2ª ASCENSIÓN AL “SANTIAGO”. 1ª ASCENSIÓN A LA “PEÑA DE LOS CORROS” (Santiago de las Villas).
10-02-24 (Sábado)
Segunda ruta del año en este invierno tan inusual que estamos teniendo sin apenas nieve, aunque en esta ocasión hizo acto de presencia durante parte de la jornada y pisamos la fina capa que se había formado. Dado esa previsión del tiempo irregular que teníamos, optamos por no alejarnos mucho de la capital y para ello escogí una ruta en Santiago de las Villas para ascender al pico Santiago, que ya hace años había alcanzado en una ruta nocturna, aunque ya después del amanecer. Por mi parte, y ya de bajada del mismo e improvisadamente, coroné la cima de la Peña de los Corros por los motivos luego detallados. Seis participantes fuimos los animados en esta ocasión: Guiomar, José Antonio, José Luis, Juan, Javi F y yo.
A las 8:20 horas salía de casa con 2º C en el exterior para recoger a los demás compañeros salvo a Javi, que iría más tarde en su coche. El cielo se mantenía despejado en la ciudad aunque hacia el Norte aparecían algunas nubes ya. Una media hora después emprendíamos el viaje hacia el cercano destino e inicio de la ruta. A la altura de Camposagrado ya se veían los arcenes de la carretera cubiertos por una capa blanca de escarcha y las nubes se cerraban en las cimas de las montañas.
A las 9:25 horas aparcamos en Santiago de las Villas, 1090 m, casi al final del pueblo y al lado de la fuente “La Senara”, según rezaba una placa en la misma. Allí nos preparamos para la ruta mientras ya se escapaban algunos copos de nieve y el cielo se cubría. Nos sacamos una foto de grupo y a las 9:45 horas iniciábamos la marcha hacia el Norte saliendo del pueblo cerca de una nave ganadera donde unos bonitos mastines nos “saludaron” al paso. Cruzamos un paso canadiense y enseguida tomamos una bifurcación del camino a la derecha mientras que por el ramal izquierdo volveríamos más tarde, aunque aún no lo sabíamos.
Atravesamos un puente sobre el río Torre que desde allí nos quedaba a nuestra izquierda y en contra. Pasamos entre unas formaciones calizas bajo las cuales se veía una caseta medio abandonada al otro lado del cauce y salimos luego a un paisaje más abierto. Las laderas de pradería con algo de arboleda y arbustos escoltaban el camino que se fue enfangando, por lo cual en muchos tramos salíamos hacia la hierba para evitar ese barro. Íbamos ganando altura por el estrecho valle con el cielo ya nublado por completo y con esos copos que se escapaban, de momento muy sutiles. Pasamos al lado de una captación de agua y nos metimos de nuevo en un estrecho desfiladero entre grandes moles calizas. En la base de las mismas vimos un refugio y una nave ganadera a su vera. Dejamos atrás esto y cruzamos un paso entre roca cuya anchura no era mayor que la del camino más la del arroyo.
De nuevo el valle se abrió y el bosque cubrió las laderas más montanas del mismo. En ellas vimos algunos restos de antiguas edificaciones ya derruidas por completo. Durante un rato lució el sol, aunque enseguida se cerró comenzando a nevar de nuevo. Dejamos atrás este espacio más abierto y la roca volvió a escoltar el desfiladero en el que nos metimos a continuación. La marcha se volvió entonces más complicada ya que el río desbordado ocupaba por completo su cauce y el camino. Las piedras que sobresalían del agua nos servían para caminar sobre ellas y evitar mojarnos más de la cuenta. Comenzaba a nevar ya copiosamente y yo paré a colocar la funda de la mochila.
Tras un buen tramo por ese camino inundado dejamos atrás también el desfiladero y el bosque invernal y deshojado volvió a envolvernos. Las escobas escoltaron el ancho camino otro trecho y la maleza se cerró en torno a nosotros. Llegamos así a una campa en la que había otro pequeño refugio y donde cruzamos el río hacia el mismo. Hasta ese punto, situado a 1377 metros de altitud, habíamos caminado 5,200 km. Eran las 11:20 horas.
El camino terminaba allí y fue sustituido por una estrecha senda paralela también al cauce entre laderas rocosas blanquecinas ya por la nieve. Pasamos tramos cubiertos por piedras y nos metimos en algunos desfiladeros más. En la pradera acertamos a distinguir las flores amarillas que salen en primavera cubiertas ahora por la nieve. Las altas temperaturas que durante buena parte del invierno veníamos teniendo han provocado esa floración temprana. Poco a poco nos fuimos metiendo bajo la misma falda del pico Santiago que se elevaba al Oeste y que a ratos podíamos ver entre algún claro que se abría.
