lunes, 2 de abril de 2007

AGUASALIO Y LA RASA (Barniedo de la Reina) 01-04-07

 


1ª ASCENSIÓN A LOS PICOS “AGUASALIO” Y “LA RASA”.

01-04-07              (Domingo)

Una vez más no pudimos alcanzar el objetivo marcado, que no era otro que el pico Murcia, por causas que más adelante apuntaré. En cambio sí disfrutamos de una grata jornada en la que algunos alcanzaron una cumbre y otros agregamos una segunda.
Como digo, el objetivo principal de esta excursión era la ascensión al pico Murcia situado en el límite provincial de León y Palencia en la zona de San Glorio más o menos. Para la misma estábamos apuntadas nada menos que 12 personas, varias de ellas externas al club Cumbres de León y amigas de los socios. Del club de montaña íbamos los siguientes socios: Javi F., Corín, Ramón, Luis, José A., Piedad, Vicente y yo. Aparte nos acompañaron unas amigas de Piedad y otra de Luis cuyos nombres eran: Marisa, Emilia, Susana y Nati.
De Guzmán salimos a las 8:00 horas en los coches de Luis y el mío por la nacional hacia Mansilla donde nos desviamos en el nuevo cruce con paso interior hacia Cistierna. Pasado éste nos esperaban Ramón, Javi y Corín en otro coche y continuamos sin más hacia Riaño y posteriormente a Barniedo. En este último tramo de carretera nos encontramos con trozos algo helados donde redujimos la velocidad. Ya en el pueblo aparcamos los coches en una pradera cargada de nieve y nos preparamos para la marcha.
A las 10:00 horas emprendimos la marcha atravesando el pueblo por sus blancas calles. Al llegar a una plaza con una fuente cercana al río Valponguero preguntamos a unos vecinos por el itinerario que nos metiese en el valle del mismo nombre. Salimos de Barniedo de la Reina, (1136 m), por un camino paralelo a dicho río dejando éste a la izquierda. Desde el mismo pueblo comenzamos a disfrutar de un pasaje realmente espectacular. La nieve lo cubría todo y las ramas de los árboles aparecían completamente cargadas por la misma. Sin duda alguna era una auténtica estampa invernal e incluso navideña. Poco a poco fuimos avanzando y nos metiéndonos de lleno en el valle de Valponguero. Según nos habían indicado, teníamos que llegar a las segundas cabañas y desde ellas dirigirnos directamente a la cumbre, pero no antes de cuatro horas según ellos.
Yo iba el último ya que no dejaba de sacar fotos de aquella maravilla visual. Por su parte, Nati solo iba con intención de dar un paseo e iba tranquilamente a su paso hasta donde le pareciese y luego dar la vuelta. No tardé en llegar a una bifurcación siguiendo hacia arriba por donde continuaban las numerosas huellas. Ahora puedo decir que fue allí donde cometimos el error que nos costó alcanzar la cumbre del pico Murcia. Realmente había que haber seguido por el camino de la parte baja del valle y no habernos desviado hacia arriba. Como dato apuntaré que en dicho cruce había una señal de prohibición para circular vehículos que no fuesen agrícolas.
Por aquel camino comenzamos a subir un poco más notoriamente aunque se avanzaba cómodamente. Poco después nos metimos en la sombra de la misma ladera por la que íbamos subiendo encontrándonos entre escobas cargadas de nieve. El camino era ancho y bien delimitado, por lo que no cabía posibilidad de pérdida. Por la derecha cruzaban algunos arroyos que bajaban ladera abajo al encuentro del río principal. Más arriba cambiamos el matorral por la arboleda, que igualmente se mostraba con una belleza extraordinaria a la luz del radiante sol que aún lucía. En el bosque podían verse numerosos troncos retorcidos cargados de nieve.
Sin darnos cuenta el camino nos fue metiendo en una vaguada que nos separaba del arroyo principal. Fue allí cuando nos dimos cuenta del error cometido al no seguir el camino de la parte baja. La mayoría iba por delante y no se enteraron. Al final del camino aquel nos encontramos con un corral donde nos reunimos todos de nuevo y comentamos las posibilidades. Estábamos en la vaguada del arroyo Manganeves y ya muy metidos en ella. Bajar al arroyo principal de nuevo suponía perder bastante altitud y de retroceder ya ni hablamos. Delante teníamos todo este valle secundario con dos ramas al final del mismo y unas cumbres un tanto irregulares para subir. También podíamos subir por la ladera derecha, pero nos separaba aún más del rumbo que llevábamos. Eran las 11:30 horas.
