RUTA POR “CORNIERO” (Intento de ascensión al Relance)
21-02-16 (Domingo)
Una
vez más no he conseguido alcanzar el objetivo de la jornada, ascender al pico
Relance desde Corniero. La nieve blanda que encontramos en la parte alta de la
ruta nos echó para atrás a la mayoría de los participantes y solo dos llegaron
a cumbre. El transcurso de la marcha fue como sigue.
En
Guzmán nos reunimos los 7 participantes: Antonio, Mª Jesús, Álvaro, José Luis,
Eva, Toño y yo. Toño llevaba su coche y el resto fuimos en el de Antonio y mi
furgoneta. Salimos a las 9:00 horas ya que la idea era, si estaba bueno,
alargar un poco la jornada y ver salir la luna llena que hoy teníamos.
Emprendimos el viaje por la carretera del Torío, por dónde algunos decían que
se aguantaba más incluso que por el Portillín y Puente Villarente. Yo hice
después los cálculos de tiempo y kilómetros por el GPS de las tres rutas y la
diferencia es mínima en las dos medidas.
El
cielo estaba totalmente despejado de nubes y así llegamos a Boñar donde nos
detuvimos unos minutos a tomar un café. De nuevo en marcha por el valle de
Sabero se cerró la niebla y con ella rondándonos llegamos a Corniero, 1098 m, a
las 10:50 horas. Aparcamos al final del pueblo, de donde parte el camino que
seguiríamos después y nos preparamos para la ruta. No había muchos lugares para
dejar los coches y tuvimos que quitar unas piedras y troncos de madera para
dejar el de Antonio y el mío allí. Toño lo dejó algo más abajo.
A las
11:20 horas emprendimos la marcha por aquel camino que sigue el valle de
Primajinas y que es parte de la ruta “PR-LE 49 Cuatro Pueblos”, que ya hemos
hecho en algunas ocasiones anteriores. La pista transcurre a la vera del arroyo
Primajinas que corre por la izquierda de la misma entre arbustos y algo
encajonado. Dejamos atrás un merendero medio cubierto por la nieve que cubría
escasamente el paisaje en aquella parte baja. El camino estaba marcado por
varias rodadas de vehículos y la nieve se mantenía helada en las umbrías. El
sol ya calentaba y el abrigo comenzaba a sobrar.
Según
ascendíamos, el arroyo se fue situando al nivel del camino y acercándose y
alejándose según el tramo. La nieve se fue acumulando más en el trazado, aunque
no suponía aún ningún obstáculo para avanzar. A ambos lados ascendían varias
vaguadas con arboleda pelada moteando las laderas. No tardamos en divisar por
delante y a la derecha una cumbre con una gran torreta que en ese momento no
identificamos como el Relance. Yo sabía que en dicha cumbre había una, pero me
parecía cercana la que veíamos, aunque la perspectiva me llevó a error.
El
camino serpenteaba valle arriba sin ganar mucha altura todavía, lo cual no es
muy recomendable ya que en esos casos todo el desnivel se acumula al final. Fue
casi en la cabecera donde las curvas se hicieron más extensas para superar
dicho repecho a la collada de Camperas a la que teníamos que llegar. El grupo
se había ido dividiendo y algunos decidimos atajar varias de esas curvas que se
extendían unos cuantos metros de lado a lado de la ladera. La nieve aún no era
abundante por allí y se subía bien.
Ya
cerca de la collada hay una fuente con pilón y poco después una cuadra
cubierta. En las lomas de enfrente vimos varios caballos pastando en los claros
que dejaba el manto blanco. Subiendo a dicha collada nos estábamos alejando de
la cumbre que nos quedaba hacia la parte contraria, pero seguíamos una ruta de
GPS con subida más suave que las pendiente laderas directas a la cima. A las
13:15 horas, tras 4,700 Km, llegamos al collado de Las Camperas, entre la Peña
Ramíl al Nordeste y el Alto de Las Camperas al contrario. La altitud de dicho
paso es de 1400 metros.
