EL BLOG DE JAVI GALLEGO: PICO LAS ESTACAS - PICO CARRIL - CURUCHU BRAÑA (Santa Marina - Asturias)

miércoles, 14 de agosto de 2024

PICO LAS ESTACAS - PICO CARRIL - CURUCHU BRAÑA (Santa Marina - Asturias) - 03-08-24

1ª ASCENSIÓN AL “PICO LAS ESTACAS”, “PICO CARRIL” Y “CURUCHU BRAÑA”. (Santa Marina - Asturias).

03-08-24 (Sábado)

En la primera ruta de este caluroso agosto nos hemos ido a la vecina provincia asturiana para coronar tres sencillas cumbres en la zona del Puerto de Pajares, el Pico Las Estacas, el Pico Carril y el Curuchu Braña. Las tres cimas se emplazan en la misma sierra del pico Quentu las Piqueras, que hace un par de años ascendimos desde el también cercano pueblo de San Miguel del Río, algo más al Norte. Además de la ruta montañera, rematamos la completa jornada con un baño en la playa de Colunga y cena en esta misma localidad asturiana.

A las 8:00 horas se acercaba José Carlos hasta mi casa desde donde salimos en mi furgoneta para recoger seguidamente a Juan y a Álvaro antes de emprender el viaje hacia el punto de inicio de la ruta. En León marcaban a esa hora 15º C los termómetros. El quinto compañero de ruta, Javi F., estaba ya en Asturias e iba por su cuenta hasta este pueblo de inicio, Santa Marina. Avanzamos por la nacional con cielos despejados por completo contemplando la montaña leonesa entre la que nos metimos minutos más tarde. En Villamanín hemos hecho una parada para desayunar un poco antes de proseguir el viaje. De nuevo en Arbás del Puerto una segunda parada en la que un compañero cargó agua en la fuente de este pueblo. Así llegamos al alto del puerto de Pajares donde entramos en Asturias viendo un mar de nubes en el valle del río Pajares. Por encima de dichas nieblas pudimos identificar perfectamente las tres cumbres que íbamos a recorrer y el resto del Cordal de los Llanos de Somerón, como así se denomina esta sierra que divide este valle de Pajares del valle del río Huerna por el que baja la autopista más al Oeste. A la altura del Rochu, mesón actualmente en estado ruinoso, hicimos una nueva parada y saqué unas fotos de lo anterior y del pueblo de Pajares más abajo. Seguimos el descenso, y tras pasar Flor de Acebos, nos desviamos por una estrecha y pendiente carretera hacia el fondo del valle hasta pasar Villar. En el siguiente desvío se bifurca esta carretera hacia San Miguel del Río por un lado y Santa Marina por el otro, tomando nosotros este segundo ramal. Cruzamos el río Pajares por un estrecho puente y a las 9:50 horas entramos en Santa Marina tras 75,300 km hechos.

Aparcamos cerca de la ermita de Santa Marina Gloriosa y nos preparamos para la ruta que iniciamos allí mismo a las 10:05 horas a una altitud de 773 metros. Conversamos con unos vecinos que estaban por allí y nos cruzamos con varios gatos, uno de ellos una bonita cría. Entre elegantes casas de piedra y madera atravesamos este pueblo hacia el Sur abandonándolo por un pendiente camino cementado en varios tramos. En ese punto inicial del mismo se bifurcaba en dos ramales, siendo uno de ellos, el que venía del Norte, por el que volveríamos.

Tomamos nosotros el que seguía subiendo hacia el Oeste con pendiente nada desdeñable entre castaños, hayas y helechos sobre todo. Tras caminar algo más de medio kilómetro enlazamos con otro más ancho y perpendicular por el que transcurre el sendero de Gran Recorrido “GR-100 Vía de la Plata Gijón – Sevilla” a la par que el sendero de Pequeño Recorrido “PR-AS 94 Vuelta al Valle de Pajares”. Avanzamos por el mismo cambiando el rumbo a Sur encontrando ahora también avellanos con frutos aún verdes entre la variada vegetación.