Estos corros despejados de cielo azul fueron cada vez más grandes y extendidos mientras la nieve caía cada vez más débil. La previsión era de mejoría según avanzaba el día, y de momento se empezaba a cumplir. Pasamos a la vera de una fuente con un gran pilón y poco después apareció por el Noroeste la cumbre de los Llamargones. Las escobas y algunos pinos poblaban las laderas del valle en esta parte alta ya cerca del collado del Fito al que nos dirigíamos. En este tramo nos alcanzó Javi F.
A las 12:25 horas alcanzamos este paso que comunica el valle del río Torre por el que veníamos con el valle del arroyo Pernaliega que se une más abajo al de los Calderones y que baja a Piedrasecha por los conocidos Calderones del Diablo. Este collado del Fito tiene una altitud de 1675 metros y hasta él llevábamos hechos 8,400 km. Un par de ciclistas se echaron hacia el valle del río Torre cuando llegamos nosotros. En este collado hay una señal del Camino Olvidado, una de las muchas variantes del Camino de Santiago. El cielo muy despejado permitía ver algo más de paisaje y varias cumbres cercanas. Al Norte se elevaban Los Llamargones y en el mismo cordal, más al Este, el pico La Muezca. El inconfundible Fontañán por el Este y el cercano pico Santiago al que nos dirigíamos. Por el Oeste varias cimas que luego enumeraré detenidamente.
Tomamos un tentempié y retomamos la marcha por un camino – cortafuegos hacia la cresta al Sur entre escobas. Grandes y oscuros nubarrones volvieron a cubrir parte del cielo de nuevo creando una bella postal por el contraste con el blanco de la nieve. En unos diez minutos desde el collado alcanzamos la cresta de la sierra a una altitud de 1713 metros. Unos más adelante y otros por detrás fuimos ganando altura por las laderas medio cubiertas por la nieve caída siguiendo la senda que se intuía en el terreno y algunos hitos de piedras. Perdimos unos pocos metros en un collado anterior a la cima hacia la cual subía una pendiente loma. Subiendo la misma sufrimos los embistes de un fortísimo viento frío que a mí me helaba las manos y que me hizo poner los guantes.
A las 13:20 horas, tras 9,900 km hechos, alcancé yo la cumbre del pico Santiago y sus 1798 metros de altitud. Algunos compañeros se habían resguardado en un pequeño abrigo de rocas algo más al Sur. Yo saqué varias fotos del entorno y del paisaje que se podía ver, no muy claro por las nubes y brumas del ambiente. Voy a resumir un poco el listado de cimas que podíamos distinguir, empezando por las más cercanas al Norte. Entre esas nubes acertamos a ver el pico Feliciano, el cercano Llamargones, Bustillo o Altico, la Muezca, Miezca o el Fontañán, todos en la misma sierra. En el mismo macizo que el Santiago, al Sur, la Peña de los Corros y La Carva. Me acerqué luego un poco al Oeste para ver desde allí el collado del Fito y las cumbres de la Peña La Rueda o Santas Martas también en la misma línea de cumbres de esta cima en esa orientación Oeste. Al Sur se divisaba el embalse de Selga de Ordás y la autopista por encima.
En ese punto había unas ruinas de alguna antigua edificación de la cual quedaban en pié parte de los muros de piedras. Por el móvil avisé al resto para que se acercasen y comer más cómodamente y a la abrigada. Javi y José Antonio ya habían emprendido el descenso y el resto sí fueron hasta ese abrigo donde, aunque el frío se hacía notar aún, los muros rocosos cortaban el viento gélido. Allí comimos más o menos cómodos antes de volver a la cumbre donde hicimos una foto con los que quedábamos del grupo y dejé una tarjeta de cumbres. El paisaje había abierto algo más y saqué algunas fotos de nuevo. Se veían en los valles al Este algunos pueblos como Huergas de Gordón y otro algo mayor que no consigo localizar tras mirar varios mapas y la orientación.
