miércoles, 2 de mayo de 2007

LA CRESPA (Lago de Babia) 01-05-07

 


1ª ASCENSIÓN A “LA CRESPA”.

01-05-07            (Martes)

En esta festividad del primero de mayo hemos vuelto a realizar una salida más del club de montaña “Cumbres de León”. La acordada para esta fecha ha sido la ascensión al pico La Crespa, en la comarca leonesa de Babia. A la misma nos hemos animado a participar seis componentes del club: José Antonio, Álvaro, Luis, Javi F., Roberto y yo.
A las 8:00 de la mañana quedamos en Guzmán José, Luis, Álvaro y yo. En el coche de Luis emprendimos la marcha y ya en la gasolinera de la carretera de Caboalles nos reunimos con Javi y Roberto con el coche del primero. Optamos por hacer el trayecto por el pantano en vez de ir por la autopista. El cielo estaba completamente despejado en León, pero hacia el noroeste donde íbamos se cerraban las nubes en las cumbres. La previsión no era nada buena tampoco.
Así bordeamos el pantano de Luna y entramos en Babia poco después. A las 9:30 horas más o menos llegamos a Lago de Babia, (1339 m), donde no solo estaba nublado, si no que se escapaba la nieve. Nos preparamos para la ascensión al pico completamente cerrado tras las nieblas. Alrededor de las 9:50 horas nos pusimos en marcha por un camino que salía al lado de la iglesia y el cementerio. Ascendimos suavemente por él encontrándonos algunos tramos inundados que sorteamos saliendo por los prados. Así llegamos al final del mismo y comenzamos a subir ladera arriba sin seguir sendero alguno. Por delante veíamos parte del macizo de La Crespa, pero su cumbre quedaba completamente tapada por las nubes. Por suerte soplaba un fuerte viento en las capas altas y de vez en cuando se abrían claros que nos animaban en esta ascensión.
Enseguida se adelantaron Javi, Luis y José Antonio que además iban cada uno por un lado. Mientras tanto Roberto, Álvaro y yo lo tomamos con más calma y subíamos cómodamente por la verde ladera de la falda plagada de tojos espinosos. El pueblo había quedado enseguida tapado tras una loma cercana a él, aunque ya veíamos en el mismo valle Las Murias y en el principal Quintanilla de Babia.
Progresivamente fue cambiando el terreno y comenzamos a ver más piedras en él. La pendiente seguía más o menos suave aunque había algunos repechos considerables. Por delante vimos un sendero que subía perpendicularmente por la loma y no tardamos en meternos en él. Roberto encontró un pequeño fósil de forma circular muy curioso. Al final del sendero había una verde pradera que comenzamos a bordear por una pequeña cresta que nos llevó a la parte rocosa del macizo. Por allí encontramos ya algunos neveros, restos del pasado invierno. También vimos por primera vez la cima de La Crespa, aunque en esos momentos no estábamos muy seguros si era realmente aquella.
Bordeamos una hoya y continuamos subiendo por la ladera rocosa que ya se empinaba en aquel tramo no tardando en ver una capa blanca de escarcha que lo cubría todo. Aún así se hacía llevadera la subida zigzagueando por ella sin sendero alguno como referencia. Por delante veíamos a José Antonio, pero de Luis y de Javi no sabíamos nada. Tras pasar aquel tramo empinado se suavizó la pendiente cerca de la cresta. Enseguida nos encontramos con más neveros por los que tuvimos que pasar. La nieve apenas se hundía y eso hacía más fácil avanzar. Tampoco eran éstos muy grandes. Las nieblas nos envolvían a ratos, pero el viento las disolvía enseguida.
De esa forma, y literalmente sin darnos cuenta, alcanzamos la cumbre cuando eran las 11:50 horas. Allí estaba José Antonio ya. Ninguna señal nos hacía pensar que estábamos en la misma ya que además hacia adelante continuaba el cordal hacia otro picacho de altura similar. Por él volvía Javi que fue quien nos confirmó que estábamos en La Crespa cuya altitud es de 2048 metros. Luis me llamó diciendo que estaba más adelante por aquel cordal, Luego supimos que estaba subiendo hacia la Malvosa, que estaba a un buen trecho de allí.
Por suerte las nubes no se estacionaban y nos dejaban disfrutar de un buen paisaje. Numerosas eran las cumbres que se veían desde allí. Muy cercano se alzaba el Montigüero seguido del Salgüeiro, y la Malvosa. Al lado contrario podíamos ver las cumbres del Cornón y el recientemente ascendido Muxiven. Por encima de Villablino estaba el Cueto Nidio y más al sur el Alto de La Cañada y la Penouta. Por el Este salían las Ubiñas, la grande cerrada de niebla en su cumbre. A todas ellas se sumaban numerosas más que no llegué a reconocer.
