lunes, 4 de julio de 2011

PEÑA BEZA (Soto de Sajambre) - 03-07-11

 


1ª ASCENSIÓN A “PEÑA BEZA”.

03-07-11   (Domingo)

Por fin, y tras dos meses desde su programación, conseguimos ascender a esta destacada cumbre del Macizo Occidental de Picos de Europa. Así y todo la climatología no fue la más recomendable y esa misma nos impidió completar la jornada con la subida al Canto Cabronero.
Nos animamos a esta salida 9 participantes: Álvaro, Mª Jesús, Mateo, José Antonio, Gabriela, Nati, Alex, Tiquio y yo. Para no coincidir con otra salida de la Delegación en el mismo punto y hora, quedamos en la Condesa en vez de Guzmán. De allí partimos en los coches de Tiquio y el mío a las 7:30 horas por la nacional hacia Mansilla donde nos desviamos luego hacia Cistierna y Riaño. Desde el alto del puerto Pontón vimos Picos de Europa cubiertos por las nieblas que por desgracia se mantendrían el resto del día más o menos constantes. Descendimos este puerto y minutos después llegamos a Soto de Sajambre, 930 m, tras 140 Km. recorridos.
En esta localidad encontramos dificultades para aparcar los coches por las estrechas calles del mismo. Al final dejé mi furgoneta en un trozo empinado de pradera delante de una casa abandonada. Nos preparamos para la marcha no sin antes tomarnos un café en el bar. En la fuente cargamos agua y luego nos sacamos una foto de grupo. A las 10:30 horas comenzamos a caminar por la ruta que sigue la Senda del Arcediano y que ya sube desde el mismo pueblo. El sol salía entre las nieblas que cubrían las cimas altas. Entre arboleda y dando algunos zigzag nos situamos por encima de Soto teniendo una amplia vista del mismo. No tardamos en encontrar un cerezo silvestre cargado de frutos que paramos a probar. Dejamos algunos desvíos a la izquierda que ignoramos para seguir ganando altura pasando al lado de una edificación derruida y otra en buen estado más adelante. Encontramos por allí algún cerezo más cargado de frutos como el anterior.
Más adelante salimos de la arboleda entrando en una zona plagada de helechos donde la humedad era altísima y el calor casi sofocante. Nos recordó a algunos la misma sensación que la última vez que subimos por allí a La Conia hace un año. Las nieblas bailaban por encima de nosotros cubriendo unas cumbres sí y otras no. Delante estaba el pico Jorcueto que teníamos que rodear por su cara Oeste. En el descenso atajamos desde los Puertos de Beza evitando esta vuelta.
En un haya con gruesas raíces nos juntamos casi todos para sacar una foto en él y nos encaminamos hacia la collada de “Los Collaos” con una altitud de 1392 metros. A ella llegamos cuando eran las 12:10 horas. Nos detuvimos unos minutos con el pico La Conia a la vista y nos sacamos unas fotos desde allí antes de retomar la marcha por la falda del Jorcueto siguiendo ya una estrecha senda que serpenteaba por dicha loma. Por la izquierda descendía un largo valle hacia el desfiladero de Los Beyos, varios metros por debajo de aquella altitud. En la cabecera del mismo vimos numerosas majadas que en el mapa las marca con el nombre de Pandemones. En la lejanía veíamos el pico Tiatordos y otros cercanos.
Poco a poco fuimos girando a Norte mientras nos metíamos de lleno en la niebla cuando nos encajonamos en el valle del Cardal. En dicho valle encontramos un gran rebaño de vacas con terneros que mamaban de las madres. No tardando llegamos al abrevadero situado en los Puertos de Beza a una altitud de 1500 metros y siendo las 12:40 horas.
