lunes, 9 de mayo de 2005

"PICOS ALBOS" Y "LAGOS DE SOMIEDO" 08-05-05

 


6ª TRAVESÍA POR LOS “LAGOS DE SOMIEDO".

1ª ASCENSIÓN AL “ALBO OCCIDENTAL” Y 2ª ASCENSIÓN AL "ALBO ORIENTAL".

08-05-05           (Domingo)

Segunda salida mía en una misma semana tras la anterior del lunes a los Ancares. En esta ocasión se trataba de una excursión oficial del club de montaña ya prevista en el calendario de actividades. Tras unas bajas de última hora, el grupo quedó reducido a tan solo cuatro personas: Luis, Antonio, José Antonio y yo.
A las 8:00 horas nos reunimos los cuatro en Guzmán para salir en el coche de Luis por la carretera de Caboalles. Al llegar a La Magdalena optamos por entrar en la autopista para evitar el tramo del pantano de Luna. Ya fuera de ella entramos pasamos el último tramo del valle de Luna antes de entrar en la comarca de Babia. En el desvío a San Emiliano giramos hacia éste por una carretera en obras de ensanchamiento. Tras pasar por el mismo nos dirigimos hacia el puerto de Ventana con las Ubiñas por nuestra derecha. Antes de subir el último tramo del mismo se encuentra el cruce hacia Torrestío al que llegamos poco después. Para aguantar un poco más decidimos avanzar por la pista hasta donde se pudiese y así continuamos el ascenso por ella hacia la collada de La Farrapona, limite con Asturias. Por el valle de Sañedo sube dicho camino que se encontraba en bastante mejor estado que otras veces que había ido.
Ya cerca de la collada vi como un par de corzos subían ladera arriba y paramos a verlos. No era la única fauna que veríamos durante la jornada. A la vez aproveché para sacar unas fotos de aquel precioso valle verde iluminado por el sol matinal y rodeado de cimas moteadas de nieve. Continuamos sin más hacia la collada situada a cuatro kilómetros del pueblo y a una altitud de 1709 m. Allí se bifurca el camino bajando un ramal hacia el fondo del valle asturiano y otro hacia la izquierda hacia los lagos. En este tramo tuvimos que apartar algunas piedras del camino para pasar bien con el coche. Tras un kilómetro de descenso se alcanza la collada de La Caranga (1590 m), desde donde se divisa el lago de La Cueva en el fondo de un circo tras el cual aparecían las cumbres de los Albos hacia los que nos dirigíamos. Eran las 9:50 horas. Allí aparcamos el coche y nos preparamos para la ruta. El día no podía presentarse más espléndido, lo que allí es un lujo, ya que es una zona donde la niebla entra con facilidad. Estando preparándonos vimos como un par de perdices atravesaban el camino corriendo.
A las 10:10 horas emprendimos la caminata por una pista zigzagueante que sube por bordeando el lago hacia las bocas de unas antiguas minas de hierro. Antonio se había adelantado y ya se le veía bastante arriba. La vista del lago era realmente bonita con las cumbres reflejadas en él. Algunos tramos los atajamos entre curvas y así llegamos a la doble entrada de la mina. Tras una parada para inspeccionarla continuamos ascendiendo hacia el collado que da paso a la vega de Camayor donde se sitúa el lago Cerveriz bajo la cumbre de los Albos. Llevábamos 1 Km aproximadamente y habíamos tardado poco más de media hora.
De nuevo pudimos llenarnos de la grandeza del lugar con una vista impresionante. Aproveché para sacar una foto panorámica del lugar que luego insertaré en el libro. Ahora había que perder un poco de altura hacia la vega para alcanzar la ladera de los picos. Cabían dos posibilidades, atacarlo por el medio de ellos, como lo había hecho yo la vez que ascendí hace 11 años, o cogerlo mas tendido yéndonos hacia la derecha por debajo de La Llábana, opción que al final decidimos. Para ello descendimos unos metros hasta llegar a un pequeño refugio cerrado. A partir de él comenzamos a subir por la ladera de los picos siguiendo en todo momento un sendero bastante marcado. Atravesamos algunos neveros que salpicaban la falda de La Llábana y tras un último tramo un poco pendiente llegamos al collado entre este pico y el Albo Oriental. Eran las 11:30 horas y llevábamos 2,900 Km relativos, ya que en las ascensiones no es muy fiable el podómetro. Desde aquella altitud ya contemplamos la vega donde se sitúa el Lago del Valle, aún no visible aunque sí divisamos el pueblo de Valle de Lago.
