1ª ASCENSIÓN A LOS PICOS “MONTIGÜERO” Y “SALGUEIRO”. 2ª TRAVESÍA A LA “LAGUNA DE LAS VERDES”.
23-04-06 (Domingo)
Otro domingo más hemos salido a realizar una actividad del club de montaña Cumbres de León. Esta vez teníamos como objetivo la ascensión al pico Montigüero, en la comarca leonesa de Babia, y más concretamente en Torre de Babia. No solo alcanzamos esta cumbre, si no que por parte de algunos participantes la ampliamos con la cercana peña Salgueiro además del paso por la Laguna de las Verdes, situada en la base de dichas cumbres.
Un total de siete participantes fuimos los animados a realizar esta salida: José Antonio, Luis, Ricardo, Antonio, Fernando, Javi F. y yo. En Guzmán nos reunimos todos salvo Ricardo, al que recogeríamos luego. A las 8:00 horas emprendimos el viaje por la carretera de Caboalles en los coches de Fernando y de Luis. Ya en La Magdalena entramos en la autopista para evitar el tramo del pantano de Luna y tras pasar el puente colgante la abandonamos. Atravesamos la comarca de Luna y entramos en la de Babia desviándonos hacia San Emiliano. Aquí se nos unió Ricardo y ya los siete continuamos el último tramo hacia Torre de Babia donde llegamos sobre las 9:30 horas.
Aparcamos los coches y nos preparamos para la ruta. El cielo se mantenía despejado salvo alguna nube suelta. Así estaba cuando nos pusimos en marcha a las 9:45 horas por un camino entre huertas al lado del río Torre. Enlazamos luego con una calle cementada por la que salimos de Torre siguiendo el valle con dirección mas o menos norte. El sol reflejaba el verdor de los prados formando una bonita estampa del mismo. Durante un trecho caminamos justo al lado del río entre algo de arboleda. Al otro lado del cauce vimos varias edificaciones que bien podían ser cuadras algunas de ellas. Tras haber recorrido poco más de un kilómetro encontramos la fuente La Portiecha, manantial que sale a ras del camino entre unas piedras bien colocadas. Al lado del camino vimos un todoterreno aparcado.
Como nos apuntaba la descripción de la ruta y comprobamos in situ, pocos metros más adelante salía un ramal a la izquierda que se adentraba en la verde ladera moteada de rocas. Se trataba de un camino poco transitado dado que la hierba lo cubría en su mayor parte. Algunos atajaron por la ladera mientras otros lo cogíamos desde abajo y lo seguimos a través del zigzag que hacía. Así llegamos a una caseta de bloques de cemento donde este casi desaparecía y comenzaba una senda por la que alcanzamos una planicie. Fernando se había separado subía por la falda del pico yegüero mientras que a José Antonio tampoco le veía.
El resto emprendimos la subida por una vaguada por la que bajaba un arroyo que cruzamos para subir a lo alto de la loma. La vista iba siendo amplia y por debajo teníamos el pueblo por un lado y el fondo del valle hacia el otro. Yo me fui rezagando y continué por donde mejor lo iba viendo. Por su parte, Javi decidió seguir a Fernando y se metió en las canales del pico Yegüero. De pronto oímos como comenzaban a rodar piedras y resultó que se le habían desprendido a Fernando. Poco faltó para que tuviésemos un accidente ya que le pasaron a pocos metros de Javi que le seguía.
El resto pasaron al otro lado de una vaguada desde donde alcanzaron la collada situada entre el yegüero y el alto de la Vieja. Yo seguí la misma ladera hasta situarme en el mismo cordal un poco por encima. Desde allí se podía ver parte del valle de Babia con varios de sus pueblos. Por encima de las laderas del valle de Torre comenzaba a asomar la cumbre del Peña Ubiña y otras del mismo macizo. Por detrás de Yegüero salía otro, que yo pensé que era el Montigüero, siendo en realidad otra cumbre cercana por la que luego yo pasaría. No tardé en reunirme con Ricardo, José Antonio, Luis y Antonio que se habían sentado cerca de la collada. Eran las 11:30 horas.
