EL BLOG DE JAVI GALLEGO: PEÑA GRACHERA

miércoles, 6 de abril de 2022

PEÑA GRACHERA - CACABILLO 02-04-22

1ª ASCENSIÓN A LA “PEÑA GRACHERA”. (Cacabillo).

02-04-22 (Sábado)

Estrenamos las rutas del mes de abril con una ascensión en la comarca de Babia a la Peña Grachera. El acceso a la misma no tiene dificultad alguna, pudiendo disfrutar desde su cumbre de unas amplias y bonitas panorámicas de la zona. La climatología, que apenas horas antes se había complicado, nos respetó finalmente dejándonos gozar de una buena jornada montañera cuyo transcurso fue el siguiente. Cuatro componentes nos animamos para realizar dicha ruta: Álvaro, Tiquio, José Carlos y yo.

A las 8:35 horas, con 1º C en los termómetros, salíamos Álvaro y yo de Armunia para recoger minutos después a Tiquio antes de salir por la carretera de Caboalles hacia La Magdalena. El cielo despejado de León se cubría algo más hacia el Norte, aunque parecía que el Oeste, hacia donde nos dirigíamos, se mantenía sin nubes. En La Magdalena nos desviamos hacia el valle de Omaña avanzando por el mismo entre praderías cubiertas por una fina capa blanca. Pasamos el puerto de La Magadalena para comenzar a bajar hacia Los Bayos. Por allí ya encontramos tramos de la carretera también cubiertos por algo de nieve helada en las zonas umbrías. En Los Bayos nos desviamos por otra carretera en la que aún empeoraba la situación. Bajé la velocidad al mínimo, y con el apoyo de la ruedas de nieve, fuimos avanzando por la misma entrando en Babia poco después. Como hemos hecho en otras ocasiones, cogimos luego un atajo por una estrecha carretera que nos llevó a Quintanilla de Babia por la que salimos a Piedrafita de Babia cuando eran las 10:25 horas.

En un bar de este pueblo nos esperaba ya José Carlos y allí tomamos un café rápido antes de retomar el viaje hacia nuestro destino. Por la carretera del puerto de Somiedo llegamos al cruce con la de La Cueta por la que nos desviamos para llegar poco después al inicio de la ruta. Poco antes del pueblo de Cacabillo se encuentra un molino al lado de un puente de piedra sobre el río Sil, una fuente y algunos edificios más cerca de los que aparcamos cuando eran las 10:55 horas. Nos preparamos para la ruta, y tras una foto de grupo, la iniciamos en ese punto a una altitud de 1307 metros.

Avanzamos por la estrecha carretera medio kilómetro hasta entrar en Cacabillo (1322 m), cruzando otro puente de piedra sobre el mismo río. Cacabillo es un pueblo pequeño de apenas una docena de edificios dividido en dos “barrios”, uno bajo, al lado de la carretera, y otro algo más arriba. La iglesia de Nuestra Señora de las Nieves es uno de ellos, junto al cementerio adyacente. Apenas unos pocos minutos nos llevo atravesar el mismo antes de salir por un camino de la parte alta hacia el Sudeste. Llegamos por él a un depósito de agua del que manaban dos chorros por los rebosaderos. Varios chupiteles de hielo colgaban del mismo.

Frente a nosotros se elevaba la Peña Grachera, en cuya loma vimos correr un zorro al que conseguí fotografiar. El camino se metía por la ladera de una vaguada hacia su parte alta y por él ganamos altura cómodamente con muy poca nieve en el terreno. Fuimos girando con este camino hacia el Norte dirección a la base misma de la Peña Grachera, llegando luego a una fuente con pilón y una pequeña caseta de captación de aguas. Estábamos a 1467 metros de altitud y llevábamos 1,500 km. Continuamos por el camino en la misma dirección a lo largo de otros 300 metros y nos encontramos con un refugio circular de piedra y pizarra que parecía estar siendo restaurado. Cerca vimos una vieja hormigonera volcada. Se encontraba cerrado y por un ventanuco vimos algo del interior. Estaba rodeado por una cerca de piedras y una cancilla de acceso. La altitud en ese punto era de 1498 metros.

En ese lugar finalizaba el camino y continuaba una senda que nos fue metiendo en la misma ladera de la Peña Grachera. La pendiente se hizo más pronunciada a partir de allí, aunque se hacía cómoda de subir. El paisaje se ampliaba y las cumbres y valles en él. Justo detrás de Cacabillo se elevaba el pico La Orvia y sus 1823 metros de altitud. Sus pendientes y abruptas paredes del Sur caían hacia el valle del Sil. Un poco al Oeste, y más alejado, asomaba el Muxiven y su doble cumbre.

