XVII TRAVESÍA NOCTURNA.
2ª TRAVESÍA “PARDAMAZA- PRIMOUT – PARDAMAZA”.
19/20-06-10
Una vez más hemos realizado una marcha nocturna como ya es habitual en la época estival. En esta ocasión nos desplazamos a la zona berciana de Toreno, concretamente a Pardamaza, donde comenzamos la ruta hasta Primout por el valle del mismo nombre. Hace cinco años, en el II Encuentro del club, hicimos esta misma travesía un domingo.
Hasta última hora tuvimos la duda de poder hacerla o no ya que no había socios que se animasen para ello. Al final sólo cuatro fuimos los decididos a realizarla: Mª Jesús, Esteban, Álvaro, y yo, lo cual no fue impedimento para que resultase una grata experiencia llena de aventura.
SABADO 19
Poco antes de las 21:00 horas llegó Álvaro a mi casa de donde salimos en mi furgoneta algo más tarde en busca de Mª Jesús a la que recogimos cerca de su casa. Por último se nos unió Esteban en San Miguel del Camino y sin más emprendimos el viaje hacia el destino. Camino de Pardamaza pudimos disfrutar de una bella puesta de sol desde el puerto Manzanal. Tras pasar Bembibre nos desviamos hacia Toreno por donde pasamos minutos más tarde. Allí se encuentra el cruce hacia Librán donde tuvimos la primera incidencia. Entramos al pueblo de estrechas calles donde tuvimos que hacer maniobras para salir de alguna de ellas. Por fin cogimos la carretera a Pardamaza deteniéndonos unos minutos en un mirador sobre el cañón. En el cielo apenas quedaban ya los últimos resquicios de claridad. Eran las 23:00 horas. En el último tramo hasta el pueblo vimos por nuestra derecha un gran animal que se metía por la cuneta.
A las 23:15 horas llegamos a Pardamaza, 990 m, parando a la entrada donde unos carteles marcaban la ruta que íbamos a hacer. Hasta allí habíamos recorrido 120 Km. Entramos al pueblo en busca de una fuente donde coger agua y cenar. En la parte alta del barrio de arriba la encontramos y allí mismo nos acomodamos. Estábamos a las afueras donde solo vimos una casa solitaria.
DOMINGO 20
Al terminar nos preparamos para la ruta y volvimos a bajar con la furgoneta hasta el comienzo de la misma al lado de unos enormes castaños. Estábamos allí cuando llegó un vehículo con un matrimonio del pueblo con los que entablamos conversación. Nos indicaron el comienzo de a ruta desde allí y nos aconsejaron dejar la furgoneta más dentro del pueblo.
A la 1:00 h. emprendimos la marcha por el camino que bajaba cercano al cementerio de la localidad. Tras haber recorrido unos 500 metros tuve que retroceder y subir en busca de los bastones que habían quedado olvidados donde los árboles. De nuevo reunidos continuamos bajando hacia el río Pardamaza que atravesamos por un puente hacia la parte contraria en la que un indicador de madera nos marcaba la dirección a seguir.
Esta ruta está marcada como PR LE – 43 y a lo largo de la misma existen numerosas estacas que la van señalando, aunque no siempre en los lugares más necesarios, como enseguida comprobamos. Estábamos bordeando un cerro que daba paso al valle de Primout por el que trascurre la ruta. Pues bien, encontramos un cruce en el que la estaca estaba del lado del que íbamos y no del que había que seguir. Cómo sabíamos que había que bajar al río comenzamos a descender hasta que vimos que giraba de nuevo hacia el pueblo. Retrocedimos y subimos de nuevo cogiendo el otro ramal. Enseguida oímos a Manolo, el vecino con el que habíamos hablado, indicándonos con una voz que ahora sí íbamos bien. Nos estaba viendo desde su casa al llevar nosotros las linternas. No tardamos en encontrar una estaca donde realmente no hacía ya falta.
Giramos por la ladera del valle de Primout entrando entre algo de arboleda. Estuve intentando hacer una foto de la silueta del valle con la exposición larga, pero no salía nada. Ahora retocándola sí se ve pero muy distorsionado. No tardando pasamos una cancilla para el ganado y bajamos más bruscamente después de la misma. Así llegamos al puente sobre el río Primout con barandilla por un lado. Un indicador marcaba 2,500 Km. a Pardamaza y eran las 2:25 horas.
Seguimos caminando por el sendero pasando una zona de helechos y algunos arbustos. Por el lado izquierdo encontramos también pared de roca y algunos tramos de vegetación entre la que caían algunas pequeñas cascadas. Más adelante pasamos una pradera y enseguida hicimos una parada para descansar, sobre todo los hombros. Eran las 3:00 horas.