Tras un tramo por este camino llegamos al punto en el que en aquella ocasión nos habíamos incorporado también a este sendero homologado. De nuevo encontramos trechos cementados en los que la pendiente era más acentuada y vimos algunas brañas en las praderías. Las zarzamoras crecían a la vera del camino haciendo de sebe para dichos prados. Cerca de una de esas brañas vimos un par de caballos. Poco a poco el paisaje se fue abriendo y distinguimos en él algunos detalles y lugares. En el alto del puerto se acertaba a distinguir el edificio del parador. También cercano, el solitario y enorme molino eólico de 182,5 metros de altura, bautizado despectivamente como el “telarón”, por su gran impacto visual negativo en la zona. Más al Oeste, las instalaciones de la estación invernal del Brañillín. En la carretera vimos el pueblo de Pajares, y por encima, la estación del ferrocarril y algunas instalaciones más de la misma.

A las 11:10 horas, cuando habíamos caminado un par de kilómetros, nos alcanzó Javi. El grupo al completo seguimos ganando altura por el camino que fue trazando varios giros y en cuyo firme vimos algunas canaletas metálicas para desagüe del agua de la lluvia así como vigas de hormigón de ferrocarril enterradas en la tierra. De ello me acordaba de la vez anterior cuando habíamos pasado por allí ya que aún estábamos en el tramo común con la ruta de aquel día al Quentu las Piqueras. Llegamos entonces a la vera de una de esas edificaciones de piedra que veníamos viendo en las praderías e hicimos una breve parada. La zona viene denominada en el mapa como el Pando. Desde ese punto ya se veían algunas cumbres hacia el Oeste, tras el valle del Huerna. Eran las 11:45 horas, estábamos a 1224 metros de altitud y llevábamos 2,900 km.

Tras la breve parada reanudamos la marcha dejando enseguida a la izquierda el ramal que continua al Sur, hacia el Quentu las Piqueras. El otro giraba al Norte para meterse ya a la ladera Oeste de la sierra con vistas al valle del Huerna. Entre helechos y algo de arboleda avanzamos ahora hacia el Norte mientras se abría el paisaje hacia dicho valle y las cumbres al Oeste. Impresionante la vista que se nos ofrecía desde dicho lugar. Todo el macizo de Peña Ubiña casi al completo con ambas Ubiñas, los Fontanes, Castillines o el Prao. Por delante, el Tapinón y Siegalavá y Fariñentu. Algo a la derecha comenzaba a asomar Peña Rueda. Más cercanos y al Suroeste, La Tesa, La Mesa y La Amagrera. Bajo ellas se distinguía algún tramo de la autopista.

Pasamos a la orilla de otra braña en la que un joven nos ofreció tomar un refrigerio, aunque lo rehusamos agradecidos para seguir nuestra ruta entre grandes helechos y más arboleda no muy tupida. Dejamos atrás otra finca con edificación, ésta bastante más “moderna”, y abandonamos el ancho camino para meternos en un sendero a la vera de un tapial de piedras bajo el cual, en unas praderías de fuerte pendiente hacia el valle, pastaban unos caballos. El camino que habíamos dejado subía hacia la cima de la sierra para pasar luego por el pico Llandelagachina, cumbre de 1362 m que el track que llevábamos ignoraba. Nosotros avanzamos por el sendero que luego se enfangaba con algo de barro por la lluvia caída el día antes.

A las 12:25 horas alcanzamos la cresta de este Cordal de los Llanos de Somerón tras rodear esa cima del Llandelagachina a una altura de 1320 metros y habiendo hecho 4,500 km. Aquí enlazamos de nuevo con el ancho camino que volvió a la vertiente Este para seguir subiendo entre arbustos y algunos árboles solitarios hacia la ya cercana cima del Pico Las Estacas. Paralelo al mismo trascurre el gaseoducto León – Oviedo marcado con numerosas señales amarillas. A las 12:30 horas y tras 4,800 km recorridos, llegamos a esta singular cima de 1342 metros de altitud. Con lo de singular me refiero a que se trata de una cumbre en la que solamente hay unas piedras marcándola muy cerca del ancho camino que pasa por allí mismo y que, al tener arbustos cercanos, es apenas reconocible como tal.

