EL BLOG DE JAVI GALLEGO: VILLAR DEL PUERTO - PEÑA EL CASTRO - ALTO DEL HORZAL

martes, 6 de junio de 2023

VILLAR DEL PUERTO - PEÑA EL CASTRO - ALTO DEL HORZAL - VALLE DE VEGACERVERA 03-06-23

1ª TRAVESÍA “VILLAR DEL PUERTO – PEÑA EL CASTRO (FORMIGOSO) (2ª Ascensión) – ALTO DEL HORZAL (1ª Ascensión) – COLLADO EL RASÓN – VALLE DE VEGACERVERA – VILLAR DEL PUERTO”.

03-06-23 (Sábado)

Una vez más nos hemos quedado cerca de la capital para hacer una ruta parcialmente truncada por la climatología adversa de parte de la jornada. Alcanzamos dos de las tres cumbres previstas, atajando además parte del trazado obligados por la fuerte tormenta que desde mediodía descargó en la zona. Todo ello se detalla en el relato que sigue.

A las 8:20 horas, con 12º C en el exterior, salía de casa para recoger a los tres compañeros que iban conmigo en la furgoneta: José Luis, Juan y Álvaro. Silvano se uniría más tarde. Por la carretera del Torío avanzamos hacia el Norte con el cielo solo moteado por algunas brumas. Así llegamos a La Estación de Matallana donde hicimos una parada para desayunar y donde nos reunimos con Silvano. En los dos vehículos continuamos el viaje hasta Vegacervera donde tomamos el desvío de la carretera que pasa hacia La Vid, en el valle del Esla. En este trayecto se encuentra Villar del Puerto donde llegamos cuando eran las 10:00 horas. Tras pasar por algunas de sus calles sin encontrar donde aparcar, volvimos hacia a la entrada donde paramos cerca del puente sobre el arroyo de la Cinera o Villar.

Anotaré aquí, al comienzo, que la primera de las cumbres ascendidas la habíamos alcanzado algunos en otra ocasión anterior, si bien la tenía registrada con el nombre de Formigoso. De ello me enteré ya en casa revisando mapas y fotos atrasadas, así como que subimos y bajamos por este valle que ahora íbamos a recorrer. Es una cumbre que en muchos de los mapas no tiene nombre y en aquella ocasión lo dedujimos, erróneamente, por el nombre del collado cercano que así lo identifica.

Nos preparamos para la ruta que iniciamos a las 10:30 horas tras una foto de grupo a una altura de 1272 metros. Recorrimos escasos 100 metros por el asfalto hacia el pueblo antes de desviarnos por un camino cubierto por alta hierba con dirección contraria, hacia el Norte. Paralelos al arroyo anterior comenzamos a ganar altura entre escobas y algunas formaciones rocosas que se elevaban por encima de nosotros cerrando el estrecho valle. Tras un tramo recorrido cruzamos el pequeño cauce para seguir ahora por su margen derecha bajo algunos riscos. Íbamos cogiendo altura sobre el arroyo, que se encajonaba en el fondo de la vaguada y en el cual vimos algunas pequeñas cascadas. Por delante ya veíamos también la Peña el Castro, nuestro primer objetivo. La primavera en pleno esplendor se mostraba en el verdor de las praderías y las innumerables flores que crecían en ellas. A la vera del camino vimos algunas arquetas de captación de agua y trozos de tubería que asomaban en varios lugares.

En un momento determinado vimos sobrevolar un águila a la que conseguí sacar un par de fotos decentes en pleno vuelo. Precisamente, poco más adelante, una roca en la parte alta tenía la forma de dicho ave posada y vigilante. Enseguida apareció por delante el refugio de San Benito al que llegamos a las 11:20 horas y tras 2,500 kilómetros hechos. Este recinto de piedra, madera y teja tenía una chimenea y el suelo de baldosa. Dentro también vimos un par de estampas con la imagen del santo y algo de leña. Estaba rodeado por una alambrada medio destruida para protegerlo de los animales. Está emplazado a una altitud de 1502 metros.

