XX ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES. MEMORIAL “FERNANDO ALGORRI”.
1ª
TRAVESÍA “IGÜEÑA – COLLADO BUBÍN – TREMOR DE ARRIBA”
22-05-16 (Domingo)
Un año más hemos participado en la
tradicional jornada montañera en la que se pretende reunir a los diferentes
clubes de León y provincia para celebrar el Encuentro de Montañeros Leoneses,
que en esta edición cumplía 20 años. El Club de Montañeros Aguzo, de Igüeña,
fue el encargado de organizarlo este año, apoyado como siempre por la
Delegación Leonesa de Montañismo. Como es habitual cuando el club es de una
zona de montaña, es que la ruta transcurra dentro de la demarcación cercana a
dicha sede, como en esta ocasión. Unos 300 participantes fuimos los que
animamos esta vez la marcha y la fiesta posterior, que ya avanzo, fue de las
mejores, al igual que la organización de la marcha en sí, ruta, tiempos, etc.
A las
7:30 horas salimos de Guzmán en un autocar mientras el cielo se despejaba poco
a poco del aguacero que un rato antes había descargado. Enlazamos con la Ronda
Sur, dejando el Jano y el Valle atrás, antes de entrar en la autopista hacia
Astorga. Un radiante sol lucía cuando paramos una hora más tarde a recoger al
grupo de montaña de esta localidad. Fue ya en el Manzanal cuando se cerró por
completo y la lluvia reapareció de nuevo formando un amplio arcoiris en el
cielo.
A las
9:20 horas llegamos a Igüeña, 900 m,
donde la lluvia había disminuido bastante pero no cesado. Paramos al
lado del río Boeza o Campo y nos preparamos para la marcha junto con los
participantes de algunos autocares más de otros puntos de la provincia. Nos
acercamos a un bar a tomar un café antes de comenzar a caminar a las 10:00
horas. Pasamos precisamente por la calle El Aguzo antes de encaminarnos hacia
el comienzo del valle de Bobín, o Bubín por el que haríamos la subida al
collado del mismo nombre. En un tejado de una vivienda vimos un par de gatitos
que nos maullaron al pasar.
Por
un camino amplio entre verdes pastos y sebes fuimos ganando altura con el río
por nuestra derecha. Enormes hayas escoltaban dicho camino en sus márgenes
conviviendo con otras especies que comenzaban a brotar en esta primavera tardía
que estamos pasando. También las escobas comenzaba a florecer y tapizaban de
blanco las laderas del valle. Varios arroyuelos caían por estas laderas y
atravesaban el camino hacia el cauce principal. En algunos tramos era la piedra
la que delimitaba la margen izquierda del trazado y encontramos cierres para el
ganado, algunos ya en desuso.
Vimos
rincones de gran belleza en los que la roca, el río y la vegetación creaba
verdaderos cuadros. En algunos lugares nos colocábamos a la vera del cauce
mientras que en otros el desnivel al mismo crecía algo más. Pasamos al lado de
un chozo de piedra y pizarra con un pequeño cercado llegando poco después a un puente sobre el río por el que pasamos
hacia la margen contraria. Llevábamos caminados algo más de 4,000 Km y estábamos
a 1090 m de altitud.
Desde
ese punto ganamos altura un poco más visiblemente. Algo más arriba enlazaba
otro camino por la derecha en el que estaba un todoterreno de la organización
por si alguien quería volver desde allí. No mucho después otra bifurcación nos
desviaba del ancho vial, que se dirigía a la Cabaña de Arriba, una braña que
vimos en la otra ladera del valle, para meternos en un sendero que se empinaba
considerablemente entre bosque. Un cartel de vivos colores nos señalaba 2,600
Km a la Campa del Muro, donde se emplazaba el collado, con un desnivel de 500
metros. Por dicho sendero subimos un tramo de unos 700 metros hasta llegar al
desvío del Roble de Bubín, donde otro cartel similar indicaba 200 metros al
mismo.