Tras unos minutos de relax retomamos la marcha encontrando poco después un prado con ganado acostado. Con los frontales se veían relucir los ojos de las reses. A las 3:20 horas llegamos a las Brañas de Santa Cruz situadas al otro lado de un puente que atravesamos. Se trataba de unas cuadras con un refugio adyacente en el que había literas y una chimenea. En esos momentos vimos cómo se escapaban unas diminutas gotas de lluvia de algunas nubes que habíamos visto rondando.
De nuevo en el sendero pasamos una zona de ramaje que se cerraba por encima de nosotros. Más adelante encontramos un puente sobre el río formado por dos troncos paralelos unidos y otro a modo de barandilla. Luego el río abnegaba parte del sendero y tuvimos que sortearlo agarrados a las ramas de los árboles cercanos. Encontramos una zona con tapiales de piedras con el camino encharcado y embarrado. Lo evitamos entrando en un prado y pasamos otra zona de arbustos entre ramaje bajo y entrelazado saliendo de nuevo al camino.
Por él caminamos un tramo antes de encontrarnos con que el río una vez más inundaba la ruta. Un sendero improvisado por la ladera permitía sortear este paso de unos 20 metros para seguir más cómodamente por la ruta que se iba alejando del río bruscamente quedando éste por debajo. La pendiente se hizo más evidente en algunos tramos y otros se mantenía más suave.
Así llegamos a un edificio de piedra dentro del cual se encuentra el cementerio de Primout. Allí se nos perdió el sendero y salimos a una pista ancha por la que nosotros no habíamos ido en aquella ocasión. Por debajo vimos resaltados los ojos de un animal que supusimos era un gato. A las 5:05 horas entramos en Primout tras atravesar una cancilla de ganado. Hasta allí hay 7,200 Km. y estábamos a 1240 m de altitud.
Por la calle principal avanzamos viendo los edificios de piedra, madera y pizarra. Había varios derruidos y otros en restauración. Dejamos atrás la iglesia y un puente de piedra en el que se podía leer el nombre del pueblo hecho con guijarros. Vimos algunos vehículos por allí aparcados. Llegamos a la zona del merendero donde buscamos un lugar para colocar la tienda. Al final nos pusimos allí mismo a montarla cerca de una barbacoa del merendero. Echando una mirada al cielo vimos como ya comenzaba a clarear por el Este. Tras terminar el montaje de la misma nos metimos dentro para intentar dormir unas horas al menos. Eran las 6:00 horas.
Yo pasé bastante bien el resto de la noche y me levanté poco antes de las 10:00 horas. El cielo estaba despejado salvo algunas nubes sueltas que no amenazaban lluvia. Desde allí teníamos una vista de parte del pueblo al otro lado del río.
Los planes para ese día eran la ascensión al pico Pedrosillo, situado justo encima del pueblo aunque no visible. Para ello teníamos que coger un sendero que salía de la pista por la que habíamos entrado en el pueblo y que llegaba desde Páramo del Sil, a 10 Km de allí. Al final nos liaron y no conseguimos subir ninguna cumbre, y lo explico.
Tras desayunar estuvimos buscando un lugar donde poder dejar la tienda, sacos y demás un poco escondidos para no cargar con ellos. Pues bien, un vecino del pueblo, el único que reside allí todo el año, nos dijo que podíamos dejarla montada allí sin problema alguno y dentro lo que quisiéramos. Hablando de los planes que teníamos con él y otro vecinos nos indicaron que era mejor seguir el valle aquel hasta casi su cabecera y luego por un cortafuegos alcanzar la cumbre del mismo. A mí me seguía sin convencer la situación que nos daban del pico ya que en el mapa se veía justo encima del pueblo, al Norte, y ellos nos lo indicaban mucho más al Este.
Lo recogimos todo y emprendimos la marcha con la comida y poco más en las mochilas. Ya eran las 12:15 horas cuando salimos del pueblo por un camino paralelo al Arroyo De La Pila. Enseguida dejamos atrás un par de cabañas y poco después otra edificación que nos pareció un antiguo molino. Poco a poco el camino se fue difuminando y terminó en el mismo cauce del río. Cerca vimos un tronco caído sobre él y con equilibrio lo atravesamos. Al final no resultó tan difícil e incluso algunos nos paseamos varias veces sobre él.
Ya por la margen izquierda del arroyo, mirando a su nacimiento, continuamos la marcha por el camino que traíamos. Pronto se convirtió en sendero y se metió por unas praderías en las que vimos numerosas reses pastando la verde hierba. El arroyo se alejaba y se acercaba de continuo y en él vimos algunos pequeños saltos. Las ladera derecha del valle estaba cubierta por bosque formado de diferentes especies arbóreas, lo cual hacía un mosaico de tonos verdes impresionante. En la contraria, por la que íbamos nosotros, solo se veían arbustos y escobas. Íbamos atentos para ver si encontrábamos el cortafuegos que se suponía subía hacia la cumbre, pero no había nada parecido. Poco a poco fuimos viendo la cabecera del valle con lo que bien podía ser la cumbre y unas pistas por debajo. Según el mapa la altitud de aquella cima era de 1834 metros y para nada se correspondía con la situación del Pedrosillo, de 1636 metros y emplazado encima del pueblo.