Nos sacamos una foto de grupo sin más antes de retomar la marcha bajando entre escobas y ahora además algunas hayas. Seguíamos viendo numerosos postes amarillos del gaseoducto. En algunos tramos subimos pequeños desniveles, pero la tendencia era de bajada hacia el collado anterior al Pico Carril, de 1281 metros de altitud, y por el que pasamos a las 12:50 horas. La subida a la segunda cumbre de la ruta tenía algunos tramos con una pendiente considerable, ganando 70 metros en 700 metros de distancia.

A las 13:00 horas alcanzamos esta cumbre del Pico Carril y los 1349 metros de altitud que tiene el mismo tras 6,300 km hechos desde el inicio. A la sombra de unos arbustos cercanos había un rebaño de cabras que se nos quedaron mirando cuando pasamos delante. Esta cima, al igual que la anterior, está al lado mismo de camino que recorre la parte alta de este Cordal de los Llanos de Somerón. Para acceder a ella hay que “trepar” por rocas y piedras y pasar entre algo de maleza, pero nada fuera de lo habitual. La cumbre es una gran mole caliza con forma cúbica a la que nos encaramamos para sacar una foto de grupo, teniendo que poner el temporizador de la cámara con bastante tiempo para que me diese tiempo a trepar a la misma.

Un pequeño árbol solitario era la única sombra que había en ese punto. Desde esa cota podíamos una gran cantidad de cumbres tras los valles de Pajares y del Huerna, cuyos fondos se encontraban bastante ocultos por las laderas de la sierra en la que nos encontrábamos. Intentaré nombrar la mayoría de las cimas que se veían, y que reconozco. Por el Sur se elevaban las cumbres cercanas a la estación de Pajares. El Brañillin con los edificios de dicha estación invernal en su cumbre, el Carbazal, Negrón y el Cirbanal tras esa sierra. Delante, la Tesa, la Mesa y la Almagrera. En el macizo de las Ubiñas, al Oeste: Peña Ubiña Pequeña, Peña Ubiña Grande, Peña Cerreos, Castillines, Fontanes, Prao, Siegalavá, Tapinón o el Fariñentu. Algo más separada, girando a Norte, Peña Rueda. Tras el cordal que cierra el valle del Huerna por el Oeste, ya a la altura de Pola de Lena, emergía la Sierra de Áramo con el Gamoniteiro y su enorme antena distinguible a simple vista. Volviendo el giro desde el Sur por el Este, las cimas que cierran el valle de Pajares, éstas mucho más montanas y menos reconocibles por mi parte. En el límite de las dos provincias, leonesa y asturiana, acertamos a distinguir el Tres Concejos, el Cellón y varios más que no me atrevo a denominar. Entre los pueblos que veíamos, en el valle del Huerna y vaguadas laterales, se acertaba a reconocer Tuiza de Abajo, Reconcos, Xomezana de Arriba y Xomezana de Abajo. En el valle de Pajares, La Romia y Pajares. Por encima de estos pueblos transcurre la vía de ferrocarril en la que está la estación de Pajares y otras instalaciones. También algunas estructuras de los varios túneles que cruza este trazado.

Una media hora estuvimos en esta cima sacando fotos y disfrutando de este amplio paisaje que se nos ofrecía. Nos incorporamos al camino de nuevo, cerca del cual tenían una bola de sal para el ganado colgando con una cuerda de uno de los mástiles que marcaban el trazado del gaseoducto. Retomamos la marcha hacia el Norte por el ancho camino que en el siguiente tramo fue descendiendo muy paulatinamente sin apenas desnivel. Javi hacía rato se había adelantado y le vimos un buen tramo por delante. Luego cambió la tendencia descendiente e iniciamos una suave subida entre matorral bajo por un lado y arboleda por el otro.

Con el pico Curuchu Braña ya a la vista iniciamos un fuerte descenso hacia el collado Braña, desde el cual vimos bajar a un grupo por el camino hacia Llanos de Somerón. Antes de llegar al mismo, trazó el camino un par de altibajos de poco desnivel, y cuando eran las 14:10 horas llegamos a este paso del collado Braña con 1223 metros de altitud y habiendo hecho 8,900 km hasta ese punto. Nos encontramos allí a un grupo de adolescentes a la sombra, suponemos que pertenecían al mismo que antes habíamos visto bajando por el camino hacia Llanos de Somerón. Además de este ramal que bajaba por la derecha al Este, el que traíamos comenzaba a subir hacia el ya cercano Curuchu Braña.

