1ª TRAVESÍA “CERECEDO – COLLADO
DE LOS SILLARES – CERECEDO”
25-01-20 (Sábado)
Ruta
destacable la de este sábado en Cerecedo, pueblo de la ribera del Porma muy
cercano a Boñar. Dado que la previsión del tiempo no era muy halagüeña para
este día, nos quedamos en esta cercana población para recorrer los valles
próximos a la misma y hacer una travesía que al final alargamos hasta tal punto
que los datos de la misma, al final reflejados, resultaron incluso más
significativos que algunas de las ascensión hechas anteriormente.
Salimos
a las 8:45 horas de León con algo de retraso por la tardanza de uno de los
participantes de la ruta. En mi furgoneta nos acomodamos los cinco componentes
de la misma: José Antonio, Álvaro, Guiomar, José Luis y yo. Por la autovía
llegamos a Puente Villarente donde la abandonamos para seguir el viaje por la
nacional hacia Boñar. En este pueblo paramos unos minutos a desayunar antes de
proseguir la marcha con las nieblas cerradas por encima de nosotros. Pocos
kilómetros más arriba se encuentra Cerecedo, al que entramos tras cruzar un
puente sobre el Porma. A las 10:05 horas aparcamos a la vera de este río y a
una altitud de 985 m.
Nos
preparamos e hicimos una foto de grupo antes de emprender la marcha a las 10:25
horas por un camino que seguía la ruta señalizada “PR LE 56 – Por el Porma”.
Paralelo al río transcurre este primer tramo de nuestra travesía con apenas
desnivel de momento. Un indicador en un tronco marcaba la presencia de una
fuente cerca del mismo cauce, aunque a simple vista no la encontramos. Las
nieblas seguían altas cubriendo las cumbres, aunque por el Norte vimos como
abría algo.
Tras
1,100 Km hechos abandonamos este ancho camino para dar un brusco giro por otro
similar, aunque menos transitado, que subía mas pendiente por la loma y en
dirección contraria. Una estaca marcaba la dirección incorrecta del PR que
abandonábamos. Poco a poco fue ampliándose la vista de esta parte del valle del
Porma apareciendo Valdecastillo en la margen de la carretera más arriba. Los
robles y escobas escoltaban ahora el camino que en algunos puntos incluso era
invadido por éstas últimas.
De
nuevo fuimos cambiando de dirección girando hacia el Nordeste y cruzando una
cancilla mientras los robles aumentaban convirtiéndose en bosque. El camino
transcurría ya por las laderas del valle del arroyo de Cerecedo en el que nos
habíamos ido metiendo poco a poco. La niebla nos envolvía durante algunos ratos
mientras otros se desvanecía creando bellos efectos en el paisaje. Alcanzamos
el punto alto de la sierra dando vista al Norte y Oeste por donde emergían ya
numerosas cumbres entre las nieblas: Cueto Ancino, Prado Llano, así como otras
lejanas y nevadas de la zona de San Isidro. Justo debajo teníamos al Norte un
valle repoblado y lleno de plantas jóvenes protegidas por los tubos plásticos.
Volvimos a meternos hacia la ladera del valle de Cerecedo donde un pinar cubría
buena parte de la misma. En el camino encontramos algunos pequeños charcos
completamente congelados.
A
las 12:40 horas, tras 6,600 Km hechos, alcanzamos un punto a 1482 metros de
altitud desde donde iniciamos un tramo de descenso en el que pisamos algo de
nieve. Entre pinos perdimos 78 m por el camino a lo largo de casi 2,000 Km
antes de emprender la remontada por encima de un collado hacia el que a la
vuelta bajaríamos desde ese mismo punto. Allí cambiamos de valle abandonando el
de Cerecedo para meternos en las lomas del de El Arvejal que baja hacia
Adrados, pueblo que divisamos en el fondo de dicho valle. Unos pocos metros más
adelante dejamos a la derecha un camino por el que también luego llegaríamos a
ese punto. También habíamos dejado de seguir el track del GPS, que bajaba al
collado mencionado, ya que la primera intención era llegar al collado de Los
Muertos, por debajo del pico Relance.