Apenas me entretuve unos pocos minutos y cuando emprendí el descenso a las 14:30 horas ya no vi al resto de compañeros ni en la ladera. Fui mirando a ambos lados y hacia adelante sin que apareciesen. Es verdad que había alguna pequeña vaguada, pero me parecía imposible haberlos perdido de vista en apenas unos minutos que me había retrasado arriba. Llegué así a un punto en el que había un par de fuentes con pilones, una algo más abajo que la otra, y llamé a José Luis. Me dijo que ya habían pasado por allí y se habían desviado al Sur, más o menos por donde transcurría el track que seguíamos del GPS. Hacia allí me encaminé yo cruzando esas pequeñas vaguadas hasta meterme de lleno en una zona de escobas entre las cuales encontré un sendero más o menos marcado que seguí. De continuo iba mirando para ver si los localizaba, pero sin éxito. No me preocupaba mucho ya que yo tenía también el GPS con el track y además el día se mantenía bastante despejado. Realmente no es que hubiese ningún peligro ni posibilidad de pérdida, pero meterse en zonas con maleza alta y cerrada no era lo más deseable. Tampoco me gusta mucho que el grupo se separe y menos no sabiendo donde está cada uno.
En unos corros nevados encontré las huellas del paso de una persona, que podían ser de Javi o de José Antonio. Al final me situé justo en la falda rocosa de la Peña de los Corros bajo la cual pasaba el track algo más alejado ya. Visto que el desnivel a la cumbre de esta peña era mínimo y casi más fácil de subir que de rodear, me encaramé a la escasa roca que tenía y alcancé dicha cima a las 15:10 horas y tras 12,300 km hechos. La altitud de la misma es de 1641 metros y la panorámica era clara. Al Norte se elevaba el pico Santiago de donde venía y asomaba por detrás los Llamargones. También la Peña La Rueda, Santas Martas y el alto de la Viesca o Peña Portilla girando a Oeste. En la misma Sierra donde estaba, al Sur, La Carva, y bajo la cumbre, al Oeste, el valle del arroyo Cuevas que baja a Cuevas de Viñayo. La llanura se extendía al Sur destacando el embalse de Selga de Ordás con el sol reflejándose en sus aguas.
Seguía sin localizar a los compañeros y me eché hacia el Este en busca del track del GPS que llevábamos como referencia. Al poco recibí la llamada de Guiomar, aunque muy entrecortada por la cobertura, y le dije más o menos por donde iba, pero no supe donde estaban ellos. Entre roca, escobas y pradera fui bajando cómodamente hasta enlazar con un sendero por el que bajaba dicho trazado del GPS. Al poco volvía ver huellas en la escasa nieve que encontraba, esta vez de más de una persona. Llegué entonces a un robledal no muy tupido y de troncos altos que fui cruzando sin dificultad alguna hasta que, entre la arboleda, vi a los compañeros parados justo a la salida del mismo. A las 15:35 horas me reuní con ellos en este claro del bosque y allí me contaron que habían bajado por la cresta un buen tramo encontrando mucha maleza alta y arboleda tupida.
Atravesamos la campa y enseguida nos metimos en un sendero medio encajonado entre robles y escobas durante un tramo no muy largo. Luego se abrió más el terreno y trazamos algunas curvas mientras perdíamos altura bastante rápido. Bajando este tramo recibí la llamada de Javi, que ya había terminado la ruta, y me comentó, tras decirle por dónde estábamos, que nos íbamos a encontrar un refugio más abajo y que tras el mismo había que tomar un desvío a la izquierda y hacia arriba. Ese camino nos llevaría, tras pasar un collado, directamente a Santiago de las Villas. Estudiando la ruta habíamos marcado esa bifurcación en el GPS, aunque no teníamos muy claro como estaba ese camino que en el mapa satélite se veía entre arboleda. La otra alternativa, dos kilómetros más larga y en parte por carretera, era bajar a Cuevas de Viñayo, Carrocera y subir a Santiago de las Villas.
No mucho después divisamos dicho refugio y enseguida lo reconocí de una ruta anterior hace varios años ya. En aquella ocasión habíamos salido de Cuevas de Viñayo por el valle del arroyo Cuevas hasta llegar al collado del Fito. Habíamos bajado por el del río Torre hasta llegar a un punto en el que subimos directamente a la cumbre de La Carva. El descenso lo habíamos hecho hacia a este refugio y por el camino regresamos a Cuevas de Viñayo. Por cierto, también fue invernal y con un tiempo muy similar al que estábamos teniendo hoy, nieve al comienzo y más abierto luego.