Desde allí entre la niebla se veían las numerosas canales del macizo de Peña Beza. Por una de ellas, la de Misa, teníamos que comenzar a subir. Solo Mateo la conocía, pero con la niebla que rondaba le era difícil situarla, máxime cuando también la había bajado con niebla. Nos tomamos unos minutos en esta fuente antes de emprender de nuevo la marcha por el sendero que no tardamos en abandonar ladera arriba en busca de dicha canal. La referencia que él tenía era una “calva” en el terreno que tampoco veíamos. Zigzagueando fuimos ganado altura hasta llegar a la base rocosa de la sierra. En la collada de Beza, límite provincial con Asturias, vimos a una persona a la que un poco a voces preguntamos por la situación de dicha canal, aunque pocas referencias nos dio. Al final nos fuimos echando a la derecha, viendo que las canales aquellas no tenían buen acceso, hasta situarnos por encima de la collada de los Puertos de Beza entre nosotros y el Jorcuato. Por las rocas subimos hasta que por fin los primeros dieron con dicha canal, que parte de la misma collada de los Puertos.
Enlazamos con ella ya a la mitad de la misma. Esta rampa está encajonada entre roca, pero se sube sin dificultad alguna sin trepadas siquiera. Alcanzamos entonces la parte alta del cresteo dando vistas a una ladera herbosa que ascendía ya por la parte asturiana, en cuyo límite nos encontrábamos en esos momentos. El collado de 1750 metros se denomina Llano Cebolleda o Huesal.
Enfilamos entonces por la cresta desde la que poco después tuvimos una bonita vista de Soto de Sajambre. No tardando nos metimos en la falda de Peña Beza siguiendo un sendero bajo la roca de la cara Oeste. Durante un momento vimos frente a nosotros la cumbre del Canto Cabronero antes de volver a cerrarse de nieblas. Girando bajo estas paredes dimos vista al collado Llano hacia el que nos encaminamos por una pendiente ladera de hierba que me recordó la sufrida ascensión a la Polinosa. Con la niebla jugando en torno nuestro llegamos al collado Llano, 1840 metros, cuando eran las 14:40 horas.
Desde el mismo pudimos ver algún retazo de la Peña Cebolleda, situada en el mismo cordal y antes del Canto Cabronero. Igualmente nos dio tiempo a ver las cimas más altas de la zona de Torre Santa. Nos dirigimos con dirección Sur para entrar en una zona rocosa ya camino de la cumbre de Peña Beza. Algunos hitos marcaban esta subida cómoda de ascender entre peñas de diferentes tamaños. Aquí fue donde se me perdió la pieza del trípode que rosca en la cámara. Quité la tarjeta y debió de quedar mal enroscada y se salió. Me di cuenta arriba.
Álvaro y José Antonio habían subido por el Sur y llegaron pocos minutos antes que nosotros, pero por lo visto por peor lugar. A las 15:00 horas llegamos nosotros a esta cima de 1961 metros desde la que en un día despejado puede verse un paisaje impresionante y desde la cual esta vez apenas pudimos distinguir unos metros alrededor y algo del Macizo Central de Picos entre la niebla. Eso sí, el mar de nubes tenía su encanto.
Nos sacamos una foto de grupo antes de acomodarnos a comer mientras comenzábamos a escuchar algunos truenos por el sur, donde ya no era niebla lo que veíamos si no negros nubarrones. Algunos se tumbaron a intentar dormir un poco, no sé si lo consiguieron. Lo programado era subir también al Canto Cabronero, pero con el panorama que teníamos no era recomendable. Además oíamos la tormenta cada vez mas cerca, por lo que no demoramos mucho la bajada.
Una hora estuvimos allí antes de emprender el descenso entre niebla cerrada de nuevo. Todos íbamos mirando a ver si encontrábamos la pieza del trípode, aunque era como buscar una aguja en un pajar. Descendimos por las rocas sin visibilidad alguna hasta la collada. Nos metimos en la verde ladera en la que ahora vimos algunas vacas. Fuimos girando a Sur por debajo de Peña Beza hasta llegar a la cresta por la que bajamos en busca del comienzo de la Canal de Misa. Nos metimos en ella cuando comenzaban a escaparse algunas gotas de lluvia y sin dificultad llegamos hasta su final dejando atrás el punto en el que nos habíamos incorporado en el ascenso. Ya fuera del paso estrecho tuvimos que detenernos a ponernos los chubasqueros que solo nos sirvieron durante unos minutos que duró el escaso aguacero.