Entre
pinos y escobas el camino se situó de nuevo en la parte alta de la loma a lo
largo de un buen tramo, cruzando una especie de cortafuegos antes de llegar a
un punto en el que una señal indicaba la entrada a la reserva del Bosque de
Pardomino, acceso restringido sin autorización. Este bosque se sitúa en el
valle del Norte, hacia donde dimos vista enseguida divisando ahora parte del
pantano del Porma así como la Peña San Pedro con la enorme cruz en la cima, por
encima de éste. Entre los oscuros nubarrones que cubrían el cielo se veían
soleadas varias cimas de San Isidro.
En
el camino descendente hacia esa orientación vimos un refugio unos metros más
abajo, que podía ser apropiado para comer. No sabíamos si estaba cerrado o
abierto y la ruta no pasaba por él, aunque al final decidimos bajar. Perdimos
30 metros en 260 metros hasta esta caseta de piedra que encontramos cerrada.
Tampoco había donde acomodarse mucho salvo unas tejas que José Luis colocó a
modo de banco. En ello estábamos cuando comenzó a nevar copiosamente. José
Antonio nos comentó que conocía otro refugio en la dirección que llevábamos, y
aunque poco convencidos, decidimos remontar de nuevo ese tramo hasta el desvío
para seguir la ruta. Eran las 14:30 horas.
Viendo
el cambio del tiempo, cómo se alargaba la ruta y lo que quedaba aún para el
collado de Los Muertos, habíamos decidido poco antes cambiar el destino e irnos
hacia el collado de Los Sillares, más cercano y también con posibilidad de
cerrar la ruta circular. Ya en el camino hacia este paso subimos y bajamos por
la cresta pasando por el punto más elevado de la ruta a 1631 m de altitud. José
Antonio iba por delante y se desvió hacia un alto en el que se veían unas
antenas. El refugio del que habló no aparecía por ninguna parte y allí tampoco
estaba, por lo que nos dijo cuando le llamé por el móvil. Decidimos nosotros
seguir hacia el collado aprovechando que ya no nevaba. Entre pinos avanzamos
por el ya corto tramo descendente hasta llegar a esta cota de 1501 m cuando
eran las 15:25 horas tras 13,700 Km. Por encima del mismo se eleva un pequeño
pináculo con un hito de piedras al que nos encaramamos para comer en él. En
esos momentos no me di cuenta y fue en casa cuando comprobé que en septiembre
de 2013 habíamos estado en ese mismo punto cuando subimos desde Vozmediano al
pico El Sillar, algo más al Sur.
En
la base de las rocas encontramos un belén de cumbres entre las piedras.
Sentados en ellas nos dispusimos a comer mientras se escapaban algunas chispas
de agua nieve. Desde allí veíamos al Este la cima del Soberón un poco más
sobresaliente del resto. Por la loma del Sillar subía el pendiente cortafuegos
por el que aquel año habíamos alcanzado la cima. Ya estábamos recogiendo cuando
llegó José Antonio. Nosotros nos pusimos en marcha a las 16:05 horas por un
camino que descendía hacia el valle del Arvejal por la ladera Norte. José Luis,
que iba un poco tocado de una pierna, se había adelantado. En un punto del
camino atajamos por la pendiente loma evitando una gran curva del mismo. En la
vertiente Sur del valle se veía un gran pinar en el que comprobamos los efectos
de algunos temporales pasados de este invierno. Numerosos troncos y ramas
estaban partidos y cubrían el suelo, algunos en el mismo camino.
El
firme de la pista se encontraba cubierto por una fina capa blanca, helada en
algunos lugares. Encontramos una fuente con gran pilón de piedra y el agua
congelada por completo en el mismo. Este camino se dirigía a Adrados
directamente, aunque nosotros decidimos atajar por un collado y evitar más
rodeo, lo cual no sé si resultó mejor o peor por las subidas que tuvimos
después. José Luis había tirado por el camino y nos fue imposible contactar con
él.
Emprendimos
una fuerte subida por este ramal con el firme congelado en varios tramos hasta
llegar a un alto en el que se suavizó la pendiente. Íbamos al enlace con el
camino por el que habíamos subido por la mañana según el GPS y así resulto
cuando nos incorporamos a él a las 17:05 horas habiendo recorrido un total de
16,600 Km. Poco más de 200 metros recorrimos en este tramo común antes de
echarnos por la pendiente ladera hacia el collado ya siguiendo de nuevo uno de
los tracks que llevaba en el GPS. Por delante, sobre el valle de Boñar, se
formaron unos bellos efectos luminosos con los rayos solares colándose entre
las nubes.
