RUTA POR “TOLIBIA DE ARRIBA” (Intento de ascensión al Mahón)
10-01-16 (Domingo)
Al
igual que el pasado año, comenzamos éste con una ascensión truncada por la
nieve y el mal tiempo, aunque la previsión ya nos los anunciaba. Lo que no me esperaba
era encontrar tanta nieve, unos 30 cm en la parte media del valle. Además, ese
día iba yo en mala forma debido al fuerte catarro que aún se mantiene unos días
después. La intención era subir al pico Mahón, y si no es por ello igual si lo
hubiésemos hecho.
A
esta primera ruta, programada particularmente, solo nos hemos animado tres
personas: Antonio, Álvaro y yo. En mi furgoneta salimos a las 8:30 horas de
Villaobispo tras recoger a los dos compañeros. Por la carretera del Torío
avanzamos mientras comenzaban a caer los primeros copos de nieve pocos
kilómetros después. En Robles nos desviamos hacia La Vecilla y aquí hacia el
Norte. Pasamos las Hoces de Valdeteja y llegamos a Tolibia de Abajo donde
paramos a tomar un café en el bar de la carretera. Eran las 9:30 horas.
Media
hora más tarde retomamos la marcha para subir a Tolibia de Arriba, 1240 m,
donde aparcamos a las 10:15 horas. En el pórtico de la iglesia nos preparamos
para la ruta mientras seguía cayendo agua-nieve, la temperatura no era muy baja
sin embargo. A las 10:25 horas emprendimos la marcha cruzando el arroyo de Las
Tolibias por un puente para enseguida meternos en el valle por el que bajaba el
mismo.
El
ancho camino comenzó a ascender paralelamente a la loma derecha de este valle
cubierto totalmente por la nieve, aunque en esta parte baja aún no muy
compacta. Dejamos a un lado algunas formaciones rocosas y mirando atrás,
tuvimos una bonita panorámica del pueblo. Yo comenzaba a sufrir los efectos del
agotamiento por el fuerte catarro que tenía y me hizo ralentizar la marcha.
La
niebla impedía ver ningún paisaje de media altura hacia arriba y cada vez la
nieve se escapaba más abundante. Así nos metimos de lleno en el bonito hayedo,
que aunque desprovisto de hojas, evidentemente, la nieve que lo cubría creaba
un bello espectáculo visual. La capa blanca se fue agrandando y de las ramas
caían de continuo grandes bolas encima de nosotros. Que “gusto” cuando alguna
se colaba por el cuello y la espalda....
Como
yo veía que cada vez me costaba más avanzar, decidí pasarle al GPS a Álvaro
para que al menos ellos dos continuasen hasta donde pudiesen. Al final optaron
por bajar el ritmo y seguir todos juntos, lo cual también es de agradecer.
Algunos arroyos cruzaban el camino y vimos bonitas cascadas de escaso desnivel,
pero agraciadas en aquel paisaje nevado y arbolado.
Hicimos
una pequeña parada y comimos unas galletas para reponer energías. El ramaje
formaba un túnel sobre el camino en varios tramos y trazó algunos zizg-zazg
antes de abandonar el bosque encima de una loma. Allí la capa de nieve rondaba
los 25 centímetros más o menos y ya costaba un poco de esfuerzo abrirse rastro
entre ella. El camino se difuminaba y desaparecía en varios lugares bajo el
manto blanco. La niebla estaba cada vez más cerca y el paisaje disminuía en
proporción. Con ese panorama decidimos abandonar la idea de seguir hacia el
Mahón, para el que aún nos restaba más de la mitad de lo caminado, aunque menos
desnivel. Si yo no hubiese ido tan mal de fuerzas sí hubiésemos seguido, al
menos algo más. Estábamos allí a 1580 metros y eran las 12:40 horas.
En el
GPS vimos que más adelante estaba el punto en el que había que abandonar el
camino para subir hacia la cresta mientras éste daba un giro para descender
hacia el valle. Optamos entonces por seguirlo y cerrar el recorrido circular
sin más complicaciones. Volvimos a meternos un trecho entre el hayedo y
seguidamente otro tramo en el que el camino, ya casi sendero, estaba invadido
por escobas que nos cerraban el paso. Cruzamos algunos arroyos más mientras
ladeábamos el valle aún con dirección a la cabecera encima de la cual se
emplazaba el Mahón, que no vimos en todo el día por la niebla cerrada de la
parte alta. En la nieve seguimos las huellas de un pequeño animal durante un
buen tramo y vimos su madriguera bajo unas ramas.
