(Nota: El denominado Pico Roberto en realidad es el pico La Miezca. En la mayoría de los mapas, al menos de cuando se hizo la ruta, no aparecía el nombre, por lo que lo "bautizamos" en homenaje a nuestro compañero Roberto, fallecido tiempo atrás. Colocamos incluso una cruz en dicha cima, que tiempo después destrozaron, no sin cierta razón por dicho error cometido. Lo correcto hubiese sido colocar una placa en su memoria y no esa cruz. En este resumen y fotos que publico mucho tiempo después no he retocado los datos, de ahí esta breve nota aclaratoria).
V ENCUENTRO “CUMBRES DE LEÓN”.
HOMENAJE A ROBERTO PÉREZ.
2ª ASCENSIÓN AL “PICO ROBERTO (MIEZCA)” Y AL “FONTAÑÁN”.
16-11-08 (Domingo)
Tras la anulación hace dos meses del encuentro del club previsto en Asturias, se decidió aprovechar el homenaje a Roberto que se había pensado realizar en el primer aniversario de su fallecimiento para unir las dos actividades, lo cual puede quedar formalizado de aquí en adelante. Para ello se pensó por parte de varios socios del club en colocar una cruz en una cumbre sin nombre definido y bautizarla con el de Roberto. Así se hizo por parte de Ramón, Amador y Javi F. días antes de la celebración de este encuentro en una cima de la zona de Gordón, que realmente se conoce como La Miezca, y a la que ya habíamos subido algunos en otra ocasión anterior junto con el cercano Fontañán. Allí colocaron una peana de rocas y la cruz con el nombre y la altitud de la misma, 1600 metros.
Como es habitual en estas actividades, una segunda parte de la jornada se dedica a la gastronomía, y en esta ocasión nos decantamos por hacer la comida en “Casa Senén” de Vega de Gordón. Días antes fuimos completando la lista de los participantes en la misma que quedó formada por las siguientes personas: Nati, Piedad, Álvaro, Roberto, Adelino, José Luis, Juan, Toño, Javi F., Corín, Ramón, Amador y yo por parte del club. Además nos acompañaron: Sena, Fernando, Goyo, Alsina, Cundi, Ana e Isabel, éstas dos últimas solo fueron a la comida.
A las 9:00 horas quedamos en Guzmán parte de los componentes que íbamos. Toño me recogió en casa antes de dirigirnos a dicha plaza donde nos reunimos con el resto. En los coches de José Luis y de Toño nos acomodamos además Nati, Adelino, Piedad, Roberto, Juan, Álvaro y yo. El resto iba en otro grupo y lo hacían por la carretera de Asturias en vez de por la de Caboalles como nosotros. Con el cielo completamente despejado salimos de León hasta poco antes de La Magdalena donde tomamos el desvío a La Robla. Así llegamos a Olleros de Alba, 1100 m, donde acababa de llegar el resto de compañeros. Nos preparamos para la ruta y antes de emprenderla sacamos una foto de todo el grupo. A las 10:00 horas comenzamos a caminar por una pista marcada por Cuatro Valles como “Ruta del Fontañán”. En un cartel se indica y explica la misma.
Paralelo al camino baja el arroyo San Martín, no Marzán como apunté en la anterior salida a esta zona hace cuatro años. En hilera íbamos subiendo suavemente atravesando el arroyo poco después por unas rocas. En el cauce vimos luego una bonita cascada entre arboleda. No tardando dejamos atrás un merendero con mesas y bancos de piedra. Había una buena helada, aunque se presentía un día caluroso, como así resultó.
En pocos minutos se llega a la entrada del desfiladero donde se atraviesan varios pasos estrechos en los que han encauzado el arroyo y cementado el firme para que no lo desmonte el agua. Por los laterales suben grandes canales en las que se pueden ver ejemplares de encinas. Las formaciones rocosas son de lo más curiosas construyendo sierras afiladas y paralelas.
No es muy largo este desfiladero y enseguida lo dejamos atrás abriéndose el valle a continuación. Enseguida vemos bosques de hayas y robles con su colorido otoñal ya muy adelantado. El camino sigue subiendo cómodamente por la margen derecha del arroyo y al su lado encontramos una fuente de cemento de la que sale un buen chorro de agua. A mí se me había olvidado llenar la cantimplora pero iba convencido de que la llevaba con agua y no cogí. Al lado mismo de la fuente terminaba una vaguada lateral por la que luego bajaríamos sin saber a que punto nos llevaba.
