3ª ASCENSIÓN A LA “PEÑA SAN PEDRO”. (Lodares – Embalse del Porma).
24-02-24 (Sábado)
El tardío invierno nos acompañó de nuevo en esta ruta el último sábado de febrero. Dado esa previsión, escogimos una sencilla ascensión no muy lejana en la zona del embalse del Porma, por encima del cual se eleva la Peña San Pedro, a la cual ya había ascendido en dos ocasiones anteriores, una de ellas celebrando el Belén de Cumbres. Paralelamente llevaba otra ruta preparada algo más cerca y de camino a ésta por si la nieve no nos dejaba llegar tan lejos. Cinco fuimos los que al final participamos en esta actividad: José Luis, Juan, Álvaro, Arancha y yo.Salí de casa a las 8:00 horas con los termómetros exteriores marcando 1º C y el cielo despejado, aunque ya hacia el Norte se cubría por negros nubarrones. Media hora más tarde nos reuníamos todos cerca de Mercaleón de donde salimos en mi furgoneta hacia el punto de inicio. Por la autovía llegamos a Puente Villarente donde la abandonamos hacia la carretera que se dirige a Boñar. Según avanzábamos, los prados y arcenes se tapaban por el blanco manto de la nieve y el cielo se cubría por completo. Sobre las 9:15 horas llegamos a Boñar, localidad en la que había estado el día antes y que ahora se encontraba cubierta por la nieve. Allí nos tomamos un café y compramos pan en una de las panaderías cercanas a la Plaza del Negrillón, plaza que ofrecía una bonita postal bajo la nieve que ahora además caía. 1º C marcaba un termómetro de la calle principal.Retomamos el viaje al Norte con esa nieve cayendo pero con la carretera limpia. Dejamos atrás el muro de la presa del embalse del Porma y circulamos a su vera durante algo más de cinco kilómetros hasta llegar a la altura de Lodares, uno de los muchos pueblos que quedaron sumergidos bajo las aguas del pantano del Porma. Allí comenzaba la ruta, pero nos encontramos con el problema de que una buena capa de nieve cubría los pocos lugares que había para aparcar. Avanzamos un poco más en busca de alguno adecuado sin éxito y dimos la vuelta. Al final llegamos de nuevo a Lodares y metimos la furgoneta marcha atrás, dejando el frente casi en el borde del asfalto para poder salir bien en caso de que siguiese nevando. Paralelo a nosotros dejaron otro vehículo que también nos había seguido en busca de aparcamiento y cuyos ocupantes, dos jóvenes con un par de perros, iban a subir también a la peña. Eran las 10:15 horas y estábamos a 1102 metros de altitud. El termómetro de la furgoneta marcaba 0º C.Nos preparamos para la ruta e hicimos una foto de grupo con la Peña San Pedro de fondo mientras se abrían algunos claros. A las 10:30 horas iniciamos la marcha hacia el Sur cruzando un paso entre maderas al lado de unas puertas de chapa que cerraban el acceso a un camino que llevaba pocos metros después a una nave tras la cual había un refugio y una fuente con pilón. La tarde anterior había echo Álvaro una foto de la peña y de esta nave completamente limpias de nieve y ahora teníamos unos 20 cm. o más.El ancho camino ascendía y enseguida tuvimos una bonita panorámica de parte del embalse con la cercana Peña Armada que se mete hacia él al Norte. Encima de la Peña San Pedro se puede distinguir a simple vista la enorme cruz metálica que la corona. Durante este primer tramo el camino transcurre más o menos paralelo a un tendido eléctrico cerca de cuyas altas torretas pasamos.Trazamos luego una curva y enseguida entramos en un tupido robledal donde disfrutamos de algunos bellos rincones cuando el sol se abrió paso entre los nubarrones. El paisaje invernal se mostraba con una gran belleza. Alcanzamos un paso desde el cual divisamos ahora, además de la Peña Armada, el pico Susarón. Los claros eran cada vez más abundantes y el paisaje se abría al Norte. Llegamos a una bifurcación del camino tomando nosotros el ramal de la izquierda. Las escobas crecían en medio de este tramo del camino que iba rodeando la peña por su falda Noroeste.Después de 2,700 km hechos el track del GPS abandonaba el camino para meterse de lleno a la pendiente ladera de