Así llegamos a la collada de los Puertos de Beza por debajo del Jorcuato. Aquí se habían dividido los que iban por delante yendo cada uno por una parte de la loma. Gabriela y Mateo habían bajado hacia el abrevadero mientras José Antonio se había desviado al atajo hacia el camino de subida. Con el panorama de tiempo que teníamos no merecía la pena dar todo el rodeo al pico, por lo que decidimos atajar también y avisamos a la pareja para que retrocediera unos metros hasta allí y bajar por aquella otra parte. Eran las 17:30 horas y estábamos a 1511 metros de altitud.
Comenzamos el descenso por la ladera sur sin sendero alguno de referencia. El problema que podíamos tener era encontrarnos con maleza cerrada antes de llegar al camino, pero nos parecía que era un atajo muy concurrido que podía ser utilizado a menudo y que tenía que tener salida. Bajamos sin dificultad los primeros metros hasta alcanzar una atalaya sobre el valle. La niebla había quedado por la parte alta y no parecía haber amenaza ya de lluvia. Por ello algunos decidieron que iban a subir de nuevo atajando por la ladera hasta Los Collaos y alcanzar otra un poco más alta para ver que vista tenían desde allí. Tiquio y yo, acompañados de Rex, optamos por no volver a subir, ya que de haberlo sabido hubiésemos rodeado el Jorcuato por la Senda del Arcediano y hubiésemos llegado allí sin tener que subir de nuevo nada más que unos pocos metros desde este collado.
Nos metimos por senderos que se cerraban, pero la vegetación no era espesa y avanzábamos bien. No tardamos en entrar en el helechal donde encontramos unas preciosas flores moradas que fotografié. Llegamos a un arroyo por el margen del cual bajamos los últimos metros antes de salir al camino donde ya estaban algunos compañeros que no habían subido al final a la collada. Los que sí lo habían hecho nos alcanzaron poco después.
Seguimos el descenso por el ancho camino dejando atrás el desvío a Vegabaño y dando allí mismo un brusco giro. Nos encontramos con una mata con pequeñas fresas silvestres y más adelante paramos Álvaro, Mª Jesús y yo en un cerezo cerca de una de las edificaciones donde nos pusimos morados con los pequeños frutos, que por cierto no estaban nada dulces aún. Nos reunimos más abajo con el resto del grupo para seguir bajando hacia Soto de Sajambre ya metidos entre arboleda. Tras otro giro del camino nos situamos encima de este pueblo con el pico Pozúa de fondo. Escasos metros nos quedaban para entrar en él y lo hicimos a las 19:25 horas.
Nos dirigimos a los coches pasando un puente sobre el río Agüera en cuyo margen vimos un avellano con verdes frutos. La furgoneta estaba en su sitio. Lo digo porque había quedado tan inclinada que comentamos que podía caer ella misma durante el día.
Nos cambiamos y nos dirigimos al bar donde tomamos un refrigerio tranquilamente. Allí estaba Nati que había subido hasta Los Collaos tranquilamente a su paso. A las 20:10 horas emprendimos el regreso a casa. En un mirador entre Soto y Oseja me detuve a sacar algunas fotos. Por la estrecha carretera llegamos a éste segundo pueblo y tras él comenzamos el ascenso del puerto Pontón, el que se emplaza la Fuente del Infierno, nacimiento del río Sella. Sin novedades alcanzamos su cima y comenzamos el suave descenso hacía Riaño. Bordeamos el pantano y lo atravesamos por sus viaductos hasta dejarlo atrás en la presa. Antes de Cistierna nos desviamos hacia Boñar por Sabero enlazando luego con la del Puente Villarente. En Barrio de Nuestra Señora volvimos a girar para hacer el último tramo por la nacional 621 o carretera de Santander. En este tramo disfrutamos de una bella y colorida puesta de sol.
Así llegamos a León poco antes de las 22:30 horas. Aquí fueron quedando los compañeros y tras dejar a Mª Jesús en casa llegué yo a la mía a las 22:40 horas.
Tanto la anterior salida al Estorvín como esta de Peña Beza habían sido pospuestas o intentadas en otras ocasiones sin éxito por la climatología, por lo que siempre es una satisfacción conseguir algún objetivo que por unas causas u otras no se había podido llevar a cabo.



























No hay comentarios:

Publicar un comentario