Con nosotros había subido un mastín desde el pueblo que poco después nos abandonó. Nosotros comenzamos a ladear la parte suroeste del Yegüero, en cuya cima vimos a Fernando. Siguiendo un sendero fuimos bordeando el macizo hacia lo que parecía otra collada situada frente al valle que subía desde La Riera, otra de las opciones de subir al pico. Antes de llegar a este punto, los que me seguían decidieron subir un poco hacia la cresta. Yo opté por seguir el mismo sendero y así llegué a lo que creía era una collada y no era más que el comienzo de un estrecho paso hacia una vaguada. Me metí en él entre la roca hasta salir a la ladera del pico que antes habíamos visto. A los demás se les veía subir por la falda contraria.
Poco a poco fui ganando altura entre rocas siguiendo algunos hitos de piedras. La pendiente era considerable y lo tomé con calma. Así fui ganando altura hasta alcanzar la cúspide de esta otra cima de 2146 m sin nombre en los mapas. Allí llegó Javi que ya había pasado por el Montigüero ya cercano. Desde este punto se veía la cara sur del Salgueiro con unos curiosos pliegues de colorido variado.
Ya solo me restaba pasar una collada cargada de nieve para alcanzar la cima a la que ya habían llegado todos. Junto con Javi, que volvía conmigo, llegué a la cima del Montigüero, 2186 m, cuando eran las 12:45 horas. En ella, además de los compañeros, estaba una pareja que había subido desde la parte norte, por la laguna de Las Verdes, y que iban a bajar con esquís.
En la cumbre había un punto geodésico y una cruz con buzón del que recogimos una tarjeta de un club asturiano. Antes de nada dejamos la nuestra y sacamos una foto de grupo en torno a la cruz. La vista era realmente amplia y entre otras muchas cumbres podemos enumerar las siguientes. Por un lado el macizo de Peña Ubiña junto con el Prado, el Siete o el Colines, programado para el mes que viene. Entre Babia y Omaña destacaba el cordal de La Cañada y La Penouta. Algo más alejados estaban el Suspirón, Tambarón y otras cumbres del valle de Fasgar. Alejado sobresalía el pico Cornón justo detrás del cercano cordal de peña Chana, Salgueiro, Valgueiro, etc. Hacia el norte la cumbre de Peña Orniz se sobreponía a la de los Picos Albos y algo más a la derecha la de la Calabazosa.
Disfrutando de todo este paisaje comimos sentados en torno al hito. Poco a poco fuimos viendo como se nublaba el día y por varios lugares aparecían negros nubarrones. La opción para bajar era hacerlo por la laguna y todo el valle. El problema era que la pareja que había subido había necesitado crampones por la nieve que aún se acumulaba y la fuerte pendiente de la parte norte. Ante la duda, algunos se adelantaron por esta zona. Javi llevaba crampones y se metió en la ladera. Al poco le vimos como tenía que ponerlos para pasar un trozo helado. Ricardo, que le seguía, dio la vuelta. Al final comenzamos a bajar hacia la cresta entre el Montigüero y el Salgueiro. Desde allí se podía al menos ver la laguna.
Tras haber visto bajar a los esquiadores por otra vaguada cercana y subir a otro grupo mas o menos bien, nos acercamos hasta otro collado por debajo del Salgueiro. Viendo que la cumbre de éste estaba a escasos metros, continuamos hacia la misma y en unos diez minutos la alcanzamos Luis, Ricardo, José, Antonio y yo. Por su parte, Javi y Fernando ya habían bajado hacia la laguna.
En esta cumbre de 2136 m no había nada más que un hito de piedras entre el cual dejamos un bote con nuestra tarjeta. Sacamos igualmente unas fotos y enseguida comenzamos el descenso. Eran las 15:25 horas.
