sábado, 12 de abril de 2014

BRAÑAS DE RABANAL 06-04-14



1ª TRAVESÍA “RABANAL DE ARRIBA – BRAÑA DE CUBACHO – COLLADO LA BRAÑINA –



BRAÑA DE LA BRAÑINA – BRAÑA DE CUBACHO – RABANAL DE ARRIBA”



06-04-14                         (Domingo)


En este primer domingo de abril hemos recorrido una ruta por las brañas cercanas a Rabanal de Arriba, en la comarca de Laciana, al lado mismo de Villablino. El tiempo primaveral nos permitió disfrutar de los valles en los que se emplazan las brañas de Cubacho y La Brañina así como la amplia panorámica desde la collada que los divide.

En esta ocasión hemos participado cinco socios del club: Nati, Álvaro, Tiquio, Carmen y yo, acompañados, como no, por Rex. En el coche de Tiquio emprendimos el viaje por la carretera de La Magdalena para cruzar luego la comarca de Omaña y entrar en Laciana hasta llegar a su población principal, Villablino. Allí paramos a tomar un café antes de retomar el viaje hacia Rabanal de Arriba, 1072 m, donde llegamos a las 10:00 horas.

Nos preparamos para la ruta que partía de allí mismo donde una señal de “Cuatro Valles” nos marcaba 3,500 Km. a las brañas de Cubacho y 6,00 Km. al Cueto Nidio, cumbre que veíamos desde allí y a la que hace años ascendí siguiendo esa misma ruta hasta las primeras brañas. Nos sacamos una foto con otra cumbre cercana de fondo, la del Miro de Tejedo, emplazada al otro lado de la carretera que une Villablino con Ponferrada, y cuando eran las 10:15 horas emprendimos la marcha por las calles del pueblo hasta abandonar el mismo al lado de la ermita de Las Candelas. Entre un par de muretes de piedra que nos separaban de los prados y huertas comenzamos a subir suavemente dejando atrás un antiguo potro de herraje de ganado.

Poco a poco se fue abriendo el paisaje y contemplamos Villablino así como Rabanal de Abajo, situado a la vera del embalse de Las Rozas, en las faldas de la cumbre Norte del Miro de Tejedo. Enseguida dejamos a un lado una fuente con pilón del año 1971 y allí nos adelantó un todoterreno que subía valle arriba. Sin apenas enterarnos fuimos dejando el valle principal atrás y giramos hacia saliente por el valle del arroyo Brañuelos o Cubachín siguiendo la orografía del terreno. De frente al sentido que traíamos hasta allí seguía un valle por el que luego bajaríamos y en el que se emplazan las brañas de La Brañina. Por la derecha caía el terraplén hacia el cauce mientras por la izquierda se alternaban las formaciones rocosas y las píndias laderas arboladas. Poco a poco fuimos viendo las cumbres nevadas del fondo del valle entre las que se encuentra el Nevadín o el Miro de Rabón, cerca del cual pasaríamos luego.

El sol nos daba de frente ahora y comenzaba a sobrar la ropa de abrigo. Por las laderas bajaban numerosos arroyuelos formando varias cascadas en su recorrido. Por fin divisamos las brañas por delante de nosotros y no tardando llegamos a una bifurcación de caminos, viendo que uno giraba hacia arriba y atrás para subir al barrio alto de las mismas mientras otro seguía de frente marcado como Albergue y Cueto Nidio. Decidimos seguir este mismo ramal en el que vimos un cartel sobre la fauna y flora de este valle. No tardamos en meternos de nuevo entre tapiales de piedras delimitando los prados y en pocos minutos llegamos a la parte baja de las Brañas de Cubacho cuando eran las 11:25 horas.

Para entrar nos desviamos del camino por otro hacia arriba y al Norte llegando al grupo de edificios de piedra y pizarra más o menos en buen estado de conservación o restaurados. Por encima se veía otro grupo de brañas al que nos dirigimos pensando que la ruta seguía por allí. Pronto comprobamos que no y volvimos a descender. En ese momento llegaba otro todoterreno con una familia a la que preguntamos por el enlace del camino de la collada La Brañina, indicándonos que era el camino mismo que traíamos sin desviarnos a las brañas. También nos comentó que había que llegar al fondo del valle y luego había dos opciones para pasar a la Braña de la Brañina, por el collado o siguiendo otro camino que rodeaba la loma hasta volver casi encima de donde estábamos y rodearla completamente para meternos en el valle en el que se emplazaban. Apuntar que hasta allí llevábamos 3,700 Km. y estábamos a 1386 metros de altitud.

Cruzamos un puente sobre el arroyo y nos metimos a la umbría del valle donde pisamos la primera nieve de la ruta. El agua seguía cayendo por cualquier lugar formando torrenteras que atravesaban el camino, muchas por tuberías ya colocadas a propósito. En el cauce principal vimos algunas cascadas interesantes. Poco a poco fuimos dejando la arboleda atrás y salimos a cielo abierto con el sol de nuevo dándonos de lleno. Llegamos a un punto en el que el mismo arroyo abnegaba el camino y había que hacer malabares para no mojarse. Un pequeño puente de madera servía de paso para el lado contrario donde continuaba el ancho camino hacia la parte alta del valle en donde vimos otra casa de piedra en medio de las verdes praderías moteadas por la nieve. El circo lo cerraban las cumbres también nevadas del Miro de Rabón o Rabén y del Nevadín.