la peña. No tardamos en ver a varias personas con chalecos naranjas por debajo de nosotros y a otra algo por encima, también algún vehiculo en los caminos inferiores. Pues bien, al llegar donde la que estaba por encima nos dijo que iban a hacer una cacería en la parte Oeste del pico. Nosotros seguimos ganando altura por la pendiente falda hacia el Sudeste mientras por encima de nosotros los negros nubarrones dejaban escapar copos de nieve para alternarse luego con claros y momentos de sol. Avanzamos unos más adelantados que otros hacia la cresta que alcancé yo a las 12:40 horas. Estábamos a 1524 metros y llevábamos hechos 3,100 km.Allí estaban los compañeros que iban por delante con la pareja de jóvenes que habían aparcado el coche a lado del nuestro y que ya bajaban de la cumbre. Un poco por debajo, al Sudeste, veíamos un refugio al que llegaba un camino que luego cogeríamos al bajar. Retomamos la marcha ya todos juntos para subir el escaso tramo que ya nos restaba pero con mucha pendiente también. Yo me metí en las huellas dejadas por los dos chicos que habían bajado ya y así evitaba abrir huella en la capa de nieve mientras el resto subía algo más directo. No lejos de la cima el terreno ya era rocoso por completo y se subía bien por él, teniendo algo de precaución de no patinar con la nieve. La cruz apareció ya cercana y a la misma llegué a las 13:00 horas y tras 3,400 km hechos.Esta cumbre tiene 1599 metros de altitud y en ella, además de esa cruz metálica de unos tres metros y medio, más o menos, hay un buzón cuya tapa a rosca costó abrir por lo oxidado de la misma. También una figura plana de metal con una forma que no sabría definir y una placa pegada con el nombre de la cumbre y su altitud.Nos sacamos unas fotos de grupo y algunas individuales en torno a la cruz tras lo cual José Luis y Álvaro decidieron bajar hacia el refugio. No hacía excesivo frío y el resto quedamos un rato más durante el cual hice varias fotos y la tarjeta de cumbres. El cielo se cubrió de nuevo, aunque nos dio tiempo a ver algo de paisaje. Además del pantano bajo nosotros y el muro de la presa, varias cumbres emergían al horizonte. Distinguimos, entre otras, el Bodón de Lugueros, Susarón, la Peña Armada o el Sextilón.Estuvimos cerca de una hora allí antes de emprender nosotros el descenso mientras se escapaban copos de nieve. Siguiendo las huellas de subida en el primer tramo perdimos altura hacia el refugio que veíamos en la parte baja. Según nos íbamos acercando vimos que salía humo por la chimenea. En unos diez minutos bajamos este tramo hasta llegar al mismo a las 14:10 horas. Esta caseta de piedra y teja, situada en un collado a 1486 metros de altitud, tiene un par de ventanas y una puerta. El interior está divididos en dos estancias. En una de ellas está la chimenea, una mesa y bancos. En la otra encontramos algunos troncos de madera y ramas para quemar. Nos acomodamos para comer tranquilamente mientras el fuego daba calor a la habitación.A las 15:35 horas, tras recoger un poco la sala, retomamos la marcha para incorporarnos enseguida al camino siguiendo el track del GPS. Las dos veces anteriores que yo la había ascendido habíamos subido y bajado más directamente desde la carretera. Ahora teníamos intención de dar un buen rodeo hacia el Este para bajar a la carretera también, pero algo más de un kilómetro más arriba del punto de inicio. Esa era la intención, pero no lo que al final hicimos.Subimos un pequeño tramo en el que nos encontramos un par de perros de caza que llevaban una antena y localizador por GPS. No era la primera vez que veíamos esa tecnología usada en esos animales para evitar que se pierdan. A la vera de un pinar avanzamos mientras de nuevo se abría la panorámica hacia el embalse y las cumbres al Norte. Ahora, además de las cumbres antes divisadas, acertamos a distinguir Peñas Pintas, Llerenes o los Mampodres entre otros. Descendimos un nuevo tramo hasta un collado desde el cual el camino emprendía una remontada larga por la misma cresta de la sierra entre algunas formaciones rocosas