EL BLOG DE JAVI GALLEGO: NOCTURNA "CERRO PEDROSO" (GERAS)

domingo, 31 de julio de 2016

NOCTURNA "CERRO PEDROSO" (GERAS) - 30/31-07-16

XXX TRAVESÍA NOCTURNA.

3ª TRAVESÍA “GERAS – ARROYO POLANCO – CERRO PEDROSO (3ª ASCENSIÓN) – LA BOYARIZA – ARROYO MELEROS - GERAS”

30/31-07-16

Este fin de semana hemos hecho la primera ruta nocturna del año. La previsión del tiempo, con tormentas y algo de lluvia, nos hizo concretar la zona para ello a última hora, eligiendo la comarca de Gordón. Nos acercamos hasta Geras para ascender al Cerro Pedroso por el arroyo Polanco, una sencilla ruta ya conocida e ideal para hacerla por la noche.

SÁBADO 30

A las 23:00 horas salimos Álvaro y yo de mi casa para recoger a Mª Jesús primero y luego a José Luis. En el cielo vimos varios relámpagos en la lejanía que esperábamos fuesen desapareciendo como lo anunciaban las previsiones para esa noche. Por la nacional avanzamos hasta Pola de Gordón, donde celebraban fiestas, desviándonos luego hacia la collada de Aralla.

DOMINGO 31

A las 00:00 horas entrábamos en Geras de Gordón, 1136 m, aparcando cerca del puente de piedra de dicha localidad. Allí nos preparamos y en un bar cercano tomamos un refrigerio antes de comenzar la ruta. A la 1:20 horas nos pusimos en marcha por las calles del pueblo siguiendo las señales que marcaban la ruta “El Pedroso” y el track del GPS, muy útil en estas rutas nocturnas donde cualquier desvío puede ser un dilema. Una perrina negra se nos había acoplado y por más que la espantamos para que volviese, no había manera. Al final hizo la ruta entera con nosotros.

Ya fuera del pueblo cruzamos el arroyo Valmeán y algunos prados antes de meternos en el desfiladero del arroyo Polanco. El camino, ya convertido en senda, transcurría sobre el cauce, hacia el que allí tenía un cierto desnivel de caída vertical, y bajo riscos y canales de gran altura. Entramos entre arbustos que cerraban el sendero y llegamos al primer cruce del arroyo que sorteamos sin dificultad al llevar éste muy poco caudal. Vimos algunos hitos de piedra marcando la ruta, sin muchas opciones de error por otra parte.

Pasamos luego un tramo empedrado por el que corría parte del arroyo encajonado entre roca. En una de la paredes vimos una cavidad abierta de gran altura formando una especie de chimenea. Allí cerca había unas afiladas agujas, abundantes en este desfiladero. Cruzamos luego de nuevo el arroyo y nos incorporamos a un ancho camino de subida más pronunciada dejando atrás el angosto cañón. El arroyo se fue alejando del camino y quedaba bastante abajo. Las escobas poblaban las orillas de éste y había poca roca. En una de ellas paramos unos minutos a tomar un tentempié. Eran las 4:10 horas y estábamos a 1564 metros. Llevábamos 5,000 Km hechos.

Tras las cimas veíamos el reflejo de un foco móvil de las fiestas de Pola de Gordón e incluso oíamos algo de la música. El cielo estaba estrellado por completo y no quedaba rastro de la tormenta. Retomamos la marcha por el camino que trazó algunas curvas desde las que vimos las luces de Geras y a las 4:36 horas llegamos al refugio. Estábamos a 1660 metros y sumábamos 5,500 Km recorridos.

El refugio de piedra se veía bastante reciente por su estado. Dentro había una gran mesa con bancos bajo un altillo con colchones para pernoctar. Una estantería con varios productos y una chimenea completaban el mobiliario. Tenía dos ventanas y un pequeño ventanuco en la parte superior. Como digo, todo muy nuevo.

