EL BLOG DE JAVI GALLEGO: PICO MAJAO (Piornedo) 11-02-23

martes, 14 de febrero de 2023

PICO MAJAO (Piornedo) 11-02-23

1ª ASCENSIÓN AL “MAJAO”. (Piornedo).

11-02-23 (Sábado)

Seguimos el calendario de rutas con la ascensión a una sencilla cumbre desde el pueblo de Piornedo, en la cuenca alta del Torío. Al pico Majao se sube prácticamente por camino hasta la cima o por alguno de los varios cortafuegos de las laderas de su base. Como ya he comentado en otras ocasiones, la dificultad se acentúa con la presencia de nieve o hielo, cosa que ocurrió en esta ocasión. Personalmente tengo que añadir además que ese día no iba en las mejores condiciones, ni físicas ni anímicas, lo cual se reflejó en el dilatado tiempo empleado en el ascenso. Si no es por el ánimo de los dos compañeros, por mi parte hubiese abortado la ascensión a mitad de subida, o antes.

Salí de casa a las 8:25 horas para recoger luego a Mª Jesús y a José Luis. -5º C marcaban los termómetros a esas horas. Salimos por la carretera del Torío con el cielo despejado por completo y entre praderías totalmente blancas por la helada. Con el Polvoreda de frente transcurrió la primera parte del viaje hasta llegar a Matallana de Torío donde paramos a tomar un café. De nuevo en marcha entramos en las impresionantes Hoces de Vegacervera que atravesamos para llegar a Cármenes. En el pequeño desfiladero que se cruza luego hice una breve parada para fotografiar unos enormes chupiteles de hielo que colgaban de las paredes del mismo. A las 10:00 horas aparcamos a la vera de la carretera, en Piornedo, cerca de una nave.

Allí nos preparamos para la ruta que iniciamos a las 10:30 horas y a una altitud de 1257 metros. Algunos charcos estaban totalmente congelados, pero no había mucha nieve a esa altura. Por ello decidí no coger las raquetas, que sí hubiesen sido útiles en algunos tramos, aunque tampoco muchos. Por la carretera retrocedimos unos pocos metros por encima del pueblo, que quedaba a la vera del río Torio. Enseguida abandonamos el asfalto para meternos en un camino de nieve dura que nos llevó a la vera del cementerio tras escasos 300 metros. Rodeamos este recinto para seguir por lo que parecía otro camino, aunque más bien era una vereda medio perdida entre la nieve. Subimos por ella trazando algunas curvas y así enlazamos de nuevo con el ancho camino, que a la bajada comprobamos como salía poco antes de llegar a cementerio.

Avanzamos por dicho camino varios metros antes de que el track del GPS nos desviase hacia un cortafuegos donde la nieve se acumulaba en algunas zonas mientras otros tramos estaban limpios. La pendiente del mismo era considerable y por él ganamos altura rápidamente entre algunos pinos que habían ido apareciendo en el paisaje. A mi me iba costando avanzar y lo tomaba con calma. Cuando estábamos a una altitud de 1516 metros nos cruzamos con un camino trasversal que decidimos coger aunque rodease más que el cortafuegos, que seguía recto subiendo hacia el Este. El camino cambiaba de rumbo a Nordeste y subía algo más calmado por la loma del valle del arroyo Fuente Hombre. La nieve se acumulaba en el mismo y en algunos tramos era donde las raquetas hubiesen ayudado a avanzar mejor. Íbamos con dirección a la cabecera del valle, por la mitad de la loma, aunque en un determinado punto el camino cambió de rumbo totalmente para retroceder mientras seguíamos subiendo. En esa dirección caminamos unos 350 metros antes de volver a cambiarla hacia la cumbre.

Más adelante se acentuó la pendiente de nuevo paralelos a una empalizada ya con el vértice geodésico de la cumbre a la vista, aunque quedaba aún un buen tramo. La nieve seguía cubriendo el terreno y me costaba subir. Como ya anoté, las fuerzas físicas no me acompañaban ese día y el ánimo lo tenía bajo mínimos. Yo hubiese dado la vuelta, hacía rato ya, y les hubiese esperado abajo tranquilamente. Sus ánimos me ayudaron a seguir y así fuimos remontando la pendiente hasta que nos colocamos en el alto de la cresta a una altitud de 1860 metros siendo las 14:10 horas.

