lunes, 17 de septiembre de 2012

TORRE DE HORCADOS ROJOS (Fuente Dé) - 16-09-12

 


1ª ASCENSIÓN A LA “TORRE DE HORCADOS ROJOS”. (Fuente De, Cantabria).

16-09-12             (Domingo)

De nuevo hemos hecho una incursión en Picos de Europa para ascender en esta ocasión a Horcados Rojos, una cumbre del Macizo Central muy cercana al Tesorero y a Peña Vieja, ya ascendidas anteriormente por el club.
En esta ocasión tan solo cuatro nos alentamos a ir: Álvaro, Nati, Santiago y yo. Con buena previsión climatológica, que no pudo cumplirse mejor, emprendimos el viaje desde Guzmán en mi furgoneta a las 6:30 horas por la antigua carretera de Santander. Por ella circulamos hasta el enlace con la de Boñar desviándonos luego hacia la de Riaño por Sabero. El cielo iba clareando mientras avanzábamos y al llegar al pantano nos detuvimos unos minutos a sacar unas bonitas fotos del mismo. El sol aún no aparecía a esas horas, las 7:50 h, pero el cielo tenía un bonito colorido de postal.
Ya en Riaño llené el depósito de la furgoneta en la gasolinera que abría en esos momentos, por suerte para nosotros. A la salida volvimos a parar un momento para fotografiar las cumbres con un bello capuchón soleado. Sin más detenciones seguimos el viaje hacia el puerto de San Glorio desde donde vimos los valles cántabros y un incendio en ellos. Un minuto paramos en el mirador antes de proseguir el largo y retorcido descenso del puerto en el que nos encontramos con ganado en medio de la carretera.
Ya en la parte baja llegamos a Potes, en plenas fiestas de La Cruz, con las atracciones y puestos de la noche anterior ocupando calles y plazas. En unas curiosas carrozas nos sacamos unas fotos y en un bar nos tomamos un café y sobaos típicos de la zona.
A las 9:35 horas, tras veinte minutos allí, retomamos el viaje a Fuente De, 1078 m, por la carretera que sube al mismo. Media hora después aparcábamos bajo el teleférico que comenzaba a funcionar en esos momentos. Nos dirigimos a la taquilla para sacar los billetes, y mientras unos quedaban en la fila de acceso a las cabinas, yo me acerque a llenar las cantimploras en una fuente cercana. A las 10:38 entrábamos a una de ellas y en 3 minutos estábamos a 1824 metros de altitud. Desde el balcón suspendido en el vacío y con rejilla en el suelo para más vértigo, nos sacamos unas fotos con el amplio paisaje que teníamos al Sur.
A las 11:00 horas nos poníamos en marcha por el camino hacia el Norte dónde ya veíamos la Torre de Horcados Rojos asomando. Por la izquierda teníamos Peña Remoña, La Padierna y más adelante el Pico San Carlos. No tardó en aparecer también al fondo la pirámide del Tesorero con un pequeño nevero en su falda.
El camino dio algunos virajes antes de llegar a las cercanías de la collada de Covarrobres, acceso a la ruta de Los Puertos de Áliva hacia los que se encaminó Nati. Por su parte, Santiago ya nos había sacado ventaja a Álvaro y a mí y adelanto que ya no le vimos hasta la cumbre. Nosotros seguimos a nuestro paso tranquilo y sacando fotos de todo ello. A nuestra izquierda veíamos ahora los Hoyos de Lloroza muy secos, tan solo uno tenía un poco de agua casi inapreciable. Desde allí se cerraba un poco más el valle pedregoso pasando bajo las verticales paredes de la Peña Olvidada en las que vimos unos cuantos agujeros de gran tamaño. En su base hay numerosos pedreros que siguen hacia el fondo tras cruzar el camino en medio.
En una zona de grandes desprendimientos con enormes rocas conocida como La Vueltona, el camino traza una cerrada curva para irse por la ladera contraria hacia atrás y subiendo. Nosotros seguimos el sendero que parte de ella con la misma dirección que traíamos y marcado con las señales de pintura de la ruta “ PR-PNPE 23 - Horcados Rojos”. En la parte contraria vemos ahora una gran cavidad en la roca por encima de un gran hoyo o jou. El sendero pedregoso va subiendo suavemente mientras se mete bajo las paredes de Peña Vieja. Poco a poco van apareciendo a la izquierda, y seguidas al pico San Carlos, las cumbres de Hoyo Oscuro, Madejuno, Llambrión y La Palanca entre otros. En medio, un paisaje totalmente lunar y escabroso de pedreros y grandes moles desprendidas de todas aquellas cimas.