Allí era dónde teníamos que dar con el camino que subía a la collada emplazada al Norte del Miro y que no era fácil de encontrar con tanta nieve. El camino seguía por la derecha del valle y en varios puntos nos pareció ver que se metía ladera arriba, comprobando luego que no era así. Cruzamos el arroyo varias veces y la nieve camuflaba el camino llegando a no ver por donde seguía. Para más colmo, varias alambradas impedían el paso fácilmente y había que agacharse o buscar puntos más accesibles para hacerlo. Al Oeste ya veíamos la collada a la que teníamos que llegar, pero el bosque cubría la ladera haciendo imposible la acometida directa a ella. Nos metimos entonces a la aventura con tan buena suerte que dimos con un camino y una señal en una pizarra que nos indicaba “Alto La Brañina – El Miro de Rabén”.

Avanzamos por el mismo entre el bosque con algunos acebos de gran verdor ganando altura sobre el valle y con dirección contraria a la que traíamos. En un tronco que salía horizontalmente del terreno nos sacamos unas fotos encaramados a él. Por debajo veíamos ahora las brañas de Cubacho.

El camino dio entonces un brusco giro hacia el Sur mientras la arboleda se hacía más rala. Fue allí donde de nuevo se nos perdió entre la nieve tardando un rato en volver a él, aunque decidimos al final no seguirlo ya que había tanta como fuera y optamos por continuar por donde mejor fuésemos viendo. La blandura de ésta volvía a dificultarnos el avance como en otras ocasiones y lo tomamos con calma. Fue así como llegamos a la cresta de la loma incluso unos metros por encima del collado hacia el Miro. Eran las 13:50 horas y estábamos a 1734 metros.

El Miro de Rabón tiene 1981 metros y de no ser por la nieve “mala” que había y la hora que era, hubiésemos subido. En el alto del Nevadín, con 2077 metros, vimos un gran grupo de gente y más que bajaban por las laderas del Norte. En el calendario de la delegación figura que era el grupo Gistredo el que hacía esa ruta ese día.

Descendimos unos metros hasta la collada en sí en la que paramos unos minutos a tomar un tentempié. Allí marcaba 1728 metros el GPS y 7,400 Km. recorridos. Hacia el Nordeste se podían ver varias cumbres de la zona de Babia. Nos sacamos una foto de grupo con las dos cumbres cercanas de fondo y a las 14:20 horas emprendimos el descenso hacia el valle contrario siguiendo el camino durante un tramo. Luego lo abandonamos para meternos en las laderas nevadas directamente hacia el fondo del mismo. Como ya habíamos hecho anteriormente, Carmen ha sacado una curiosa foto de mi cara en primer plano con las gafas de sol en las que se reflejaban ellos tres.

Enseguida vimos Villablino al fondo y unos metros más adelante aparecieron las brañas de La Brañina en medio de una campera en la parte inferior. Sobre ellas había una roca en la que nos acomodamos para comer cuando eran las 15:00 horas. Estábamos a 1602 metros de altitud y habíamos recorrido 8,310 Km.

En 45 minutos comimos tranquilamente y retomamos la marcha. Allí cerca nos marcaba el GPS la fuente de La Cantarina, un manantial que no encontramos entre la inmensidad de arroyos que inundaban la ladera. En pocos minutos llegamos a la altura de las brañas, que al contrario que las de Cubacho, se encontraban derruidas en su totalidad. Nos sacamos unas fotos en ellas y proseguimos el descenso por el camino que tuvimos que abandonar a tramos por la nieve y barro que había. Nos metimos entre arboleda mientras el arroyo Brañina se precipitaba a la par unos metros por debajo. Así llegamos al cruce con éste cerca de una bonita cascada difícil de atravesar en ese punto. Por más que buscamos un lugar donde hacerlo nos fue imposible encontrarlo sin tener que atravesar el cauce, que no era ni estrecho ni muy superficial. Unos diez metros atrás habíamos visto una señal que nos marcaba “Brañas de Rabanal” por un sendero con la misma dirección que traíamos en la misma margen. En los mapas no vimos ninguna braña con ese nombre, pero decidimos arriesgar y coger esa dirección en la creencia que desde ellas podía haber un acceso desde el pueblo al que ya bajábamos.

El sendero transcurría entre el mismo bosque del valle a media altura e incluso subiendo, lo cual nos mosqueaba un poco. Vimos como comenzaba a girar para meterse en el valle de las brañas de Cubacho paralelo al camino por el que habíamos subido a ellas y en la otra margen. Eso fue lo que nos hizo sospechar que las Brañas de Rabanal podían ser las mismas de Cubacho y que nos devolvería a ellas.

