1ª ASCENSIÓN A “CUETO VEA”, “LOMA LOS LAGOS”, “CUETO LOS FUEYOS”, “CUETO MOXICU”, “PICO LAGUNA” Y “MORGAO”. (Piedrafita).
10-07-21 (Sábado)
Otra ruta con multi-ascensión en una zona a la que nunca había ido, el puerto de Piedrafita, en el alto Torío. Había estado en el pueblo de Piedrafita y hace muchos años en los valles que suben al puerto, pero nunca había llegado al mismo ni a las cimas que allí hacen divisoria provincial entre Asturias y León. Para ser la primera vez, recorrimos varias de ellas en una ruta circular de la que daré cuenta a continuación.
Tan solo tres nos animamos a realizar la misma: Mª Jesús, Álvaro y yo. De León salimos en mi furgoneta a las 8:55 horas con los termómetros marcando 14º C. Por la carretera del Torío avanzamos con un cielo despejado por completo. Tras pasar las Hoces de Vegacervera llegamos a Cármenes donde paramos a desayunar un poco. De nuevo en marcha fuimos subiendo por la misma cuenca hasta llegar a Piedrafita donde termina la carretera. Entramos en una pista de tierra y gravilla que ya subía hacia el puerto y que en su día estuvo en proyecto asfaltar para terminar de unir las dos provincias a través de dicho collado, lo cual quedó en el olvido.
Cerca de este camino se encuentra una fuente con pilón en la que paramos y algunos cargaron agua. Un pequeño tramo más por la misma nos llevó a la confluencia de este valle principal del Torío con la vaguada del arroyo Barcaliente, en cuyo enlace aparcamos la furgoneta cuando eran las 10:17 horas y tras 60 km desde León, 1,400 km desde el pueblo.
Al fondo de la vaguada de este arroyo podía verse el Pico Laguna, el más alto de la sierra. Nosotros estábamos a una altitud de 1375 metros y allí nos preparamos para la ruta que iniciamos a las 10:30 horas. Cruzamos un puente sobre el arroyo anterior y nos echamos a la loma herbosa para atajar algunas curvas que la pista trazaba en ese lugar. Pasamos al lado de un refugio y de los restos de un tapial de piedras antes de salir de nuevo a la pista. Por encima de ella vimos una torre con un pequeño depósito en la parte alta y supusimos que era un pluviómetro de meteorología. En las márgenes del camino nos habíamos ido encontrando las “balas” de hormigón que antiguamente se colocaban como balizas y para la medición del espesor de nieve caída en los puertos y que aun en muchos pueden verse. Hoy en día han sido sustituidas por la varillas metálicas pintadas.
En un cerro por nuestra izquierda, y medio oculta, había una explotación ganadera al abrigo de unas rocas. Un mastín merodeaba por sus cercanías. No tardamos en divisar Piedrafita en la parte baja del valle, que entre nosotros y el pueblo se encajonaba en un buen tramo. Las verdes praderías tapizaban todo el terreno no ocupado por la roca y los escobares. Cruzamos una cancilla cerca de la cual vimos una curiosa muesca en la pared de roca a modo de hornacina. El siguiente puente sobre otro arroyo lateral del valle estaba bonitamente decorado por numerosas matas de líquenes, musgo y otros matojos floridos. No lejos del mismo llegamos a una cabaña de piedra con un solitario árbol a su vera.
Mª Jesús había hecho parte de esta ruta, pero en sentido contrario, y se acordaba de algunos atajos y sendas que evitaban la pista. El track del GPS que yo llevaba también seguía algunos de ellos, y con ambas referencias nos desviamos en dicha cabaña hacia un sendero por encima del camino entrando entre escobas y otros matorrales más o menos bajos. Frente a nosotros ya teníamos la primera cumbre prevista, el Cueto Vea. Cruzamos praderías y zonas más cerradas, pero siempre con el sendero bastante bien marcado entre todo ello. También los helechos crecían entre los demás arbustos.
Salimos de nuevo a la pista y la seguimos durante unos metros antes de comprobar que otro sendero partía casi enfrente del anterior. Retrocedimos entonces para cogerlo y seguir la subida por el mismo ya con la parte alta del puerto a la vista. El Cueto Vea se emplaza al Oeste del mismo y hacia él nos encaminamos directamente mientras la pendiente se acentuaba. Siguiendo algún sendero que otro o campo a través fuimos sumando metros de altitud hacia esa primera cumbre a la que llegamos cuando eran las 12:00 horas y tras 3,200 km hechos.