A las 16:15 horas, tras 14,900 km hechos, llegamos a este refugio con otra fuente y pilón cercano y situado a 1306 metros de altitud. Se trata de una caseta de piedra y teja muy bien conservada con chimenea, una mesa y bancos. Nos detuvimos allí unos minutos antes de retomar la marcha por el camino que unos 200 metros más adelante se bifurcaba, como Javi nos había comentado, y tomamos el ramal izquierdo y ascendente. Al poco rato vimos llegar al refugio un grupo de moteros que subían por un sendero del valle más directo y pendiente. De hecho, a uno de ellos le costó un buen rato y esfuerzo alcanzar el camino por que la moto le patinaba y no subía. Minutos después nos pasaron a nosotros.
La pendiente era pronunciada en ese tramo de unos 400 metros hasta alcanzar la parte más alta a 1335 metros desde la que se inicia el descenso hacia Santiago de las Villas. De nuevo el bosque pelado escoltaba el camino a ambos lados y trazaba algunas curvas mientras se dirigía hacia el ya cercano pueblo. Pasamos por otra collada desde la cual vimos una gran cantera situada en el valle que sube a Cuevas de Viñayo. Como no podía ser de otra forma, el camino comenzó a llenarse de barro de nuevo...para no terminar con las botas limpias....
Por él llegamos a la bifurcación cercana al paso canadiense y la cancilla que cerraban el paso al ganado y donde comenzaba el asfalto. De nuevo algún mastín nos ladró al paso desde el recinto de la nave ganadera ya no lejana al punto donde teníamos la furgoneta y donde ya estaba José Antonio. Eran las 17:15 horas cuando terminamos nosotros la ruta de 17,700 km y con un desnivel acumulado de 901 metros según los datos del GPS.
Nos cambiamos y aprovechamos un pilón cercano para lavar las botas y polainas. A las 17:50 horas emprendíamos el regreso a León con un sol radiante y marcando 4º C el termómetro de la furgoneta. Avanzamos hacia la capital y ya en Lorenzana hicimos una parada para tomar un merecido refrigerio....o dos.... De nuevo en marcha llegamos al destino donde fueron quedando los compañeros terminando yo el viaje en casa a las 19:55 horas. 3º C marcaban los termómetros en Armunia.
Así transcurrió esta segunda ruta del grupo de montaña en la que el invierno se hizo presente con nieve, viento, sol y mucho frío. Escribiendo este relato, tres días después, puedo anotar que la nieve volvió a desaparecer del paisaje y las temperaturas primaverales, al menos en las horas centrales del día, regresaron a este invierno tan irregular que estamos pasando. No hay manera de estrenar las raquetas esta temporada, y lo peor, si no hay nieve, no hay reservas de agua para el resto del año.
MAPA ESQUEMA
MAPA RASTER
VISTA SATÉLITE
ARMUNIA
LEÓN
TRAYECTO
SE VE EL PICO SANTIAGO CUBIERTO POR NIEBLAS
SANTIAGO DE LAS VILLAS
INICIO DE RUTA (1090 m)
NOS SALUDAN LOS MASTINES
VALLE DEL RÍO TORRE
DESFILADEROS
NIEVA
ENTRE VEGETACIÓN TUPIDA
REFUGIO
ENCAJONADOS
LA PRIMAVERA ENTRE EL INVIERNO
HACIA EL COLLADO
COLLADO DEL FITO (1675 m)
NUBARRONES TRAS EL PICO SANTIAGO
HACIA LA CUMBRE
EMBALSE DE SELGA DE ORDÁS Y VALLE AL SUR
ÚLTIMO TRAMO A LA CIMA
VENTISCA
PICO SANTIAGO (1798 m)
PANORÁMICA NORTE
VISTA OESTE
RESTOS DE REFUGIO CERCA DE LA CUMBRE
AL OESTE
VISTA AL NORTE
ZOOM AL NORDESTE
EMBALSE DE SELGA DE ORDAS Y RIOSECO DE TAPIA CON LA AUTOPISTA
AL SUROESTE
FUENTE EN LA FALDA OESTE DEL PICO SANTIAGO
LADERA ENTRE CUMBRES
PEÑA DE LOS CORROS (1641 m)
DESDE LA PEÑA AL NORTE
HACIA EL SUR
PICO SANTIAGO A LA DERECHA, LLAMARGONES Y PEÑA LA RUEDA
DESCENSO
ROBLEDAL
POR EL SENDERO ENCAJONADO
BAJADA HACIA EL COLLADO Y REFUGIO
REFUGIO Y FUENTE
HACIA EL COLLADO ENTRE VALLES
CAMINO DE SANTIAGO DE LAS VILLAS
ENTRANDO AL PUEBLO
LIMPIEZA DE BOTAS Y POLÁINAS
FIN DE RUTA
TRAYECTO DE VUELTA
ARMUNIA
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