Nos encaminamos ahora por una ladera divisoria entre los dos valles hacia la cima del pico. La pendiente era acentuada aunque sin demasía. Arriba se veía la peña bastante abrupta y Antonio lo advirtió según nos acercábamos. Yo le dije que no me parecía tanto y continuamos hacia ella.
Así nos fuimos metiendo y yo me desvié un poco del resto encontrándome de pronto con que no podía continuar. Tuve que retroceder unos metros bastante pendientes que no me resultaron fáciles de descender. Me reuní de nuevo con ellos que estaban dilucidando por donde seguir. Le tuve que dar la razón a Antonio por la advertencia anterior.
Fue José Antonio quien se decidió a seguir por las rocas mientras veíamos como iba respondiendo. Al ver que subía pero con bastantes dudas y retrocesos, optamos nosotros por descender unos metros y bordear el peñón por la parte derecha, la del Valle del Lago. Por allí fue un paseo la subida y pudimos ver por primera vez el bonito Lago del Valle con su islita en el centro.
A las 12:35 horas alcanzamos la cumbre del pico Albo Occidental con una altitud de 2075 m. El podómetro marcaba 4´300 Km. En él había un grupo de Asturias con quienes estuvimos un rato. Del buzón recogimos una tarjeta de otro grupo asturiano, “Oxigeno” y dejamos la nuestra. Como luego alcanzamos la cumbre más alta, dejaré para ese momento la relación de cumbres visibles desde aquellas altitudes. Lo que desde la otra no veríamos sería el Lago del Valle, que quedaba justo a “los pies” de este Albo.
Tras sacar unas fotos y cuando era la una de la tarde, emprendimos el paso hacia el Albo Oriental, al que yo había ascendido la vez anterior. Estos dos, junto con otro pico más bajo, cuyo nombre no me acuerdo, y que forma un triángulo, son los Picos Albos.
Descendimos hacia la collada entre los dos más altos dejando el tercero a la derecha. Hacia él se dirigía el otro grupo. Por debajo del mismo pudimos ver varias simas y rocas de formas puntiagudas cerca de las cuales pasamos. En poco tiempo alcanzamos la collada desde la que comenzamos a ascender hacia el Oriental a cuya cima llegamos a las 13:30 horas. El podómetro marcaba 5,600 Km.
Esta cumbre de 2190 metros es la mas alta de los tres picos principales que forman los Albos. Como dije, ya la había ascendido en otra ocasión con el anterior grupo “Don Bosco”. La relación de cumbres visibles desde ella es innumerable, siendo las mas conocidas Las Ubiñas, Cornón, Muxiven, Peña Chana, Montigüero o la cercanísima Peña Orniz, a la cual se accedía tras otra collada y un fuerte repecho. En la parte baja se situaba los lagos Calabazosa y Cerveriz así como la collada donde teníamos el coche.
En las rocas nos acomodamos para comer llegando al poco rato el grupo asturiano. Por la parte contraria subieron también cinco o seis personas que pertenecían al club ponferradino “Peñambolias”, varios de los cuales habían participado como nosotros en la marcha regional del mes pasado. Llegaban haciendo la ruta desde Torrestío por el valle de Valverde. Con ellos charlamos un rato y nos hicimos fotos mutuamente. En el buzón dejamos otra tarjeta y recogimos una similar a la del pico anterior.