Poco a poco nos fuimos situando en la cresta Noroeste de la Peña Grachera por la que iniciamos la subida directa a su cumbre, aún 350 metros por encima. Desde esa cresta ya aparecían varias cumbres al Norte medio cubiertas por las nieblas que se cerraban hacia esa parte. Desde allí soplaba un viento frío que no tardando nos hizo abrigar. Ese mismo viento provocaba un curioso efecto en los bastones de José Carlos. Los mismos tienen varios agujeros para regular la altura, y el viento, al colarse por ellos, producía un sonido similar a una flauta.

La pendiente herbosa se empinaba y se cubría cada vez más por la nieve, aunque la capa seguía siendo escasa. Echando la vista al valle del que veníamos contemplamos claramente el refugio y el perímetro circular de piedras que lo rodeaba. Así mismo logré distinguir la furgoneta entre la arboleda deshojada cercana al río. En la otra orientación, al final de la carretera, se veía La Cueta, desde donde ascendimos a Peña Orniz el verano pasado y bajo la cual nace el río Sil.

Continuamos subiendo por el espolón mientras las nubes se cerraban cada vez más por el Nordeste. La ladera se fue suavizando y llegamos a una zona de hoyas desde la que contemplamos el valle de Lago de Babia en cuya cabecera se ubica la Laguna Grande, que ahora vimos bajo nosotros. La vegetación baja estaba cubierta por hielo que modelaba bonitas figuras en los matojos. A continuación “trepamos” un pequeño tramo antes de volver a la ladera, ahora más rocosa. No nos restaba ya mucho a la cima en la que ya vimos a José Carlos, que se había adelantado un trecho. El cielo se había cubierto por completo e incluso se escapaban chispas de nieve.

A las 13:40 horas alcanzaba yo la cima de la Peña Grachera con sus 1931 metros de altitud. En la misma un monolito de rocas marcaba la cumbre y entre ellas un bote con algunos papeles, pero sin tarjetas. En esos momentos vimos en el cielo una gran bandada de pájaros que revolotearon durante unos minutos por encima de nosotros. La visibilidad se había reducido considerablemente, hacía viento y estaba fresco. Sacamos una foto de grupo y bajamos unos metros hasta una hondonada al Sudeste que se mantenía a la abrigada y allí nos ubicamos para comer más cómodamente.

Estuvimos allí algo más de una hora, y viendo que se abrían varios claros, subimos de nuevo a la cumbre para sacarnos alguna foto más con el paisaje despejado. Eran numerosas las cimas que contemplábamos desde allí, algunas más cercanas como La Crespa, Montigüero, Salgüeiro o el pico Orvia o más alejadas como el Muxiven, Cueto Nidio, el Miro de Tejedo, recientemente ascendido por nosotros como las Torres de Vizbueno, Nevadín, Tambarón, Suspirón, Arcos de Agua, la Cañada y un largo etcétera más. Pueblos como Las Murias de Babia, Quintanilla de Babia y algunas casas de Lago de Babia y en el valle del Sil teníamos La Cueta y Quejo. No se veía sin embargo Cacabillo ni las casas anteriores donde habíamos dejado la furgoneta. La Laguna Grande sí se presentaba bajo nosotros al Oeste. Todo ello formaba una amplia y bella panorámica contrastada por las cimas nevadas y algunos valles de gran verdor primaveral.

A las 15:25 horas iniciábamos el descenso siguiendo la cresta contraria a la de subida. Perdimos altura por la misma en dirección a uno de los collados que separan esta Peña Grachera del pico La Crespa. Trazamos algunos altibajos en este tramo pedregoso donde la nieve medio cubría el terreno. En esos momentos nos sobrevoló una gran ave rapaz que de nuevo pude captar “al vuelo”, y nunca mejor dicho, con el zoom de la cámara. El track del GPS nos marcaba la bajada tras un picacho de esta cresta, pero los que iban delante se echaron al valle Sur por una pendiente vaguada que sin embargo no ofrecía dificultad alguna. De nuevo el matorral bajo fue desplazando a la piedra cada vez menos abundante en esta pendiente ladera que cogimos un poco oblicuamente con dirección Suroeste hacia a la Laguna Grande o Laguna de Lago. Justo al Sur, frente a nosotros, se emplazaba Lago de Babia, ahora oculto tras una altiplanicie que se formaba a media falda. A este “llano” llegamos cuando eran las 16:30 horas y nos sacamos una foto con la cima de fondo.

Enseguida llegamos al borde del mismo donde la pendiente se volvía a acentuar y desde donde divisamos de nuevo el pueblo y el lago. Hacia este último nos encaminamos perdiendo altura de nuevo oblicuamente comenzando a encontrar numerosos barrancos por delante. Rodeamos algunos antes de echarnos directamente hacia el fondo del valle por el costado de uno de ellos. En el mismo vimos una pequeña pero bonita cascada en el cauce del arroyo que bajaba por él. Con ella detrás nos sacamos una nueva foto de grupo antes de seguir el descenso hacia la ya cercana carretera que une Lago de Babia con la laguna. Por ella vimos subir y bajar algunos vehículos y también personal andando.

