca de casa y a Mª Jesús después. Pasadas las 19:00 horas terminábamos Álvaro y yo el viaje en mi casa de donde salía él poco después en su coche.
Sin duda resultó otra grata experiencia solo empañada en parte por no encontrar el refugio para poder descansar cómodamente más tiempo y estar luego en mejor forma. Por lo demás, según lo previsto.

  

  
























lunes, 5 de agosto de 2013

DOS HERMANITOS Y CUIÑA (Puerto de Ancares) - 04-08-13

 

2ª ASCENSIÓN AL “CUIÑA” Y 1ª ASCENSIÓN AL “DOS HERMANITOS”. (Desde Puerto Ancares).

04-08-13                         (Domingo)

En plena época estival seguimos con nuestro calendario de actividades programadas, en esta ocasión con la ascensión al pico Dos Hermanitos y la ampliación al cercano Cuiña.

A las 7:30 horas hemos salido de Armunia en mi furgoneta los cinco participantes de esta ruta: Nati, Álvaro, José Antonio, José Carlos y yo. Por la nacional llegamos a Astorga donde nos incorporamos a la autovía. Ya en la salida a Toreno la hemos abandonado para seguir el viaje por las carreteras secundarias hacia Toreno primero y luego a Vega de Espinareda. En este pueblo hemos parado a tomar un café unos minutos antes de retomar la marcha hacia Los Ancares. Después de pasar el puerto de Lumeras descendimos hacia el valle en el que se encuentra Tejedo de Ancares, en el cual paramos de nuevo cuando eran las 9:44 horas. En este pueblo nos informamos sobre una de las alternativas para subir a la cumbre siguiendo el valle del río Cuiña que partía de la carretera del puerto, unos kilómetros por encima. Las informaciones eran contradictorias, y mientras un vecino nos decía que habían limpiado los senderos, otro nos aconsejaba no meternos por allí ya que además la pendiente era descomunal. Optamos entonces por asegurar el acceso decidiendo subir hasta el alto del puerto Ancares. Desde la carretera vimos efectivamente lo abrupto del terreno en la parte alta del valle con cortados y paredes verticales de difícil acceso.

A las 10:25 horas llegábamos al alto de este puerto con 1648 metros de altitud tras 153 Km. recorridos. Aparcamos en la explanada cercana y nos acercamos hasta el mirador de Balouta desde el cual se puede divisar este pueblo y el valle de la parte Norte. También cercano hay un merendero donde nos sacamos una foto de grupo con las cumbres que íbamos a ascender de fondo. El día despejado animaba a la caminata.

Eran las 10:50 horas cuando emprendimos la ruta saliendo por un sendero muy marcado desde el mismo aparcamiento. Por la umbría de la sierra transcurre el mismo entre escobas hasta alcanzar la parte alta poco después. Descendimos luego unos metros hacia un collado anterior a la Peña Venera en el que se encuentra un pequeño refugio. En la cima de este pico vimos una especie de antenas con el zoom de la cámara. Desde el refugio emprendimos la subida por la loma de dicha peña bordeándola por la parte Norte entre riscos pedregosos y matas con arándanos aún poco maduros. No tardamos en divisar Suarbol en el fondo de otro valle del Norte y en la lejanía algunas poblaciones más ya de la provincia lucense.

Ascendimos poco a poco hasta alcanzar la collada occidental de la peña desde la cual vimos un grupo de montañeros ascender por la ladera de la siguiente cima, el Alto de Brañutín. Nosotros decidimos echarnos al valle del Sur para seguir la senda a la laguna de Ferreira que bordea dicha cumbre y la del Cuiña, en cuya falda se emplaza la misma. El sendero muy marcado nos hizo perder altitud atravesando algunas zonas pedregosas. Más adelante se suavizó antes de comenzar a ascender bruscamente por una especie de canal. Enseguida divisamos otro refugio circular algo por debajo hacia el que tuvimos que descender. En esos momentos nos sobrevolaban a baja altura varias rapaces. Yo creo que esperando que alguno cayésemos....

A las doce del mediodía llegamos a dicho chozo de piedra y pizarra en el que nos detuvimos unos minutos y repusimos fuerzas. Estaríamos a unos 1800 metros de altitud. Frente a la puerta teníamos la cumbre del Dos Hermanitos, o Campanario, como también se le conoce, con sus dos cimas. Retomamos la marcha y comenzamos a subir por la ladera sin dejar el sendero que nos llevó a pocos metros de la collada anterior al Cuiña. Allí dejamos atrás a un grupo de chicas que también iban a la laguna. Hacia ella volvimos a descender llegando a su altura cuando eran las 12:30 horas. Ésta se encuentra a unos 1820 metros de altitud.

Esta Laguna o Pozo de Ferreira tiene una curiosa forma de suela de zapato vista de unos metros por encima. En sus orillas había más personas del grupo que habíamos dejado atrás. Por la empinada ladera del Cuiña bajaban un par de personas más a través de los numerosos pedregales que la cubren.                  

Sin detenernos mucho pasamos por este punto para seguir subiendo ahora bajo unas escarpadas paredes con dirección a la collada entre el Cuiña y el Dos Hermanitos. A las 13:00 horas llegamos a la misma teniendo desde ella una amplia y bonita vista del valle de La Grandela por el que hace unos meses bajamos del Mustallar, que ahora también contemplábamos “a tiro de piedra”. Al final de dicho valle se veía la confluencia con el de Villouso en la que habíamos dejado los coches, y un tramo más al fondo distinguimos algunas casas de Burbia.

