XXIV TRAVESÍA NOCTURNA.
2ª ASCENSIÓN AL “SUSPIRÓN” Y 1ª ASCENSIÓN AL “PANDO”. (Desde Barrio de la Puente).
22/23-06-13
Recién estrenado este verano del 2013 hemos realizado la primera salida nocturna del año. Tan solo dos participantes hemos ido a la misma, pero no por dejó de resultar un éxito. Estudiando qué cumbre sencilla podíamos ascender, vi que el Suspirón cumplía este requisito, ya que un camino llega casi hasta su parte más alta. Hace unos años ya lo había ascendido en un Belén de Cumbres con un tiempo casi primaveral en pleno diciembre.
SÁBADO 22
A las 20:00 horas llegó Álvaro a mi casa desde dónde salimos poco después en mi furgoneta por la carretera de La Magdalena. El cielo se mantenía despejado y de momento esa era la previsión. A mí me preocupaba la niebla que pudiera meterse, y por ello llevaba una ruta alternativa en La Urz.
Desde La Magdalena nos metimos hacia Omaña y al llegar a Aguasmestas nos desviamos hacia el Valle Gordo. Mientras atardecía avanzamos hacia Barrio de la Puente, 1200 m, al que llegamos cuando eran las 21:35 horas. Aparcamos la furgoneta tras pasar un puente de piedra por el que poco más adelante salía el camino hacia la cima. Nos metimos por éste unos metros para comprobar que era realmente el correcto dejando el cementerio en un ramal de la derecha. La luna llena comenzaba a aparecer por el Este.
Regresamos al centro del pueblo por el que estuvimos paseando y comprobando la existencia de tres iglesias o ermitas. La iglesia mayor tenía un curioso campanario con una estructura de madera en la que se encastraba un reloj. Parecía el típico de las películas del Oeste. Seguimos el paseo por las diferentes calles hasta que casi anocheció del todo y entonces nos acomodamos en un resalte de una vivienda a cenar. Había refrescado bastante y allí se estaba abrigado. Estando en ello vimos pasar un erizo corriendo y meterse en el patio de otra casa. Al poco salió de nuevo para seguir su carrera hacia los prados.
DOMINGO 23
El bar del pueblo se convierte en una especie de pub por la noche y entramos a tomar un batido caliente para templarnos un poco, no había café a esas horas. Acababa de abrir y aún no había casi nadie. Después nos encaminamos a la furgoneta para prepararnos para la ruta. Varios gatos andaban rondando por allí y se metían incluso en la furgoneta.
A las 00:20 horas emprendimos la marcha por el camino en el que ya comenzamos a encontrar tramos encharcados que tuvimos que sortear. Poco a poco comenzamos a subir por él entre praderías hasta meternos entre El Sierro y el Cueto del Pinto. Por la ladera del primero subía el camino que más adelante era cruzado por el arroyo del Rumián. La luna llena nos iluminaba como si fuese de día aunque tras cruzar este pequeño cauce nos metimos a la “sombra” del Cueto del Pinto.
Así fuimos cogiendo altura sobre el arroyo que bajaba por la derecha nuestra. Aunque estaba fresco, la cuesta que subíamos nos hacía sudar. La arboleda también abundaba por aquel paraje así como las laderas cargadas de brezo y escobas de gran colorido. Entre las mismas se veían tubos plásticos de una plantación. En medio del camino nos encontramos con algunos caballos que se echaron a la ladera al sentirnos. El camino describió algunas curvas mientras ganaba altura. No tardando comenzamos a ver las luces de algunos pueblos alejados del valle de Omaña. Llegamos a un punto en el que el ancho camino se bifurcaba en dos ramales y nos hizo dudar un momento. No tardando descubrimos cual era el principal al verse más marcado.
Sin darnos cuenta cambiamos de valle y pasamos a otro más al Este. Otro arroyo bajaba ahora por nuestra izquierda, el de la Rairisa. En un momento determinado vimos un reflejo bajo las laderas del fondo del valle. Por el emplazamiento supusimos que podía ser la cabaña de La Mortera por la que teníamos que pasar. La luz de la luna llegaba a molestar en algunos momentos por su fuerte reflejo cuando nos daba de frente.
