EL BLOG DE JAVI GALLEGO: NOCTURNA COLINAS DEL CAMPO - SESTEADERO BUEY DE FRAILE 29/30-08-15

lunes, 31 de agosto de 2015

NOCTURNA COLINAS DEL CAMPO - SESTEADERO BUEY DE FRAILE 29/30-08-15

XXVIII TRAVESÍA NOCTURNA.

5ª TRAVESÍA “COLINAS DEL CAMPO DE MARTÍN MORO TOLEDANO – CAMPO DE SANTIAGO”

3ª ASCENSIÓN AL “SESTEADEO BUEY DE FRAILE”

29/30-08-15

Segunda ruta nocturna de este año 2015. En esta ocasión hemos hecho una travesía que hace unos años hicimos también por la noche, además coincidiendo con la fiesta de Santiago Apóstol y encontrándonos con la romería que se celebra ese día en la ermita que en dicha campa se ubica. Hace dos años la repetimos por última vez celebrando uno de los encuentros anuales de la Delegación de Montaña. La intención era repetir totalmente la ruta con sus tres cumbres, el Sesteadero Buey de Fraile, Arcos de Agua y Miromalo. Una tormenta matinal nos obligó a abortar las dos últimas como reflejaré en las siguientes líneas. Hemos participado 4 personas: Mª Jesús, José Luis, Roberto y yo.

SÁBADO 29

A las 21:00 horas salía de casa para recoger a José Luis en Trobajo del Camino. Habíamos decidido cenar antes de marchar y nos acercamos hasta un burguer de La Palomera a hacerlo tranquilamente. Sobre las 22:15 horas emprendimos el viaje hacia Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, pueblo con el nombre más largo de España. En Michaisa recogimos a Mª Jesús y nos desviamos un poco hacia San Feliz de Órbigo donde se nos unió Roberto Vega. Por la nacional llegamos a Astorga donde nos incorporamos a la autovía por la que circulamos hasta el desvío de Folgoso de la Ribera e Igueña, pueblo en el que paramos sobre las 00:00 horas.

