lunes, 16 de octubre de 2006

BARCENA MAYOR- Cdo. OZCABA- LOS TOJOS- BARCENA MAYOR. (Cantabria) 14/15-10-06

 


1ª TRAVESÍA “BARCENA MAYOR- Cdo. OZCABA- LOS TOJOS- BARCENA MAYOR”. (Cantabria).

14/15-10-06

Una vez más nos hemos desplazado a la vecina Cantabria para realizar una bonita travesía por el ya conocido Valle de Saja. En esta ocasión nos acercamos hasta Barcena Mayor, bello pueblo declarado conjunto histórico en 1979, en el que comienza la ruta conocida como “Camino Viejo de Barcena Mayor”. El grupo de 11 personas se dividió a la hora de hacer el viaje y mientras algunos lo hacían el viernes, otros lo hacíamos el sábado. Luis, Eva, José Antonio y su mujer Chelo y su hijo Fernando fueron en un coche el viernes así como Javi, su mujer Isabel, Ramón y Corin. Álvaro y yo marchamos el sábado por la tarde.
Antes de nada quiero hacer un apunte de lo que no me gustó desde un principio como presidente del club, y lo cual dejé claro a pesar de seguir adelante. La ruta en sí era solo hasta el collado de Ozcaba y regreso, siendo unos 20 kilómetros. Pues bien, los que marcharon antes decidieron que se podía hacer por la mañana y llegar a comer en un restaurante de Barcena. A mí me convencía poco el tema pero accedí. Por otro lado, parte del grupo se fue por su cuenta sin avisarme para nada, lo que me mosqueó aún más. Claro, ellos aprovecharon el sábado para ir a la playa y alguna otra cosa más mientras que nosotros íbamos a hacer un viaje de 250 Km. para hacer una ruta de medio día. Eso, unido a algún detalle más que luego añadiré, fue lo negativo de esta salida que después de todo la considero todo un éxito por su transcurso y resultado final.

SÁBADO 14
Minutos antes de marchar recibía la llamada de Cundi, que el día antes me había dicho que no podía ir y ahora había cambiado de planes. Como ya estábamos apurados de tiempo y además no tenía nada preparado, no fue factible esperar por ella.
Sobre las 17:30 horas llegó Álvaro a mí casa donde dejó el coche en el garaje para salir poco después con el mío. En Ribaseca entramos en la autovía hacia Benavente enlazando poco después con la de Burgos. Por ella recorrimos los 110 Km hasta Osorno donde salimos para coger la nacional 611 hacia Santander. En una Gasolinera cercana a Alar del Rey llené el depósito antes de continuar hacia Aguilar de Campoo, tras el cual se encuentra un tramo abierto de la nueva autovía Santander - Palencia. Por el mismo circulamos varios kilómetros hasta llegar a Reinosa donde la dejamos con dirección a Alto Campoo. En Espinilla giramos hacia el Valle de Cabuérniga comenzando a subir el puerto de Palombera mientras anochecía. Este tramo y toda la bajada la hicimos a velocidad moderada debido a la incomprensible presencia de numerosos caballos por la carretera.
A las 21:10 horas llegamos a Sopeña tras 252 Km. recorridos. Nos dirigimos al camping “Molino de Cabuérniga” donde nos registramos y entramos para montar la tienda. Los demás estaban en Cabezón de la Sal donde quedamos con ellos para cenar. A 12 Km. de allí se encuentra este pueblo donde llegamos pasadas las diez de la noche. Tras varias vueltas por sus calles en fiestas aparcamos y nos reunimos con el resto de compañeros en el mismo restaurante donde habíamos estado el año pasado. Allí cenamos y algunos salimos a tomar algo en otro bar ya conocido. Era ya la una y pico cuando regresamos al camping. Algunos tenían alquilado un apartamento del mismo mientras que otros lo habían hecho en otro pueblo cercano. Nosotros nos metimos en la tienda donde yo, por no variar, tardé en dormirme por culpa de la almohada. Y eso que había llevado una de una silla. Me desperté varias veces durante la noche.