El sendero comenzó a subir por la ladera, lo cual nos animó un poco, aunque no tardamos en comprobar cómo se volvía a difuminar en unas rocas con fuertes cortados al arroyo. Las sorteamos por encima y bajamos de nuevo hasta llegar al arroyo una vez más. Por unos palos y ramas cruzamos el mismo a ver si seguía el sendero por allí y no vimos nada que lo indicase. Comenzamos a subir por otra zona rocosa viendo entonces al otro lado el sendero claramente. Aquí había discrepancias de opiniones. Álvaro y yo pensábamos que era mejor seguir subiendo por allí que parecía más despejado. Mientras Esteban había subido de nuevo al sendero y tras recorrerlo unos metros nos convenció al resto para seguirle. Volvimos a bajar y cruzar el arroyo para coger esta senda que entraba hacia una vaguada que según el mapa se conoce como Valgrán. El sendero se veía bien marcado de momento y subía por la misma paralelo a uno de los ramales del arroyo De la Pila. La alegría duró poco una vez más. Enseguida se nos volvió a cerrar la maleza en torno a nosotros sin lugar por donde continuar. Esteban y Mª Jesús exploraron algunos senderos medio marcados que subían pero sin éxito alguno. En contra nuestra teníamos el tiempo. Eran las dos de la tarde, teníamos que parar a comer, volver a Primout, desmontar la tienda y bajar a Pardamaza a una hora decente.
Optamos por emprender el regreso allí mismo ya que además a la cumbre nos quedaba un desnivel de no menos de 500 metros aún cogiendo un buen sendero. Retrocedimos por el mismo lugar hasta un punto donde la senda se bifurcaba. Allí cogimos el ramal alto ya que parecía que salía de la maleza de la vaguada. Por él, a media altura, fuimos siguiendo la orografía del terreno unos cuantos metros por encima del arroyo. Comprobamos desde allí que no muy por encima de donde habíamos estado en la parte contraria pasaba una pista debajo de un pinar. Ahora ya no servía de nada y continuamos avanzando por el sendero bien marcado que no tardó en complicarnos por enésima vez la marcha. Las escobas altas y cerradas hacían dificultoso el avance teniendo que agacharnos en numerosos lugares para sortearlas. El sendero estaba bien marcado, pero se veía que era de ganado que no tiene dificultad alguna en trotarlo. Estaríamos allí a unos 1400 metros de altitud.
Ya un poco cansados decidí adelantarme unos metros a ver el panorama. No era mejor que lo encontrado anteriormente y además se perdía aún más la senda entre los matojos. Sí que conseguí ver el pueblo a mucha distancia de allí y varios metros por debajo. A lo tonto habíamos subido unos 100 metros por encima del cauce hacia el cual no había bajada posible directamente.
A las 14:35 horas emprendimos una vez más otro regreso hacia el desvío mal tomado antes. Allí cogimos la senda buena que bajaba hacia el arroyo al que no llegamos ahora ya que antes pasamos de nuevo por encima de la zona rocosa. A las tres de la tarde nos situamos por fin a la vera del cauce en el sendero sin dificultad alguna.
Pues bien, si no había sido poca la aventura, aún nos faltaba otra por contar. Iba Mª Jesús delante cuando de pronto la oímos dar un grito y volverse. Yo conseguí ver algo por delante de ella y me pareció un perro grande. No tardé en ver ya de lejos una familia de jabalís con cinco miembros que subían por ladera arriba a toda prisa. Mª Jesús estaba aún con el susto en el cuerpo. Se los había encontrado de frente y a poca distancia de ella.
Seguimos avanzando por la senda entre arboleda y pasando algunos regatos. Al llegar a las verdes praderías donde pastaban las vacas decidimos parar a comer cerca del arroyo a la sombra de unos árboles. En la hierba nos dispusimos a ello cuando eran las 15:40 horas. Mª Jesús se dio un remojón en el río y otros nos tumbamos un rato tras la comida.
A las 16:20 horas retomamos la marcha pasando al lado de la ganadería en la que vimos un enorme toro. Poco más adelante esta el tronco por el que antes habíamos pasado, pero decidimos seguir el camino de esa otra parte del arroyo. Dejamos atrás unas cuadras en las que había unos perros que nos ladraron al paso y enseguida vimos las primeras casas de Primout. A las 16:35 horas entramos en éste y allí cerca estaba el merendero y la tienda.