En esta cumbre de 1782 metros de altitud encontramos un monolito de rocas sobre el que descansaba la figura metálica de una silueta de montaña. Al resguardo del mismo había un Belén de Cumbres con las cinco figuras principales. De un bote recogimos una tarjeta y dejamos la nuestra. A pesar de no ser una cumbre con excesiva altitud, la vista era amplia. Por el Norte caían los valles Asturianos, en cuyo límite estábamos. Aquí hago un inciso sobre el emplazamiento de las cimas que subimos este día. Dependiendo del mapa consultado, unos las ubican en el límite provincial, otros un poco hacia la vertiente leonesa y otros hacia la asturiana. Por el Oeste corría la sierra en la que, entre otros, podíamos ver el Estorvín de Valverde, Bolero o Aguazones. Girando a Sur emergía la Peña Riaño, el Celleros y justo detrás de él podía verse parte de la cima del pico La Carba. Las lomas de ellos bajaban hacia el Este a caer al valle del Torío y las vaguadas que desembocan en él por esa vertiente. Podía verse, aunque muy metido en el valle, el pueblo de Piedrafita. Por el Oeste, tras el puerto, corría la sierra con las cumbres que luego alcanzaríamos. Desde este puerto continuaba la pista descendiendo hacia la parte asturiana, y de fondo algunas cumbres entre las que podíamos identificar Peña Mea, el Retriñón o Peña Panda y Peña Redonda formando una cresta desde esa perspectiva.
Nos sacamos unas fotos antes de iniciar el descenso a las 12:50 horas por la misma loma de subida. Esta vez bajamos hacia el mismo puerto sorteando las matas de pequeños matorrales o siguiendo algunos senderos. Apenas 10 minutos nos llevó este descenso hasta la cota de 1684 metros que tiene el puerto de Piedrafita en la que nos sacamos unas fotos con otra “bala” que había un poco por debajo del mismo. Cerca de la línea limítrofe encontramos un gran monolito de piedra tumbado con forma de prisma triangular. Trabajo nos costó descifrar que en una de sus caras ponía “Provincia de Oviedo” por lo estropeado que ya estaba. Por la otra no ponía nada, así que dedujimos que en la caída contra el suelo podía poner “Provincia de León”. Apoyada sobre este monolito había una señal de coto de caza, y fue a Álvaro al que se le ocurrió usarla de palanca para ver si podíamos voltear el hito. Mientras él hacía palanca, Mª Jesús y yo ayudábamos tirando de ella, consiguiendo por fin voltearla. Efectivamente, en dicha cara ponía lo que habíamos pensado. No sé el peso que tendría, pero podía acercarse a los 100 Kg, si nos los superaba. Bajo ella vimos varios ciempiés y otros “bichitos” similares. Estando allí llegó un montañero por la parte de Asturias e inició la subida hacia la sierra.
No tardando le seguimos nosotros por esa loma hacia el Este siguiendo un camino muy marcado en ella. La pendiente era mucho mas suave que la del Cueto Vea y se hacía cómoda. En el mapa y GPS marca una cumbre, el Cueto Pando, anterior a la Loma Los Lagos. Pues bien, comprobamos que la misma no era más que un pequeño cerro que apenas si destacaba en la misma cresta montana. La dejamos a un lado para iniciar una subida más vertical hacia esa otra cumbre más principal tras abandonar el camino, que la rodeaba. Continuamos entre matorral bajo y ganamos altura por la misma hasta alcanzar la cima de la Loma Los Lagos a las 14:05 horas tras hacer un total de 5,100 km.
La altitud de esta cima es de 1878 m y en ella se encuentra otra figura similar a la del Cueto Vea, ésta con un buzón metálico al lado y un par de placas en su base. En una de ellas figura el nombre de la cima, altitud, el grupo que la puso y la fecha. En la otra, una especie de poesía. La vista desde allí era un poco más amplia que desde el Cueto Vea y con diferente perspectiva. Ahora asomaba la cumbre del Brañacaballo, o Cueto Millaró, en la línea de La Carba y del Celleros. También el pico Fontún, o Machacao, más al Sur. Al Norte contemplamos más ampliamente el valle de Casomera así como la confluencia del valle que baja de Piedrafita y del que lo hace desde Vegarada al Este. Varias sierras emergían en esa misma dirección. Un poco al Este acertamos a distinguir parte de Picos de Europa y más cercanas, varias cimas de la zona de San Isidro y del mismo puerto de Vegarada. Como no estoy seguro de cuales eran exactamente, no concretaré más. En la misma sierra en la que estábamos, y siguiendo esa misma orientación Este, veíamos la laguna cimera y tres de las otras cuatro cimas que luego alcanzaríamos, destacando la del pico Laguna, la más alta de esa serranía. Entre las escasas rocas de la cumbre correteaban numerosas lagartijas, una de ellas con la cola cortada.