y más pinos. Aunque la pendiente no era exagerada, el cansancio ya se hacía notar, acentuado además por la nieve que pisábamos. Alcanzamos el punto alto de esta cresta a 1472 metros e iniciamos un corto descenso al siguiente collado desde el cual se desviaba un ramal hacia el valle Norte.Nos metimos entonces entre los pinos y el camino se estrechó entre ellos un tramo. Así llegamos a otra bifurcación del mismo en la que el track giraba a la derecha, alejándose aún más del final de la ruta como ya sabíamos, mientras el otro desvío parecía ir más directo, pero no sabíamos en qué condiciones estaba ni donde terminaba. Estudiando un poco el mapa satélite del Google parecía que sí estaba abierto y que no daba tanto rodeo, por lo cual decidimos cogerlo.Seguimos avanzando entre el pinar a media ladera mientras el camino trazaba numerosos altibajos y curvas siguiendo la orografía de las vaguadas de la falda de la sierra. Sí que nos acercábamos hacia la furgoneta, pero perdíamos muy poca altitud. De frente teníamos ahora de nuevo la cumbre y en ella la gran cruz. Dejamos atrás una fuente con pilón cerca de la cual encontramos un bonito rincón con numerosos y grandes “chupiteles” de hielo colgando de la vegetación. En cuanto a la climatología, seguían alternándose los claros, nubarrones, ratos nevando, etc.Según avanzábamos, y viendo el GPS, me convencí que dicho camino era el mismo por el que habíamos subido, en sentido contrario, y que abandonamos hacia la ladera de la cumbre en un punto más adelante. Efectivamente, a las 17:26 horas cerramos el lazo en dicho punto habiendo hecho hasta allí 8,200 km.En circunstancias normales, sin la nieve y en buen tiempo, seguramente hubiésemos encontrado algún lugar por donde atajar hacia abajo evitando la maleza cerrada de la ladera, pero ahora meterse por allí era arriesgar demasiado, por lo que no nos quedaba otro remedio que seguir el mismo trazado de subida. Rodeamos la Peña San Pedro por su falda Norte y Noroeste y llegamos a la bifurcación del camino que se metía hacia el robledal. José Luis había decidido atajar ladera abajo por una vaguada en un punto en el que parecía más abierto, pero a mi me seguía sin convencer meterme allí con la nieve que había. Ya he tenido alguna mala experiencia invernal en la nieve y metido en barrancos de esos.Entre este bosque deshojado fuimos perdiendo altura con el pantano bajo nosotros a la izquierda. No tardamos en llegar a la primera torreta del tendido eléctrico al lado de la cual pasamos mientras comenzábamos a girar en el último tramo de la ruta. En el camino vimos algunas rodadas de vehículos y cómo la nieve se había quitado en parte. Echando la vista atrás ya no lejos del final vimos venir a José Luis por el mismo camino. Por lo que luego dijo, sí había atajado un tramo, pero tampoco pudo mucho. Llegamos a la nave ganadera y el refugio donde el camino se enfangaba por completo, teniendo que sortear como mejor se pudo ese barro y abono. Por la mañana estaba cubierto totalmente por nieve y cruzamos mejor.A las 18:10 horas finalizamos la ruta a la vera de la furgoneta donde el GPS nos marcaba como datos principales, 10,700 km hechos y un desnivel acumulado de 644 m. Al final, comparando este resultado con el de la ruta prevista que llevábamos como referencia, salen los mismos datos. El atajo no fue tal. El termómetro de la furgoneta marcaba 5º C en esos momentos.Nos cambiamos y 20 minutos después iniciamos el regreso. Bordeamos el pantano hasta la presa y seguimos bajando hasta llegar a Boñar donde nuevo nos detuvimos a tomar un merecido refrigerio tranquilamente. Una hora estuvimos allí de relax y charla antes de retomar el viaje a León ya anochecido. En 40 minutos llegamos a la capital donde fueron quedando los compañeros y a las 21:05 horas llegaba yo a casa. 4º C marcaban los termómetros a esa hora.Buena ruta invernal la de este sábado en la que pudimos recrearnos de la nieve y los paisajes que la misma compone. El tiempo al final nos acompañó mejor de lo que esperábamos permitiéndonos disfrutar con todo ello.
