viernes, 31 de julio de 2020

CUENCA 15/21-07-20 (VIERNES 17)



TRAVESÍAS Y VISITAS EN CUENCA Y PROVINCIA

PARQUE ARQUEOLÓGICO DE SEGÓBRIGA / TORCAS DE LOS PALANCARES Y TIERRA MUERTA / LAGUNAS DE LA CAÑADA DEL HOYO / CIUDAD ENCANTADA / NACIMIENTO DEL RÍO CUERVO / CALLEJONES DE LAS MAJADAS / CARAS DE BUENDÍA

15/21-07-20

 

Durante la semana que he pasado de vacaciones en Cuenca he visitado y recorrido varios parajes naturales de su provincia que quiero incluir dentro de los resúmenes de montaña. Algunos han sido rutas propiamente dichas, mientras que otras fueron visitas a espacios algo más turísticos, aunque todas ellas dentro de entornos de la naturaleza. Por ello voy a redactar una crónica de las mismas, así como unas reseñas mas resumidas de los demás días aunque sean solamente turísticos, para que quede constancia dentro del largo listado de rutas montañeras. La mayoría de los planes los llevaba ya pensados desde casa, aunque siempre surgen muchas improvisaciones, algunas no tan positivas como se desea.

El GPS me sirvió para saber exactamente los kilómetros hechos en cada paseo o ruta y el total de los mismos, con el pequeño error que pueda tener. En él llevaba algunas de las rutas que hice. Como se puede comprobar en los diferentes resúmenes, “abuso” un poco de los datos técnicos: kilómetros hechos, tiempos, horas, etc, etc. En las redacciones de los paseos y visitas turísticas no son tan relevantes, pero sí los considero importantes en las rutas ya que pueden servir de referencia a quien quiera hacer las mismas guiándose de lo que redacto yo.

La mascarilla fue compañera inseparable durante todos estos días, si bien es cierto que en muchas ocasiones la ausencia o escasez de personas cerca la hacía innecesaria.    


VIERNES 17 (TORCAS DE LOS PALANCARES Y TIERRA MUERTA

/ LAGUNAS DE LA CAÑADA DEL HOYO / CAÑETE)

El viernes lo comencé con una incidencia que me hizo cambiar los planes previstos, que era visitar la Ciudad Encantada y otros lugares de la zona Norte de la provincia un poco más lejanos. Salí del hotel a las 8:45 horas, y tras desayunar en un bar cercano, me acerqué hasta donde tenía la furgoneta. Nada más arrancar y salir de la plaza en la que estaba noté algo raro en ella, no tardando en descubrir que la rueda derecha delantera estaba pinchada. Enseguida vi la cabeza de un tornillo metida en la goma. Tuvo que ser el día que llegué y casi al aparcar. La cambié y me fue en busca de un taller que me la arreglase. A las afueras de la ciudad encontré uno, pero tardaban una hora más o menos en tenerla. 

No me podía arriesgar a marchar sin ella, ya se sabe, la ley de Murphy es muy traicionera, y basta que marchase sin rueda de repuesto para que.......Así que decidí no alejarme de la ciudad mientras tanto y me encaminé hacia el Cerro del Socorro, por encima del casco antiguo y en la otra punta de la ciudad. Pues bien, tras atravesar por el medio de la misma y salir paralelo al río Huécar, emprendí una subida por la carretera con un buen rodeo hacia el mirador dejando atrás bonitos rincones entre enormes piedras, pinares y vistas a la Hoz del Huécar. Media hora me llevó recorrer los 15 Km desde el taller al mirador, haciendo una pequeña parada para unas fotos en la subida.

Las vistas desde el mismo son espectaculares y de nuevo pillé la mejor hora con el sol detrás iluminando todo el casco antiguo, las Casas Colgadas y buena parte del resto de Cuenca y alrededores. En el mirador, una gran figura del Sagrado Corazón se eleva en un alto pedestal con la imagen de la Virgen abajo. Por la noche se ve iluminado desde buena parte de la ciudad. Allí saqué numerosas fotos del amplio y bonito paisaje que se ofrecía antes de emprender el descenso de nuevo hacia el taller, que veía por cierto desde el mirador.

A las 12:00 h del mediodía tenía la rueda ya reparada y cambiada, aunque decidí dejar la de repuesto en el maletero a mano “por si acaso”. Emprendí entonces el viaje hacia las Torcas de Palancares y Tierra Muerta, paraje emplazado a unos 20 Km de allí hacia el Sudeste. Por la N-420 se deja atrás Mohorte y poco más de un kilómetro más adelante me desvié por otra carretera, o más bien pista forestal asfaltada y con numerosos baches, a lo largo de 11 Km hasta llegar a aparcamiento de la ruta y el centro de información, cerrado para que variar.