La pendiente se acentúa cerca de la fuerte subida en zigzag que nos espera. El serpenteante sendero se distingue en esta loma por la que suben mas montañeros que nos adelantan o que adelantamos, estos últimos los menos, hay que reconocer. A mitad de esta subida encontramos a tres de ellos estudiando un mapa en busca del desvío a Peña Vieja. Nos comentan que vienen de Cabaña Verónica, que comenzamos a ver, y entonces les damos la mala nueva que ya se lo han pasado bastante arriba. Resignados se dan la vuelta a la par nuestra y tras otras varias curvas y recurvas llegamos a dicho desvío. En una roca indica la dirección a esta cima, aunque apenas es visible ya la pintura.
Unos metros más adelante comienza un suave descenso en el que perdemos unos 30 metros antes de volver a subirlos y llegar al desvío del refugio en una pequeña collada. Desde la misma vemos también al fondo la de Horcados Rojos hasta la que tenemos que llegar. El sendero serpentea de nuevo hacia la misma con algunas pendientes considerables pero llevaderas. Parece que el collado se aleja de nosotros mientras avanzamos hacia él, pero es tan solo una ilusión ya que a las 13:15 horas alcanzamos Álvaro y yo esta cota de 2343 metros con una vistas espectaculares del Naranjo de Bulnes, Torre Cerredo y varias más de esa zona Norte del Macizo Central de Picos de Europa. Por debajo teníamos el gran hoyo al que se baja por una pared casi vertical con la ayuda de un cable amarrado a la misma como apoyo casi obligatorio. Hace más de 20 años que lo bajé por primera y última vez.
Tras 15 minutos en este collado emprendimos la subida a la Torre de Horcados Rojos siguiendo un sendero que serpentea por la fuerte pendiente de esta cima. En varios tramos se hace resbaladizo por la tierra que lo cubre y con la que hay que tener un poco de cuidado. Según ganamos altura aparecen más neveros en el paisaje en los hoyos de la parte Norte del Tesorero, al que ascendimos también desde ese collado hace un par de años. Ya cerca de la cumbre, en la que vimos a Santiago, nos encontramos con el único paso delicado en la ruta. Se trata de una repisa de unos 5 ó 6 metros de largo dónde solo cabe un pie de ancho y con caída casi vertical hacia una estrecha canal. Con tiento y precaución se pasa mas o menos bien siempre que no esté húmeda la roca. Tras ella ya solo restan unos 20 metros casi sin desnivel a la cumbre a la que llegamos cuando eran las 14:00 horas.
En esta cima de 2506 metros de altitud hay un curioso buzón en forma de casita de pájaro. Por cierto, eran numerosas las chovas piquigualdas que vimos tanto aquí en la cumbre como en el collado con su característico pico amarillo. A nosotros se nos acercaban en busca de comida cuando nos pusimos a ello nosotros. Por una de las verticales canales que caían desde la cima llegó una pareja escalando.
La vista no podía ser más amplia. Al sur y alejados podíamos ver claramente el Espigüete y Curavacas así como Peña Corada. Delante, cumbres como Peña Prieta, Tres Provincias, Murcia o Coriscao entre otros. Aún se veía el humo en el valle de Liébana. En torno a nosotros también eran numerosas la cimas que nos rodeaban: Peña Vieja, Picos de Santa Ana, Campanarios, Naranjo de Bulnes, Torre Cerredo, techo de los Picos de Europa, Tesorero, Llambrión etc, etc. Bajo nosotros corría la senda por la que habíamos subido y el refugio de Cabaña Verónica con su peculiar forma de cúpula plateada. Al fondo se distinguía la parte alta del teleférico.
