3ª TRAVESÍA “HAYEDO DE CANSECO” -
2ª ASCENSIÓN AL “PEREDILLA” -
4ª ASCENSIÓN AL “BODÓN DE CÁRMENES”
31-10-20 (Sábado)
Tengo
que iniciar la crónica escrita de esta ruta haciendo un breve inciso sobre las
ascensiones de la misma. Al igual que me ha pasado en alguna ocasión anterior,
tras ascender a una determinada cumbre, tengo que rectificar su nombre en
anteriores relatos o el orden en el que la he subido tras revisar éstos y sus
fotos. Pues bien, en este caso la puntualización es sobre ambas. Por una parte,
el pico Peredilla, al que no creía haber ascendido nunca, resulta que es la
cumbre a la que subí el 20 de junio de 1993, considerándolo como el Bodón de
Cármenes. Eso hace que se modifique el orden en las ascensiones a esta última,
que no sería la 5º si no la 4ª. Evidentemente es complicado, por no decir imposible,
modificar todo lo anterior ya que figura en muchos archivos y los libros
hechos, pero es necesario ajustarlo desde el momento que se descubre el error.
Hay que tener en cuenta que hace años no teníamos los medios cartográficos
actuales para situar las cimas a las que llegábamos con tanta precisión como
hoy.
Por
otra parte, la razón de tan espaciado tiempo entre la última ruta y ésta ha
sido de nuevo la crisis sanitaria por el Covid 19 ó coronavirus, que nos ha
tenido medio confinados sin poder salir de la ciudad durante algunas semanas,
salvo para causas justificadas. Teniendo en cuenta la evolución de la misma,
nada positiva, no se descarta algo más drástico. Esperemos que no,
pero....
Tras
recoger a algunos compañeros, nos dirigimos hacia el Paseo de Salamanca para
reunirnos con el resto de participantes de esta ruta. Cinco fuimos los animados
a la misma: Guiomar, José Luis, Álvaro, Mª Jesús y yo. Con el cielo casi
despejado por completo y 6º C en los termómetros emprendimos el viaje a las
8:30 horas saliendo por la carretera del Torío disfrutando enseguida de las
laderas otoñales de este valle. Encontramos algún banco de niebla en este
trayecto hasta Matallana de Torío donde paramos a tomar un café. Entramos no
tardando en las bonitas Hoces de Vegacervera con sus impresionantes paredes
entre las que cruzamos a la vera del encajonado Torío para salir a la vega de
Cármenes. Las nubes se multiplicaron y el cielo se cubrió de ellas en parte
mientras dejamos atrás esta localidad y llegamos al desvío a Canseco, pueblo
situado en un valle lateral del principal por la derecha.
Eran
las 9:55 horas cuando aparcamos en este pueblo ya visitado en varias ocasiones
por muchos de nosotros en otras rutas. Nos preparamos para la marcha y la
íbamos a iniciar cuando me encontré con una incidencia inesperada. El día antes
se me había olvidado meter el GPS y por la mañana había metido la ruta en él
antes de recogerlo y ahora no me aparecía en el mismo. No es la primera vez que
me sucede. Paso el track al GPS y luego no me lo lee. Como también lo tengo en
el móvil, lo abrí con la aplicación, que para colmo también me fallaba y no me
dejaba seleccionar el mapa de curvas para verla. Parecía que la tecnología se
confabulaba en mi contra. La ruta se iniciaba antes de llegar al pueblo cerca
de un puente sobre el río De Torío, no confundir con el Torío que baja por el
valle principal, por lo que optamos por volver ese tramo de algo más de un
kilómetro con la furgoneta y aparcar cerca del mismo.
La
dejamos antes de éste paso en una pequeña explanada al lado del río, a una
altitud de 1232 metros, y desde allí iniciamos la marcha a las 10:30 horas.
Recorrimos poco más de medio kilómetro por la estrecha carretera al lado de
enormes paredones que se elevaban en la margen derecha hasta llegar al puente
Bodón, un arco romano de piedras por que transcurría una antigua calzada de
aquella época. Cruzamos el mismo hacia la margen contraria para seguir por ella
en la misma dirección Suroeste que traíamos siguiendo ahora parte de esa calzada
empedrada durante un tramo antes de que, al lado de otro puente más actual se
convirtiese en ancho camino. Enseguida fuimos variando el rumbo a Sur para
internarnos en el valle del Regato del Monte Bodón mientras comenzábamos a
ganar altura suavemente. No tardamos en ver las laderas bajo el pico Bodón de
Cármenes, de momento no identificado, tapizadas por el bonito hayedo. Las nubes
que cubrían parte del cielo le restaban de momento el esplendor del colorido
otoñal que tenía, aunque el contraste con el verde del pinar cercano y otras
especies arbóreas ya lo hacían destacable. Por debajo del mismo, en los verdes
pastos, vimos algo de ganado.