DOMINGO 30

Aquí nos tomamos un refrigerio en uno de los varios bares concurridos que vimos en esta localidad. En él, y tras comentar nuestras intenciones para esa noche, nos comentaron que en el valle habían visto últimamente al oso merodeando cerca de los pueblos. Nos es la primera vez que nos comentan lo mismo cuando vamos de ruta nocturna, y de hecho en los medios de comunicación de vez en cuando sí sale alguna noticia sobre ello.
Media hora después retomamos la marcha hacia el ya cercano Colinas, 1072 metros, al que llegamos diez minutos más tarde. Aunque al pueblo esta restringido el acceso de los vehículos no residentes, a esas horas decidimos no cumplirlo y aparcamos en uno de los escasos lugares que encontramos para ello. Nos preparamos para la marcha y sacamos una foto de grupo antes de emprender la ruta a las 1:10 horas.
Atravesamos las calles adoquinadas de piedra viendo las numerosas casas del mismo material y pizarra en su mayoría. Algunos puentes cruzaban el río del Campo para unir las dos partes del pueblo. Abandonamos éste por un ancho camino entre arboleda iluminado por la luna llena de esta noche. Encontramos algunos trozos encharcados que sorteamos por el mejor lugar y fuimos encontrando las primeras fuentes naturales que manaban por la parte derecha entre vegetación. Más adelante ésta se sustituyó por unas rocosas pendientes lisas e inclinadas en las que nos sacamos unas fotos con la luna de fondo. Enseguida, y tras dejar atrás este tramo, llegamos a la fuente de San Juliano, un manantial empedrado del que bebimos su cristalina agua.
En otra zona rocosa nos sacamos unas fotos con exposición larga que permite captar la claridad del cielo mientras nosotros tenemos que permanecer lo más quietos posible. El efecto es realmente bonito. Íbamos cogiendo altura sobre el río en el que vimos un puente de madera que lo cruzaba. De nuevo pasamos una zona arbolada mientras la luna se eclipsaba un poco detrás de unas nubes muy diáfanas. Las losas lisas de piedra dieron paso a los pedreros que cubrían toda la ladera de la derecha hacia la parte alta. En la margen contraria, hacia el río, vimos unos prados en los que había un par de caballos que se nos acercaron. La luz de la luna permitía ver el valle con toda claridad siendo un verdadero espectáculo nocturno. Con la cámara a exposición larga capturé algunas fotos del mismo dentro de la sencillez de una compacta.
Tras 4 Km recorridos llegamos al primer puente sobre el río. Eran las 3:10 horas y estábamos a 1274 metros de altitud. La última vez lo habíamos pasado por troncos y un pequeño puente de madera que el club organizador del Encuentro de Montañeros había acondicionado a tal efecto. Ahora nos encontramos con un robusto puente de listones de madera y armazón metálico bien aparejado. Según nos habían comentado en el bar de Igueña, la intención es facilitar y fomentar un tramo del Camino de Santiago que pase desde Fasgar a Igueña por el Campo de Santiago y Colinas. Aquí terminaba el ancho camino para transformarse en senda.
Ya por la margen izquierda del cauce se pronunció la pendiente en un tramo serpenteante en el que ganamos altura rápidamente entre más arboleda antes de salir a cielo abierto en una zona donde había caída casi vertical hacia el río. El sendero se volvió rocoso en este tramo en el que hay un desvío hacia una bonita cascada en el cauce que no estamos seguros de haber visto. Vimos un pequeño senderín que bajaba por la derecha que creemos era ese, pero sin estar seguros. No íbamos a bajar de todas formas ya que se pierden unos cuantos metros de nuevo.
Dejando atrás ese espacio de piedra entramos de nuevo al bosque donde los helechos escoltaban el sendero en ambas orillas al igual que algunos troncos de gran envergadura. La pendiente se suavizó y nos colocamos de nuevo al lado del río. A las 3:40 horas llegábamos al segundo y último puente del valle, muy similar al anterior. Estábamos a 1320 metros de altitud y llevábamos caminados 4,700 Km.
De nuevo la inclinación del sendero se hizo evidente en otro tramo de curvas entre vegetación y arboleda. La luna había ido cambiando de orientación ayudada a la vez por el giro del valle, por lo que la teníamos ahora al lado contrario que a la salida. Llegamos a otro espacio de roca en el que de día había una amplia vista de todo el valle. Ahora también podíamos verlo en la noche con la luna llena. En él paramos unos minutos y tomamos y tentempié tranquilamente. Al contrario que la ruta nocturna anterior en la que el frío fue intenso, ahora con la sudadera casi sobraba.
De nuevo en marcha cruzamos bajo un túnel de ramaje y algunos pedreros más. Un indicador marcaba las direcciones de la “Ermita” y la “Cabaña corral de las Yeguas”. Poco a poco fue abriéndose el valle indicándonos que el Campo de Santiago estaba cerca, lo cual sabíamos por el GPS que yo llevaba. No tardamos en divisar la silueta de la ermita a la que llegamos minutos más tarde. Eran las 5:05 horas, estábamos a 1490 metros de altitud y habiendo recorrido 6,800 Km.
Esta ermita de piedra alberga en su interior la imagen de Santiago Matamoros. Nos sacamos varias fotos en su entorno y descansamos un rato sentados en los poyos de piedra de la fachada. Poco a poco íbamos viendo aparecer nubes por el Sur que cubrían la luna.
