EL BLOG DE JAVI GALLEGO: XVIII ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES

sábado, 24 de mayo de 2014

XVIII ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES - BRAÑAS DE RABANAL 18-05-14

XVIII ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES. MEMORIAL “FERNANDO

ALGORRI”. 1ª TRAVESÍA “RABANAL DE ABAJO – COLLADO TRASMUNDO – BRAÑA

DE LA BRAÑÍNA –RABANAL DE ARRIBA - VILLABLINO”

18-05-14 (Domingo)

Otro mayo más y una nueva edición del Encuentro de Montañeros Leoneses, que cumple su mayoría de edad. Como ya ocurrió hace 11 años, ha coincidido con mi cumpleaños por “culpa” de las elecciones europeas que se celebran el último domingo del mes, fecha habitual para la conmemoración de este evento. Dado que no me he perdido ninguno de ellos, no podía ser menos en esta ocasión. El club Laciana de Villablino, junto con la Delegación Leonesa de Montañismo, fueron los encargados de organizar esta actividad.

Del club Cumbres de León fuimos 8 socios: Toño, Nati, Álvaro, Mª Jesús, Juan, Miguel Ángel, Carmen y yo. Tras recogernos Toño a Mª Jesús y a mí cerca de la fuente en Armunia, nos reunimos en Guzmán con el resto de participantes saliendo a las 8:00 horas en dos autocares hacia Astorga donde recogimos a los del club de dicha localidad. Tras llegar a Ponferrada nos hemos desviado a Toreno para seguir luego hacia Rabanal de Abajo, 960 m, tras 2:30 horas de trayecto con el rodeo dado. Allí nos preparamos para la ruta que comenzamos nosotros a las 10:40 horas, casi una más tarde de lo programado.

Al lado de la misma carretera de llegada, y a la margen contraria del embalse de Las Rozas, caminamos unos 350 metros antes de desviarnos a un camino entre bosque que comenzaba a coger altura bruscamente. Entre arboleda y algunos taludes de tierra y pizarras fuimos subiendo encontrándonos algunas rampas de fuerte pendiente donde el ritmo se veía mermado. En el valle principal, al lado de la carretera, vimos Villarino del Sil bajo las lomas del Miro de Tejedo, cumbre que se comenzó a divisar desde media altura. También bajo sus lomas vimos unas brañas, que consultando el GPS comprobamos eran las de Curuezas.

Al lado del ancho camino encontramos una fuente manantial que salía de la ladera entre rocas colocadas a tal efecto. El sol ya nos comenzaba a dar aunque la arboleda lo amortiguaba de momento. Pocos metros más adelante encontramos otro pilón con fuente antes de dejar atrás el bosque y salir a cielo abierto desde donde tuvimos una amplia vista de Villablino con las cumbres del Muxiven y el Cornón de fondo. La pendiente se suavizó en aquel tramo tras el cual volvimos a entrar entre el ramaje unos metros para salir a continuación a un collado en el que se reunían todos los participantes que nos precedían. Allí había un vehículo de la Cruz Roja al lado de un refugio. Eran las 12:00 h del mediodía. Estábamos a 1500 metros de altitud y habíamos caminado 4 kilómetros de los 14,500 totales teóricos. Al Sudoeste se alzaba la loma de Peña Derecha y al Nordeste la de La Corona del Cuerno.

En aquel punto nos detuvimos unos minutos a tomar un tentempié, y como nadie se ponía en marcha, Álvaro, Toño y yo retomamos la ruta tranquilamente cuando al poco oímos que nos voceaban desde atrás sin entender lo que decían. Nosotros seguimos subiendo a nuestro paso y cuando nos alcanzó uno de los organizadores nos recriminó un poco esa prisa.

A modo particular, y siempre lo he apuntado, es una de las razones por las que ya no suelo participar en ninguna ruta que no hagamos nosotros, salvo estos Encuentros anuales. Vamos a nuestro aire sin horarios determinados, sin excederse tampoco demasiado. Cuando tienes que estar a una hora en punto en los autocares y no puedes disfrutar como te apetece de la ruta, es tontería salir a hacerla. En esta ocasión había que estar a las cinco en Villablino para la fiesta, y aunque la ruta era factible hacerla sin mucha prisa, era mejor no retrasarse ya en el comienzo.