ENLACE RUTA

A las 12:30 horas aparqué en dicho lugar en el que solo había otro vehículo que marchaba en esos momentos. Con una pequeña mochila con agua y poco más emprendí la marcha a las 12:40 horas a una altitud de 1195 metros. Para hacerse una idea un poco general de la ruta desde un principio diré que está marcada, más o menos, y que transcurre por senderos, caminos y algunos tramos de carretera, aunque como suele suceder, terminé metido entre maleza y matorral bajo en más de una ocasión. Además iba en playeras y adelanto que los calcetines terminaron en la basura. A tener en cuenta siempre llevar botas de montaña y algo de ropa apropiada, aunque las rutas se prevean sencillas.

Cerca del aparcamiento se encuentran las dos primeras torcas, la del Agua y el Torcazo. Hay que aclarar también que son las torcas. Pues bien, se trata de enormes agujeros en el terreno, más o menos circulares, de varios metros de profundidad y de diámetro y con paredes verticales que pueden estar áridas por completo o con arboleda y matorral. En total hay en la zona unas 20, algunas más espectaculares que otras.

Cerca de la del Agua vi una oveja con el corderito al lado. Ya digo que intentaba seguir la ruta marcada y que además llevaba en el GPS, pero no siempre se podía o me desviaba adrede para ver otros puntos. La siguiente torca era la de la Escaleruela, socavón con mucha arboleda dentro. La del Lobo era impresionante con escarpadas paredes iluminadas por el sol. Entre el pinar seguí avanzando por sendero encontrando algunos carteles informativos de la ruta y tradiciones de la zona.

Salí a la carretera un tramo y me desvié hacia otra de las torcas por un camino siguiendo el track del GPS, llevaba dos de referencia  muy similares. Pues bien, no tardó en comenzar a cerrarse de maleza intransitable y decidí volver sobre mis pasos al asfalto para seguir otro pequeño tramo por él hasta llegar a la torca Rubia, situada en la margen izquierda de la carretera, al contrario que el resto. También ésta era destacable y me metí por un sendero de roca unos pocos metros hacia abajo para tener mejor vista y fotografiarla. Volví a la carretera y retrocedí unos metros antes de meterme de nuevo al monte por la otra margen siguiendo un camino que me llevó en pocos minutos a la del Ceñajo. De seguido están la del Tío Agustín y del Sastre, ambas también destacables. Eran las 14:10 horas cuando llegué a esta última tras 4,300 Km hechos.

A partir de aquí tengo que decir que, si bien no me arrepiento de haber hecho la ruta entera para conocerla por completo, tampoco fue tan espectacular como hasta ese punto, salvo el tramo final que se podía ver desde la carretera misma, como detallaré. A parte de los dos jóvenes que marchaban en el coche cuando yo llegué, solo me encontré a una familia en el primer tramo. El resto de la ruta no vi a nadie. El sol calentaba con fuerza y solo la sombra en algunos puntos de los pinares aliviaba el calor. Sí que iba bien preparado con visera, crema protectora y agua.

En un camino encontré una señal que marcaba al aparcamiento 1,033 Km así como carteles de “sentido único” referidos al Covid 19. En muchas torcas, no todas, vi carteles con el nombre de la misma y la distancia a la siguiente. Éstas, como apunté, no eran tan espectaculares ya que estaban más cargadas de arboleda, aunque no por ello dejaban de ser bonitas. Después de la del Sastre pasé por las de El Tío Demetrio, los Avellanos, Pancho, Honda o Aligosa. Algunas sí destacaban por su diámetro de varios metros. Por el ancho camino entre pinos llegué a la de Covacha y la Zorra. En ella abandoné el camino para meterme por su borde escarpado y terreno de tierra y rocas. Por esa parte ya iba un poco cansado y con ciertas ganas de dar la vuelta. Como digo, aunque seguían siendo bonitas y algunas destacables, no eran ni mucho menos tan espectaculares como las primeras. Ya no me quedaba mucho para llegar al punto en el que emprendía el regreso y por ello decidí rematarlo por completo.

Las dos últimas torcas de este extremo son las de Medio Celemín y la Larga. Esta última sí destaca por su gran diámetro y su hondonada cargada de pinos verdes. En medio del terreno vi lo que parecía los restos de un cartel de madera, cancilla o similar, no supe lo que era exactamente. A las 14:56 horas estaba en el punto más alejado del comienzo, a 2,520 Km en línea recta y habiendo recorrido 7,200 Km.