Avanzamos
por dicho camino que de nuevo fue virando al Sudeste para ir poco a poco
internándonos en el bello hayedo que fue mostrando su grandiosidad cuando el
sol aparecía entre las nieblas. La disparidad de colores y tonos que ofrecía el
paisaje era todo un regalo para la vista. Los túneles de ramaje sobre el camino
creaban verdaderas postales, decoradas además con numerosas rocas tapizadas del
verde musgo. Los enormes y retorcidos troncos de algunas hayas, igualmente
cubiertos por el mismo, así como el arroyo que bajaba entre la hojarasca,
contribuían para completar el cuadro. No tardamos en encontrarnos los primeros
hongos y setas entre todo ello, siendo variadas las clases de las mismas.
Blancas, rojas, grises, semitransparentes, grandes, pequeñas, redondas,
estriadas, etc, etc. Ninguno de nosotros era conocedor de sus propiedades.
Nos
detuvimos en varias ocasiones para sacarnos fotos con todo ello y disfrutar al
máximo de esta belleza otoñal. En algunas enormes rocas que encontramos vimos
como crecían plantas en la parte superior semejando el pelaje en la cabeza de
las mismas. Nos encontramos con algunos caminantes más, unos que bajaban y
otros que subían, recreándose igualmente de este paraje.
A
las 11:50 horas abandonamos este bello hayedo a una altitud de 1488 metros y
tras 2,700 Km hechos. El perímetro del mismo no era menos espectacular. La
verde pradera y la arboleda con sus tonos ocres componían unas panorámicas de
exposición de las que la cámara de fotos dejó buena constancia.
Entre
todo ello continuamos subiendo con dirección al collado que divide el valle del
que veníamos del de Farónlla, que baja hacia el Norte desde la falda del
Peredilla y la Sierra Mediodía en el que se emplaza junto al Bodón de Cármenes.
A este collado de 1567 metros llegamos a las 12:15 horas habiendo recorrido
3,400 Km. Nos echamos a la derecha por la ladera siguiendo los senderos de ganado
con dirección al siguiente collado, el anterior al Peredilla. En algunos tramos
la pendiente se hizo muy pronunciada y un tanto resbaladiza por la grava en
ella. Echando la vista atrás vimos a un grupo de motoristas llegar al collado
anterior y cruzar luego el valle hacia la parte contraria. Así alcanzamos la
cresta de la Sierra de Mediodía en la collada anterior al Peredilla iniciando
la subida al mismo por una loma herbosa en su primer tramo. Desde la misma
vimos Lavandera en el fondo del valle al Sur.
La
última parte de la subida es por roca y algunas canales pendientes pero de
fácil acceso. En la cima ya se veía el vértice geodésico al que ya habían
llegado algunos compañeros. Mª Jesús y yo alcanzamos la misma cuando eran las
13:30 horas tras 4,700 Km hechos. La altitud del pico Peredilla es de 1812
metros y el punto geodésico es la única señal que lo identifica. Las nubes y
claros seguían alternándose en el cielo movidas las primeras por un viento del
Oeste que corría.
La
vista desde aquella altitud, no muy destacada por otro lado, sí era amplia en
redondo. Aunque las nubes mencionadas cubrían buena parte de las cumbres
lejanas al Norte, otras se veían claras totalmente. Muy cerca teníamos la
Morala y el pico Canales, el Socellerón más al Este y la Forcada de Arintero.
En esa misma dirección corría la sierra en la que estábamos y en la que se
emplazan cumbres como el Cueto Cabañas o el Bodón de Lugueros, la más alta de
la misma con 1957 metros. Siguiendo el giro al Sur encontramos bajo nosotros los
valles que comunican el Curueño con el Torío a través de la collada de
Valverde. En este segundo veíamos tres pueblos, que por la situación podían ser
Lavandera, Genicera y Pedrosa. Tras ellos, al Norte, corría la cordillera en la
que se ubican cumbres como el Cueto Calvo o Sancenas por encima de los cuales
emergía las cimas del Polvoreda y de Valdorria. Girando a Oeste veíamos
vértices de la parte de Valporquero, el pico Gallo, Fontún o las Tres Marías
más alejadas y el Brañacaballo en línea con la sierra en la que estábamos. En
ella misma, a dos kilómetros de nosotros, veíamos una cumbre mas alta que de
momento no identificamos ya que en la mayoría de los mapas no viene el nombre y
que resultó ser el Bodón de Cármenes. Nos acomodamos para comer en torno al
hito de cemento en el que luego nos hicimos unas fotos. Entre unas piedras de
la base dejamos un bote con la tarjeta de cumbres antes de emprender la bajada
a las 15:00 horas.