Seguimos la caminata hacia la cabecera del valle desviándonos enseguida al Este ya por un estrecho sendero. Poco a poco el cielo se había ido cubriendo por nubes desde el Norte, de momento no muy consistentes. Llegamos entonces a una fuente con un pilón estrecho pero de varios metros de largo. Allí cambiamos de rumbo para meternos en otro camino que bajaba de la cabecera Norte hacia el Sudeste. Solo caminamos por el mismo unos pocos metros antes de desviarnos hacia la empinada falda de la Peña el Castro en la cual bajamos algo el ritmo de la marcha. Poco a poco se fue ampliando el paisaje y hacia el Norte emergieron las cercanas cumbres del Fontún, Machamedio o Salguerón, entre otras.

Cómodamente fuimos remontando la ladera hasta alcanzar la cima a las 11:55 horas y tras 3,400 km hechos. Esta cima de la Peña del Castro tiene una altitud de 1671 metros y la forman dos cumbres cercanas de similar altura. En la situada algo más al Norte hay un hito de rocas con un palo en medio y allí dejamos nuestra tarjeta de cumbres. La vista era amplia contemplando numerosas cumbres alrededor, aunque solo las más destacadas ya que la altitud a la que estábamos no era muy considerable. Además de las antes mencionadas, en la lejanía se distinguía el macizo de Peña Ubiña, ya medio oculto por las nieblas, las Tres Marías y varias cumbres más del Valle de Arbás. Al Este y Sur teníamos la sierra del Sancenas, el Correcillas o Polvoreda y Peña Galicia entre otros. Acertamos a distinguir también el Bordón de Lugueros, ascendido hace menos de un mes. Al Sur destacaba el cueto San Mateo y los cercanos Alto del Horzal y Peñas Blancas hacia los que nos dirigiríamos. Por el camino del valle que rodeaba la cumbre por el Norte y que sube desde Valporquero vimos pasar a cuatro montañeros

Como ya anoté, viendo las fotos de aquella ocasión en febrero de 2007, pude verificar que fue esta cumbre la que coronamos en medio de algo de ventisca de nieve en una ruta desde Ciñera y pasando por el Faedo y Villar del Puerto.

Nos sacamos unas fotos de grupo y a las 12:30 horas emprendimos el descenso por la vertiente Suroeste. La bajada era muy rocosa y en algunos lugares había pequeños destrepes. Yo decidí volver sobre mis pasos unos metros para evitarlos, aunque como digo, no suponían mayor peligro. Ya por terreno más montano perdimos altura hacia los puertos situados entre el valle por el que habíamos subido al Oeste y el del Barranco de Lagos al Este. En esta altiplanicie de praderías encontramos otra fuente con larga pila bebedero y vimos unas huellas de vehículo que la cruzaban. Atravesamos una zona algo pantanosa, pero ahora seca por completo. En ese punto más bajo estábamos a 1518 metros de altitud y desde allí iniciamos la subida hacia la segunda cima de la jornada. Bordeamos unas barrancas antes de alcanzar una ante-cima más baja de 1551 metros con un monolito de rocas en ella. Por la cresta montana, o por senderos un poco por debajo de ella, avanzamos hacia el Alto del Horzal mientras al Norte los nubarrones ganaban terreno en el cielo. En unas praderías al Este distinguimos un gran rebaño de ovejas que fotografié con el zoom de la cámara. No lejos de la cima trepamos una pequeña zona de rocas verticales sin mayores dificultades.

A las 13:20 horas llegamos a la cumbre del Alto del Horzal y sus 1626 metros de altitud. Otro hito de rocas apiladas marcaba la cima de este pico. La vista era similar a la de la cumbre anterior, aunque ahora se veía parte del pueblo de Valporquero, la Atalaya y el aparcamiento de la cueva en el que había un autocar y varios vehículos más.