Certificamos esa sospecha cuando seguimos la dirección del valle y vimos de nuevo dichas brañas en la loma contraria y que incluso se alejaban al seguir el sendero que giraba hacia el circo rodeado por las cumbres desde donde habíamos subido a la collada. Realmente el paisaje merecía la pena ese rodeo ya que íbamos viendo el valle desde otra perspectiva. Notamos como comenzaba a bajar y nos llevaba de esa forma al camino de subida en el puente de madera que habíamos cruzado por la mañana. Estábamos a 1442 metros de altura y llevábamos 11,900 Km. hechos. Eran las 17:35 horas. Habíamos hecho la segunda alternativa que nos habían indicado por la mañana en las brañas.

Atravesamos el puente y sorteamos el tramo inundado del río para comenzar el descenso hacia las brañas de Cubacho distantes unos 800 metros. En el cielo habían ido apareciendo algunos negros nubarrones por encima de las cumbres que ocultaban el sol de vez en cuando.

Nos quedábamos con las ganas de ver los molinos que había en la confluencia de los dos arroyos y por ello, al llegar a las brañas, me acerqué hasta ellas a preguntar si era posible acceder al lugar fácilmente desde dicho camino, sabiendo que luego había desde allí uno directamente al pueblo. Me indicaron un punto a unos 400 metros de allí en el que teníamos que bajar al río y seguir el sendero que nos llevaría a ellos.

De nuevo con los compañeros retomamos la marcha por el camino hasta dejar atrás el cartel informativo de la flora y fauna del valle para desviarnos justo después por un medio sendero empinado hacia el río que nos llevó a otro puente de troncos por el que cruzamos a la margen contraria. Estábamos recorriendo el mismo valle por tercera vez y en diferente nivel. Muy por encima estaba el sendero por el que habíamos pasado hacía escasamente una hora y por el otro lado el camino de ida.

En algunos puntos el río se desplomaba en cascadas consecutivas mientras perdía desnivel sobre el sendero. Por las laderas vimos algunos regatos más que se precipitaban hacia el principal. En un árbol con otro tronco torcido nos sacamos unas fotos haciendo un poco el mono. Ya cerca de la confluencia de valles comenzamos a bajar bruscamente hasta llegar a la altura del cauce justo en la unión del Brañinas y Cubachín donde vimos dos antiguos molinos de piedra tras cruzar un par de puentes. En uno de ellos se podía ver la rueda del mismo. El otro estaba cerrado y figuraba una fecha en la jamba de la puerta, Año 1935.         

El camino partía desde allí y a unos 250 metros encontramos una fuente que manaba de la ladera por un tubo plástico. En ella paramos a beber y cargar agua, aunque ya no nos restaba mucho trayecto. No tardamos en salir del valle cerrado y dimos con un banco de maderos al lado del camino con una bonita vista del valle de Rabanal con el embalse de fondo. Al poco rato comenzó a darnos el sol de nuevo tras haberlo dejado de ver en la Brañina.

Nos metimos entre tapiales con prados a la izquierda, donde se emplaza Rabanal de Abajo, y las laderas empinadas por la derecha en la que varios metros por encima transcurría el camino por el que habíamos salido por la mañana. Un camino a la derecha se dirigía a Rabanal de Abajo mientras de frente continuamos hacia Rabanal de Arriba en el que entramos a las 19:25 horas. Tres o cuatro mastines nos salieron al paso en esta calle que nos llevó directamente al coche cuando eran las 19:30 horas. El GPS marcaba 16,800 Km.

Allí estaba Nati, que había llegado hasta las Brañas de Cubacho y regresado. Nos cambiamos y nos pusimos de regreso poco después. Pasamos por Villablino y al llegar a Senra hemos parado a tomar un refrigerio en el bar. Minutos más tarde retomamos el viaje que hicimos sin novedades hasta León donde llegamos a las 21:40 horas.

Al final resultó una buena caminata ampliada por la imposibilidad de ese paso del río y que agradecimos por la variedad de paisaje visto en este tramo añadido.        

MAPA ESQUEMA




SALIDA DE LEÓN
CONTRASTE DE NUBES Y SOL HACIA LA ZONA DONDE ÍBAMOS

RABANAL DE ARRIBA
VALLE DE RABANAL

VALLE DE CUBACHÍN



BRAÑAS DE CUBACHO








NEVADÍN Y MIRO DE RABÓN


SENDA DE LA COLLADA




COLLADA DE LA BRAÑINA

VALLE DE LA BRAÑINA

FOTO DE GRUPO
LAS BRAÑINAS






VALLE DE LA BRAÑINA


RABANAL Y VILLABLINO
VALLE DE CUBACHÍN

BRAÑAS DE CUBACHO


ARROYO CUBACHÍN


MOLINOS EN LA CONFLUENCIA DE VALLES

VALLE DE RABANAL

RABANAL DE ARRIBA
DATOS TOTALES DE LA RUTA EN RABANAL
EL CUETO NIDIO ENCIMA DE RABANAL. 

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