Nos metimos entonces en los neveros de una vaguada por los que bajamos bien ya que la nieve no estaba ni demasiado dura ni demasiado deshecha. Yo intenté hacer culoskí con una bolsa, pero no resbalaba. La línea de nieve y la del cielo ennegrecido formaba una bonita imagen y saqué unas bonitas fotos a José y a Antonio con ese fondo. En una pared cercana vimos otro curioso efecto. Había en medio de la misma una fisura que pasaba de lado a lado y al verse el cielo blanco a través de ella no se sabía si era un agujero o un nevero. Con los prismáticos salimos de dudas.
Poco a poco fuimos bajando hacia la laguna. Antonio quedó el último y yo, que iba delante, me metí tras unas rocas medio escondido a ver si me veía, por el día del Susarón que hizo lo mismo entre unas ramas. Pues bien, pasó y ni se enteró a pesar de que le siseaba.
A las 16:00 horas llegué a la laguna de las Verdes donde estaba el resto de compañeros que enseguida se pusieron en marcha. Antonio y yo quedamos un poco rezagados sacando fotos y demás. Esta laguna debe su nombre a que en primavera se cubre de vegetación alta y verde, aunque este año, como aún no ha hecho calor alguno, no se podía ver así.
Siguiendo un sendero emprendimos el regreso al pueblo por el valle por el que hace tres años había hecho yo esta travesía a la laguna. El arroyo que sale de la laguna serpentea entre verdes zonas formando bellas estampas. Algunas flores motean estos rincones, aunque como digo, la tardía primavera aún no las ha dejado salir en plenitud.
Los demás se habían adelantado siguiendo el valle mientras que nosotros atajamos por un sendero del que yo no me acordaba ya. Nos mantuvimos a media altura antes de llegar a un alto donde estuvimos un rato parados. Por las laderas del amplio valle bajaban multitud de cascadas que desembocaban en el río Torre. Por debajo vimos el camino por el que pasaron algunos compañeros nuestros y algunas otras personas. Después de un rato allí parados bajamos hacia este camino cerca del cual había una caseta de piedra donde nos sacamos una foto. Por la parte de la que bajamos se alzaba la cumbre del Montigüero con las paredes rocosas y abruptas.
Sin más reanudamos la marcha disfrutando de toda esa belleza. En el cielo se alternaban los negros nubarrones y algunos claros azules. La vez que habíamos hecho esa ruta habíamos subido por este lugar y bajamos por otro camino que iba por la parte contraria del arroyo y con el que enlazamos ya bastante adelante. Las señales de esta ruta integrada en la de Cuatro Valles marcan la subida por el camino que llevábamos nosotros. Saliendo del pueblo hay que seguir siempre los ramales de la izquierda.
De esa forma llegamos a un punto desde el cual tuvimos una amplia panorámica de la vaguada por la que antes habíamos subido. Pasamos entonces por la fuente Portiecha y enseguida divisamos las primeras edificaciones del pueblo. Pasamos al lado de una que posiblemente era un molino ya que entraba en ella una gran tubería. Ya cerca del pueblo, y en las paredes de la derecha, vimos una canal por la que se habían desprendido numerosos bloques de un color rojizo totalmente diferentes al resto de la roca. Fue algo que nos llamó la atención ya que casi llegaban las piedras hasta el camino cerca de una casa. En una pradera vimos un caballo pastando entre árboles floridos.
A las 18:00 horas llegamos a los coches donde el resto ya estaba desde hacía una hora, según nos dijeron. Yo ni me cambié y emprendimos el regreso. Volvimos a entrar en San Emiliano a dejar a Ricardo y en un bar cercano tomamos un refrigerio mientras hacíamos las cuentas de la salida. Poco después de las 19:00 horas salimos hacia León. Antes de entrar en la autopista cayeron las primeras y únicas gotas de lluvia de la jornada. En La Magdalena salimos y por la comarcal llegamos a la capital. Hacia la montaña se había oscurecido de forma espectacular toda la franja que se veía.
A las 20:00 horas cogía la moto en Guzmán para volver a casa directamente terminando con ello otra grata y completa jornada montañera.
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