Llegamos así a una curva cerrada de la que salía otro camino menos marcado hacia la cabaña. A escasos 50 metros vimos este refugio de piedra con un bidón de plástico a modo de depósito de agua sobre una estructura metálica a su lado. Eran las 2:20 horas cuando llegamos allí.
El interior estaba bastante completo con armarios, vajillas, algunos alimentos, mesa, sillas, estufa de leña, camastros de litera, etc. En uno de los cajones encontramos algunos cuadernos en los que los visitantes habían ido dejando algunos comentarios y no fuimos nosotros menos. La altitud allí es de 1700 metros, restándonos tan solo 129 metros de desnivel a la cima.
En él estuvimos descansando unos 40 minutos antes de retomar la marcha. Cerca del refugio tenía que haber una fuente y dimos con ella tras bajar unos metros antes de salir al camino principal. De una piedra vertical en la que había una placa de pizarra grabada con una leyenda salían dos chorros de agua fresca hacia un pilón y de ellos bebimos.
De nuevo en marcha ya por el camino se abrió el paisaje hacia el Norte viendo las luces de muchos más pueblos. También vimos las luces de algún vehículo que subía por la carretera del Valle Gordo. La pista pasó por debajo de una cima en la que vimos una gran torreta de antenas bajando luego un poco hasta un collado anterior a la cumbre del Suspirón cuya silueta se recortaba por delante de nosotros. Sin dejar el ancho camino comenzamos a subir estando atentos a algún sendero que pudiese desviarse hacia la cima. Las escobas estaban cargadas de flores amarillas en pleno apogeo. Fue en el punto más alto del mismo donde vimos una especie de hito de piedras en la ladera de la izquierda. Era el lugar mas idóneo para abandonar el camino. Según el mapa estábamos a unos 1770 metros y la cumbre tiene 1826 m. Eran las 3:40 horas.
Nos metimos de lleno a la ladera Norte en la que encontramos matorral bajo y algo quemado así como numerosos pedreros que atravesamos. En algo más de 10 minutos vimos la silueta del hito pocos metros por delante de nosotros alcanzando la cumbre del Suspirón cuando eran las 3:55 horas de la madrugada.
En esta cima de 1826 metros de altitud hay un punto geodésico y un gran monolito de rocas que más bien parecía una choza. Estuvimos buscando algún buzón entre las piedras sin éxito. Hacia el Sur contemplábamos numerosos pueblos y muchas luces intermitentes de los molinos eólicos que inundan la zona. En la lejanía se veían las siluetas de varias cimas. La luz de la luna llena bañaba los valles de esta parte en los que también se veían unos jirones de nieblas en la parte intermedia. Hacia la parte contraria contábamos también una veintena de pueblos y los perfiles de la sierra de La Cañada y algunas cumbres mas alejadas. Al Oeste emergía cercana la cima del Arcos de Agua y Peña Cefera así como el Tambarón y Nevadín.
Nos sacamos unas fotos en la cumbre y yo varias panorámicas en redondo. En un hueco bajo el punto geodésico dejamos nuestra tarjeta de cumbres. La temperatura había bajado y la cazadora no sobraba. A las 5:20 horas vimos como se comenzaba a perfilar la línea del horizonte hacia el Nordeste. A esa hora emprendíamos el descenso por la ladera Oeste hacia el collado de Cabanedo. En 10 minutos salimos al mismo camino de subida continuando la bajada hacia dicho collado con una altitud de 1686 metros. Dejamos atrás un desvío que se metía al valle del Norte y ya en el collado, a las 5:45 horas, abandonamos el que traíamos, que comenzaba su descenso por el valle del Sur hacia Tremor, para seguir nosotros un ancho cortafuegos por la loma del pico el Pando.