La cima la teníamos al Este a unos 450 metros en línea recta y a tan solo 52 metros por encima. Hacia ella nos encaminamos pisando varias “calvas” desprovistas de nieve en esa parte alta de la loma. Mas adelante la inclinación se acentuó algo más y la nieve que pisábamos se endureció. Por ello decidimos colocarnos los crampones que llevábamos para asegurar el agarre. De todas formas, seguimos cruzando algunas zonas donde la nieve seguía reblandecida.

A las 14:55 horas alcanzamos la cima del pico Majao con sus 1912 metros de altitud y habiendo hecho 3,900 km. En la misma encontramos el vértice geodésico y un monolito de rocas con una varilla metálica clavada en medio. Entre ellas dejamos nuestra tarjeta de cumbres. Los vientos limpian muchas veces la nieve de las cumbres, como ocurría en esta ocasión, que la encontramos despejada del manto blanco. Las vistas eran amplias a pesar de ser una cima de no mucha altitud. Solo enumeraré una mínima parte de la cumbres que contemplábamos, siendo algunas de ellas: el Brañacaballo, Estorvín, Currillines, Fontún, Polvoreda, Valdorria, Bodón o la Morala. En el valle del Torío, al Norte, veíamos Piedrafita la Mediana. En la cima soplaba un viento frío de Sur, y tras unas fotos, optamos por echarnos algo al Norte para comer al resguardo del mismo.

Eran las 16:00 horas cuando emprendimos el descenso. Desechamos la idea de bajar directamente al valle del Norte, el del arroyo Fuente Hombre, ya que, a pesar de que por él bajaba un camino, la ladera hasta el mismo no sabíamos como podía estar de nieve y vegetación. Decidimos seguir los pasos de subida y atajamos por la loma sin pasar ya por la misma cumbre. Ya sobre nuestros pasos perdimos altura por la cresta para echarnos luego de nuevo a la ladera Norte paralelos al vallado del pinar. Tras varios metros de descenso nos encontramos con el cortafuegos que salía por la izquierda. Optamos entonces, ya que bajando no era tan costoso, echarnos por el mismo directamente y evitar el rodeo del camino.

La pendiente del mismo “incitó” a Mª Jesús y a José a tirarse haciendo culoskí algunos tramos, aunque la nieve no estaba en las mejores condiciones para resbalar sobre ella. A media ladera nos quitamos los crampones, que hacía rato eran ya innecesarios. En la nieve virgen se podían ver numerosas huellas de animales. Así llegamos al punto en el que por la mañana nos habíamos desviado hacia el camino y entramos de nuevo en el tramo común. Seguimos el descenso por el cortafuegos hasta que nos sacó al camino de la parte baja. El sol ya se había ocultado tras las cimas del Oeste y la temperatura había bajado aún más. En esta ocasión no abandonamos el ancho camino, que cruzó algún regato, y nos sacó al del cementerio unos metros más abajo del mismo. Por éste recorrimos otro pequeño tramo antes de desembocar en la carretera a las 17:45 horas. Nos restaba el corto trayecto hasta la furgoneta a la que llegamos en otro par de minutos. El GPS nos marcaba 7,100 km hechos con un desnivel acumulado de 668 metros.

Resulta que tenía un papel en el parabrisas pidiéndome que dejase el portón de la nave libre. Pues bien, el portón estaba completamente libre, y mucho más que eso, por que nunca me gusta dejar la furgoneta delante de ninguna entrada en los pueblos, sea de vivienda, cuadra, nave, finca, etc. etc. esté o no con vado. En esos lugares es lo más lógico. El problema en este caso, y suele suceder, es de los que vienen detrás y sí lo dejan peor, por lo que terminamos pagando “justos por pecadores”.

Nos hemos cambiado antes de emprender el regreso. De nuevo en trayecto he parado alguna vez para sacar las impresionantes cascadas y chupiteles congelados que podían verse en varios puntos del mismo. Antes de llegar a Matallana de Torío volvimos a ver el Polvoreda, esta vez iluminado por una bonita luz anaranjada del atardecer. Paramos de nuevo en el bar de por la mañana a tomar un refrigerio y allí coincidí con uno de los primeros compañeros de rutas que tuve y al que hacía tiempo no veía. Llegamos a León ya de noche y dejé a los dos compañeros antes de llegar yo a casa a las 20:15 horas y con 1º C en los termómetros.

No sé de donde saqué las fuerzas y el ánimo para hacer la ruta completa, éste último sin duda de los dos compañeros. En cuanto a la debilidad física, una infección de garganta, de la cual me estoy tratando, era la causante de tal malestar sufrido.

MAPA ESQUEMA