Varias
personas bajaban ya de verlo y decidimos subir nosotros. El organizador que
cerraba la marcha, y que ya había desistido ir detrás de nosotros, nos dijo que
nos esperaba en la collada. Emprendimos la fuerte subida de 75 metros de
desnivel hacia ese punto interesante de la ruta casi metidos en el cauce de un
arroyuelo que tuvimos que sortear en varias ocasiones. 15 minutos nos llevó
esta subida hasta llegar a la vera del enorme roble milenario de 11 metros de
diámetro máximo con una rama a modo de apéndice en la parte baja con grosor
también destacable. Pensábamos que Álvaro subía detrás y al comprobar que no
llegaba supusimos que había decidido no subir. Estábamos a 1480 metros de
altitud y llevábamos 6,200 Km.
Viendo
el track de la ruta en el GPS que llevaba descargado de la página de Aguzo,
parecía que podíamos atajar desde allí sin tener que bajar de nuevo al sendero
principal. Dos cosas nos echaron para atrás, lo cerrado de la maleza y la
posibilidad que al final alguien nos estuviese esperando abajo. Menos mal que
no lo hicimos, porque más tarde comprobamos que había un desnivel considerable
con fuerte pendiente y tramos muy cerrados, como sí habíamos visto desde allí.
Retornamos
al sendero principal y poco a poco fuimos dejando atrás la parte más densa del
bosque. Las fuerzas ya se iban resintiendo y comí un plátano para recuperar un
poco. Por delante veíamos a los últimos participantes, exceptuándonos a
nosotros, y tampoco nos llevaban demasiada ventaja. Cruzamos el río Bubín, que
allí era aún un simple reguero, y a los 7,000 Km del comienzo de la ruta
llegamos la Cueva de Los Mosquitos, desviada del sendero 20 metros. Esta
cavidad de unos 5 metros de profundidad y la altura de una persona, más o
menos, fue refugio de Maquis durante la Guerra Civil. Tiene una abertura triangular
al lado de la entrada en sí y haciendo honor al nombre, el interior estaba
plagado de pequeños mosquitos. Eran las 13:00 horas y estábamos a 1540 metros.
Hacia
el Nordeste veíamos la hilera de montañeros subir el último tramo hasta el
collado también visible desde ese punto. Retomamos la marcha y cruzamos de
nuevo el río Bubín en un punto más alto que antes y nos metimos entre matorral.
La pendiente era continua, pero más tirada que anteriormente. El sendero había
sido desbrozado por el grupo organizador. Fue entonces cuando vimos el acierto
de no haber atajado desde el Roble de Bubín. La pendiente llena de maleza y
pedreros nos lo hubiese puesto complicado.
Subiendo
este tramo teníamos todo el valle a la vista e incluso varios kilómetros hacia
el Sur. Por encima de las cumbres del Oeste emergían otras más alejadas y altas
con nieve aún. Podían ser el Catoute y cercanas. A las 13:40 horas alcanzamos
el collado de Bubín y la Campa del Murio situados a 1750 metros de altitud, y
en la que ya no quedaba nadie. Llevábamos 8,400 Km.
Por
la derecha ascendía la loma de Los Infiernos con 1819 metros de altura máxima
mientras por la izquierda era la de Las Rozas con 1887 metros. El cordal de
este lado seguía con el Miromalo y el Arcos de Agua, ambos subidos en otro Encuentro
de Montañeros hace pocos años, y Peña Cefera. El valle al que pasábamos ahora
era el del Arroyo Cáscaro que se une al de Fullinas para cruzar Tremor más
abajo.
En
aquel collado soplaba bastante viento y fresco, por lo que no nos detuvimos
nada. Unos lazos plásticos nos marcaban la senda entre más matorral bajo y
también desbrozado para la ocasión. Según fuimos girando con el valle,
ampliamos la vista hacia el Este irrumpiendo en el paisaje más cumbres como el
Suspirón o El Pando. Al Sur de éstos vimos la ermita de Peña Furada bajo el
cerro del mismo nombre.