Cómodamente comimos disfrutando de todo ello y del día tan estupendo que teníamos con algunas nubes y brumas altas que no impedían las vistas que había. Nos sacamos unas fotos y dejamos una tarjeta en el buzón antes de emprender el descenso a las 15:20 horas. De nuevo cruzamos el paso delicado y descendimos el sendero serpenteante hacia el collado. Ahora vimos en esta bajada una gran sima no lejos de dicha senda. Poco más de 15 minutos nos llevó esta bajada al collado desde el que continuamos descendiendo por el terreno pedregoso e irregular hacia el desvío del refugio al que decidimos subir. En otros diez minutos llegamos a éste donde nos detuvimos un rato charlando con dos montañeros que habíamos encontrado también en la cima.
A las 16:30 horas retomamos la marcha hacia el sendero principal por el que seguimos bajando unos metros antes de encontrarnos con el tramo pendiente arriba. Desde este punto alto emprendimos el fuerte descenso en el que dejamos atrás el desvío a Peña Vieja. Siguiendo los zigzag continuos perdimos altura rápidamente en medio de aquel desierto de piedras. Se suavizó luego la bajada en un tramo estrecho entre rocas antes de salir a los pedreros. Eran numerosos los montañeros que bajaban también en esos momentos e incluso nos cruzamos con alguno que aún subía, suponemos que hacia el refugio. Así llegamos a La Vueltona donde el camino se ensanchó un poco. Yo me fijé en un detalle del suelo y fue ver como entre toda la piedra pequeña había una capa de polvo blanquecino producido por el desgaste del continuo tránsito de personas sobre dichas piedras.
Dejamos atrás los pedreros y llegamos a la altura de los Hoyos de Lloroza bajo La Peña Olvidada. Allí el camino casi transcurre sin pendiente alguna hasta llegar la collada de Covarrobres, 1922 m, a la que nos desviamos unos momentos Álvaro y yo. Santiago ya hacía un rato que le habíamos perdido de vista. Desde allí se contempla La Morra de Lechugales en el Macizo Oriental y parte de los Puertos de Áliva.
Nos restaban escasos 500 metros hasta el teleférico. En la pared de La Peña Olvidada se puede ver con algo de imaginación una cara de persona, y con un poco más, un fantasma con los brazos estirados. Ahí lo dejo.
A las 18:10 horas terminábamos la ruta en lo alto de El Cable donde ya estaba Santiago de espera. Sacamos unas fotos del valle al atardecer y poco después cogíamos el funicular hacia la parte baja. Por la senda de descenso veíamos bajar a un joven que había salido corriendo de la parte alta y que llegó abajo poco después que nosotros.
A las 18:30 horas “aterrizábamos” en la parte baja y en la furgoneta nos cambiamos antes de emprender el viaje hacia Espinama dónde estaría Nati esperándonos en el bar habitual. Cerca de las siete llegamos al mismo acomodándonos en la terraza en la que estaba nuestra compañera tras haber hecho los 15 kilómetros de la ruta de Los Puertos de Áliva. Allí nos tomamos un merecido refrigerio e hicimos las cuentas de la salida. A las ocho de la tarde emprendíamos la vuelta a León.
Dejamos atrás Potes con la fiesta en pleno apogeo y poco después comenzamos la subida a San Glorio. Durante este tramo encontramos de nuevo ganado en medio de la carretera con el peligro añadido de estar ya bastante oscurecido el día. Una hora después de salir pasábamos por el alto y entrábamos en nuestra provincia. Casi todo el viaje no dejaron de hablar de comida y a esas horas ya empezaban a “rugir las tripas”. Sin novedades llegamos a Riaño y bordeamos el pantano. Dejamos atrás Cistierna tras haber decidido venir por Mansilla. Aquí nos desviamos hacia la capital a la que llegamos a las 23:00 horas. En Guzmán me despedí de los compañeros llegando a casa minutos más tarde. En ella no pude por menos, y después de las conversaciones del viaje, me hice unos huevos fritos con salchichas que no puedo explicar como me supieron.
De nuevo cumplimos con el objetivo previsto disfrutando de una jornada inmejorable en todos los sentidos.


























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