24-02-24 (Sábado)
El tardío invierno nos acompañó de nuevo en esta ruta el último sábado de febrero. Dado esa previsión, escogimos una sencilla ascensión no muy lejana en la zona del embalse del Porma, por encima del cual se eleva la Peña San Pedro, a la cual ya había ascendido en dos ocasiones anteriores, una de ellas celebrando el Belén de Cumbres. Paralelamente llevaba otra ruta preparada algo más cerca y de camino a ésta por si la nieve no nos dejaba llegar tan lejos. Cinco fuimos los que al final participamos en esta actividad: José Luis, Juan, Álvaro, Arancha y yo.
Salí de casa a las 8:00 horas con los termómetros exteriores marcando 1º C y el cielo despejado, aunque ya hacia el Norte se cubría por negros nubarrones. Media hora más tarde nos reuníamos todos cerca de Mercaleón de donde salimos en mi furgoneta hacia el punto de inicio. Por la autovía llegamos a Puente Villarente donde la abandonamos hacia la carretera que se dirige a Boñar. Según avanzábamos, los prados y arcenes se tapaban por el blanco manto de la nieve y el cielo se cubría por completo. Sobre las 9:15 horas llegamos a Boñar, localidad en la que había estado el día antes y que ahora se encontraba cubierta por la nieve. Allí nos tomamos un café y compramos pan en una de las panaderías cercanas a la Plaza del Negrillón, plaza que ofrecía una bonita postal bajo la nieve que ahora además caía. 1º C marcaba un termómetro de la calle principal.
Retomamos el viaje al Norte con esa nieve cayendo pero con la carretera limpia. Dejamos atrás el muro de la presa del embalse del Porma y circulamos a su vera durante algo más de cinco kilómetros hasta llegar a la altura de Lodares, uno de los muchos pueblos que quedaron sumergidos bajo las aguas del pantano del Porma. Allí comenzaba la ruta, pero nos encontramos con el problema de que una buena capa de nieve cubría los pocos lugares que había para aparcar. Avanzamos un poco más en busca de alguno adecuado sin éxito y dimos la vuelta. Al final llegamos de nuevo a Lodares y metimos la furgoneta marcha atrás, dejando el frente casi en el borde del asfalto para poder salir bien en caso de que siguiese nevando. Paralelo a nosotros dejaron otro vehículo que también nos había seguido en busca de aparcamiento y cuyos ocupantes, dos jóvenes con un par de perros, iban a subir también a la peña. Eran las 10:15 horas y estábamos a 1102 metros de altitud. El termómetro de la furgoneta marcaba 0º C.
Nos preparamos para la ruta e hicimos una foto de grupo con la Peña San Pedro de fondo mientras se abrían algunos claros. A las 10:30 horas iniciamos la marcha hacia el Sur cruzando un paso entre maderas al lado de unas puertas de chapa que cerraban el acceso a un camino que llevaba pocos metros después a una nave tras la cual había un refugio y una fuente con pilón. La tarde anterior había echo Álvaro una foto de la peña y de esta nave completamente limpias de nieve y ahora teníamos unos 20 cm. o más.
