2ª ASCENSIÓN A “PEÑA RIONDA” (Aleje)
14-09-19 (Sábado)
Tan solo una semana después
de la última ruta hecha he vuelto a programar una nueva para ascender una cumbre
que ya hace muchos años subí por primera y única vez, Peña Rionda, en Aleje.
Tan solo tres participantes fuimos los que en esta ocasión nos animamos a
hacerla: José Luis, Álvaro y yo. A pesar de una incidencia que a continuación
detallaré, el resto de la jornada resultó amena y aprovechada.
Con algo de lluvia cayendo
salimos de León a las 8:30 horas para enlazar con la autovía hasta Mansilla de
las Mulas donde giramos por la nacional hacia Cistierna. Pues bien, en pleno
centro de Villapadierna nos encontramos con unos cordiales agentes de la
autoridad de tráfico que amablemente me hicieron detener, al igual que a otros
conductores que nos precedían. Con esa atención que dispensan me comunicaron,
foto incluida como prueba, que me había pasado de velocidad en un pueblo
anterior, San Cipriano de Rueda, donde además hay un tramo de obras, como a la
vuelta comprobamos. Por ello tenía que contribuir gentilmente con el abono de
dicha sanción, totalmente correcta por otra parte, entre otras cosas a la
conservación de las carreteras y autovías por las que podemos circular sin la
preocupación de que nuestros vehículos se nos desarmen por su estado, como es
el caso de esa misma por la que nos desplazábamos. Quiero pensar que se usará
para esos fines y otros al servicio de los ciudadanos....
Con el lógico mosqueo encima
continuamos la marcha hacia Cistierna donde nos detuvimos unos minutos a tomar
un café... y así relajarme un poco. Apenas estuvimos unos 15 minutos antes de
retomar la marcha hacia Aleje, pueblo al que llegamos a las 9:55 horas.
Estudiando el track de la ruta, subimos unos metros por un camino hasta unas
naves ganaderas cerca de las cuales aparcamos a una altitud de 993 m. Allí nos
preparamos para la marcha y nos sacamos una foto de grupo antes de empezar a
caminar a las 10:20 horas.
El cielo se había ido
despejando y solo algunas nubes lo cubrían. Por un ancho camino avanzamos entre
praderías y algo de arboleda con dirección Nordeste. Al lado de este camino
vimos varias zarzamoras cargadas de frutos maduros que probamos. Tras unos 500
metros el camino dio un brusco giro al contrario, continuando por él unos
metros antes de darme cuenta que el track continuaba recto por un sendero que
atajaba para evitar un rodeo del camino aquel. Optamos por bajar ese pequeño
tramo y subir algo más bruscamente por dicha senda que más arriba nos sacó de
nuevo al camino.
Ganamos altura por él a lo
largo de otro trayecto entre algunas escobas mientras el paisaje se ampliaba
antes de volver a coger otra senda que acortaba una nueva curva del camino. Por
delante teníamos algunas paredes y riscos de la Peña Quebrada, según rezaba en
el mapa del GPS. Echando la vista atrás pudimos ver ya Aleje y Alejico a ambos
lados del Esla. También acerté a distinguir con el zoom de la cámara algunos de
los miradores de Sabero cuya ruta hicimos hace algunas semanas. De nuevo en el
camino cruzamos una cerca que lo cerraba para el ganado para seguir subiendo
por él y meternos en una zona en la que se encajonaba entre roca. Allí pudimos
ver las antiguas rodadas grabadas en la piedra del suelo por el paso continuo
de los carros que antaño circulaban por el mismo. En esta zona encontramos
varios restos de explotaciones mineras en forma de escombreras y excavaciones
en el terreno.
Por encima de ellas
alcanzamos un colladín de 1330 metros de altitud desde el cual continuaba un
sendero que descendía unos metros antes de remontar suavemente la ladera ya
bajo las estribaciones del Noroeste del pico Moro. Nos metimos entre muchas
escobas y matorrales que en varios lugares incluso ralentizaban el avance,
aunque el sendero estaba muy marcado y conseguíamos salir más o menos con
acierto. En las laderas había numerosos árboles aislados, muchos de ellos ya
secos. En la parte baja se encajonaba el valle del arroyo Cañal.
Subimos suavemente por la
senda bajo el pico Moro mientras el paisaje se ampliaba. Entre las escobas
había también espinos que nos dejaron varias marcas en las manos y brazos
teniendo cuidado de librar la cara. Vimos también algún acebo con frutos rojos.
Poco a poco fuimos rodeando el macizo del Moro y vimos por delante ya Peña
Rionda, con el tejo milenario destacando delante de ella en medio de la ladera,
y el Roscas al Norte del mismo. Desde allí se inicia la parte más pendiente de
la ruta, salvo los tramos de la roca superior.