DOMINGO 15
A las 7:30 horas sonó el despertador. Aún estaba bastante oscurecido y el techo de la tienda empapado del rocío. La desarmamos y nos vestimos para la marcha antes de desayunar en la furgoneta. Poco antes de las nueve nos dirigimos a recepción a pagar y resultó que estaba aún cerrado. Como habíamos quedado a las nueve en Barcena Mayor, metimos el dinero en un papel a modo de sobre y se lo dejamos por debajo de la puerta del bar, ya que por la otra no entraba. A Javi le pasó otro tanto y él le dejó una nota diciéndole que le hará una transferencia al día siguiente.
Ya apurados de tiempo salimos de Sopeña hacia Barcena, distante 18 Km. A la entrada de este pueblo hay un aparcamiento donde ya estaba Javi con su mujer, Corin y Ramón. Del resto no había señales, y tras llamarles, nos dijeron que aún estaban de camino. Emprendimos entonces la marcha nosotros tranquilamente por un camino cementado y recorrimos algo menos de un kilómetro antes de entrar en Barcena Mayor (500 metros de altitud.)
Este bonito pueblo tiene todas sus calles empedradas al igual que sus casas con balconadas floridas y de madera. En una de las plazas estaba el restaurante donde luego algunos comerían el cocido montañés. A la salida del pueblo hay un puente sobre el arroyo Queriendo y una fuente donde cargamos agua. Allí sacamos una foto y tras el puente comienza la ruta hacia Ozcaba por un lado y hacia Los Tojos por donde regresaríamos.
A las 9:30 horas iniciamos la ruta en este punto por un camino de tierra pisada entre arbustos y bajas tapias de piedras de los prados. No tardó en cambiar el paisaje y entramos entre numerosos helechos amarillentos. A poco más de un kilómetro del pueblo la pista dio un giro brusco, pero no la ruta, que entraba por un camino empedrado señalado por un indicador. Escasos metros nos separaban de la ermita del Carmen, (585 m), un pequeño edificio dentro del cual se podía ver tras una reja, la imagen de la Virgen del Carmen y alguna más. Eran las 9:55 horas.
La pendiente se hizo más pronunciada mientras nos metíamos entre castaños y robles apareciendo por la derecha laderas de helechos y arbustos. Por delante de nosotros comenzamos a ver un pinar por el medio del cual atravesaríamos enseguida. Encima de él, por la derecha, se alzan las cimas del Coteruco de Mahilla, de 1240 metros, y del Alto de Buelna, con 1241 m, en cuyas laderas vimos algunos caballos y vacas. El sol ya comenzaba a calentar y se agradecía la sombra de los pinos. Por detrás nos pillaron Luis y Eva, antigua socia del club que se había añadido a esta salida.
Atravesamos el pinar con dirección a las casas de Avellanedo, unas cabañas a las que llegamos tras subir una pequeña pendiente entre acebos y otros arbustos. Eran las 11:50 horas y llevábamos 5,5 Km desde el aparcamiento, uno menos desde el comienzo de la ruta. Las referencias las daré desde ahora desde el aparcamiento, lo que marcaba el podómetro.
Aquí se unieron ahora José Antonio, Chelo y Fernando. Subimos entre helechos por una vaguada lateral del valle principal que bordeamos hasta atravesar un arroyo y meternos de nuevo en un bosque de roble del que no tardamos en salir de nuevo al helechal. Así alcanzamos un alto desde el cual tuvimos una amplia vista del valle con la ruta hecha por él, las cumbres y más adelante la venta de Mobejo. Para llegar a ella había que rodear otra vallina parecida a la anterior, en la cara sur helechales y por la norte además, bosque. En esta venta de Mobejo había un corral con caballos y algunas edificaciones a las que no nos acercamos. Eran entonces las 12:00 horas y llevábamos 7,5 Km.
Escasos metros mas adelante salimos a una pista tras pasar una cancilla. Por ella abandonamos el bosque saliendo en pocos minutos a una amplia vega con unas cuadras de techumbre “moderna” con forma de cúpula alargada. En los prados seguimos viendo ganado entre los árboles que moteaban el paisaje. De frente y en lo alto comenzamos a ver la carretera del puerto de Palombera e incluso la parte alta del mismo. A la derecha, en medio de un prado, había una pirámide de piedra con un árbol en medio formando una especie monumento. Nos cruzamos allí con Isabel y Corin que ya iban de regreso mientras que Javi y ramón habían continuado para hacer la circular. A escasos metros se situaba una caseta en el collado de Ozcaba, final de la ruta prevista. Eran las 12:45 horas y llevábamos 11 Km.
Poco por encima, siguiendo la pista, se alcanzaba la carretera de donde bajaban algunas personas. Mientras Luis, Eva, Chelo y Fernando daban la vuelta, nosotros tres quedamos un rato al lado de la cabaña comiendo un poco. Al final, creyendo que nos daba tiempo para llegar a comer abajo siguiendo la ruta circular, optamos por hacerla.
A la una de la tarde nos pusimos en marcha por una pista que marcaba 12 Km a Los Tojos. Por ella fuimos subiendo suavemente por la ladera de La Cardosa. Desde allí teníamos una amplia y bonita vista de numerosas cimas hacia el Oeste como la de Peña Labra, y algunas más de la montaña Palentina. Así alcanzamos un collado donde vimos un caballo muerto y medio comido ya. Nos metimos entonces en la cresta de la loma entre matojo bajo y tojos de afiladas púas. Hacia el Noroeste vimos una gran humareda y comprobamos que era un incendio en la falda de un monte. Por debajo de nosotros veíamos la pista que teníamos que seguir y a la que entramos minutos después. En otra collada más adelante se encontraba el refugio de Venta Vieja, al que llegamos cuando eran las 14:15 horas y tras 17 Km. recorridos. En el mismo vimos a dos jóvenes que miraban con un catalejo algo en el paisaje.