Ya bastante arriba veíamos una cumbre de frente que aún no sabíamos que era el pico Roberto, al menos los que no habíamos subido. Por mi parte, era una de las rutas de la que no me acordaba para nada tras haberla hecho hacía cuatro años. El grupo se había disgregado e íbamos distanciados unos de otros. Así llegamos al final del valle donde el camino se empinaba hacia la collada de Las Yeguas. Además, en vez de seguirle, lo fuimos cogiendo más directamente, por lo que se hacía aún más empinado. Amador había atajado por el medio del robledal y al resto ya se les veía muy arriba.
Echando la vista atrás pudimos ver ya la cumbre del Fontañán con sus dos cuernos definidos. A las 11:10 horas alcanzamos nosotros este collado de 1526 metros de altitud. Desde allí se podía ver la cumbre del pico Santiago así como las de los Llamargones y el Altico. Con todos ellos nos sacamos unas fotos Álvaro, Juan, Roberto y yo, que éramos los que subíamos juntos. Cundi había quedado por detrás y Nati, como siempre, iba a su paso tranquilamente.
El camino no pasa por el mismo collado, si no que lo hace unos metros por debajo ladeando las cimas cercanas. Atravesamos el robledal y no tardamos en situarnos frente al pico Roberto al que nos dirigíamos. Allí teníamos que abandonar el camino, que daba un giro hacia el Fontañán. Como referencia puedo apuntar la existencia de un panel informativo situado allí mismo. En el suelo dejamos marcadas unas flechas para que Cundi no siguiese por el camino.
Nos metimos de lleno en una vaguada viendo a parte de los compañeros subir por la misma mucho más arriba. Algunos incluso ya estaban en la cumbre que no se llegaba a ver desde allí. La pendiente era más fuerte pero se hacía cómoda de subir. Desde el camino restaban unos 100 metros a la cima a través de pedreros y matorral bajo. El paisaje era cada vez más amplio hacia el sur donde se podía ver la carretera en el fondo del valle. Así mismo se veía todo el cordal que une esta cumbre con el Fontañán tras el cual se elevaba el humo de la central térmica de La Robla.
A las 11:50 horas llegamos a la cumbre del pico Roberto en la que ya estaba la mayoría de los compañeros. Como habíamos acordado, subimos unas cervezas y refrescos para tomarlos brindando por Roberto. En un casette sonaba música para amenizar dicho homenaje. Sobre una base de piedras pegadas con cemento estaba la cruz de unos 40 cm con la inscripción “Pico Roberto 1660 m” hecha por Ramón. Si eché en falta, y se lo comenté, haber colocado un pequeño buzón adherido.
La vista desde allí era espectacular. Bajo nosotros se veía La Pola de Gordón y otros pueblos cercanos. Por encima de estos, y algo alejados, se elevaban el Fontún y el Brañacaballo cubierto de nieve. También el Correcillas, Valdorria, Espigüete, etc. Al suroeste también se podía ver la silueta del Teleno y al sur parte de la ciudad de León. Por el norte corría la sierra hacia el Altico y los Llamargones y por el sur hacia el Fontañán.
Apenas si corría una ligera brisa por la que había que abrigarse un poco, aunque sin necesidad de cazadoras. Por parte de Javi F. se leyó la letra de una canción que luego escuchamos en el CD. Un poco por debajo de la cumbre estaban los restos de las trincheras de la guerra civil en las que se acumulaba un nevero donde habían puesto a enfriar la bebida. Tras hacernos una foto de todo el grupo, vimos con sorpresa que llegaba también Nati a la cumbre, por lo que volvimos a colocarnos para estar todos en la instantánea.
Poco después de las 13:00 horas algunos decidimos pasar hacia el Fontañán, teniendo en cuanta que deberíamos de estar abajo sobre las 14:30 horas. Lo hicimos por la misma loma pero más arrimados a la cresta. Los primeros en bajar nos sacaron mucha ventaja, de echo ya nos les vimos más hasta llegar abajo. Por detrás quedamos Adelino, Álvaro, Roberto, Cundi y yo. Bajamos un pedrero y bordeamos unas rocas cercanas. Por la vaguada veíamos bajar a los que no se habían decidido a subir esta segunda cumbre. Siguiendo el sendero dejamos atrás un pequeño ruedo de robles. De vez en cuando veíamos los restos de unos soportes metálicos anclados en el suelo con cemento. También volvimos a ver algunas señales de la ruta que habíamos perdido al subir al Roberto.