Al final decidimos seguir por el medio del valle aquel hacia uno de los ramales que se dividían al final del mismo. Para ello tuvimos que perder unos metros hasta llegar a un pequeño refugio de piedra bastante nuevo por lo que se podía ver. Estaba cerrado y del tejado colgaban unos chupiteles de hielo formando una bonita estampa. Continuamos sin seguir senda alguna por el medio de un manto de nieve de unos 30 cm aunque había tramos donde se acumulaban unos cuantos más. Tuvimos que atravesar el arroyo antes de comenzar a subir por uno de los arroyos que bordeaban los peñascos, encima de los cuales vimos un grupo de rebecos encaramados.
Tras hacer una breve parada donde algunos tomaron un tentempié retomamos la marcha por una estrecha vaguada de pendiente considerable donde se acumulaba aún mas nieve. Por el sureste comenzaban a verse negros nubarrones que no nos gustaban nada por su aspecto. Pasando este tramo se volvió a ensanchar el valle y vimos algo a nuestra derecha la cumbre de La Rasa cuyo cordal se cerraba en torno a nosotros por el frente y la izquierda con las cumbres rocosas que estábamos rodeando.
Yo seguía de los últimos mientras por delante iba Luis abriendo camino. Siguiéndole a él fuimos ganando altura por la ladera del alto de Aguasalio sorteando los escasos matorrales que por allí vimos. Estábamos a una altura de unos 1800 metros y echando la vista atrás ya podíamos ver algunas cumbres de la zona de Riaño. No tardamos en alcanzar una collada desde la que tuvimos una impresionante vista del cercano Espigüete, ya en Palencia, con su cumbre cubierta por las nubes. Al contrario de lo que en principio creí, y que incluso deje erróneamente grabado con la cámara, no estábamos en el límite provincial, pasando esté por la misma ladera del Espigüete y del Pico Murcia. Eran las 14:00 horas y estábamos a unos 1950 metros de altitud.
Desde aquella collada retomamos la marcha por la ladera del alto de Aguasalio y en escasos minutos nos situamos en su cumbre de 2100 metros. Eran las 14:20 horas. Desde allí comprobamos lo que aún nos quedaba para la cumbre del pico Murcia situada tras varios picachos y colladas más. No le calculábamos menos de dos horas y media alcanzar dicha cumbre por lo menos. Además a ratos su cima quedaba oculta tras la niebla. Tampoco el cresteo hasta ella parecía cómodo por los altos de la Hoya de Martín Vaquero donde la nieve moteaba los escarpados riscos. Tras dilucidar las diferentes opciones optamos al fin por abandonar el intento de hacer dicha cumbre y como opción comentamos la de subir a La Rasa.
Tras hacernos unas fotos en esta cima, en la que no había ni buzón ni hito alguno, emprendimos el descenso. En el último momento se me ocurrió dejar una tarjeta en un bote entre unas piedras. Y sobre las 15:00 horas me encaminé hacia la parte baja siguiendo al resto. Al llegar de nuevo a la collada fue donde dividimos el grupo. Salvo Susana, José Antonio y yo, nadie se decidió a subir a La Rasa, por lo que los tres solos comenzamos el cresteo hacia ella. Lo que parecía un corto trayecto se convirtió en una travesía de dos horas hasta la cima. Entre las dos cumbres encontramos numerosos picachos, como el alto de Los Bildares, que sorteamos tanto por encima como lateralmente. En algunos tramos había hielo y tuvimos que extremar la precaución ya que llevábamos crampones pero no nos hicieron falta al final. En otras ocasiones pasamos entre grandes rocas donde la nieve tapaba los huecos entre ellas con el peligro de meter la pierna y hacernos daño.
El último tramo hacia la cumbre se empinó un poco pero al fin alcanzamos la misma cuando eran las cinco de la tarde. En ésta sí había hito y un bonito buzón con forma de casa del que recogimos una tarjeta helada dejada en octubre pasado por el club “Peña Torquilla” de Guardo. Como ya iba siendo hora, nos acomodamos para comer en torno al hito. Desde aquella altitud de 2090 m veíamos todo el cordal por el que habíamos pasado desde el Aguasalio así como el Espigüete completamente despejado de nubes. En el Murcia sí continuaban cerradas las nieblas.
Por la parte este teníamos la cumbre del pico Arbillos y al oeste aparecía una cola del pantano de Riaño con el viaducto e incluso un poco del pueblo. Eran numerosas las cimas que podíamos ver desde allí entre ellas las de Peña Corada o el pico Moro, La Pintas, Yordas, así como varias cumbres de Picos de Europa.