Nos sacamos algunas fotos y dejamos la tarjeta en el buzón antes de retomar la marcha casi una hora más tarde de haber llegado. Lo hicimos por la herbosa loma contraria hacia las lagunas emplazadas en una altiplanice del collado posterior, a las que llegamos en apenas diez minutos. Las mismas están ubicadas a 1836 metros de altitud en ese collado entre la cima anterior y un pequeño cerro. La del Norte es algo más grande que la del Sur y solo las separa un pequeño paso de pradera. A la vera de esta última pastaba un rebaño de vacas formando una bonita postal con la laguna y la cima de Brañacaballo y otras cercanas de fondo. Ambas lagunas tenían parte de sus bordes muy cerca de las laderas que caían hacia las vertientes asturiana y leonesa respectivamente.
Unas fotos allí y retomamos la marcha subiendo la loma posterior con muy poca pendiente. Otros diez minutos nos llevó alcanzar la cima del Cueto Los Fueyos, cota sin señal alguna en la que apenas paramos para sacarnos unas fotos ya que ni siquiera dejamos tarjeta. Su altitud es de 1869 metros y en ella no hay rastro de piedras ni roca. Eran las 15:30 horas y llevábamos hechos 6,100 km.
Continuamos la ruta por los senderos cimeros de esta sierra que trazaba altibajos por pequeños collados y cerros. Tras uno de estos collados iniciamos la subida un poco más pronunciada hacia la siguiente cima. Fue desde este tramo donde tuvimos vista de la furgoneta aparcada en el punto de inicio. Poco nos restaba a la cumbre del Cueto Moxicu a la que llegamos cuando eran las 15:55 horas y habiendo recorrido 7,200 km.
En esta cima de 1931 metros encontramos un pequeño monolito de rocas entre el cual dejamos la tarjeta de cumbres en un bote. Nos hicimos unas fotos de grupo, en las que se colaron bien visibles algunas moscas, o hormigas voladoras que también vimos por allí, y volvimos al zapateo. Descendimos hasta los 1910 metros del siguiente collado antes de atacar la loma de la cumbre más alta de la ruta, el Pico Laguna. Por ella habíamos visto bajar anteriormente al chico del puerto.
A las 16:25 horas llegamos a la cima del Pico Laguna, máxima cota de la ruta con 1962 metros y habiendo hecho 7,600 km. En esta cumbre encontramos el hito de vértice geodésico con un buzón en el que figuraba el nombre, altitud, fecha y club que lo colocó. Tengo que hacer una pequeña puntualización en cuanto a estas inscripciones que nos encontramos en los buzones de las cumbres u otras placas. En la mayoría de ellas que indican la altitud, no corresponde con lo marcado en los mapas, ya que incluso no llega a concordar entre diferentes mapas, lo cual no significa que no sea la correcta. Cuando veo esa diferencia suelo consultar varios y adjudico a la cima la más coincidente. En esta ocasión marcaba 1964 metros y en la Loma Los Lagos había un metro de diferencia.
Del buzón recogimos dos tarjetas de ese mismo día, por lo que suponemos que dejadas por el montañero que habíamos visto y cada una de un grupo diferente de montaña. Nos sacamos varias fotos mientras comprobamos como por el Norte aparecían nieblas que iban cubriendo las cimas y valles hacia esa parte. Nos acomodamos para comer en torno al vértice geodésico mientras dichas nieblas ocultaban por completo la vista hacia esa orientación Norte, aunque corría una ligera brisa que no las dejaba estacionar. Me acerqué hacia el espolón Suroeste desde donde de nuevo vi la furgoneta al final de la vaguada de Barcaliente que ahora ya teníamos bajo nosotros.
A las 18:00 horas iniciamos el descenso por la ladera Este que poco a poco se convirtió en cresta rocosa y un tanto afilada. Hacia el valle del Sur, el de Barcaliente, las paredes caían verticales por completo. No lejos ya del collado pasamos unos destrepes entre roca, aunque tengo que apuntar que se podrían evitar bajando anteriormente hacia el Norte y bordearlos por la parte baja. No es que sean peligrosos, pero sí un tanto delicados casi por la cercana caída vertical al Sur que produce algo de vértigo.