La pista cambió ahora de vertiente hacia el Este con vistas al valle de Barcena, pueblo que no tardamos en ver alejado en el fondo del mismo. Por delante la pista serpenteaba mientras ya descendía hacia Los Tojos. El sol calentaba lo suyo e iban apareciendo nubes por el Oeste. Al lado de la pista vimos un depósito y un corral de ganado. En algunas curvas de la pista atajamos por la ladera directamente hacia el pueblo ya visible y no lejano.
Aquí apunto otro de los detalles que no me convencieron y que tampoco voy a concretar mucho. Simplemente decir que hice una llamada para que los que habían llegado, o estaban a punto de hacerlo, nos viniesen a buscar a Los Tojos evitando así los 8 Km hasta Barcena. La respuesta fue que estaban apurados de tiempo para la comida ya concretada y que apurásemos el paso nosotros, mas o menos. Visto el tema, decidí allí mismo no llevarme un mal rato e ir a mi paso disfrutando del paisaje, que por cierto no tuvo desperdicio alguno. Eran las 15:30 horas y llevábamos 21 Km.
Atajamos por las laderas llenas de matorral y helechos sin entrar en el pueblo, saliendo a un camino donde nos indicaron la ruta hacia Barcena. Para ello teníamos que bajar otra pista mas abajo a la que llegamos tras pasar algunos prados donde encontramos un manzano cargado de frutas que probamos. Ya en la misma José Antonio se adelantó mientras Álvaro y yo quedamos por detrás tranquilamente. Los dos teníamos la comida que la noche antes no habíamos cenado.
El camino subía y bajaba amoldándose a las variantes del terreno. Pasamos entre arboleda por una especie de cortafuegos y atravesamos algunos arroyos. Vimos numerosos árboles de diferentes especies y formas curiosas que fotografié. También un gran número de acebos con infinidad de frutos rojos destacando sobre las verdes hojas punzantes. Así llegamos a una casa en medio de la ladera donde un lugareño nos indicó dos posibles rutas a seguir, por la carretera o por la senda marcada. Como ya no teníamos prisa y merecía la pena el paisaje, optamos por la segunda.
Eran las 16:35 horas cuando retomamos la marcha subiendo una fuerte pendiente por un sendero al lado de una tapia de piedras de baja altura. Más arriba se suavizó la misma mientras seguíamos viendo árboles de enormes troncos y raíces extravagantes. Así fuimos pasando el bosque aquel pasando al lado de otra casa y algunos corrales. Enseguida vimos Barcena Mayor entre el ramaje que nos envolvía y en pocos minutos, cuando eran las 17:30 horas entramos en él por el mismo cruce de donde partimos por la mañana. El podómetro marcaba 30 Km.
Dimos un paseo por el pueblo viendo la bella arquitectura de sus casas y calles y nos dirigimos al restaurante donde habían comido ellos para tomarnos un refrigerio y ver si seguían allí. Como ya habían marchado nos encaminamos hacia el aparcamiento donde teníamos el coche.
Allí nos encontramos al resto de compañeros, salvo a Javi y Ramón, que ahora habían ido en busca de nosotros por la carretera. A buenas horas. Cuando llegaron sacamos una foto del grupo y sobre las 18:15 horas emprendimos el regreso a León. Ellos salieron antes y por lo que supe luego, volvieron dando un rodeo por otra carretera, la del puerto de Piedrasluengas. Nosotros optamos por hacerlo por la misma y tras los 10 kilómetros primeros, salimos a la general del valle de Saja. Allí comenzamos la subida del puerto Palombera con atención al posible ganado suelto que pudiéramos encontrarnos y que por fortuna fue nulo.
Al llegar al Pozo del Amo, cerca del comienzo de la ruta de los Puertos de Sejos que hicimos el pasado año, paramos a ver unas bonitas cascadas del río Alberiza. Mas arriba nos detuvimos en el Balcón de Cardosa, un mirador sobre el valle desde el cual pudimos ver el tramo de pista recorrida desde el collado de Ozcaba hasta el mismo refugio de Venta Vieja. En dicho mirador nos encontramos un grupo con el que nos habíamos cruzado en la ruta. Igualmente paramos en el alto del puerto para sacar alguna foto más antes de emprender el descenso hacia Espinilla donde se coge la carretera Reinosa – Alto Campoo. Hacia el primero nos dirigimos parando antes de entrar para sacar una foto del cielo rojizo del atardecer sobre las cumbres.
En Reinosa cogimos la autovía por la que circulamos hasta poco antes de Aguilar de Campoo donde termina este tramo terminado. Ya por la nacional, en parte en obras por las de la autovía, continuamos hacia Herrera de Pisuerga llegando a las 20:30 horas a Osorno donde nos desviamos al centro para tomar otro refrigerio y estirar las piernas. Unos 20 minutos más tarde retomamos la marcha y al salir de allí nos equivocamos y lo hicimos hacia la nacional en vez de a la autovía, teniendo que retroceder 4 kilómetros para acceder a ella. Sin novedad, y tras 110 Km por la misma, la abandonamos hacia la capital llegando a Armunia a las 22:10 h de la noche y con un total de 558 kilómetros recorridos. Álvaro sacó el coche del garaje y sin más nos despedimos hasta la próxima salida.
Así, de esta manera, terminamos este fin de semana de transcurso irregular pero, para mí, con un buen resultado.






























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