Nos acomodamos para comer allí mismo mientras seguían cerrándose las nubes por encima de nosotros. Al sur se veía un pequeño tramo de la carretera por la que habíamos llegado al pueblo. También, sabiéndolo y fijándose mucho, se podía ver León. Con la cámara de fotos y el zoom capté algo.

Tras la comida nos sacamos unas fotos y dejamos una tarjeta de cumbres antes de iniciar el descenso a las 14:10 horas. En esos momentos se escapaban algunas pintas de agua. Nos echamos a la loma Sudeste desde la cual vimos durante un momento parte del pueblo de Valle de Vegacervera por el que más tarde pasaríamos. Llegamos al collado que separa la cumbre anterior de la de Peñas Blancas, de 1622 metros, a la que hubiésemos ascendido de no haber sido por la amenaza de lluvia y tormenta que ya era evidente. En ese punto nos despedimos de Silvano, que tenía que volver antes, por lo que decidió abandonar la ruta para bajar a Valle de Vegacervera directamente.

El resto iniciamos el descenso por la vaguada hacia el valle del arroyo Gocillo, al que algo más arriba se había unido el del Barranco de Lagos. Poco a poco la vegetación se hizo algo más espesa entre escobas, espinos, tojos, etc. Encontramos más abajo unas matas de bonitas peonías de gran belleza. Cruzamos algunos muretes de piedras y unos pedreros antes de llegar a la parte baja donde tuvimos que parar a cubrirnos ya que la lluvia había hecho acto de presencia. El cielo se había oscurecido por completo y se escuchaban truenos.

La ruta que llevábamos prevista y el track del GPS se dirigía a Valporquero para subir luego por la zona de la cueva y tomar el camino del collado El Rasón. En este tramo teníamos además la opción de ascender a Peña Moneca. Viendo el panorama que se estaba preparando optamos por variar dichos planes y bajar directamente por el valle en el que estábamos al encuentro de la ruta sin pasar por Valporquero. Igualmente descartamos la idea de subir a la peña.

Por este valle del arroyo Gocillo perdimos altura entre praderías ya totalmente húmedas mientras sonaban los truenos y los relámpagos iluminaban el cielo por encima de nosotros. En la parte baja se estrecha dicho valle entre paredes rocosas formando un corto pero angosto desfiladero por el que transcurre el cauce que tuvimos que ir sorteando como pudimos saltando algunas piedras. Así llegamos a la confluencia con el valle que sube desde la zona de la Cueva de Valporquero y por el cual asciende un camino al que nos incorporamos tras remontar un pequeño tramo desde el arroyo. Eran las 15:10 horas, llevábamos 8,000 km y estábamos a 1368 metros de altitud.

En esos momentos “jarreaba” con todas las fuerzas y la tormenta era fortísima, los truenos se unían unos a otros en un estruendo continuo. Echando la vista atrás pudimos ver el pueblo de Valporquero medio oculto por la neblina de la tormenta. Por supuesto, las cimas estaban totalmente cerradas a la vista. Nos encaminábamos hacia el collado del Rasón por el que pasaríamos al valle por el que sube la carretera general hacia Valle de Vegacervera y Villar del Puerto.

Personalmente me dan muchísimo respeto las tormentas en la montaña, por no decir miedo. Cualquier otro fenómeno atmosférico lo puedo llegar a superar, niebla, lluvia, frío, nieve, etc. etc. aunque me inquiete y me moleste, pero las tormentas en la montaña o cualquier otro lugar sin refugio..............

Ya iba nervioso por ello, y cuando vi unas rocas pocos metros antes de llegar al collado, decidí que iba a parar allí y dejar que pasase lo mayor. Cierto es que tampoco se recomienda mucho ponerse pegado a la roca, pero era el mejor resguardo que había con una medio techumbre que teníamos. El agua se había convertido en granizos del tamaño de pequeñas avellanas que cubrieron el terreno en pocos minutos. Eran las 15:30 horas y llevábamos 8,900 km hechos.