Este
collado da vista al valle de Reyero, distinguiendo desde allí Primajas y Viego,
que junto con Valbuena del Roblo y Corniero, son los cuatro pueblos por los que
transcurre dicha ruta. Además contemplamos numerosas cumbres hacia dicha
orientación como Peña Joya, Terrionda, Peñas Pintas, etc, etc. La ruta del GPS
nos marcaba bajar unos metros para enlazar luego con otro camino que cambiaba
de dirección ya con la buena hacia la cresta y la cumbre. Como la nieve en él
se acumulaba más, decidimos subir directamente a unas peñas en las que ya
estaban Antonio, José Luis y Toño.
Paralelos
a una alambrada que cruzamos luego emprendimos el resto la fuerte subida hacia
las mismas por terreno tapizado de tojos y algún nevero aislado. En media hora
ascendimos los 110 metros hasta la parte alta de las rocas aquellas en las que
paramos unos minutos. El camino pasaba unos metros más al Noroeste, y como ya
habían comprobado los compañeros, estaba muy cargado de nieve. Estábamos ya a
1510 metros de altitud y la capa blanca había aumentado considerablemente
llegando a los 30 cm de media, y además blanda. Había 2,500 Km en línea recta
de la cumbre.
Retomamos
la marcha por dicho camino pocos metros por debajo de la línea de cimera. Toño
era el único que llevaba raquetas mientras el resto teníamos que abrirnos
camino en la nieve que ahora sí nos ofrecía más obstáculo. Seguíamos subiendo
suavemente y así alcanzamos un collado desde donde dimos vista al Oeste con las
cumbres y valles del Porma y otras cimas más alejadas que luego enumeraré.
Los
que se habían adelantado se habían metido directamente a la siguiente cima por
la línea alta en vez de seguir el camino que la rodeaba por el Oeste. Luego
comprobamos que dicho camino tenía aún más nieve que el tramo anterior aunque
fuese subiendo muy paulatinamente, mientras que aunque hubiese que subir y
bajar el cerro, costaba menos. Había que aprovechar las “calvas” libres de
nieve para avanzar más cómodamente y seguir las pisadas de los que iban delante
en ella.
En la
parte alta de esta cima Toño y Eva decidieron darse la vuelta. Toño le pasó las
raquetas a José Luis y estuvimos unos minutos allí parados en los cuales
Antonio, Mª Jesús y Álvaro nos sacaron ventaja. Cuando les vimos estaban muy
adelantados, sobre todo Álvaro y Mª Jesús que no habían esperado. Sinceramente,
me mosqueó un poco ya que se suponía que íbamos sin prisa para hacerlo todos
juntos.
Al
final estaba Antonio solo por delante de mí y José Luis un poco por detrás y le
esperé ya habiendo pasado otro collado y tras haber subido parte de la
siguiente loma. La rodilla de nuevo le estaba jugando una mala pasada y también
él optó por darse la vuelta. Me pasó las raquetas a mí y tuve que acoplarlas a
las botas mías con el consiguiente retraso. Álvaro y Mª Jesús ya estaban en el
collado anterior a la cumbre mientras que Antonio estaba en la parte alta de
ésta siguiente.
Ya
con las raquetas puestas retomé la subida un poco cansado y algo más
desmoralizado. El grupo estaba totalmente dividido cada uno “a su bola”. No
tardé en reunirme con Antonio, que tampoco estaba muy animado a seguir, y
decidimos que aquel punto era el de retorno, estábamos a 1606 metros de
altitud, antecima del pico Mular, situado un poco más al Oeste. Nos restaba aún
bajar al collado de Los Muertos, 1572 m, anterior al Relance, y subir la fuerte
pendiente a la cumbre del mismo con 1716 metros. Eran las 15:40 horas y
habíamos recorrido 7,100 Km.
Aquí
enumeraré varias de las numerosas cumbres que se veían desde aquella altitud.
El Susarón cercano, Mahón, Bodón, Fontún, Peña Corada, Moro, Rionda, Cerroso,
Aguasalio, Espigüete, Curavacas, Murcia, Peña Pintas, Llerenes, Los Cantos,
Mampodres, Peña Joya y un largo etcétera más. Una calima rojiza estaba
ocultando a la vista algunas de ellas y luego hemos sabido que esos días
teníamos encima una “nube” de polvo desértico que la provocaba.
