lunes, 21 de mayo de 2007

XI ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES / "CRUZ DE FERRO - EL ACEBO" 20-05-07

 


XI ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES.

MEMORIAL “FERNANDO ALGORRI”.

1ª TRAVESÍA “CRUZ DE FERRO- MANJARÍN- LABOR DE REY- CARRACEDO DE COMPLUDO- COMPLUDO- EL ACEBO”.

20-05-07                    (Domingo)

Un año mas, y es el undécimo, hemos celebrado el Encuentro de Montañeros Leoneses, “Memorial Fernando Algorri”. La edición de este ejercicio fue organizada por el “Club Polideportivo Astorga La Salle” y la Delegación de Montañismo de León. Como es habitual en los casos en los que el club organizador tiene sede en zona de montaña, la marcha de este año transcurrió entre las comarcas de La Maragatería y El Bierzo.
A las 8:00 horas estaba prevista la salida de los autocares desde Guzmán. Allí nos reunimos el centenar de montañeros que íbamos desde León. Cinco fuimos los participantes de nuestro club “Cumbres de León”: Piedad, José Antonio, Álvaro, Luis y yo. Por su parte, Antonio no se presentó en la salida tras haberle sacado yo el billete. Emprendimos el viaje por la nacional parando a recoger a otro participante en Villadangos. Entramos luego en Astorga donde se nos unieron los componentes del club organizador. Ya por las estrechas carreteras nos dirigimos hacia el alto de Foncebadón donde comenzaba la ruta al pie de la Cruz de Ferro, (1500 m), emblemático lugar dentro de la Ruta Jacobea. Allí había otros dos autocares que en los que habían ido los montañeros de Ponferrada y Villablino. Con el sol luciendo, pero nubes rondando por el sur, comenzamos la marcha a las 10:15 horas.
El primer tramo de la misma transcurre por el Camino de Santiago paralelo a la carretera. Entre pinares y brezo florido fue avanzando la columna multicolor de participantes. Ya avanzo que Álvaro y yo hicimos juntos toda la ruta mientras que al resto les veíamos de vez en cuando. Tras caminar algo más de dos kilómetros tuvimos a la vista el pueblo de Manjarín, (1450 m). Antes de llegar a él abandonamos el Camino de Santiago y tras atravesar la carretera entramos en una senda que partía al lado del cementerio. La misma nos fue metiendo en un bonito valle de descenso entre prados acotados por alambre electrificada que había que sortear. Por la ladera de dicho valle bajamos suavemente disfrutando del verdor de las praderas y los arbustos floridos. Al fondo de la vaguada se veían las nieblas matinales ascendiendo por las laderas. El sendero fue serpenteando por la falda y atravesamos el arroyo Manjarín casi en su nacimiento. Los rincones de aquel lugar eran realmente bonitos con los árboles ya floridos y el arroyo en el que vimos alguna cascada.
No tardamos en divisar en la ladera los restos de Labor de Rey, (1200 m), pueblo abandonado y ya medio derruido. Aún tuvimos que rodear algunas vaguadas y subir unos pocos metros hasta llegar al mismo cuando eran las 11:30 horas y tras 5 Km recorridos.
Allí estaban reunidos numerosos participantes algunos de los cuales aprovechaban para tomar un bocado. Yo me interné entre las varias edificaciones en estado totalmente ruinosas para sacar algunas fotos de las mismas. Se podían contar cerca de una veintena de casas y la iglesia, cuya torre se mantenía en pie. Según comentaron, la habían restaurado y algunos desalmados la quemaron poco después. De hecho se veían los restos de la fogata al lado.
Casi una media hora mas tarde retomamos el camino entre la arboleda y los arbustos cargados de flores multicolor. Destacaba la flor morada de lavanda que cubría buena parte del terreno. En algunos lugares la maleza cerraba casi el sendero, pero estaba bien marcado y no había problema alguno de despiste. Ahora íbamos más o menos llaneando aunque de continuo había pequeñas subidas y bajadas. Por delante se veía la hilera de montañeros entre la vegetación. En algunos lugares podíamos ver claramente el camino armado de piedras. Por las laderas de la parte contraria iba bajando la niebla que antes habíamos visto ascender, lo que no era buena señal.