Bajamos
la parte más rocosa y pendiente para meternos en la loma hacia el collado. La
ruta que llevaba subía ahora por la cresta hacia las siguientes cimas de la
sierra al Oeste para bajar antes del Bodón. Habíamos comentado la posibilidad
de ascender al mismo según viésemos el trascurso de la ruta. Como ya dije, en
esos momentos no identificamos el nombre de la cima, y eso que algunos ya la
habíamos ascendido más veces. Pasamos por el collado y emprendimos la subida
por la otra ladera desde la que vimos parte de Canseco al Norte.
La
cota alta de esta cresta era muy rocosa y solo Mª Jesús decidió ir por la misma
mientras el resto seguíamos un sendero algo más bajo por el Norte. En algunos
puntos había agujas de roca de altura considerable o formaciones curiosas, como
una que parecía la cabeza de Bart Simpson. Imaginación al poder.....A una de
ellas se encaramó José Luis y le saqué unas fotos.
Guiomar
no iba animada para subir al Bodón, así que junto a José Luis optaron por
iniciar el descenso más o menos por la senda que llevábamos en el track del
GPS. Álvaro, Mª Jesús y yo continuamos avanzando hacia la misma mientras
inesperadamente la niebla apareció por el Sur cerrando casi todo el paisaje. A
las 16:15 horas alcanzamos la cima del Bodón, que repito, no pudimos confirmar
en ese momento. La misma tiene 1843 metros y nos sacamos unas fotos. Un poco
más al Oeste se veía otra cima de similar altura a la que se acercaron ellos
dos. Yo quedé haciendo la tarjeta para dejarla entre las rocas. Dijeron que se
veía Cármenes desde allí, eso, unido a que no veíamos otras cumbres más altas,
daban a entender que se trataba del Bodón de Cármenes.
Al
final estuvimos casi una hora allí antes de emprender la bajada mientras las
nieblas se esparcían movidas por el viento. Optamos por bajar directamente por
la ladera Norte haciéndolo oblicuamente al encuentro de la ruta del GPS
(móvil). La loma herbosa descendía hacia el hayedo por el que habíamos subido
por la mañana y que tuvimos la suerte de disfrutar de nuevo con la luz solar
del atardecer que se colaba entre las nieblas destacando las tonalidades ocres
del mismo.
Tras
un tramo más suave nos metimos en una pendiente vaguada que nos introdujo de
lleno en dicho bosque. Dentro del mismo volvimos a encontrarnos rincones de
postal con las piedras tapizadas por el verde musgo entre la hojarasca marrón e
incluso algunos helechos. Bajamos por él hasta que enlazamos con el camino de
subida no lejos de donde habíamos salido del bosque. En vez de continuar por él
optamos por seguir por la otra margen del Regato del Monte Bodón entre la
arboleda mientras la luz solar iba menguando visiblemente. No evitó esto el
poder sacar unas fotos impresionantes con el flash de los retorcidos troncos,
piedras y otros elementos que íbamos encontrando. En un tronco agujereado nos
sacamos alguna instantáneas con la cabeza en dicho hueco. Otro estaba cubierto
de musgo del que crecían varios tipos de setas. Como digo, a simple vista no
destacaban ya por la falta de luz, pero las fotos con flash quedan
espectaculares.
Ya
apenas se veía y preferimos cruzar el arroyo para meternos ya al ancho camino
por el que habíamos subido por la mañana. Aún nos restaban algo más de 2,000 Km
de ruta y eran las 18:35 horas. Cruzamos la cancilla de cadena cerca del primer
puente que encontramos y por el que ahora decidimos salir ya a la carretera.
Solo nos encontramos un par de vehículos en ella, pero encendí la linterna del
móvil para ser vistos en este tramo final de la ruta de unos 700 metros. Justo
frente a nosotros vimos como se iba iluminando el cielo por la salida de la
luna llena de ese día detrás de las cimas, aunque no llegamos a verla ya que
las nubes lo impidieron.
A
las 19:15 horas terminamos Álvaro, Mª Jesús y yo la ruta cuyos datos del GPS
son estos: 12,100 Km y 800 metros de desnivel acumulado. Les había dejado la
llave a José Luis y Guiomar y estaban esperando en la furgoneta. Optamos por
bajar a Cármenes y cambiarnos allí. Luego entramos en el bar a tomar un
refrigerio antes de emprender el viaje de regreso a las 20:10 horas. La
furgoneta ya tenía una capa de rocío cuando lo iniciamos con la luna llena
iluminando el paisaje entre las nubes que seguían “corriendo” por el cielo.
Sin
novedades hicimos el trayecto hasta León donde llegamos a las 21:00 horas. Dejé
a los compañeros en diferentes puntos y llegué a casa a las 21:45 horas.
Como
apunté al inicio, la pandemia del Covid 19 de este año nos está afectando de
manera considerable en la vida cotidiana y por lo tanto también en lo
concerniente a la práctica de las actividades deportivas que se realizan
habitualmente. En nuestro caso se traduce en la prohibición de la realización
de las rutas al no poder en muchos casos abandonar el lugar de residencia. Nos
“robó” la primavera y ahora parte del otoño. A ver en lo que queda......
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