El sendero se inclina camino
del collado de Tan, entre la Rionda y el Moro Norte. En un pequeño altiplano
vimos un rebaño de vacas pastando. Pasamos al lado del enorme tejo emplazado a
1550 metros de altitud sin acercarnos ahora. Unas veces siguiendo el sendero y
otras por donde cada uno mejor lo veía, fuimos aproximándonos al collado,
llegando al mismo cuando eran las 13:03 horas. Este paso está situado a 1690
metros de altura y en él nos encontramos a tres jóvenes con motos de trial que
subían desde el Este para bajar por la misma loma que nosotros traíamos.
Estuvimos unos minutos de
charla con ellos antes de retomar la subida hacia el Norte por una ladera aún
más pendiente. Enseguida nos metimos de lleno a la roca encontrando las
primeras trepadas de este último tramo a la cima. Ayudados en ocasiones con las
manos fuimos encaramándonos a los riscos con dirección a la cresta. Así
llegamos a una especie de canal muy pendiente en la que sí tuvimos que echar
pies y manos a la roca para remontar la misma hasta llegar, ahora sí, a dicha
cresta. Eran las 13:50 horas y estábamos a 1816 metros de altitud.
Nos restaban tan solo 100
metros lineales y unos 15 m de desnivel para llegar a la cima. En este tramo
cruzamos algunos pasos un tanto aéreos en los que, sin haber peligro extremo,
sí hay que acentuar un poco más el cuidado al pasar por ellos. Las caídas a
ambos lados son verticales en muchos puntos. Yo me quedé un poco rezagado
sacando algunas fotos y llegué a la cima cuando eran las 14:00 horas. El GPS
marcaba una altitud de 1833 metros y una distancia recorrida de 4,900 Km.
Desnivel acumulado de subida en la cumbre, 858 m.
La vista era amplia con
numerosas cimas en redondo entre las que podemos enumerar: Peñas Pintas,
Cerroso, Susarón, Mampodres, Bodón, Espigüete, Peña Corada, Campriondo, Loto y
por supuesto el cercano Moro con sus dos cumbres al Sur y el Roscas al Norte.
Habíamos comentado la posibilidad de pasar a éste último, pero el desnivel al
collado intermedio era considerable y tampoco se veía muy bien el cresteo al
mismo. En el valle del Esla veíamos Alejico y algunas casas de Aleje. Detrás
del Moro se alejaba la carretera por la que habíamos venido con algunas
poblaciones más en ella. Por el Este descendía el Valle del Pico Moro que
desemboca en Ocejo de la Peña, oculto en el fondo del desfiladero en el que se
emplaza delante del Campriondo. En la cima hay un buzón con una placa con el
nombre de la cumbre, altitud, grupo que la colocó y fecha. En otra al lado una
inscripción reza “En Memoria de los Mineros”.
Nos sacamos unas fotos y
estuvimos una hora disfrutando de todo este paisaje antes de emprender el
descenso. Habíamos optado por bajar al collado para comer en él y quitarnos los
pasos y canales antes. Volvimos a crestear el tramo hasta la canal más
pendiente por la que destrepamos a la parte baja. Siguiendo el sendero hacia el
collado vi otra bajada que me pareció más “fácil” aunque más directa en el
primer trecho y me eché por ella mientras ellos seguían la senda de subida más
al Sur. Así perdí bastante altura rápidamente hasta casi situarme a la del
collado cambiando entonces el rumbo para seguir por un sendero con muy poco
desnivel en esa dirección. Sorteando algunos matojos bajos llegué a dicho
collado de Tan a la par que ellos dos. Eran las 15:35 horas.
A la abrigada de las rocas
del Sur nos acomodamos para comer allí tranquilamente. Del Este corría un
vientecillo fresco que me hizo poner algo de abrigo mientras comíamos. Una
alambrada dividía las dos vertientes del collado, Este y Oeste. En el valle del
Este se veía una nave ganadera y una caseta a modo de refugio, por lo que
distinguí con el zoom de la cámara. En el cielo se seguían alternando las nubes
y los claros.
Casi una hora estuvimos allí
parados antes de retomar la bajada siguiendo la ruta de ascenso. Por el sendero
perdimos altura dirigiéndonos ahora hacia el tejo milenario bautizado con el
nombre de Borbonejo. Este ejemplar de unos 10 metros de altura y un diámetro de
unos 12 metros destaca bajo la Rionda por su frondosidad en medio de la ladera.
Al meterse bajo su copa descubrimos una maraña de raíces de grosor considerable
y formas retorcidas. Lo cierto es que es difícil describir tal curioso tronco
sin una imagen que lo acompañe. En medio de todo ello vimos una piedra a media
altura, no sabemos si colocada a propósito o caída desde las partes altas de la
peña hasta ese rincón escondido.