Poco
a poco fuimos perdiendo altura por la ladera del valle cruzando algunos
pedreros bajo la cumbre de Los Infiernos. En un hoyo de rocas y piedras, Las
Pozas de Los Infiernos, se concentraban varios montañeros en la parada para
comer. No sé porqué buscan las hondonadas en vez de lugares con vistas.
Nosotros decidimos seguir hasta un punto más adelante donde se llegaba tras
ascender unos pocos metros. Allí decidimos parar a comer nosotros tranquilamente
mientras más tarde todos iban pasando por delante quedando de nuevo los
últimos.
Retomamos
la marcha hasta la campa de Valdepeorno donde nos echamos más bruscamente hacia
abajo, hacia otra campera donde había una fuente con pilón a la que llegamos en
pocos minutos. Estábamos a 1542 metros de altitud y llevábamos 10,700 Km. Eran
las 15:00 horas. Desde minutos antes nos habían estado cayendo algunos pequeños
granizos de unos nubarrones que amenazaban algo más y que al fin se
contuvieron.
Bajamos
el siguiente tramo entre piornos y escobas floridas formando un efecto de
colorido espectacular. Así enlazamos con un ancho camino cerca del cual había
un organizador de la marcha esperando. Nos dijo que le parecía que aún quedaba
más gente detrás, aunque nosotros creíamos que no. Nos preguntó si queríamos
bajar los 4,000 Km que restaban con él, pero como vimos que nos daba tiempo a
llegar para las 17:00 horas, cuando comenzaba la fiesta, optamos por seguir
caminando. En ese mismo punto había una curiosa escultura metálica de una vaca
como homenaje a los ganaderos de Tremor, según rezaba una placa. En medio de
una pradera cercana había un refugio de piedra y pizarra.
Ya en
la pista nos metimos a la parte mas cerrada del valle donde aún se ven las
abandonadas minas a cielo abierto. El valle principal se bifurca arriba y
habíamos abandonado el arroyo Cáscaro, que se había unido al Fullinas y bajaba
por otro ramal paralelo, para meternos en el de la Reguera del Agua, que
descendía encajonado por nuestra derecha. Echando la vista atrás vimos como la
cumbre apenas visible ya del Arcos de Agua, se desvanecía entre la niebla,
aunque quedó arriba y el sol nos siguió alumbrando a nosotros.
Cruzamos
algunas cancillas para el ganado y nos dejó atrás el todoterreno del organizador,
que al final iba solo ya que nadie bajaba detrás de nosotros. Llegamos a la
confluencia de los dos valles donde se formaba una gran campa verde y florida
un tanto desfavorecida por las minas mencionadas. Se veían ya algunas casas de
Tremor poco más delante de la unión de cauces. El camino trazó algunas curvas
cerradas y de fuerte bajada hacia este punto. Allí había un merendero y una
edificación que según rezaba un gran cartel de obra, era un “Parque de Deporte
de Boeza - Sil” y “Pista de despegue para vuelo sin motor”, incluidos dentro de
un plan de reestructuración de cuencas mineras.
Tras
este lugar se unen los dos cauces quedando el nombre principal como Fullinas
hasta el pueblo que pasa a ser río Tremor. Entramos en asfalto y pasamos a lado
de un grupo de edificios medio abandonados de viviendas de los antiguos
mineros. Llegamos a una fuente de piedra donde bebimos agua y a las 16:15 horas
entramos en Tremor de Arriba, aunque nos quedaba casi 1,000 kilómetro hasta los
autocares. El río divide el pueblo que se encarama por ambas laderas del valle
y algunas de las casas están asentadas sobre las misma roca del terreno.
Pasamos en medio de viviendas nuevas y otras medio derruidas y encontramos
numerosos lilares cargados flores olorosas. Una estrecha calle de escaleras
ascendía entre dos viviendas a la parte alta. Vimos viejos balcones de madera
en casas de piedra. Después de pasar cerca de la parroquia, con el tanatorio
adyacente, enfilamos el último tramo hacia la plaza en la que estaban los autocares,
donde el río confluye con el Fervienza y pasa a llamarse Tremor.