Sin pérdida alguna nos dispusimos s a recogerlo todo y reorganizarlo en las mochilas que ya hacían mella en los hombros. Estuvimos un rato de charla con el vecino aquel y una hora después de llegar emprendimos el regreso hacia Pardamaza.
Antes de salir del pueblo nos acercamos hasta la fuente que había detrás de la iglesia. En ella cargamos agua en las cantimploras y minutos después, a las 17:45 horas, salimos de Primout para coger esta vez la senda en vez de la pista. Poco después llegamos al cementerio donde la senda pasaba al lado de la pista en el punto donde la habíamos abandonado la noche anterior. La senda comenzó a subir suavemente cogiendo altura sobre el río Primout y tuvimos una amplia vista del valle. Cerca del río podíamos ver algunas verdes vegas con arboleda. Hacia atrás se alzaban algunas de las cumbres bajo las cuales habíamos caminado por la mañana.
Tras un rato de ascenso comenzamos a descender visiblemente hacia el río. Cerca del mismo encontramos La Fuente de Las Mozas, un manantial que salía entre musgo y unas losas de piedras colocadas a tal efecto. Según nos habían contado, esa fuente debe su nombre a que antiguamente las jóvenes que subían desde Pardamaza a la fiesta de Primout, a finales de julio, se lavaban y adecentaban en ella antes de llegar al pueblo. Allí cerca se encontraba el paso superior que evitaba el tramo inundado por el río. Seguimos luego a su vera y más adelante salimos a un prado evitando otro trecho embarrado. El siguiente transcurría entre paredes de piedras a modo de tapiales y tuvimos que agarrarnos a un tronco sobre el río para salvar un paso también inundado.
Entre arboleda que nos salvaba del sol ardiente caminamos cerca del cauce y así llegamos al par de troncos unidos y con otro como barandilla sobre el río. Los tres tuvieron el capricho de pasar por ellos hacia un lado y otro. Como niños.....
Pasamos entre ramaje espeso y no tardamos en llegar a las Brañas de San Cruz a las 19:10 horas. En esta ocasión no entramos hacia ellas y las dejamos atrás siguiendo siempre el sendero bien marcado con algunas estacas que encontramos de vez en cuando. De nuevo subimos un poco y volvimos a tener una amplia vista del valle iluminado por el sol del atardecer. Atravesamos el tramo de helechos y roca y a las 19:45 horas llegamos al puente de madera.
Desde allí se asciende bruscamente por la ladera contraria del valle y cruzamos la cancilla que impide el paso de ganado. Álvaro y Esteban fueron cogiendo carrerilla y ya no les vimos más hasta el pueblo. Mª Jesús y yo lo tomamos con calma disfrutando de la vista del valle desde otra perspectiva. Tras un trecho más o menos llano entre arboleda salimos a cielo abierto entre escobas y matorrales. Allí ya teníamos cobertura de móvil y llamé a casa.
Poco a poco fuimos girando para meternos hacia el valle de Pardamaza que no tardamos en divisar en la ladera del mismo. De nuevo el sol le daba la iluminación perfecta para sacar unas cuantas fotos. Tras algunos zigzag del camino y ya descendiendo, llegamos al puente sobre el arroyo Pardamaza. Lo atravesamos y esta vez cogimos otro sendero hacia el pueblo para entrar por la parte contraria. Manolo nos había dicho que pasásemos por su casa al regreso y así lo hicimos. De los dos compañeros no sabían nada y nos acercamos hasta la furgoneta donde les encontramos. Eran las 20:50 horas.
Tras dejar las mochilas y cambiarnos volvimos hacia la casa de Manolo, quien nos había invitado a tomar un refrigerio y un pincho. Con él y la mujer, de cuyo nombre no me acuerdo, estuvimos de charla hasta pasadas las diez de la noche. Nos despedimos de ellos y sin más emprendimos el viaje de regreso a las 22:15 horas.
Por la estrecha carretera pasamos por Librán y llegamos a Toreno. Tras otros 12 Km entramos en la autovía por la que circulamos hasta Astorga. Ya por la nacional hicimos el siguiente tramo hasta llegar a San Miguel a las 23:50 horas. Allí nos despedimos de Esteban antes de proseguir hacia Armunia donde quedaba Mª Jesús y por fin Álvaro y yo en mi casa a las 00:10 horas. En el garaje tenía su coche con el que le quedaba el último tramo hasta Villaobispo.
Una vez más tenemos que calificar de grata experiencia la vivida este fin de semana. La marcha nocturna, principal objetivo de la actividad, transcurrió sin novedades y la diurna, a pesar de no alcanzar la cumbre elegida, no dejaba de ser algo secundario dentro de la actividad.
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