Poco
a poco fuimos perdiendo altura y así divisamos una nave ganadera por delante de
nosotros hacia la que bajamos siguiendo el camino cegado por la nieve. Perdimos
altura rápidamente y llegamos a dicha
edificación a las 14:10 horas. Además había una fuente con pilón en la que el
osado de Antonio se refrescó la cabeza entera. Dentro de la nave abierta había
maquinaria y el suelo estaba cubierto de excrementos de ovejas. Íbamos a comer
allí, pero no me pareció el lugar adecuado. Si no hubiese más remedio, vale,
pero aún no era tarde.
Allí
dimos un giro completo para emprender el regreso al pueblo por un camino mejor
marcado y que seguía descendiendo hacia el fondo del valle. En este punto nos
encontramos con que había que pasar el arroyo, que más bien era río, y sin
puente. Pues bien, Antonio se dispuso a hacerlo por unas piedras cuando una de
ellas se le fue y él con ella. Gracias a que reaccionó rápido no fue más grave
la caída al agarrase a otra roca más sujeta y salir corriendo hacia la orilla
opuesta sin pensarlo dos veces. Yo lo estaba grabando todo y la verdad es que
es divertido, a sabiendas que el susto no pasó de una pequeña mojadura. Podía
haberse empapado entero y además haberse hecho mucho daño en el sitio donde
cayó. Álvaro y yo, tras buscar sin éxito otro paso mejor, lo hicimos corriendo
por el medio del cauce.
Ya en
el camino principal del valle nos restaba 1,500 Km para llegar al pueblo.
Algunos tapiales de baja altura y de piedras escoltaban este último tramo y nos
separaban de prados en los que aún se acumulaba la nieve, a pesar de que aquí
mucha se había quitado al llover desde hacía rato. Cruzamos un pequeño reguero
y antes de entrar en Tolibia pasamos un buen tramo encharcado y lleno de
estiércol de una nave ganadera cercana que nos ensució las botas que habíamos
conseguido mantener limpias hasta ese momento. Es ya común encontrarse los
tramos embarrados justo antes de terminar la ruta.
Eran
las tres de la tarde cuando entramos en el pueblo y en otro prado vimos un
enorme toro. En cinco minutos llegamos a la plaza de la iglesia en la que
teníamos la furgoneta y terminamos la ruta de la que el GPS nos dio estos
datos: 7,300 Km. y 350 metros de desnivel acumulado.
En el
pórtico nos cambiamos de ropa y allí mismo comimos. A las 16:00 horas recogimos
todo para emprender el regreso. Antes de salir del pueblo paré a saludar a unos
conocidos que viven allí. Camino de Tolibia de Abajo teníamos de frente el
impresionante Bodón del que tampoco se veía mas allá de media altura, luego
despejó un poco más. En este pueblo volvimos a parar en el bar a tomar otro
refrigerio y nos entretuvimos de charla hasta casi las cinco y media.
En el
regreso nos acompañó lluvia durante todo el trayecto hasta la misma ciudad. Me
despedí de Álvaro primero y luego dejé a Antonio en casa antes de terminar el
viaje en Armunia a las 18:30 horas.
Así
transcurrió la primera de las muchas rutas que esperamos hacer a lo largo de
este 2016.
MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA GPS:
NIEVE EN EL TORÍO
BODÓN DESDE TOLIBIA DE ABAJO
TOLIBIA DE ARRIBA
VALLE DE LAS TOLIBIAS
ENTRANDO EN EL HAYEDO
CASCADAS EN LA RUTA
POR LA CRESTA
ARROYOS CRUZANDO EL SENDERO
PANORÁMICA DEL VALLE
BAJANDO A LA NAVE GANADERA
CRUCE DEL ARROYO DE LAS TOLIBIAS
CAMINO DE REGRESO A TOLIBIA
ENORME TORO EN UN PRADO DEL PUEBLO
EL BODÓN CAMINO DE TOLIBIA DE ARRIBA
HOCES DE VALDETEJA
LEÓN
No hay comentarios:
Publicar un comentario