Mientras el resto bajaba hacia el asfalto directamente, yo continué por el terreno montano paralelo a la carretera siguiendo algunos senderos medio marcados. En un momento determinado vi como salía corriendo una gran liebre de entre unos matorrales cercanos. Esta carretera o pista asfaltada llega hasta unos 200 metros antes de la laguna siguiendo luego un ancho camino. Yo decidí no tocar para nada ese asfalto y enlacé el sendero con el camino directamente....como algo anecdótico sin ninguna razón especial. Poco por encima de esta laguna, en la misma ladera por la que habíamos bajado algo más al Este, hay una gran nave ganadera, la Majada de Puñín, que debe el nombre al paraje en el que se encuentra. En esos momentos eran las 17:05 horas y llevábamos hechos 7,000 km.

Esta Laguna Grande tiene una longitud de aproximadamente 500 metros y unos 150 metros en su parte más ancha. La altura en sus orillas es de 1424 metros. El camino transcurre por la parte derecha de la misma, bajo las laderas de la Peña Grachera, mientras que por la izquierda, al Sur, se elevan las también pendientes lomas de la Peña Larga y sus 1735 metros de altitud. Yo me salí un poco del camino y subí unos metros para sacar unas bonitas panorámicas de la misma con la Peña Larga detrás. De esta laguna nace el Arroyo de Lago, afluente del río Luna, que baja por el valle principal de Babia. En el otro extremo, hacia el que nos dirigíamos, hay un pequeño collado entre ambas peñas y que da paso al valle del Sil.

Cuando llegamos al extremo Noroeste de la laguna hicimos una parada en una gran piedra y allí estuvimos disfrutando de este paraje cerca de media hora. El sol seguía luciendo claro y solo algunas nubes lo ocultaban a ratos. La temperatura sí era un poco fresca. Del lago vimos salir volando un par de aves que no sabría identificar. En una estaca cercana había un par de indicadores de rutas, una de senderismo, “PRC-LE 63 Babia Alta”, y otra de bicicleta, la “BL-BTT 02 Babia Alta”.

Retomamos la marcha cuando eran las 17:50 horas subiendo hacia este collado de 1449 metros de altitud en el que el camino se encajonaba un poco y cruzaba un paso canadiense para el ganado. Entrábamos ya en el valle del río Sil y hacia éste comenzamos a bajar por ese camino que se “camuflaba” en la ladera. No tardando vimos la furgoneta entre la arboleda cercana al río. El track del GPS se dirigía hacia Cacabillo y decidimos seguirlo, aunque veíamos algunos senderos que bajaban más directamente hacia el punto final de la ruta. Fuimos girando a Norte con el mismo y poco a poco fueron apareciendo las casas del pueblo por delante. El camino transcurría entre muretes de piedras que cercaban las fincas y prados verdes. Antes de entrar en Cacabillos el camino se bifurcaba dando el ramal que tomamos un brusco giro en sentido contrario donde unas señales marcaban varias distancias a pueblos o lugares de la zona. Otro cartel informaba de la presencia de mastines cuidando el ganado y las precauciones a tener en caso de encontrarse con ellos.

Nos metimos en ese camino enfangado de lodo y estiércol que sorteamos como mejor pudimos por las márgenes. Subió a lo largo de un pequeño tramo antes de iniciar la bajada hacia donde teníamos la furgoneta. Cruzamos una cinta electrificada para el ganado, ahora desconectada, y poco después una cancilla metálica ya cerca del puente de piedra y el molino. Atravesamos este puente sobre el Sil terminando así la ruta al otro lado del mismo cuando eran las 18:22 horas. 9,300 km y un desnivel acumulado de 699 metros eran los datos principales que nos daba el GPS.

Nos cambiamos y lavamos un poco el calzado y polainas en la fuente cercana antes de iniciar el regreso a las 19:00 horas. La temperatura había bajado considerablemente a esa hora. En Piedrafita bajó José Carlos para coger su coche y ya en los dos nos acercamos hasta Huergas de Babia donde paramos a tomar un refrigerio. Daban las 19:50 horas cuando retomamos nosotros el viaje que ahora íbamos a hacer por Babia y Luna en vez de por Omaña. Llegamos al pantano que decidí rodear en vez de coger la autopista dado la buena tarde que aún hacía. En este tramo hicimos algunas paradas para dejar plasmado el mismo en varias instantáneas más. Volvimos a detenernos unos minutos en La Magdalena antes de hacer el último tramo hasta la capital donde llegamos a las 21:25 horas. Nos despedimos de Tiquio donde lo habíamos recogido por la mañana y en pocos minutos, a las 21:38 horas, llegamos Álvaro y yo a Armunia donde terminamos esta jornada montañera.

Bonita ruta la de este sábado, sencilla, pero recompensada con los paisajes de los que pudimos deleitarnos durante la misma en los que la recién estrenada primavera es aún amortiguada por el invierno que se resista a abandonarnos.

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