Entre escobas ganamos altura hacia el Norte durante unos metros antes de cambiar el rumbo a Oeste. El último tramo a la cima de 250 metros lineales y 50 m de desnivel eran muy pendientes por un camino un tanto resbaladizo por la gravilla y tierra suelta que se acumulaba en él. Antes de iniciar este tramo vimos bajar ya a Javi desde la cumbre y nos cruzamos con él. En una pradería había una estructura de maderos con forma de caseta, aunque como digo, solo los maderos verticales y otros cruzados sobre ellos a modo de techo. Nos costó un último esfuerzo considerable alcanzar la cumbre del Curuchu Braña, última cima de las principales por esta orientación Norte del Cordal de los Llanos de Somerón. Eran las 14:30 horas y llevábamos hechos 9,500 km hasta allí.

En esta cima hay una cruz de madera sobre una base de cemento con una altura total de unos 4,5 metros, le calculo. En la cruz está grabada esta inscripción: “2011 Carraluz” y en una placa de la base, “Curuchu Braña 1317 m”. También en esta peana de piedra y cemento hay un pequeño hueco cerrado con una chapa a modo de buzón de cumbres del que recogimos un par de tarjetas dejando luego la nuestra. Pocos metros al Norte se emplaza el vértice geodésico. Avancé yo algo más allá de éste monolito para contemplar desde ese punto Pola de Lena en el Valle del Huerna. Además se veían algunos pueblos más hacia esa orientación que desde las cumbres anteriores quedaban ocultos y acertamos a distinguir vagamente Oviedo. Por lo demás, las cumbres eran las mismas nombradas anteriormente, pero desde otra perspectiva algo diferente. Por esta cima pasa también el gaseoducto Oviedo – León que veníamos encontrando por todo este cordal.

Nos sacamos unas fotos de grupo y nos acomodamos para comer en torno a esa cruz antes de tomarnos un rato de relax. A las 16:00 horas hemos iniciado el descenso por el mismo trazado de subida, aunque algunos nos metimos ahora por la zona de pradera paralelos al sendero de subida más resbaladizo. Así llegamos al collado Braña en el que nos hemos detenido un rato tumbados a la sombra de los árboles que crecían allí. En uno de ellos vimos colgado una osamenta de un animal. Una media hora después retomamos la marcha ahora por el camino que se echaba al valle Este, el del río Pajares. Entre grandes helechos, zarzamoras y otros arbustos fuimos perdiendo altura por la ladera de dicho valle con dirección Sudeste. En algunos tramos se encajonaba entre taludes de tierra y en ellos, como estaba muy sombrío, el firme se encontraba embarrado. Las hayas fueron apareciendo en este paisaje con sus enormes raíces asomando entre esos taludes laterales de tierra.

Más barro y charcos tuvimos que sortear en los siguientes metros y luego nos colocamos a la par de un cercado de alambres y cerca de una edificación. Dejamos atrás la Fuente Guaposa, un manantial con pilón medio engullido por la maleza y enseguida dimos vista a Llanos de Somerón en el valle. Comenzamos a encontrar tramos cementados del camino que cogía cada vez más pendiente de bajada y nos cruzamos con un lugareño en un pequeño tractor que subía por el mismo. A las 17:27 horas entramos en Llanos de Somerón, también nombrado Chanos, por la parte alta del pueblo. Llevábamos hechos 13,200 km hasta ese punto de la ruta situado a 880 metros de altitud.