Tras sacarnos unas fotos con
él de fondo continuamos el descenso variando la ruta de subida con intención de
bajar directamente al valle por el que, según el mapa del GPS, pasaba un
camino. Siguiendo un sendero nos llevó hasta una pequeña vega al lado de la
Peña de Los Corralines. Por el Norte de la misma se veía una vaguada a la que
nos dirigimos para bajar por ella al valle del arroyo Cañal. Al llegar al
comienzo de la misma vimos que se trataba, no de una vaguada, si no de una
canal de difícil descenso. No teníamos ganas de complicarnos más de la cuenta,
por lo que volvimos a subir unos metros sobre nuestros pasos para rodear Los
Corralines por el Este e ir al encuentro del sendero usado en la subida. Álvaro
encontró en este tramo un cencerro de ganado en medio de una campa.
Nos incorporamos de nuevo al
sendero para meternos entre los matorrales tupidos y espinosos en algunos
casos que seguían dejándonos varios
“tatuajes” más en el cuerpo. Poco a poco fue apareciendo Aleje en el valle, al
Suroeste, así como Alejico. También las naves ganaderas desde donde habíamos
comenzado la ruta. Sin darnos cuenta se fue cubriendo el cielo por oscuros
nubarrones que aparecían por encima del pico Moro. A pesar de ello, el sol
seguía calentando bastante entre las brumas al Este. En una sombra de una
arboleda estuvimos unos minutos parados. Lo cierto es que yo iba bastante
cansado ya incluso bajando.
Así llegamos a la zona de
minas en la que enlazamos con el ancho camino por el que seguimos el descenso
entre las escombreras de las mismas. Cruzamos la cancilla que cerraba el
camino, y que ahora estaba abierta, y entramos en la arboleda. Atajamos un
trecho por una vaguada que nos llevó directamente a la curva del camino en la
que nos habíamos despistado en la subida. Poco trecho nos restaba ya por este
camino al lado del cual vimos otro cercado para el ganado entre los árboles.
Tras una corta subida y un breve descenso terminamos la ruta en la furgoneta
cuando eran las 18:25 h. El GPS nos daba estos datos: 10,400 Km hechos con un
desnivel acumulado de 900 m.
Íbamos a cambiarnos allí
mismo, pero estábamos muy cerca de los corrales de ganado y algunos muradales
de estiércol, y ante la posibilidad de presencia de garrapatas, decidimos bajar
al centro del pueblo cerca de la fuente. A ninguno nos quedaba agua ya y
aprovechamos para saciar la sed que traíamos y refrescarnos. Cómodamente nos
cambiamos allí ante la presencia de varios perros que nos ladraban.
A las 18:55 horas
emprendimos el regreso a León. De nuevo decidimos parar en Cistierna a tomar un
refrigerio en otro bar del centro. En el termómetro cercano marcaba 30º C a las
19:05 h. En la terraza del mismo estuvimos unos 20 minutos antes de retomar el
viaje. Hacia el Sur estaba totalmente oscurecido por negros nubarrones que
desaparecían según se giraba al Norte. Sin novedades esta vez llegamos a León
cuando eran las 20:20 horas. Dejé a los compañeros en sendos lugares de
recogida y a las 20:40 horas llegaba yo a casa con un termómetro marcando 23º
C.
Tras un verano de escasas
rutas y además un tanto “light”, ésta me ha dejado un poco tocado de cansancio,
sobre todo ya bajando. Aún así se ha conseguido y disfrutado al máximo, que es
lo que al final queda en la memoria. La incidencia del viaje de ida es la que
intentaré “olvidar”.....
MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA GPS:
VISTA SATÉLITE
ARMUNIA
TROBAJO
ALEJE
EN MARCHA
CAMINO CARRETERO Y RODADAS
ALEJE Y ALEJICO
OBSTÁCULOS EN EL SENDERO
PICO ROSCAS Y PEÑA RIONDA DETRÁS
ENTRE MALEZA Y ESCOBAS
ROSCAS, RIONDA Y MORO
TEJO DE BORBONEJO
EL TEJO DELANTE DE PEÑA RIONDA
HACIA EL COLLADO DE TAN
COLLADO DE TAN
ENTRANDO EN LA ROCA
TREPADAS HACIA LA CRESTA
LLEGANDO A LA CIMA
PEÑA RIONDA
VISTA AL ESTE
PANORÁMICA OESTE
GANADO EN EL VALLE
PICO MORO DETRÁS
POR LA CRESTA DE REGRESO
CAÍDAS VERTICALES
DESTREPANDO LA CANAL
COLLADO DE TAN
TEJO DE BORBONEJO
ROSCAS, RIONDA Y MORO
LA VAGUADA SIN SALIDA
ÁLVARO CON UN CENCERRO DE GANADO
POR LA SENDA DE NUEVO
APARECEN NUBARRONES
VALLE DEL ESLA
FINAL DE RUTA
ALEJE
CISTIERNA
ARMUNIA
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