Allí estuvimos media hora descansando antes de retomar la marcha por el mismo camino, que a los pocos metros enlazaba con otro perpendicular que viene del puerto de Aralla y sube hacia la parte alta de la zona de las Vegas del Palomar. El GPS me marcaba la subida directa desde allí a la cumbre, que teníamos en frente, pero teniendo en cuenta los pequeños errores del mismo, vimos que era mejor seguir el camino dirección Aralla para subir hacia la collada anterior al Pedroso. La luna aparecía casi a punto de ser nueva.

Llegamos a una especie de colladina donde abandonamos el camino para echarnos a la ladera hacia la collada anterior a la cumbre. Aparte del GPS, un sendero más o menos marcado nos fue guiando entre escobas hacia este paso entre valles, el de Gordón y el de Luna, al que llegamos a las 5:47 horas. Su altura es de 1790 metros.

Una alambrada divide los dos valles y un sendero sube paralelo a ella hacia la cumbre. Mª Jesús y José Luis se fueron adelantando y quedamos Álvaro y yo por detrás. En este tramo comenzamos a ver los resquicios del amanecer. Algunos hitos de piedras marcaban esta subida a la cima que era casi intuitiva, por otro lado. La pendiente sí era pronunciada pero cómoda de remontar. Rodeamos un peñasco y ya cerca de la cumbre vimos al Sudeste las luces de León. A las 6:15 horas llegamos nosotros a la cima del Cerro Pedroso con sus 1914 metros de altitud. El GPS marcaba 7,100 Km.

En esta cima hay un punto geodésico con un buzón cercano y un hito de rocas. Vimos un par de belenes de cumbres en ella al igual que una bandera de León en un tubo medio flexible anclado en el suelo. Poco a poco fue clareando el día y el frío se intensificó, aunque algo menos que las últimas ascensiones nocturnas que hemos hecho. Yo me cambié la camiseta térmica y el forro polar, tenía ambos empapados de sudor y había llevado repuesto previniendo la situación.

Nos sacamos una foto en la cima mientras despuntaba el día por el Este. No tardamos en divisar un mar de nubes entrando desde el Norte por encima de las siluetas de las cumbres que ya se dibujaban. Por ese lado teníamos no muy alejadas las cimas del Valle de Arbás como Las Tres Marías, Ortigal, Peñas de Prado, etc. Se distinguía igualmente el embalse de Casares por su reflejo. Algo más al Oeste veíamos la parte alta de la Collada de Aralla con el restaurante cercano y también el túnel que comunica el Valle de Arbás con el de Aralla. Al otro lado teníamos el pantano de Luna con el Puente Colgante sobre el mismo así como Mallo de Luna a su vera y el embarcadero de Mirantes. Algunos de estos detalles se veían moviéndonos unos metros desde la parte más alta hacia diferentes direcciones.

A las 7:15 horas apareció el primer rayo de sol por encima de las cumbres y el mar de nubes. Por encima de éste también emergía en la lejanía la cima de Peña Ubiña o el Cirbanal, entre otros. Al Sur se emplazaban más sierras cercanas en las que veíamos el Feliciano, Llamargones, Vega Cercada, etc. Nos sacamos más fotos ya de día y dejamos una tarjeta en el buzón. José Luis y Álvaro, acompañados por la perrita, optaron por emprender el descenso a las 7:35 horas hacia el refugio para descansar un rato allí. Mª Jesús y yo quisimos disfrutar de todo ello un poco más y quedamos. Cresteamos unos metros hacia el Oeste hasta que se ponía un poco complicado el avance y estando allí se cerró la niebla por completo en la cumbre, aunque a ratos abría.

A las 8:25 horas comenzamos a bajar nosotros por otra loma diferente hacia el collado contrario al de subida. Entre escobas fuimos buscando los senderos accesibles rodeando algunas formaciones rocosas y con visibilidad a pocos metros. Entre la niebla vimos el refugio hacia el que queríamos bajar y al llegar a un punto de la cresta nos echamos hacia abajo teniendo que retroceder un poco en busca de los senderos más transitables. Por la ladera fuimos perdiendo altura dejando la niebla en lo alto formando bellos efectos con los rayos del sol. Salimos al camino justo en el punto de intersección del que venía de la Collada de Aralla y el del Arroyo Polanco, en el cual estaba el refugio a pocos metros. A las 9:30 horas llegamos al mismo.