Descendimos
bruscamente hasta esta cota de 1396 metros para meternos en un camino que
parecía desbrozado de hacía poco tiempo. Entre pinos y escobas avanzamos casi
sin desnivel antes de salir a una cresta más despejada desde la que vimos de
nuevo Adrados por debajo de nosotros al Suroeste. Al Noroeste, sobre las cimas,
disfrutamos de un bello y curioso efecto formado por las nubes que “lamían” y
se deslizaban pegadas a la montaña como manos fantasmagóricas. Dejamos atrás un
gran pino solitario y llegamos al collado Valdeloso, 1345 m, anterior a unas
rocas. Desde allí nos echamos hacia el Sur por el camino pendiente y pedregoso
que zigzagueaba loma abajo hasta enlazar con otro más ancho por el que de nuevo
nos tocaba ascender mas suavemente. No tardamos en divisar Boñar y parte de la
vega en la que se emplaza y Adrados ya por detrás de nosotros.
De
un punto de este camino marcado en el GPS salía un sendero casi vertical hacia
la cresta por el que José Antonio decidió subir para ver si atajaba algo. Yo
opinaba no hacer ya más experimentos dado la hora que era e ir a lo seguro, por
lo que el resto decidimos seguir por el camino que nos llevó hasta las
cercanías de unas antenas marcadas en el GPS. Allí abandonamos el track de
referencia, que bajaba hasta la carretera por ese valle, y sí subimos un poco
hasta la cresta para emprender ya el descenso por la ladera contraria en medio
de un pinar. Eran numerosos los caminos que en el navegador estaban indicados
de bajada al pueblo y mientras anochecía fuimos tomando unos u otros perdiendo
altura. Yo iba algo preocupado por José Luis, al que había mandado un washapp y
no había visto y llamaba de vez en cuando sin respuesta. Ya bastante abajo nos
encontramos con José Antonio y al poco salimos a una carretera asfaltada cuando
eran las 19:17 horas. Llevábamos 23,300 Km hechos.
Por
la misma llegamos a un puente sobre el Porma por el que cruzamos encontrándonos
sentado en su petril a José Luis, que no hacía mucho había llegado tras bajar
por Adrados y Boñar. Resulta que había dejado el teléfono en la furgoneta. Con
las luces de los móviles y algún frontal continuamos por otro camino que nos
metió a unos prados por los que cruzamos antes de salir a la carretera
nacional. Escasos 200 metros anduvimos por ella antes de llegar a la entrada de
Cerecedo donde cruzamos de nuevo el Porma para recorrer ya los últimos metros
hasta donde teníamos la furgoneta.
A
las 19:41 horas terminábamos esta ruta, una de las más largas que he hecho, con
un total de 24,700 Km según el GPS y un desnivel acumulado de 1026 m. A pesar
de ello resultó bastante cómoda y entretenida. La climatología, salvo el rato
de nieve, nos respetó, y la niebla no muy cerrada nos permitió disfrutar de los
paisajes de valles y cumbres cercanas.
Nos
cambiamos y nos pusimos en marcha a las 20:00 horas. En Boñar hicimos una
primera parada en un supermercado donde tenía que comprar algo de pan, que no
me quedaba nada en casa. Una segunda la hicimos en un bar donde tomamos un
refrigerio unos minutos. Sin novedades hicimos el trayecto hasta León donde
fueron quedando los compañeros antes de llegar a casa a las 21:50 horas.
MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA GPS:
VISTA SATÉLITE
LEÓN
BOÑAR
CERECEDO
VALLE DEL PORMA
HACIA EL SUR
EL CAMINO DEL VALLE DE CERECEDO
ADRADOS
POR LA CRESTA
REFUGIO
SOLEADAS CUMBRES NEVADAS AL NORTE
NIEVA
COLLADO DE LOS SILLARES
SOBERÓN EN EL CENTRO AL FONDO Y EL SILLAR A LA DERECHA
VALLE DEL ARVEJAL
SUBIENDO AL COLLADO
VALLE DE BOÑAR
CURIOSAS NIEBLAS SOBRE LAS CIMAS
PINO SOLITARIO EN LA CRESTA
DESCENSO POR EL VALLE DE ARVEJAL
BOÑAR
ADRADOS
BAJANDO A CERECEDO
YA ANOCHECIDO
EN EL ASFALTO
CERECEDO
LEÓN
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