El ancho camino ascendía y enseguida tuvimos una bonita panorámica de parte del embalse con la cercana Peña Armada que se mete hacia él al Norte. Encima de la Peña San Pedro se puede distinguir a simple vista la enorme cruz metálica que la corona. Durante este primer tramo el camino transcurre más o menos paralelo a un tendido eléctrico cerca de cuyas altas torretas pasamos.
Trazamos luego una curva y enseguida entramos en un tupido robledal donde disfrutamos de algunos bellos rincones cuando el sol se abrió paso entre los nubarrones. El paisaje invernal se mostraba con una gran belleza. Alcanzamos un paso desde el cual divisamos ahora, además de la Peña Armada, el pico Susarón. Los claros eran cada vez más abundantes y el paisaje se abría al Norte. Llegamos a una bifurcación del camino tomando nosotros el ramal de la izquierda. Las escobas crecían en medio de este tramo del camino que iba rodeando la peña por su falda Noroeste.
Después de 2,700 km hechos el track del GPS abandonaba el camino para meterse de lleno a la pendiente ladera de la peña. No tardamos en ver a varias personas con chalecos naranjas por debajo de nosotros y a otra algo por encima, también algún vehiculo en los caminos inferiores. Pues bien, al llegar donde la que estaba por encima nos dijo que iban a hacer una cacería en la parte Oeste del pico. Nosotros seguimos ganando altura por la pendiente falda hacia el Sudeste mientras por encima de nosotros los negros nubarrones dejaban escapar copos de nieve para alternarse luego con claros y momentos de sol. Avanzamos unos más adelantados que otros hacia la cresta que alcancé yo a las 12:40 horas. Estábamos a 1524 metros y llevábamos hechos 3,100 km.
Allí estaban los compañeros que iban por delante con la pareja de jóvenes que habían aparcado el coche a lado del nuestro y que ya bajaban de la cumbre. Un poco por debajo, al Sudeste, veíamos un refugio al que llegaba un camino que luego cogeríamos al bajar. Retomamos la marcha ya todos juntos para subir el escaso tramo que ya nos restaba pero con mucha pendiente también. Yo me metí en las huellas dejadas por los dos chicos que habían bajado ya y así evitaba abrir huella en la capa de nieve mientras el resto subía algo más directo. No lejos de la cima el terreno ya era rocoso por completo y se subía bien por él, teniendo algo de precaución de no patinar con la nieve. La cruz apareció ya cercana y a la misma llegué a las 13:00 horas y tras 3,400 km hechos.
Esta cumbre tiene 1599 metros de altitud y en ella, además de esa cruz metálica de unos tres metros y medio, más o menos, hay un buzón cuya tapa a rosca costó abrir por lo oxidado de la misma. También una figura plana de metal con una forma que no sabría definir y una placa pegada con el nombre de la cumbre y su altitud.
Nos sacamos unas fotos de grupo y algunas individuales en torno a la cruz tras lo cual José Luis y Álvaro decidieron bajar hacia el refugio. No hacía excesivo frío y el resto quedamos un rato más durante el cual hice varias fotos y la tarjeta de cumbres. El cielo se cubrió de nuevo, aunque nos dio tiempo a ver algo de paisaje. Además del pantano bajo nosotros y el muro de la presa, varias cumbres emergían al horizonte. Distinguimos, entre otras, el Bodón de Lugueros, Susarón, la Peña Armada o el Sextilón.