No tardé en salir a un ancho camino que ya no abandonaría hasta casi el final. Un cartel señalaba la Torca de la Novia a 2,000 Km en la dirección al aparcamiento. Recto en muchos tramos, transcurría entre algunos altos pinos dispersos en el paisaje. Ya me iba pesando la ruta, sobre todo por el calor, el directo y el que desprendía el árido terreno. A las 15:30 horas salía a la carretera a 1,200 Km del final, aunque aún me quedaba por ver otros dos puntos importantes de la ruta.

De allí mismo salía otro camino menos marcado por la margen contraria por el que me metí a lo largo de 350 metros hasta llegar al Pino Candelabro. Se trata de un singular ejemplar de gran altura con cuatro curiosas ramas en forma de candelabro que fotografié por todos los lados. Salí a la carretera por el camino “oficial” de acceso ya que un indicador en la misma marcaba la situación del raro ejemplar a 500 metros. Casi en ese mismo punto, al lado de la carretera, se encuentra la torca de La Novia, otra hondonada de no mucho diámetro pero de paredes escarpadas y verticales.

Escasos 900 metros me restaban por asfalto del final de la ruta, terminando la misma a las 16:05 horas tras un total de 11,700 Km hechos con un desnivel acumulado de 240 metros.

A las 16:20 horas me puse en marcha para seguir conociendo lugares de la provincia conquense. A unos 2 Km, por la carretera que había terminado la ruta, se encuentra el Pino Abuelo. Se trata de otro ejemplar destacado, a pocos metros de la carretera, con altura considerable y curioso ramaje que sale de los dos troncos en los que se divide el principal.                    

De nuevo en marcha por aquella carretera, o mas bien pista forestal asfaltada llena de baches, fui avanzando hasta desviarme a Cañada del Hoyo, pueblo al que llegué a las 16:55 horas tras 14,600 Km desde las Torcas. En este pueblo y a esas horas ya, conseguí que me dieran de comer en un bar un cuenco de morteruelo, plato típico conquense consistente en una especie de paté de carne guisada, muy rico por cierto. Me di una vuelta con la furgoneta por el pueblo antes de retomar la marcha. En lo alto se puede ver el castillo y pasé por la plaza del ayuntamiento y de la iglesia.

A tan solo 4,500 Km se encuentran las Lagunas de la Cañada del Hoyo a las que llegué cuando eran las 17:55 horas. Aparqué la furgoneta y me dispuse a recorrerlas. Se trata de 7 torcas similares a las vistas anteriormente, pero con agua. Un cartel, que debería de haber leído un poco más detenidamente antes de comenzar, por lo luego sucedido, marcaba la situación y descripción de las mismas. La altura media a la que se encuentran es de 1000 metros.

ENLACE RUTA

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/lagunas-de-la-canada-del-hoyo-cuenca-17-07-20-54071074

Cinco minutos después de aparcar iniciaba la marcha acercándome a la laguna más próxima, la de La Gitana o de la Cruz. Cuenta la leyenda que dos enamorados gitanos rompen por desavenencias familiares y la mujer desaparece en la laguna. Cada verano el agua cambia el tono verde-azulado habitual por el blanco-lechoso por el desamor sufrido por la gitanilla. Al lado de la misma se puso una cruz posteriormente, y de ahí el segundo nombre.

Como apunte, el paraje es similar a las Torcas de Palancares con la diferencia de que los hoyos son lagunas. Esta primera tenia el tono verde-azulado, no el blanco veraniego como decía la leyenda. Por un sendero rodeé unos metros para tener mejor perspectiva de la misma, que con el sol en la posición correcta, favorecía dicha vista. Volví al punto de inicio para acercarme a la segunda laguna, la Lagunilla del Tejo, una torca circular casi perfecta en la que puede verse multitud de algas dentro del agua oscurecida. Los pinos y escarpados rodean la misma formando también un paisaje digno de postal. Una franja de terreno elevado separa esta laguna de la tercera, la Laguna del Tejo, de mayor diámetro que la anterior y con aguas igualmente azuladas como la de la Gitana. En sus laderas puede verse algún tejo, de ahí el nombre.

Retrocedí nos metros para coger un camino con dirección a las otras cuatro lagunas, más distanciadas. No tardando me encontré con una finca en la que terminaba dicho camino siguiendo paralelo al vallado un estrecho sendero por el que me metí. Coronando la tapia de piedra habían hecho varias figuras decorativas con el mismo material. Por dicho sendero avancé entre maleza y pinos dejando a un lado una torca seca. Después de casi un kilómetro recorrido llegué a la laguna de La Llana, llena de juncos. La rodeé ya por sendas muy cerradas hasta que ya no pude avanzar más por la valla del recinto y la maleza. Volví sobre mis pasos hasta el comienzo de esta laguna desviándome por un sendero que subía y que me llevó en pocos metros a la tapia de la finca. Desde allí pude ver parte de esta poza entre los pinos. Eran las 19:00 horas cuando emprendí el regreso al inicio de la ruta.