Haciendo suaves toboganes llegamos al comienzo de la última pendiente hacia el Fontañán. Echando la vista atrás comenzaron a aparecer las bonitas cumbres del Las Tres Marías y el Ortigal al lado. A las 13:55 horas llegamos a una de las cumbres del Fontañán en la que se emplaza una cruz con buzón. En el mismo había una tarjeta y una libreta con numerosos relatos de anteriores ascensiones. Allí nos sacamos una foto los cinco, ya que el resto ya había comenzado el descenso. Cerca de esta cumbre vimos un pasadizo por debajo de las rocas. Como ya apunté, en esta zona quedan numerosos restos de las trincheras de la guerra civil. En la segunda cumbre a la que nos acercamos enseguida se pueden ver más claramente las fortificaciones con los huecos desde los que se vigilaba y se disparaba al enemigo. Desde ambas cumbres se ve claramente La Robla. Hacia el norte, además de Las Tres Marías, se podía ver ahora Peña Ubiña.
No tardamos en emprender el descenso ya que íbamos apurados de tiempo. Lo hicimos siguiendo la vaguada del Reguero de Enmedio. En su primer tramo estaba muy abierta y se bajaba bien. Cundi se iba quedando atrás y Roberto con ella. Por su parte, Álvaro cogió carrerilla y le perdimos de vista enseguida. Adelino y yo quedamos en medio. Más abajo se fue estrechando el valle y nos encontramos con pedreros de rocas planas donde había bastante peligro de resbalar sobre ellas. De echo lo hice en varias ocasiones aunque supe guardar el equilibrio. Sí que me torcí un poco un tobillo sin mayores consecuencias.
Por delante vi a dos o tres personas que no pude reconocer, pero me parecían del grupo nuestro. Decidí adelantarme y casi corriendo les alcancé ya muy abajo, eran Amador y Goyo. No tardamos en llegar a la confluencia con el camino del valle principal en el punto donde se emplazaba la fuente con pilón y donde estaban también más compañeros. Eran las 14:40 horas.
Mientras ellos continuaban la caminata, yo decidí esperar por Cundi, Adelino y Roberto. Saqué mientras unas fotos de un bonito robledal que reflejaba la luz del sol en sus hojas ya amarillentas. Diez minutos después llegaban éstos y continuábamos el regreso nosotros también. Enseguida llegamos al comienzo del desfiladero en cuyas paredes también se reflejaba el sol ya decadente.
Sin detenernos un momento y ya con apremio dejamos atrás este cañón. Fuera de él se encuentra el merendero y la pequeña cascada en el arroyo que también franqueamos antes de llegar por fin a la carretera a las 15:10 horas. Sin perder un minuto nos repartimos en los coches y emprendimos el trayecto hacia Vega de Gordón. Por la comarcal llegamos a La Robla y entramos en la nacional hacia dicha localidad. En este tramo se pueden ver las obras que se están realizando para el tren de alta velocidad.
Así llegamos a Vega de Gordón aparcando cerca del restaurante “Casa Senén”. Allí me cambié de ropa y subimos a la parte de arriba donde ya nos tenían la mesa preparada para los 20. Habían elegido el menú del día con dos platos, postre, bebida y café. Para los 12 € que costó estuvo muy bien. Durante la comida le cantamos el cumpleaños feliz a Javi F. ya que había sido su cumpleaños dos días antes. También saqué una serie de fotos de todos los participantes de dos en dos. Al final de la misma visualizamos en el ordenador de Javi un montaje audiovisual con Roberto como protagonista.
Poco antes de las 18:30 horas emprendimos el regreso a León mientras anochecía. De camino pudimos ver la silueta de los dos picos ascendidos y la loma intermedia. Tras haber subido el Rabizo disfrutamos de una bonita vista de la línea rojiza del horizonte que poco a poco se fue difuminando. Entramos en León y cerca de San Marcos quedaron Juan y Nati. Ya en Armunia me despedí de Toño que continuaba el viaje hacia su casa.
De esa forma finalizamos esta emotiva jornada en la que quisimos rendir un homenaje a nuestro compañero Roberto Pérez al que una maligna enfermedad se lo llevó hace poco mas de un año. En memoria suya.
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