Estuvimos cerca de una hora allí antes de emprender nosotros el descenso mientras se escapaban copos de nieve. Siguiendo las huellas de subida en el primer tramo perdimos altura hacia el refugio que veíamos en la parte baja. Según nos íbamos acercando vimos que salía humo por la chimenea. En unos diez minutos bajamos este tramo hasta llegar al mismo a las 14:10 horas. Esta caseta de piedra y teja, situada en un collado a 1486 metros de altitud, tiene un par de ventanas y una puerta. El interior está divididos en dos estancias. En una de ellas está la chimenea, una mesa y bancos. En la otra encontramos algunos troncos de madera y ramas para quemar. Nos acomodamos para comer tranquilamente mientras el fuego daba calor a la habitación.
A las 15:35 horas, tras recoger un poco la sala, retomamos la marcha para incorporarnos enseguida al camino siguiendo el track del GPS. Las dos veces anteriores que yo la había ascendido habíamos subido y bajado más directamente desde la carretera. Ahora teníamos intención de dar un buen rodeo hacia el Este para bajar a la carretera también, pero algo más de un kilómetro más arriba del punto de inicio. Esa era la intención, pero no lo que al final hicimos.
Subimos un pequeño tramo en el que nos encontramos un par de perros de caza que llevaban una antena y localizador por GPS. No era la primera vez que veíamos esa tecnología usada en esos animales para evitar que se pierdan. A la vera de un pinar avanzamos mientras de nuevo se abría la panorámica hacia el embalse y las cumbres al Norte. Ahora, además de las cumbres antes divisadas, acertamos a distinguir Peñas Pintas, Llerenes o los Mampodres entre otros. Descendimos un nuevo tramo hasta un collado desde el cual el camino emprendía una remontada larga por la misma cresta de la sierra entre algunas formaciones rocosas y más pinos. Aunque la pendiente no era exagerada, el cansancio ya se hacía notar, acentuado además por la nieve que pisábamos. Alcanzamos el punto alto de esta cresta a 1472 metros e iniciamos un corto descenso al siguiente collado desde el cual se desviaba un ramal hacia el valle Norte.
Nos metimos entonces entre los pinos y el camino se estrechó entre ellos un tramo. Así llegamos a otra bifurcación del mismo en la que el track giraba a la derecha, alejándose aún más del final de la ruta como ya sabíamos, mientras el otro desvío parecía ir más directo, pero no sabíamos en qué condiciones estaba ni donde terminaba. Estudiando un poco el mapa satélite del Google parecía que sí estaba abierto y que no daba tanto rodeo, por lo cual decidimos cogerlo.
Seguimos avanzando entre el pinar a media ladera mientras el camino trazaba numerosos altibajos y curvas siguiendo la orografía de las vaguadas de la falda de la sierra. Sí que nos acercábamos hacia la furgoneta, pero perdíamos muy poca altitud. De frente teníamos ahora de nuevo la cumbre y en ella la gran cruz. Dejamos atrás una fuente con pilón cerca de la cual encontramos un bonito rincón con numerosos y grandes “chupiteles” de hielo colgando de la vegetación. En cuanto a la climatología, seguían alternándose los claros, nubarrones, ratos nevando, etc.
Según avanzábamos, y viendo el GPS, me convencí que dicho camino era el mismo por el que habíamos subido, en sentido contrario, y que abandonamos hacia la ladera de la cumbre en un punto más adelante. Efectivamente, a las 17:26 horas cerramos el lazo en dicho punto habiendo hecho hasta allí 8,200 km.
En circunstancias normales, sin la nieve y en buen tiempo, seguramente hubiésemos encontrado algún lugar por donde atajar hacia abajo evitando la maleza cerrada de la ladera, pero ahora meterse por allí era arriesgar demasiado, por lo que no nos quedaba otro remedio que seguir el mismo trazado de subida. Rodeamos la Peña San Pedro por su falda Norte y Noroeste y llegamos a la bifurcación del camino que se metía hacia el robledal. José Luis había decidido atajar ladera abajo por una vaguada en un punto en el que parecía más abierto, pero a mi me seguía sin convencer meterme allí con la nieve que había. Ya he tenido alguna mala experiencia invernal en la nieve y metido en barrancos de esos.