En una pequeña charca medio seca vi saltar una rana. Dejé atrás la torca seca y llegué a la entrada al recinto. Fue ahora cuando vi un cartel en el que especificaba el carácter privado de las otras cuatro lagunas, la de la Llana, Cardenillas, Tortugas y Parra, visitables desde la finca que había rodeado. Luego lo vi también en el cartel inicial que había revisado solo por encima. Ya casi terminando la caminata me crucé con una pareja que me dio la impresión iban con la misma intención que yo. Les dije lo que había y optaron por darse la vuelta conmigo. Me comentaron ellos que tenían intención de acercarse a Cañete, otra localidad que en la oficina de turismo de Cuenca me habían recomendado visitar a mí también y a la que tenía intención de ir a continuación. A las 19:20 horas terminaba esta pequeña ruta de 3,700 Km con un desnivel acumulado de menos de 100 m. 

No tardando me puse en marcha con la furgoneta por una carretera un poco mejor que la anterior. En Valdemoro de la Sierra paré a beber agua en una fuente y llenar la cantimplora, compañera inseparable dentro de la mochila durante todas las vacaciones junto con la cámara, accesorios de la misma y algunas cosillas mas “por si acaso”. Continué viaje hacia Cañete en el que entré a las 20:10 horas. Minutos después aparcaba en el centro tras 34,700 Km desde las lagunas. Allí mismo me encontré con la pareja que había visto en las lagunas y con ellos coincidí durante un buen rato del paseo por esta localidad. 

No lejos se encuentra la muralla y el castillo de la localidad con varias puertas de acceso. Por sus calles cruzamos a la parte contraria del pueblo donde comenzamos a ver uno de los atractivos de la localidad, el Paisaje Ilustrado de Cañete. A lo largo de las calles y plazas de Cañete hay dispuestas una serie de figuras a tamaño real simulando escenas cotidianas de antaño. Las figuras son metálicas y planas pintadas de forma muy realista confundiéndose totalmente con el paisaje. Al lado de una fuente puede verse un carro tirado por una mula con un hombre hablando con una señora y una niña que van a por agua. En el carro va montado un niño y otra mujer. No lejos está la iglesia en la que puede verse la escena de una procesión con la Virgen a hombros, el párroco, monaguillos, etc. etc, llegando al templo. Bajamos hacia el arroyo de las Fuentes a ver una bonita cascada cerca de la cual se emplazan las figuras de unas mujeres lavando en el río y niños jugando. Otra mujer y un hombre muelen cereal en un molino. De nuevo en las calles principales, en un muro, hay una escena de un encierro con los mozos encaramados en el mismo y el toro saltándolo. Unos niños juegan con unos aros en la fachada de una casa y otra joven con mochila mira al horizonte desde una terraza mirador. Esas fueron las figuras que fui viendo a lo largo del paseo y seguro que me dejé alguna más. Con algunas me saqué fotos. Antes de llegar a la furgoneta crucé otra puerta muy guapa de la muralla del siglo X. Por Cañete me hice 2,300 Km.

A las 21:20 horas emprendía el regreso a Cuenca por la N-420. Durante el trayecto disfrute de un precioso cielo anaranjado al atardecer. No sé por qué, y me pasó más veces durante la estancia en Cuenca, en muchos lugares me quedaba sin cobertura en el móvil afectando también al GPS del Google Maps. Usando una función del GPS de montaña, te da también el trayecto a seguir por carreteras, lo cual me sirvió para entrar en la capital y llegar al aparcamiento donde dejaba la furgoneta. A las 22:30 horas llegaba al mismo tras 72,400 Km desde Cañete. 25 ºC marcaba un termómetro cercano. Antes de llegar al hotel cené en un bar, entrando al mismo a las 23:20 horas. En total ese día había hecho 20,856 Km caminando y 179,500 Km en la furgoneta.  

CUENCA




MIRADOR DEL SOCORRO























TORCAS DE PALANCARES Y TIERRA MUERTA

























































NUMEROSOS BACHES TAPIZABAN LA CARRETERA / PISTA FORESTAL





CAÑADA DEL HOYO







LAGUNAS DE LA CAÑADA DEL HOYO


























VALDEMORO DE LA SIERRA

CAÑETE - MURALLA Y PAISAJE ILUSTRADO































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