La pendiente se acentuaba en esta ladera y bajamos el ritmo. La línea del amanecer se perfilaba cada vez más nítida mientras vimos como la niebla cubría por completo los valles del Sur. En los laterales del cortafuegos había plantaciones de pinos pequeños hasta casi la cumbre.
A las 6:05 horas alcanzamos esta cumbre del pico Pando con 1797 metros de altitud. Los frontales ya no nos hacían falta ya que el amanecer se abría paso. En los valles del Sur la niebla lo cubría todo formando un bello mar de nubes. La luna llena había descendido y se medio ocultaba tras las brumas. Al Nordeste el día clareaba con un tono anaranjado de postal. Poco a poco las lomas tapizadas de matorral florido iban destacando en el paisaje. Desde esta cumbre veíamos Barrio de la Puente y algunos pueblos más.
El frío era intenso corriendo una brisa helada del Norte que calaba hasta las cazadoras. Nos metimos a la abrigada del hito de piedras y comimos un pequeño bocata que llevábamos. A las 6:50 horas apareció el primer rayo de sol por encima de las cumbres del Nordeste. Poco a poco lo fue inundando todo y el colorido de las escobas floridas se acentuó. Entre las piedras dejamos una nueva tarjeta de cumbres y nos sacamos algunas fotos en la cima.
A las 7:25 horas comenzamos a descender hacia el Norte por un pedrero hasta salir a otro cortafuegos que bajaba verticalmente por la loma. Enseguida vimos en la parte baja del valle el pueblo de Torrecillo cuya dirección llevábamos. El Cortafuegos cruzó un camino que ladeaba la ladera y que subía hacia el collado de Cabanedo. Nosotros seguimos por el trazado que llevábamos y que más abajo también se situó horizontalmente hasta que terminó bruscamente. Entonces nos echamos ladera abajo entre la maleza hacia un hito de piedras que veíamos. Al llegar a él comprobamos que servía de base para una antigua antena de televisión. Desde allí continuamos campo a través por praderías y algunas pendiente rocosas que nos metieron a una cerrada vaguada. Algo por debajo vimos una especie de camino al que salimos poco después. Se veía muy descuidado pero se dirigía al pueblo. Siguiendo su trazado nos llevó a las cercanías de un antiguo molino y un depósito situados a la vera de un arroyo.
A las 8:30 horas entrábamos en Torrecillo, 1220 metros, pisando poco después el asfalto. En este pueblo vimos otro molino en mejor estado. A la orilla de la carretera corría una pequeña canaleta por la que bajaba un buen caudal de agua. Atravesamos dicho pueblo para salir por la carretera que poco después salva por un puente el río Vallegordo desembocando en la principal que sube a Fasgar escasos 50 metros más adelante.
Entre praderías de gran verdor y matorral florido caminamos los 2 kilómetros escasos hasta Barrio de la Puente. A las 9:00 horas entrábamos en dicho pueblo en el que ahora vimos sus calles a la luz del día. Dejamos atrás las tres iglesias y ermitas y llegamos a la plaza de la fuente. Atravesamos el puente de piedra y a las 9:15 horas terminábamos la ruta en la furgoneta.
Allí nos cambiamos tranquilamente y poco después emprendíamos el regreso a León. Desde un determinado punto de la carretera de ese mismo valle vimos las dos cumbres ascendidas. Salimos luego a la carretera de Murias de Paredes en Aguasmestas. Con dirección a la Magdalena no vimos ningún bar abierto en los pueblos que pasamos hasta llegar a Canales. Allí nos detuvimos a desayunar un poco antes de ponernos de nuevo en marcha. Sin novedades hicimos el trayecto hasta la capital en la que entramos a las 10:45 horas. Poco después llegábamos a Armunia en donde finalizábamos el viaje y la salida de este fin de semana.
Sin duda alguna resultó una grata experiencia diferente a lo que solemos hacer habitualmente. La luna llena nos proporcionó unos paisajes increíbles y el amanecer no fue menos. Espero también que en las fotos quede reflejado todo ello los más fielmente posible.
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