Enseguida llegó Luis y estuvimos comiendo un poco. Roberto y Javi habían comenzado a bajar enseguida ya que habían quedado para comer abajo con Ramón, Corín e Isabel que iban en un coche a mediodía. En un bote de cristal habíamos dejado nuestra tarjeta y recogimos otra. También sacamos la foto de grupo en la cumbre. En el valle se podían ver unas pocas casas del principio de Lago de Babia.
A la una de la tarde comenzamos a bajar nosotros cuatro. Pasamos de nuevo los neveros de la parte alta y continuamos por el borde que caía hacia el valle de La Fonfría que baja a La Riera, otra alternativa de subida a esta cumbre. Desde allí tuvimos una bonita vista del Montigüero y el Salgueiro en la cabecera de dicho valle. El sol y las nubes moteaban el paisaje dándole un tono destacado. Poco a poco fuimos desviándonos de la cresta y nos metimos en la ladera por la que había subido Javi. José Antonio se hizo una pequeña herida en la mano con una piedra.
Según fuimos bajando se fue separando éste de nosotros hasta perderle de vista como siempre. En la ladera estuvimos un rato parados mientras Luis tomaba un tentempié. Luego tuvo la ocurrencia del día. En unas piedras lisas estuvimos haciendo escalada libre y grabándolo con la cámara quedando un montaje de lo más original, no sin arriesgarnos a una buena caída de varios metros, mas o menos. Pasamos un rato divertido pero de nuevo una borrasca nos hizo retomar el descenso ya que se cerró del todo y comenzó a nevar una vez más. Como ya era normal, no tardó mucho en pasar el nublado y los claros volvieron a aparecer en el cielo.
Poco a poco fuimos perdiendo altura siguiendo ya la misma ruta de ascenso llegando enseguida a los verdes prados cargados de flores. Los arroyos que bajaban por la ladera encharcaban los mismos y se nos hundían las botas en la hierba. Tuvimos que atravesar una alambrada de espinos y hubo que buscar el sitio adecuado para ello. Así salimos al camino, también lleno de agua y barro, y en pocos minutos avistamos el pueblo. Echando la vista atrás se podía ver ahora la cumbre de La Crespa. Me quedé rezagado y con el automático me saqué una foto con ella de fondo. Retomando la marcha vi a Luis cerca del campanario de la iglesia y poco después a José Antonio al lado del coche.
A las 15:30 horas entré en Lago de Babia por el camino al lado de la iglesia. Por la mañana habíamos atajado unos metros y no la habíamos visto. En pocos minutos llegué al lugar donde teníamos el coche aparcado. Allí cerca había una fuente con pilón dentro del cual vimos un gran pez nadando. Seguidamente nos cambiamos de ropa y calzado y tomamos un pincho. Por allí andaba un gato que nos estuvo rondando hasta que marchamos. En pocos minutos se cerró de nuevo y comenzó a nevar con ganas.
Cuando íbamos a salir resultó que Luis no tenía las llaves. Muy lejos no podían estar y las encontró caídas al lado del coche. Eran las 15:50 horas cuando emprendimos el viaje de retorno a León. Como digo, en esos momentos nevaba copiosamente. Dejamos atrás Las Murias y ya en Cabrillanes vimos el coche de Ramón aparcado al lado de la carretera. Paramos también nosotros y entramos a tomar un café en uno de los restaurantes que había. Ellos estaban terminando de comer arriba y solo subí para despedirnos de ellos.
Poco antes de las cuatro y media volvimos a ponernos en marcha mientras continuaba nevando. Según fuimos avanzando hacia el este fue cesando y ya cerca del pantano de Luna no caía gota alguna. De éste fui sacando algunas fotos ya que estaba a reventar de agua. Volvimos a bordearlo y pasamos por La Magdalena camino de Camposagrado. Sin novedades recorrimos los últimos kilómetros hasta entrar en la capital minutos después de las 17:30 horas. Desde Lago de Babia recorrimos 88 Km.
Dejamos a José en el Paseo de Salamanca y en Guzmán bajamos Álvaro y yo. A las 17:50 horas cogí el autobús que me trajo a Armunia dando eso sí, un rodeo por culpa de una vuelta ciclista que se celebraba.
Y así finalizamos otra actividad más del club de montaña. En esta ocasión todo resultó acertado a pesar de las pésimas previsiones meteorológicas, que después de todo no fueron tan malas. Esperamos así y todo que por fin llegue realmente la primavera y con ella el tiempo apropiado para las excursiones programadas de aquí en adelante.

















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