Pasamos este collado de 1884 metros de altitud antes de comenzar a remontar la siguiente y última ladera hacia el pico Morgao. Al contrario que la bajada anterior, ésta era herbosa con pendiente moderada. Por la misma alcanzamos la cima de este pico a las 18:35 horas y tras 8,300 km. Un monolito de rocas marcaba esta cota alta de 1943 metros y entre él encontramos una tarjeta de cumbres escrita en un folleto publicitario de un restaurante gijonés. Como en ella no venía dirección de devolución, llamamos al número del folleto sin éxito alguno, incluso a día de hoy cuando estoy escribiendo esto no he podido contactar.
La niebla se había ido disipando y solo quedaban algunas nubes bajas y aisladas creando un bello paisaje al Norte. Al Sur se mantenía despejado por completo. Una mariposa se posó sobre una piedra y me dejó fotografiarla nítidamente. Nos sacamos unas fotos y a las 19:35 horas iniciamos la bajada por la loma Sudeste hacia el collado Morgao. No tardamos en oír los ladridos de varios perros hacia dicha parte y enseguida los identificamos cerca de ese collado. Eran mastines que cuidaban de un rebaño de cabras que estaban poco por debajo del mismo hacia Asturias. Con el zoom de la cámara vimos que nos ladraban a nosotros, y eso que aún estábamos alejados muy arriba. Normalmente no deberían de hacer nada, pero nunca se sabe la reacción que pueden tener si pasas cerca del ganado o de ellos.
Con un poco de recelo fuimos bajando hacia el collado pasando al lado de una gran canal entre dos enormes rocas a través de las cuales se veía el valle. Poco a poco vimos como, mientras nosotros bajábamos, el rebaño y los perros subían por la misma ladera pero varios metros más al Este. Mª Jesús nos había comentado que un poco por debajo del collado, al que al final no llegamos, había una especie de caja con forma de casa y cerca de una gran roca. La vimos ya desde un tramo antes y nos acercamos a ella. Se trataba de una caja metálica anclada en la roca, con la tapa en forma de tejado y una puertecita ya oxidada y que no se abría. Sí se levantaba ese tejado viendo dentro algunas piedras y un trozo de cinta de electrificar cercados para el ganado. Enseguida dedujimos que en su día pudo ser usada para guardar y proteger el pastor eléctrico, saliendo los cables por la puerta ahora obsoleta. Una cancilla de madera cercana ya desarmada u algunos alambres pegados a la roca así lo confirmaban. Estábamos allí a 1775 metros de altitud y eran las 20:10 horas. El collado Morgao, poco más arriba, está a 1779 metros.
Desde ese punto teníamos dos opciones para bajar hacia la furgoneta, al final de ese mismo valle de Barcaliente. Por una parte, algunos senderos marcados se metían hacia la ladera de la izquierda, al Sur, para perder altura paralelos unos a otros más o menos gradualmente. Por otro lado, nos podíamos echar directamente vaguada abajo en busca de lo que parecía un camino en la parte inferior de la misma, aunque no sabíamos como encontraríamos de maleza este descenso. La aventura pudo a la seguridad y emprendimos la bajada directa por entre el matorral bajo hasta que poco a poco nos fuimos metiendo en la zona de grandes surcos y torrenteras donde se complicó un algo más la cosa. Los arbustos se hicieron más altos y tupidos y había que sortear esas profundas regueras, casi todas secas o con apenas algunos hilos de agua. Poco más de caudal llevaba el arroyo principal, el de Barcaliente, cuando enlazamos con él a una altura de 1593 metros.
Intentamos seguirlo, pero se encajonaba en la Hoz de Bucipeñas y hubo que subir por encima del mismo por su derecha bajo las paredes y laderas rocosas del Pico Laguna y del Cueto Moxicu. Un sendero medio perdido entre la maleza nos fue llevando más o menos cómodamente hacia el final de la ruta. Nos encontramos de pronto con que se cerraba mucho dicho matorral, y mientras Mª Jesús se echaba hacia el fondo de la vaguada, que ya había dejado atrás la hoz, Álvaro y yo nos metimos entre el mismo ya que no parecía mucho tramo.