A las 15:10 horas emprendimos el descenso. Después de dudar entre bajar y ascender a la tercera cumbre, la más pequeña con 2062 m, o hacerlo hacia la parte contraria, optamos por esto último. Por algunas canales de fuerte pendiente llegamos a la collada que nos separaba de Peña Orniz. Unos por un lado y otros por otro continuamos la bajada por la ladera norte con dirección al lago Calabazosa. Los pedregales se alternaban con los neveros de nieve blanda. En uno de ellos se golpeó Antonio la pierna con una roca puntiaguda bajo la misma. Tras descender lo más pendiente llegamos a una curiosa zona de altibajos con formas onduladas. A través de ella fuimos perdiendo altitud y nos encontramos con otro pequeño lago emplazado en un entorno idílico. Rodeado de pradera y con nieve alrededor destacándole la silueta, era una visión de postal. Se alimentaba de varias cascadas que caían por las laderas que lo circundaban.
Desde esa misma posición teníamos otra vista espectacular hacia la parte contraria. Podíamos ver el pico con el lago Calabazosa, el Cerveríz y la vega de Camayor en una misma panorámica. De ello saque varias fotos con las que luego hago montajes. Hacia el sur sobresalía por detrás de las lomas cercanas Peña Orniz, que destacaba ahora sobre un cielo ennegrecido con nubes de tormenta.
De nuevo en marcha tras un rato disfrutando de estas vistas pudimos ver otro numeroso grupo de rebecos subiendo por las laderas. Tras atravesar un reguero que comunicaba la laguna anterior con el lago de la Calabazosa continuamos bordeando éste por la parte alta hasta alcanzar un collado que da paso al hoyo del lago de La Cueva.
Desde allí veíamos ya la zona donde teníamos el coche aparcado. Ahora podíamos bajar hasta el lago directamente y bordearlo por la su orilla o hacerlo por la superior por la que iba el sendero. Decidimos esto último y seguimos aquel sendero que contorneaba el circo. Hacia la parte alta de aquel ascendía otro sendero que comunicaba a través de una collada con el valle de Torrestío. Al lado de este collado emergía un gran peñón en el que con poca imaginación se podía ver una gran cara de un hombre.
Poco a poco fuimos bajando mientras iban desapareciendo tras las lomas del circo los picos Albos. Antes de llegar a la collada pasamos al lado de una caseta y los restos de otra. De esa forma, a las 17:50 horas y tras 11,230 Km., según el podómetro, terminamos esta ruta. Por la pista que habíamos subido por la mañana bajaban ahora varios grupos de personas. José Antonio se unió a uno de ellos para ir caminando hacia La Farrapona. Poco después emprendimos nosotros la marcha en el coche. Con cuidado debido al firme del camino avanzamos hacia este alto. Poco antes del mismo recogimos a José Antonio y ya en él comenzamos el descenso por el valle de Sañedo que estaba igualmente espectacular que por la mañana.
En una fuente al lado de la pista nos detuvimos a beber y coger agua. Al fondo del valle ya se veía Torrestío con Peña Ubiña presidiendo el paisaje. Sin más llegamos al pueblo y paramos en el bar del mismo. A Antonio se le antojó comer algo y pedimos unas raciones de albóndigas caseras de bonito y cecina, las cuales estaban “de muerte”. Al poco llegaron los del club ponferradino “Peñambolias”.
Eran ya las ocho de la tarde cuando emprendimos el regreso a León ahora disfrutando de los valles y las cumbres con el sol del atardecer. Tras dos kilómetros recorridos salimos a la carretera del puerto de Ventana. Giramos nosotros hacia el lado contrario pasando poco después por Torrebarrio y San Emiliano. Allí paramos un minuto y pregunté por Ricardo, el cual no estaba. Sin mas continuamos hasta la entrada de la autopista donde nos desviamos. Por ella circulamos hasta La Magdalena en la que abandonamos esta vía para seguir por la carretera dirección León. Aquí me esperaba mi hermana con la furgoneta y en pocos minutos llegamos a casa cuando eran las 21:55 horas.
Con ello cumplimos otra actividad programada dentro del calendario del club para este 2005. La próxima, salvo cambios repentinos, será el día 22 con el Encuentro de Montañeros Leoneses, que este año cumple su 9ª edición.























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