Una media hora después de llegar comenzamos a descender por la ladera noroeste hacia Barniedo que también veíamos en el valle. La nieve se acumulaba en la misma y había trozos en los que medía mas de un metro el espesor. Según bajábamos se fueron abriendo un poco las nubes hacia el norte apareciendo claramente las cimas de Peña Santa o la Torre del Friero. Por delante de ellas teníamos las Corcadas, el Cabanceda o más cercano el pico Redondo. Por la derecha salía el Murcia y más alejado peña Prieta.
Bajando aquel tramo recibí las llamadas de Luis y de Javi para decirme que ellos marchaban ya desde Barniedo y que ya quedaríamos para recoger las cosas que tenían en mi coche. José Antonio iba estudiando la mejor ruta para bajar ya que en una loma de la izquierda se veía una pista, pero había vaguadas hasta ella. Al final fuimos bajando directamente por la que íbamos y así nos metimos de lleno en un hayedo bastante despejado de maleza por el que no se bajaba mal. Nos cruzamos un par de caminos cargados de nieve cuya dirección no nos convencía, por lo que optamos por seguir bosque abajo. De pronto nubló el sol y comenzó a nevar mas o menos copiosamente. Ya arriba pasando hacia La Rasa se habían escapado algunos copos sueltos.
Como ya he apuntado en más ocasiones, uno de los paisajes que más me gustan son los bosques, por lo que este tramo lo disfruté realmente. Por el mismo transcurrían varios arroyos en los que vimos algunas pequeñas cascadas. José iba por delante marcando el camino y yo iba cerrando. Susana caía a cada paso en la nieve y tenía ya ganas de salir de allí. Lo cierto es que tardamos una hora en bajar aquel trozo de bosque hasta dejarlo atrás.
Ya fuera de él dimos con un camino medio perdido y también lleno de nieve. Cerca de él había algunos pinares y por debajo praderías cerca del arroyo. José Antonio nos avisó que no metiéramos ruido ya que había visto un zorro por debajo. Luego le vimos nosotros por una senda al otro lado del arroyo.
El camino seguía la forma de la ladera serpenteando por la misma y así enlazamos con otro más limpio por el que transcurría la ruta entre Barniedo de la Reina y Valverde de la Sierra marcada como PR-LE 54. El pueblo ya estaba cerca y poco antes de llegar recibí la llamada de mi hermana para saber sobre que hora llegaría. Como apenas tenía batería no pude hablar casi con ella.
A las 20:05 horas entramos en Barniedo por un camino que enlazó con el que habíamos salido por la mañana. Hacia tras contemplamos una bonita vista de La Rasa con su cumbre iluminada por el sol del atardecer. Nos hicimos unas fotos con ella de fondo. En la ladera podíamos incluso ver el rastro que habíamos dejado bajando por la nieve y con el zoom de la cámara saqué una nítida foto del mismo. Por las calles ahora limpias de nieve llegamos a la furgoneta cuando eran las 20:15 horas.
Con ella nos acercamos hasta el bar “Niedo”, en la carretera, donde tomamos un café y aproveché para cambiarme la ropa húmeda, ya que con el catarro que aún tengo podía amarrar una buena. Cuando salimos pudimos ver de nuevo la cima de La Rasa ahora iluminada por un sol rojizo formando una postal de gran belleza.
Sin más emprendimos el regreso a León ya cerca de las nueve de la tarde. La carretera estaba también limpia de nieve y hielo por lo que circulamos con comodidad. Poco antes de llegar a la presa del pantano nos encontramos con un animal muerto en medio de la carretera y no me dio tiempo a esquivarlo pasando por encima de él. Debía de ser un pequeño cervato o algo parecido.
Sin novedades nos metimos en el valle del Esla dejando atrás Cistierna y avanzando por el trayecto entre éste y Mansilla que siempre se me hace eterno. Poco antes de llegar a León me llamó de nuevo mi hermana y se me cortó la llamada por falta de batería. Con el de Susana la llamé yo y quedamos en Guzmán donde no tardamos en llegar nosotros cuando eran las 22:30 horas.
Finalizamos así otra actividad del club truncada por diferentes circunstancias pero con resultado bastante aceptable. Lo “malo” es que por detrás nos están quedando varias de las programadas: El pico “Lago”, la travesía de “Cofiñal-Tronisco” y ahora el pico “Murcia”. A ver si comenzamos a tener un poco más de suerte en ese sentido y vamos cumpliendo con lo programado a partir de ahora. Ah¡ esta es mi excursión número 300 en 21 años y medio que llevo saliendo.




























No hay comentarios:

Publicar un comentario