A las
16:00 horas emprendimos el descenso hacia el collado anterior donde optamos por
meternos al camino en vez de subir el cerro siguiente. Nos equivocamos
totalmente. La nieve se acumulaba en él, y aunque había huellas de no sabemos
quien o qué, se avanzaba mal. Yo llevaba las raquetas puestas y avanzaba un
poco mejor, aunque aún así me hundía unos centímetros en ella.
La
siguiente cima decidimos subirla por las huellas anteriores y a la vera de unos
arbustos decidimos parar a comer cuando eran las 16:35 horas. Sentados encima
de unas ramas para evitar la nieve comimos Antonio y yo. Mientras, las cumbres
más alejadas se iban diluyendo tras la bruma y la temperatura además descendía.
Media
hora más tarde reiniciamos la marcha hacia el siguiente paso en el que habíamos
encontrado un cartel. Allí retornamos al camino que descendía hacia las
primeras peñas en las que habíamos estado. Ya cerca de ellas paré a quitarme
las raquetas y sujetarlas a la mochila, por lo que Antonio me sacó alguna
ventaja. Pasé por el alto de la cumbre aquella antes de comenzar el descenso
directo al collado de Las Camperas. En el camino estaba Antonio y también vi a
Mª Jesús y Álvaro, que habían bajado directamente desde la cumbre. En el
collado enlacé con dicho camino del valle principal y me reuní con Antonio en
la fuente. Mª Jesús y Álvaro se habían escondido y a mí me dieron un bolazo de
nieve al pasar. La venganza es un plato que se sirve frío......
Seguimos
el descenso mientras la tarde iba dando paso al ocaso. A la ida no me había
fijado en las ruinas de una gran edificación de piedra que había cerca del
camino. La nieve del camino había ido mermando durante el día por la acción
directa del sol claro que habíamos tenido. Sin darnos cuenta apareció la luna
llena frente a nosotros. La calima la difuminaba un poco, pero formaba una
bella estampa encima de las cumbres. A las 19:00 horas llegamos a Corniero,
donde esperaba José Luis, terminando la ruta de la que mi GPS daba estos datos:
14,100 Km recorridos y 590 metros a ascenso acumulado.
Mientras
me quitaba el pantalón de agua, que por cierto estrenaba ese día, se me enredó
y caí sobre el asfalto sin mayores consecuencias que el susto. Ya todos
“guapos” nos pusimos en marcha hacia Crémenes donde paramos a tomar un
refrigerio unos minutos. La iglesia de dicho pueblo tenía iluminadas las
vidrieras y formaba una bonita postal nocturna. A las 20:20 horas reemprendimos
el regreso volviendo por el mismo trayecto de ida. Sin novedades realizamos
dicho itinerario hasta llegar a la capital a las 21:35 horas.
Tengo
que apuntar que con esta ruta hemos vuelto de nuevo a hacer las salidas
oficiales como “Cumbres de León” por un tema de cobertura del seguro del que
tampoco corresponde detallar más.
MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA GPS:
LEÓN
POR EL TORÍO
CASTILLETE DE LA MINA EN SABERO
NIEBLA EN EL VIAJE
LLEGADA A CORNIERO
COMIENZO DE LA RUTA (ALGUNO YA SE HABÍA ADELANTADO)
VALLE DE PRIMAJINAS
CABALLOS BAJO PEÑA RAMÍL
VALLE DE REYERO
LA NIEVE SE ACUMULA
VALLE DE PRIMAJINAS Y CUMBRES AL ESTE
POR LA LÍNEA DE CUMBRES
CUMBRES AL OESTE
EL RELANCE EN MEDIO
LA BRUMA CIERRA EL PAISAJE
LOS COMPAÑEROS EN EL PICO RELANCE
COMIENDO A LA ABRIGADA
EL OCASO
REGRESO POR EL VALLE
LA LUNA SOBRE LAS CUMBRES
ENTRANDO EN CORNIERO
IGLESIA DE CRÉMENES
LUNA LLENA EN LEÓN
No hay comentarios:
Publicar un comentario