Por la misma cresta nos encaminamos hacia la cumbre siguiendo el sendero muy trotado que enseguida se metió hacia la parte Oeste. No tardamos en divisar un numeroso grupo de rebecos a pocos metros de nosotros trepando por la roca. Bajamos unos metros para encontrarnos con un paso un tanto dificultoso, que no peligroso, tras el cual remontamos una fuerte pendiente. Desde la misma cresta vimos al rebaño encaramado en los riscos y muy cercana un ave rapaz que me pareció un buitre.

Me quedé rezagado sacando fotos de todo ello y no tardé en alcanzar la primera cima de esta cumbre. La principal se emplazaba unos metros más adelante tras un pequeño colladín que crucé en pocos minutos. A las 13:30 horas alcanzaba la cumbre del Dos Hermanitos con una altitud de 1906 metros. En la misma había un monolito de rocas sin buzón ni señal alguna. En un bote dejamos nuestra tarjeta y nos sacamos unas fotos de grupo. Cerca de la laguna se seguía viendo personal.

La vista era amplia y clara con numerosas cumbres en redondo. En la misma sierra teníamos el Cuiña, Peña Longa y Mustallar entre otros. En la lejanía estaba la zona del Morredero y sus numerosas cimas. También se distinguían varias de los montes de la Cabrera en los que se encuentra el Picón, ascendido hace dos semanas. Al otro lado del puerto emergía el Miravalles.

A las 14:05 horas decidimos pasar hacia el Cuiña. Siguiendo más o menos los pasos de subida descendimos hacia la collada intermedia destrepando algunas zonas rocosas que antes no habíamos encontrado. Así llegamos a la collada más baja, 1846 metros, desde la cual se comienza a remontar la ladera Sur del Cuiña. Mientras José Antonio seguía la misma cresta, el resto nos metimos en una vaguada herbosa que tuvimos que subir hasta la parte alta. En unos riscos había unos restos de antenas o equipos de medición a los que se acercó Álvaro. Desde la cresta vimos la laguna y también la parte alta del puerto con algunos coches aparcados allí, no el mío, oculto tras la loma.

Sin abandonar la senda fuimos ganando altura cruzando algunos pedreros antes de salir a la loma campera que forma la cumbre del Cuiña. A las 15:05 horas llegaba yo a esta cima de 1987 metros de altitud en la que sí hay un buzón metálico en medio de la gran explanada. Sentados en el borde Nordeste estaban los compañeros ya bocata en mano. Unos metros por debajo se veía un nevero cercano a la collada. Ahora se distinguían más cumbres de la sierra detrás del Mustallar como el Tres Obispos o Peña Rubia. Estando allí entablamos conversación con unos montañeros que habían subido y que venían con un niño. También hablamos con Nati, que había llegado a la laguna y ya estaba de vuelta al puerto. 

A las 17:25 horas comenzamos a bajar directamente a la collada del Norte, 1833 m. Desde ella nos acercamos hasta el nevero que en su parte gruesa tendría un metro de espesor. En él nos sacamos unas fotos y retomamos la marcha ascendiendo ahora hacia el Alto de Brañutín, 1884 metros, por el que pasamos sin detenernos. Bajamos hacia la parte contraria pasando al lado de unos acantilados verticales de los que había que cuidarse.

Álvaro y José Carlos se habían adelantado mientras José Antonio y yo quedamos por detrás. No tardando llegamos al collado en el que nos habíamos desviado de la cresta por la mañana. Desde allí nos metimos en la ladera Norte de Peña Venera para rodearla. Habíamos comentado la posibilidad de subirla, pero no vimos sendero a ella. En este tramo volvimos a ver más rebecos a poco distancia de nosotros pudiendo fotografiarlos nítidamente.

Ya con el refugio a la vista vi a Nati en él con el zoom de la cámara. Por la parte alta vimos aparecer a Álvaro y José Carlos, que al final habían subido a la Peña Venera y ahora bajaban entre las escobas. Tras dejar atrás la cabaña nos reunimos todos subiendo la loma siguiente que ya caía hacia el alto del puerto. El sendero la rodeaba sin llegar a la parte alta, aunque otro lo hacía por esa zona y ellos lo siguieron.

A las 19:00 horas terminábamos la ruta en el aparcamiento del alto del puerto Ancares. José Antonio bajó unos metros por la ladera Sur y recogió una chapa grande de un letrero de un camping que no se podía identificar. La metimos a la furgoneta para tirarla luego en un contenedor de los pueblos de abajo.

Tras cambiarnos y demás decidimos bajar por la carretera hacia el Norte dónde José Antonio nos quería enseñar un bonito rincón. Al lado de la bifurcación a Suarbol sale una pista asfaltada por la que recorrimos unos 3 Km. hasta llegar a unas brañas restauradas llamadas Pan de Zarco, ya en Lugo. Allí se pueden ver una docena de viviendas de piedra y pizarra restauradas y una palloza cerca de la cual hay una fuente. Por allí vimos a algún perro y a un ciclista que subía hacia el puerto.

De regreso hemos cogido el desvío a Balouta, situado en la falda del Miravalles,  en el cual aún pueden verse varias pallozas más o menos conservadas. Nos dimos un paseo por el pueblo antes acercarnos al Centro de Turismo Rural en cuyo bar nos tomamos un refrigerio. Al ir a la furgoneta nos encontramos debajo un pequeño gato que se escondía de un perro que rondaba por allí.

A las 20:30 horas nos pusimos de regreso a casa. Subimos todo el puerto encontrándonos algunas vacas en medio de la carretera. Sin novedades llegamos a Vega de Espinareda donde cogimos la carretera a Ponferrada para dejar a José Carlos en Santo Tomás de las Ollas. Allí cogimos la autovía hacia Astorga en donde enlazamos con la nacional a la capital llegando poco antes de las 23:00 horas a Armunia.