A las
16:30 horas terminamos la ruta en esta plaza casi a la entrada de Tremor por la
carretera y a 960 metros de altitud. El GPS daba estos datos totales: 1016
metros de ascensión y 958 metros de bajada. 16,100 Km hechos en casi 7 horas.
Allí estaba Álvaro, al que llamamos de todo por abandonarnos, con cariño eh!
Nos cambiamos y enseguida nos acercamos hasta el pabellón de deportes para
celebrar la fiesta. Para ello teníamos que subir 30 metros por unas empinadas
escaleras que a esas alturas ya costaban.
A la
entrada del pabellón nos recibían con un par de obsequios, un folleto de rutas
de la zona y una braga-cuello con el logo del club. En las mesas había para
picar embutido, patatas fritas y aceitunas, acompañado por pan, vino, refrescos
y agua. Pero el plato que triunfó yo creo que fue la parrilla de chuletas que
tenían y que resultó un éxito. Luego también había café, roscas y orujo
mientras amenizaba la fiesta el grupo de música tradicional Muxiben con el que
echamos unos buenos bailes.
El
grupo Aguzo, organizador del evento, recibió la placa de recuerdo de la
Delegación de Montañismo que le fue entregada por el que será el relevo el
próximo año, el club Los Rejos, de Cistierna. A continuación también hubo un
sorteo de varios detalles con el número del billete de cada participante.
Poco
antes de las 19:00 horas comenzamos a abandonar el recinto hacia los autocares
para emprender el regreso a León. Ahora se bajaban mejor las escaleras que
antes subirlas.... En la Plaza del Minero, como así se llama la misma, hay un
bonito monumento de piedra a estos obreros.
A las
19:15 horas iniciamos la vuelta a la capital. Al igual que durante la ruta,
vimos numerosas molinos eólicos en los altos de las lomas. Poco antes de las
ocho de la tarde entramos en Astorga donde nos despedimos de los compañeros de
esta ciudad. Por la autopista hicimos el último trayecto hasta León donde
llegamos a las 20:45 horas.
Sin duda, para mí, unos de los mejores Encuentros
de Montañeros que hemos tenido, y sin querer menospreciar para nada los
anteriores. La ruta, sencilla, bonita y bien calculada para el tiempo
disponible, y la fiesta final que dejó el listón muy alto.
MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA WIKILOC:
LEÓN
ASTORGA
PUERTO MANZANAL
IGÜEÑA
RÍO CAMPO O BOEZA
VALLE DE BUBÍN
DESVÍO DE LA CABAÑA PEQUEÑA Y RUTA
ROBLÓN DE BUBÍN
VALLE DE BUBÍN Y VISTA AL SUR
COLLADO DE BUBÍN Y CAMPA EL MURIO
VALLE DEL ARROYO CÁSCARO
POZAS DE LOS INFIERNOS
ABREVADERO DE ZAPALLOBOS
ERMITA DE LA PEÑA FURADA
REFUGIO DE FULLINAS
PISTA DEL VALLE DE FULLINAS
ZONA DE MINAS
CONFLUENCIA DE VALLES
ENTRANDO EN TREMOR DE ARRIBA
POR LA CALLES DEL PUEBLO
FIN DE RUTA
HACIA EL PABELLÓN (POR SI HABÍAMOS SUBIDO POCO EN LA MARCHA.....)
PLAZA DEL MINERO
VIANDAS Y OBSEQUIOS DE LA FIESTA
COLOFÓN DEL ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES
GRAN CHURRASCADA
PANORÁMICA DEL PABELLÓN
GRUPO DE MUSICA TRADICIONAL MUXIBEN
ENTREGA DE LA PLACA CONMEMORATIVA AL CLUB AGUZO
SORTEO DE REGALOS
¡QUE SIGA LA FIESTA.....!
....INCLUSO FUERA.
SE ACABA....
MONUMENTO AL MINERO
ASTORGA
LLEGADA A LEÓN
FIN DE JORNADA
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