Entre este bosque deshojado fuimos perdiendo altura con el pantano bajo nosotros a la izquierda. No tardamos en llegar a la primera torreta del tendido eléctrico al lado de la cual pasamos mientras comenzábamos a girar en el último tramo de la ruta. En el camino vimos algunas rodadas de vehículos y cómo la nieve se había quitado en parte. Echando la vista atrás ya no lejos del final vimos venir a José Luis por el mismo camino. Por lo que luego dijo, sí había atajado un tramo, pero tampoco pudo mucho. Llegamos a la nave ganadera y el refugio donde el camino se enfangaba por completo, teniendo que sortear como mejor se pudo ese barro y abono. Por la mañana estaba cubierto totalmente por nieve y cruzamos mejor.
A las 18:10 horas finalizamos la ruta a la vera de la furgoneta donde el GPS nos marcaba como datos principales, 10,700 km hechos y un desnivel acumulado de 644 m. Al final, comparando este resultado con el de la ruta prevista que llevábamos como referencia, salen los mismos datos. El atajo no fue tal. El termómetro de la furgoneta marcaba 5º C en esos momentos.
Nos cambiamos y 20 minutos después iniciamos el regreso. Bordeamos el pantano hasta la presa y seguimos bajando hasta llegar a Boñar donde nuevo nos detuvimos a tomar un merecido refrigerio tranquilamente. Una hora estuvimos allí de relax y charla antes de retomar el viaje a León ya anochecido. En 40 minutos llegamos a la capital donde fueron quedando los compañeros y a las 21:05 horas llegaba yo a casa. 4º C marcaban los termómetros a esa hora.
Buena ruta invernal la de este sábado en la que pudimos recrearnos de la nieve y los paisajes que la misma compone. El tiempo al final nos acompañó mejor de lo que esperábamos permitiéndonos disfrutar con todo ello.
MAPA ESQUEMA
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MAPA RASTER
VISTA SATÉLITE
ARMUNIA
TRAYECTO
BOÑAR
HACIA EL PANTANO
PUEBLO DE LODARES, ACTUALMENTE BAJO LAS AGUAS DEL PANTANO
LODARES (1102 m)
PEÑA SAN PEDRO AL FONDO
PEÑA ARMADA
FUENTE CON PILÓN, REFUGIO Y NAVE
PANORÁMICA DEL EMBALSE DEL PORMA Y PEÑA ARMADA
ROBLEDAL
SUSARÓN Y PEÑA ARMADA ENTRE LA ARBOLEDA
PEÑA SAN PEDRO ARRIBA
BAJO LA FALDA DE LA CUMBRE
PENDIENTE LADERA DE LA PEÑA SAN PEDRO
CRESTA
ULTIMO TRAMO A LA CUMBRE
REFUGIO EN EL COLLADO INFERIOR
LLEGANDO A LA CIMA
EN TORNO A LA CRUZ
BUZÓN
BELLO CONTRALUZ
MURO DEL PANTANO
EMBALSE DEL PORMA BAJO NOSOTROS
VISTA AL SUR
CRUZ Y BUZÓN
DESCENSO
REFUGIO
EL REFUGIO BAJO LA CUMBRE
CON LA PEÑA SAN PEDRO DE FONDO
PANORÁMICA AL NORTE Y OESTE
POR EL CAMINO NEVADO DE LA CRESTA
PEÑAS PINTAS, LLERENES, PEÑERAS, CASTAÑO Y LOS CANTOS (NEVADOS)
ENTRE PINOS
CHUPITELES DE HIELO
DE NUEVO BAJO LA PEÑA SAN PEDRO
ALGUNAS CIMAS AL NORTE
EN EL ROBLEDAL
LA CRUZ EN LA CUMBRE
CONTRALUZ
PEÑA ARMADA Y SUSARÓN
FINALIZANDO LA RUTA
ARMUNIA
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