Poco a poco vimos como el sendero descendía visiblemente ya que sabíamos que teníamos que bajar hasta el río. Antes de llegar a su altura bajamos un tramo de fuerte pendiente que además estaba algo resbaladizo. Por la margen del río Carracedo caminamos unos metros entre arboleda antes de llegar al puente de paso construido para la ocasión por el club astorgano.
Se trataba de un puente hecho con dos troncos gruesos atravesados sobre el cauce y varios más pequeños como base. Incluso habían construido un pasamanos por si alguien tenía vértigo. La altura era de poco más de un metro, pero el río bajaba con bastante caudal. Hasta allí llevábamos casi 9 Km y eran las 13:15 horas. La altitud era de 950 metros.
El siguiente tramo transcurrió al lado del río por la margen izquierda y entre arboleda. Poco a poco comenzamos a ascender por la ladera contraria y los árboles dieron paso a las escobas y arbustos de gran altura. De esa forma alcanzamos un punto alto desde el que se divisaba gran parte del valle, aunque las nieblas cubrían gran parte del mismo. Fue en esos momentos, las 13:30 horas, cuando apareció la primera lluvia de la jornada. Sin apenas apreciarlo se había cubierto por completo el cielo y escuchamos también varios truenos fuertes. Tuvimos que sacar los chubasqueros antes de continuar ascendiendo hacia Carracedo de Compludo, (1100 m), para el que ya quedaban pocos metros. Pasamos una zona rocosa del sendero y enseguida divisamos el pueblo en la confluencia de varios valles. Poco antes de las dos de la tarde entramos en él con el podómetro marcando 10,500 Km. Iba éste coincidiendo casi a la perfección con lo señalado en la hoja de ruta.
En cualquier lugar bajo el que resguardarse se acomodaba el personal comiendo. Atravesamos el pueblo y al final fuimos a dar donde estaba Luis y Piedad junto con otros compañeros en una especie de pajar. Allí mismo nos acomodamos nosotros para comer tranquilamente y esperar a ver si al menos cesaba un poco la lluvia. Por las calles se veían indicios de las obras que se estaban llevando a cabo para la reparación de las mismas.
Media hora más tarde retomamos la marcha. Desde allí había dos opciones marcadas, una corta que bajaba por una pista hacia la carretera de Compludo y El Acebo y la larga que iba por el monte hasta el primer pueblo. Al final, como en esos momentos no llovía mucho, decidimos hacer la larga. Salimos por un sendero que fue bordeando otra vaguada hasta la ladera contraria a la del pueblo desde la que tuvimos una bonita vista del mismo. Por debajo veíamos la pista por la que bajaban numerosos participantes que se habían decidido por la opción corta. Entre arboleda fuimos ganando altura con tramos mas o menos pendientes. No tardamos en meternos en la misma niebla y el paisaje se tornó un tanto místico. De esa forma alcanzamos el collado que comunica los dos valles a una altura de 1165 metros. En el mismo un indicador señalaba las direcciones de Carracedo, Compludo y Palacios de Compludo. La niebla en aquel claro rodeado de arboleda daba al lugar un tono realmente misterioso. Eran las 15:30 horas y llevábamos 13,600 Km.
Sin apenas detenernos continuamos la marcha ahora de bajada hacia Compludo. La pendiente se hizo considerable entre el bosque apenas visible en la niebla. En aquel tramo pudimos disfrutar de otros bellos rincones formados por verdes helechos entre los rojizos ya secos. La humedad resaltaba los tonos de forma increíble.
No tardamos en divisar el pueblo entre los árboles ya que la niebla había ido quedando en la parte alta. Tras unos metros mas de descenso entramos en Compludo, (850 m), cuando eran las 16:10 horas y tras 15,300 Km. Estábamos en el punto más bajo de toda la ruta. Comento aquí que en un principio pensé que era el pueblo por el que habíamos pasado en la ruta de hace dos años de Pobladura, y Bouzas, pero luego me di cuenta de que aquel era Palacios de Compludo situado más arriba.