Unos 15 minutos estuvimos allí hasta que bajó un poco la intensidad de la tormenta que iba pasando al Sur. En un momento llegamos al collado Rasón con 1492 metros de altitud desde el cual dimos vista al Sur. Iniciamos el descenso por el camino totalmente abnegado por el agua que corría “a mares” formando grandes surcos en muchos tramos. Ahora ya era agua lo que caía, pero con fuerza, y seguía la tormenta que poco a poco se alejaba al Suroeste.

Este camino baja a Coladilla, aunque nosotros teníamos que tomar un ramal a la derecha para dirigirnos a Valle de Vegacervera más directos. Pues bien, yo iba pendiente para no pasarnos ese desvío, pero en un despiste que dejé de mirar el GPS nos lo pasamos. Tuvimos que retroceder unos 200 metros para desviarnos hacia el mismo y meternos entre algo de arboleda. Los charcos inundaban el firme en buena parte de este ancho camino que transcurría más o menos paralelo a la carretera de la parte baja pero a su encuentro en el pueblo. Después de algo menos de un kilómetro por este camino llegamos a otro refugio similar al de San Benito. Estaba muy bien conservado. Techo de madera, chimenea, suelo de baldosa y paredes revocadas. Sí que vimos una pequeña gotera cerca de la chimenea. Había unos bloques de hormigón a modo de bancos y una piedra sobre un par de ellos como mesa. Seguimos la ruta mientras la lluvia iba cesando en intensidad y se aclaraba un poco el día. Entre verdes hayas y helechos caminamos un buen tramo hasta que desembocamos en el asfalto justo a la entrada de Valle de Vegacervera. Llevábamos 12,300 km hechos y estábamos a 1247 metros de altitud. Eran las 16:35 horas.

Cruzamos el pueblo por la carretera viendo a las afueras algunas fincas con ovejas pastando. El tramo siguiente por el asfalto era de subida. Echando la vista atrás podíamos ver el pico Polvoreda y Peña Galicia. Poco a poco fue cesando la lluvia mientras en las márgenes de la carretera se acumulaba aún el granizo caído. Tras una curva cerrada vimos ya Villar del Puerto del cual pude sacar una amplia panorámica. En pocos minutos recorrimos el último trecho hasta donde teníamos la furgoneta aparcada a la que llegamos cuando eran las 17:10 horas. Justo antes, en el puente, un gran montón de granizo cubría buena parte del asfalto. El GPS nos marcaba 14,300 km hechos con un desnivel acumulado de 763 metros.

La sorpresa la llevamos al ver como estaba la furgoneta. Granizo y hojas la cubrían por completo metiéndose entre el parabrisas, el capó y otros recovecos. La aparté un poco de la zona de tierra en la que estaba y nos cambiamos antes de emprender el regreso a las 17:32 horas. En Coladilla hemos hecho una parada para sacarnos una foto en el letrero del pueblo similar a la que hace ya siete años nos hicimos en una ruta con nieve. De nuevo en La Estación de Matallana hemos parado en un bar a tomar un merecido refrigerio antes de continuar el viaje de regreso.

Sobre las 19:00 horas llegamos a León y hemos ido directamente a la gasolinera de La Serna para pegarle un lavado a la furgoneta y quitar todo el granizo, hojas, etc. etc. que aún traía encima. Tras dejar a los compañeros, llegué yo a casa a las 20:00 horas. Un termómetro cercano marcaba 20º C a esa hora.

Así fue el transcurso de esta jornada tan particular en la que nos dejó disfrutar de las vistas y paisajes hasta mediodía, pero que se volvió violenta en cuanto a la climatología a partir de ese momento.

MAPA ESQUEMA