Cruzamos por sus calles entre las viviendas y otros edificios como hórreos, cuadras para el ganado y algunas fincas. Javi nos había enviado un wasapp indicándonos por donde teníamos que salir hacia Santa Marina. Aunque llevábamos el track en el GPS, los pequeños errores que tiene suponen coger una calle u otra, como nos pasó. Al final dimos con la cancilla que nos había indicado que teníamos que cruzar y tras ella abandonamos el pueblo por otro camino descendente hacia el Sur entre praderías y huertas con algunos frutales. Dejamos atrás un tradicional lavadero de ropa y avanzamos mientras se estrechaba dicho camino hasta convertirse en sendero. Por encima, al Oeste, se elevaba el lomo alto de la sierra por el que habíamos cresteado las cumbres. Mirando justo a la derecha, al Oeste del pueblo, teníamos más o menos en frente el Pico Carril.

Nos fuimos metiendo luego en la arboleda y entre ella vimos ya parte de la ermita de Santa Marina al lado de la cual estaba la furgoneta. Cuando estábamos a 750 metros de altitud nos tocó remontar una pendiente cuesta de unos 350 metros de longitud en la que subimos 60 metros de desnivel. A esas alturas de la ruta ya costaba ascender aunque solo fuese esos pocos metros. En la parte alta encontramos un viejo indicador de madera con forma de flecha que ponía “Chanos”.

Bajamos de nuevo por el sendero y dejamos atrás otra braña ya por encima del pueblo. Así llegamos al enlace con el ramal por el que habíamos subido por la mañana. Por este tramo común entramos en el pueblo encontrando en sus calles los gatos que habíamos visto cuando salimos. La cría bebía agua en un recipiente que tenían para ello. Algunos vecinos se sentaban a la vera de las casas, a la sombra de éstas. A las 18:15 horas terminamos la ruta donde habíamos dejado la furgoneta tras un total de 15,700 km hechos y un desnivel acumulado de 875 metros.

Nos cambiamos y poco después nos pusimos en marcha..... hacia la playa. Nuestra compañera de rutas, Arancha, no había participado en esta ocasión por encontrarse ese día en el camping de Colunga, como nos había comentado. Quisimos darle una sorpresa y aprovechar también para mojar los pies en el mar, así que hacia allí nos encaminamos. Salimos por la estrecha carretera a la nacional que baja el puerto de Pajares y al llegar a Campomanes hemos hecho una parada. En uno de los bares estaba esperando Javi y nos hemos tomamos un merecido refrigerio tranquilamente unos minutos. Ya por la autopista continuamos el viaje hacia esta localidad costera a la que llegamos a las 20:05 horas.

Aparcamos cerca del camping y de la playa, a la que nos hemos ido metiendo, algunos solo los pies y otro chapuzón entero. La marea estaba baja y hubo que meterse muy adentro para entrar en el agua. El atardecer creaba bellos contraluces con el agua y numerosos gaviotas en ella. Mientras, hemos intentado contactar con Arancha por teléfono y wasapp, sin éxito alguno. Al Norte, en la sierra del Sueve, “bailaban” las nieblas en las cimas, acertando a ver entre ellas la enorme cruz en la cumbre del pico Pienzu.

Decidimos entonces acercarnos hasta el centro de Colunga, a poco más de un kilómetro de la playa, para cenar en una sidrería que había mirado Javi por allí. Caminando hemos llegado en una media hora a este establecimiento en el que nos hemos acomodado para cenar tranquilamente disfrutando de un buen rato. Salimos de allí a las 23:20 horas de nuevo hacia la playa donde estaban los coches. Seguíamos sin tener respuesta de Arancha, y así llegamos a las cercanías del camping y de la playa a las 23:50 horas. Justo cuando íbamos a coger los coches nos respondió. Total, hemos entrado al camping en el que estaba hospedada y con ella estuvimos un rato de charla. No se lo esperaba para nada, y menos a esas horas ya.

A las 0:25 horas iniciamos el regreso a León, que decidí hacerlo por la autopista hasta La Magdalena que la abandonamos. Y salí por que ya se me hacía muy monótona y me estaba casi adormeciendo. Por la carretera convencional hemos llegado a la capital donde fueron quedando los compañeros, terminando el viaje en Armunia a las 2:50 horas.

Sin duda resultó una jornada completa del todo. Buena ruta con grandes vistas y paisajes, ratito de playa y también gastronomía. Hay que aprovechar las largas jornadas veraniegas para disfrutarlas al máximo.

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