Lo habían cerrado por dentro y estuvimos llamando, pero se “hacían los suecos”. Al final desistimos, y como allí ya no hacía frío alguno, nos acomodamos en lo alto de una pequeña loma cercana a desayunar. Al final salieron los dormilones y se unieron a nosotros.

A las 10:45 horas retomamos la marcha por el camino que antes habíamos hecho de noche y de subida. Desde él se veía una collada a la que subía un camino y que pasa al valle de La Boyariza y de Meleros por los que decidimos bajar. Llegamos al desvío de esta vaguada y cruzamos el arroyo para emprender el ascenso de 85 metros hacia dicha collada entre valles con 1496 m de altitud. Eran las 11:25 horas y llevábamos recorridos un total de 10,800 Km.

José Luis se fue adelantando y cuando el resto comenzábamos a subir vimos llegar por el desfiladero que comenzaba allí mismo a un grupo de tres chicas y un chico que nos llamaron. Resulta que habían subido por el desfiladero hacia la collada a la que ahora íbamos nosotros y de regreso al desfiladero se habían bloqueado y no encontraban la senda. Aunque les indicamos un poco, nos pidieron que fuésemos con ellos unos metros para señalarles el camino bueno. Fueron Mª Jesús y Álvaro mientras yo continuaba hacia arriba ya que José Luis había tirado sin esperar.

Nos reunimos en el collado al que poco después llegaron también los dos compañeros. Desde el mismo pudimos ver ya despejado el valle por el que habíamos subido y bajado del Cerro Pedroso, ahora a la vista. Emprendimos el descenso por el valle de La Boyariza siguiendo un camino medio marcado en la pradera y por encima del arroyo con cauce seco. Las laderas de las cumbres con vistas al Norte estaban totalmente cubiertas por un gran hayedo de intenso verdor mientras las contrarias apenas tenían algún árbol moteándolas.

A la mitad de este valle decidimos entrar al bosque cerca del arroyo por donde también se intuía un antiguo camino. Disfrutamos en él viendo numerosos troncos de bellas formas y retorcidas ramas en las que nos fotografiamos. En uno de ellos encontramos un belén colocado, suponemos que de algún grupo al que le fue imposible alcanzar la cumbre para ponerlo en las Navidades. La sombra además se agradecía, ya que el sol calentaba ya con apogeo.

Ya cerca de la confluencia con el arroyo Meleros salimos de nuevo al camino para meternos en otro pequeño desfiladero de altas paredes en la que vimos una cueva y varios anclajes de escalada. Allí ya se veía algo de agua en el arroyo, aunque muy poca. Tras pasar un puente sobre el río Casares, salimos a la carretera principal a una altitud de 1122 metros, la mínima de la ruta. Eran las 13:10 horas.

Desde allí nos restaba algo más de un kilómetro hasta Geras siguiendo el trazado serpenteante de la carretera y pegados al río Casares que sí bajaba con más caudal. Poco antes de entrar en el pueblo dejamos atrás la ermita del Cristo en la que más de una vez nos hemos cambiado y comido al resguardo de las inclemencias del tiempo. A las 13:30 horas terminamos la ruta en la furgoneta donde ya estaba José Luis desde hacía un rato.

Nos cambiamos y entramos al bar cercano a tomar un refrigerio y descansar un rato. Eran los dueños de la perrita que nos había acompañado durante toda la ruta y nos comentaron que lo hacía a menudo con más gente. A las 14:05 horas emprendimos el regreso a casa. Sin novedades hicimos el trayecto de unos 50,000 Km hasta la capital donde llegamos a las 14:45 horas. Nos despedimos de José Luis primero y dejé luego a Mª Jesús en casa. Álvaro tenía el coche donde la mía, llegando a ella a las 15:08 horas.

Con mucho sueño, al menos por mi parte, terminamos esta nueva aventura nocturna con transcurso muy gratificante. La climatología nos había respetado y el frío no fue tan intenso como en otras ocasiones. El GPS me daba estos datos: 913 metros de subida, 15,500 Km hechos en 12:09 horas, 04:50 horas en movimiento.

MAPA ESQUEMA