Así fue, tras no muchos metros entre grandes helechos y escobas salimos nosotros a la vaguada del arroyo que bajaba del collado entre el Cueto Moxicu y el Cueto Los Fueyos. Allí se abrió el terreno y bajamos sin problema alguno a los prados del valle principal por el que vimos llegar a Mª Jesús. Bordeamos una finca cercada con murete de piedras y alambre que en los mapas marca como Mayéu de Bucipeñas. Desde ella se ensanchaba el sendero en dos rodadas que seguimos bajando hacia la ya cercana pista del puerto y de la furgoneta. Mientras que Álvaro enlazaba con esta pista pocos metros por encima del final, Mª Jesús y yo bajamos un pendiente y corto barranco que nos llevó a un puente / tubo sobre el arroyo Barcaliente sacándonos directamente a la furgoneta y final de la ruta. En esos momentos estaba iluminada la cumbre del Pico Laguna por el sol del atardecer al fondo de la vaguada. Eran las 21:30 horas y el GPS nos marcaba 11,700 km hechos con un desnivel acumulado de 842 m.
Nos cambiamos y a las 21:45 horas iniciamos el regreso a León. Bajamos por la pista hasta la fuente donde volvimos a detenernos un momento. Varias vacas pastaban muy cerca de la misma en un prado por debajo de la pista. Pasamos por la parte alta de Piedrafita, donde entramos en el asfalto, para continuar sin novedades hasta llegar a La Estación de Matallana. Entramos en un bar, no diré cual, a tomar un refrigerio y casi estamos hasta ahora para que nos sirviesen y luego cobrarnos, y eso que estábamos solos en la barra, pero atendían comedor y..........
Ya era de noche cuando retomamos el viaje que hicimos de continuo hasta la capital. Dejé a Álvaro y luego a Mª Jesús antes de llegar yo a casa a las 23:30 horas con 21º C de temperatura en el exterior.
De nuevo larga jornada montañera con varias cumbres ascendidas desde las que disfrutamos de unos amplios y bellos paisajes de las provincias leonesa y asturiana. Por mi parte además, conociendo una nueva zona a la que no había subido nunca y que no me defraudó.
MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA WIKILOC:
VISTA SATÉLITE
ARMUNIA
TRAYECTO
PIEDRAFITA
SUBIDA DEL PUERTO
INICIO DE RUTA (1375 m)
ATAJOS
UNA "BALA" BALIZA
PUENTE "ADORNADO"
CABAÑA
POR EL SENDERO
CRUCE CON LA PISTA Y CUETO VEA YA CERCANO
CIMA DEL CUETO VEA (1782 m)
PANORÁMICA SUR HACIA LEÓN
VISTA NORTE HACIA ASTURIAS
PARTE DE LA SIERRA LUEGO RECORRIDA
DESCENSO AL PUERTO
PUERTO DE PIEDRAFITA (1684 m)
GIRANDO EL GRAN MONOLITO INDICADOR
INSCRIPCIONES LABRADAS DE LAS PROVINCIAS
HACIA LA LOMA DE LOS LAGOS
LOMA DE LOS LAGOS (1878 m)
HACIA ASTURIAS
VALLES Y CUMBRES LEONESAS
DESCENSO HACIA LAS LAGUNAS
BONITAS ESTAMPAS
CUETO LOS FUEYOS (1869 m)
CUETO MOXICU (1931 m). LAS MOSCAS QUERÍAN SALIR EN LA FOTO TAMBIÉN
PICO LAGUNA (1962 m)
SIERRA RECORRIDA HASTA ESE PUNTO
LAS NIEBLAS ENTRAN POR ASTURIAS
DE LOS MOMENTOS MEJORES DE LA JORNADA......
LA FURGONETA EN LA PARTE BAJA DEL VALLE
DESCENSO POR LA ACCIDENTADA CRESTA
HACIA EL MORGAO
MORGAO (1943 m)
COLLADO MORGAO BAJO NOSOTROS (1779 m)
VALLE DE BARCALIENTE
BARRANCOS Y MALEZA EN LA VAGUADA
TRAMO FINAL DE LA RUTA
FIN DE RUTA
EL PICO LAGUNA ILUMINADO POR EL SOL DEL ATARDECER
FUENTE FUENCULEBROSO
PIEDRAFITA
ARMUNIA
Tenias mala cara en este viaje. Da la impresión que debiste perjudicarte mucho la noche anterior.
ResponderEliminarPues iba en plena forma. ¿por que lo dices?
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