Como ya viéramos en Carracedo, numerosas casas conservaban las antiguas balconadas de madera y los tejados de pizarra tan típicos del Bierzo, en el que por cierto ya habíamos entrado poco antes de pasar el puente de troncos dejando la Maragatería atrás. En una fuente cargamos agua antes de comenzar el último pero “peor” tramo de la ruta. A la entrada del pueblo por la carretera se encuentra la iglesia de San Fructuoso del siglo XVI en cuya fachada se puede ver una imagen del santo. Igualmente en un alto había una cruz a la que se accedía por una escalera de piedra pegada a la roca.
Salimos de Compludo por dicha carretera, que baja suavemente en su primer tramo, mientras de nuevo se ponía a llover. A un kilómetro se encuentra el desvío a la Herrería de Compludo, la cual habíamos visto por fuera hace unos meses en la salida del Belén de Cumbres. Ahora no nos desviamos y comenzamos a ascender ya con dirección a El Acebo, final de la ruta. A escasos 300 metros sale la pista que baja de Carracedo por la que se hacía la ruta corta que tenía unos 3 Km menos de recorrido. Dejamos esta atrás y enseguida abandonamos la carretera hacia una senda de pendiente pronunciada que se introducía de lleno entre la arboleda y el matorral.
Enseguida ganamos altura y dejamos por debajo la carretera que serpenteaba por la ladera. Una vez más entramos en la niebla mientras las piernas ya se iban resintiendo un poco. La razón de que antes apuntase que era el “peor” tramo de la ruta no era otra si no porque es el que más desnivel de subida tenía y además cuando ya llevábamos unos cuantos kilómetros encima. Ya bastante arriba pasamos un tramo bastante abierto entre escobas floridas. Así, sin casi darnos cuenta a causa de la niebla, entramos en El Acebo cuando eran las 17:30 horas. El podómetro marcaba 18,600 Km., 600 metros más que lo señalado en la ruta, lo cual no es significativo en absoluto.
Enseguida vimos en la calle al personal congregado bajo una lona azul preparada entre dos casas. Allí habían colocado mesas en las que habían dispuesto la merienda a base de embutido, empanadas, refrescos, etc., así como hojaldres de Astorga, como no podía ser menos. La lluvia caía sin cesar y a ratos arreciante. Por parte de los organizadores se entregó a cada participante una camiseta, unos libros y folletos. A cada club también nos dieron una bolsa con unos detalles, entre ellos chocolate de Astorga. La insistente lluvia impidió hacer allí la entrega de la placa conmemorativa al club La Salle por parte del próximo organizador que será el club de Cistierna, Los Rejos, así como el sorteo de regalos. Todo ello se hizo luego en los diferentes autocares. Lo cierto es que fue realmente un fastidio.
A las 18:30 horas nos encaminamos hacia los vehículos donde yo me cambié la ropa húmeda de arriba. No tardando emprendimos el regreso saliendo de El Acebo por estrechas calles donde el autocar pasaba a escasos centímetros de las casas. Durante el viaje sortearon tres regalos en nuestro autocar. Subimos el puerto Foncebadón pasando por La Cruz de Ferro donde habíamos comenzado la marcha. Pasamos por Astorga esta vez sin parar y sí lo hicimos en Villadangos para que bajase el joven que había subido al ir. Con la lluvia acompañándonos entramos en la capital parando en Guzmán sobre las 20:30 horas. Aquí llegó a la vez mi hermana Juli con la furgoneta tras haberla avisado anteriormente para que fuese a recogerme.
Y eso fue todo lo acontecido durante esta señalada jornada montañera. Si bien la primera parte de la jornada fue totalmente satisfactoria, el resto de la misma resultó de lo más desapacible. Lo más sentido en general fue el no poder celebrar la fiesta en condiciones sabiendo, por experiencia, lo mucho que cuesta organizar este tipo de eventos y la ilusión con que se prepara. Pero está claro, contra el tiempo no hay quien se oponga, y en esta ocasión nos “aguó la fiesta” literalmente.





























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