Unos 40 minutos estuvimos allí parados antes de retomar la marcha hacia el Noroeste con dirección al collado de Ocidiello por un ancho camino que pasa a Fasgar. Otro indicador de madera marcaba esa dirección y la de Colinas. Al poco de dejar atrás la ermita José vio correr por el campo un conejo o liebre que con la potente linterna que llevaba distinguimos entre la maleza. El camino serpenteaba con bastante pendiente hacia el collado mientras la luna cada vez se ocultaba más con las nubes. A las 6:30 horas llegamos al collado de Ocidiello situado a una altura de 1641 metros. En él había un panel con una panorámica de las cumbres que se podían ver rodeando al Campo de Santiago y cuyas siluetas veíamos nosotros bajo la luz de la luna.
Desde allí mismo nos echamos a la ladera Norte del Sesteadero Buey de Fraile siguiendo un sendero medio marcado y ayudados por la ruta del GPS. La pendiente aquí ya se hizo notar entre matorral y varios pedreros. Algunos hitos también ayudaban a señalizar esta subida durante la cual comenzamos a ver las primeras luces del alba hacia el Este. En la ladera crecían algunos árboles que fuimos dejando atrás mientras ganábamos altura rápidamente.
Sobre las 7:45 horas vimos el primer rayo de sol entre un pequeño claro de las nubes que sin enterarnos habían cubierto buena parte el cielo encima de nosotros. Mª Jesús y Roberto se fueron adelantando y alcanzaron la cima del Sesteadero minutos antes de José y yo, que lo hicimos a las 8:00 horas. En esos momentos el sol lucía en esta cumbre de 1912 metros en la que nos sacamos una foto y dejamos una tarjeta entre un hito de piedras de la cima.
La siguiente cumbre y más alta del cordal era el Arcos de Agua con 2063 metros, distante casi dos kilómetros. Hacia ella nos encaminamos cuando de pronto un trueno nos sorprendió encima de nosotros. No tardaron en acompañarle unas gotas de agua y más relámpagos. Personalmente no hay fenómeno meteorológico que me dé más respeto en la montaña que las tormentas por el gran peligro que los rayos suponen en campo abierto y en las alturas. El panorama del cielo no era además muy halagüeño y nos restaba un buen tramo de cresta hasta la siguiente cumbre y bastante más hasta la bajada prevista. Por ello decidimos echarnos ladera abajo con la incertidumbre de saber como estaba la parte baja que no se veía.
A las 8:30 horas variamos el rumbo para comenzar a bajar directamente al valle por el que habíamos subido de noche. La lluvia ya era copiosa y me puse un chubasquero de plástico malo que me duró un suspiro entre el matorral y robles tupidos con los que tuvimos que pelear en este descenso precipitado. Los bastones además molestaban entre toda esta vegetación y se iban enredando con ella a cada paso. Poco a poco nos fuimos metiendo en una estrecha vaguada por la que al final no resultó del todo mal la bajada y que nos desembocó en el sendero del valle unos metros más arriba del último puente que habíamos cruzado por la noche. Tardamos en bajar hasta allí casi dos horas.
Totalmente empapados retomamos la marcha por el sendero llegando a este primer puente poco después y lo cruzamos para meternos entre helechos al lado del río. Poco a poco se fue distanciando hacia abajo y llegamos a la zona rocosa con fuertes caídas hacia el cauce. Tras otra bajada pronunciada y con curvas llegamos al segundo y último puente. Ahora vimos claramente el antiguo de troncos que aún se conserva paralelo a éste.
La lluvia había desaparecido ya e incluso algunos claros se abrían en el cielo. Dejamos atrás los pedreros por debajo de los cuales encontramos los dos caballos en los prados. Al lado del camino también vimos varias zarzamoras de las que recolectamos los frutos para comerlos. Una pareja con un perro se cruzó con nosotros camino del Campo de Santiago. Llegamos después a la Fuente de San Juliano y poco más adelante vimos un par de cruces de madera un poco por encima del camino al igual que una pequeña edificación de piedra que podría ser un depósito de aguas.
Ya metidos entre la arboleda del último tramo vimos una culebra de unos 30 cm muerta en medio del camino. A las 11:45 horas entrábamos en el pueblo y unos metros más adelante estaba la furgoneta aparcada en la que ya estaban José y Roberto que se habían adelantado un poco. El GPS nos daba estos datos: 16,100 Km recorridos con un desnivel acumulado de 900 metros.
En media hora nos cambiamos y emprendimos el regreso cuando comenzaba a llover de nuevo. Cruzamos bajo un curioso arco que tiene la iglesia de Colinas y que divide el campanario del resto del templo. Según avanzábamos iba aclarando el cielo hasta despejar por completo. Nos incorporamos a la autovía por la que circulamos hasta abandonarla en Astorga. Por la nacional llegamos al desvío de Villares y luego a San Feliz de Órbigo donde nos despedimos de Roberto. Por Benavides de Órbigo salimos a Villadangos del Páramo y de nuevo por la nacional llegamos a Trobajo del Camino donde quedó José Luis. A las 14:15 horas llegábamos Mª Jesús y yo a Armunia tras 111 Km desde Colinas.
Segunda experiencia nocturna de este año con un final un tanto mojado, pero que se compensa con el resto de la ruta que realmente resultó inmejorable.

MAPA ESQUEMA