El ancho camino seguía por la falda de La Corona del Cuerno a la solana que solo en algunos tramos quedaba a la sombra de la escasa arboleda de esa loma. Dejamos atrás una bañera a modo de bebedero a la que caía un chorro de agua de una manguera y más arriba llegamos a unos corrales circulares de piedras en unas camperas que atravesamos para alcanzar en pocos minutos el collado Trasmundo cuando eran las 13:00 horas. El GPS marcaba 1709 metros de altitud y 5,920 kilómetros recorridos.

Desde allí veíamos de nuevo Villablino con las cumbres antes mencionadas además del cercano Cueto Nidio. También podíamos ver varias cimas de la zona de Babia, entre ellas las Ubiñas. Seguimos la marcha ya por la ladera del valle contrario, el de la Brañina, manteniendo la altura durante un tramo y subiendo escasos cinco metros hasta los 1714 metros, cota más alta de la ruta. Entre arboleda rodeamos la loma viendo ya La Brañina en el valle hacia cuya cabecera íbamos para comenzar a bajar desde allí a la misma. En la ladera contraria del valle estaba el collado que da paso al de Cubachín al que hace unos dos meses llegamos para bajar también a estas brañas desde él. Desde aquella misma cota subía la ladera del Miro de Rabón, y siguiendo el cordal, el Nevadín.

Bajamos al lado de algunos regatos entre matorrales y pradera viendo La Brañina en la parte baja llena de personal acomodados para comer. Nosotros decidimos hacerlo antes de llegar a ellas y nos sentamos a la sombra de un árbol poco antes de las dos de la tarde. Por el sendero unos metros por debajo fueron pasando los que quedaban por detrás.

Media hora más tarde nos pusimos en marcha bajando hacia las brañas de La Brañina,1600 m, en las que aún quedaban muchos participantes comiendo. Como ya apunté en la ruta anterior, se encuentran todas en ruinas quedando solamente los muros de piedra.

Cruzamos entre las mismas y nos hicimos una foto de grupo nosotros antes de proseguir valle abajo por los prados y paralelos al camino medio cegado por la maleza al que algo más abajo nos incorporamos. De esa forma llegamos al cruce con el arroyo la Brañina que la vez anterior nos fue imposible atravesar por el gran caudal que bajaba. En esta ocasión lo hicimos sin mayor problema por las piedras que salían del lecho. Allí mismo se precipita en una cascada hacia la parte baja. En el agua vimos un gran sapo cerca de la orilla.

El sendero, que en algunos lugares se encontraba embarrado, continuaba bajando por la ladera quedando el arroyo a la derecha. La verde vegetación lo inundaba todo y entre ella perdimos altura de forma bastante precipitada. En un momento determinado, ya cerca de la confluencia de valles, vimos las brañas de Cubacho en el valle del mismo nombre y varios metros por encima.

A las 15:44 horas llegábamos a dicha confluencia de los dos arroyos, el de La Brañina y el Cubachín, en el que se pueden ver los restos de un par de antiguos molinos. Cruzamos un puente de madera antes de incorporamos al ancho camino que allí comenzaba y que en los primeros metros ascendía ya por la margen contraria del valle. El sol volvió a darnos entre algo de arboleda y dejamos atrás la fuente que manaba al lado del camino. También vimos el desvío señalizado a la cascada de Pimpanón, a la que ya no bajamos por ir justos de tiempo.

No tardamos en divisar Rabanal de Abajo y el embalse cercano dejando poco después el valle cerrado atrás y saliendo al principal. El camino pasaba por encima de dicho pueblo, a unos 400 metros del mismo, y continuaba hacia el Norte con dirección a Rabanal de Arriba, en el que entramos a las 16:25 horas. Llevábamos 12 kilómetros recorridos y estábamos a 1072 metros.

En el pilón de la fuente nos refrescamos y bebimos agua del caño antes de proseguir la ruta por la carretera que llega a dicho pueblo. Por ella caminamos escasos 300 metros antes de desviarnos a un camino que salía por la derecha entre prados y fincas y que resultó ser un atajo que nos devolvió a la carretera tras evitar algunas curvas de la misma. Por ella llegamos luego a Llamas de Laciana y lo cruzamos antes de atravesar el río Sil muy cerca de la cabecera del Embalse de Las Rozas. Llegamos luego a unas vías en desuso en las que había un par de viejas locomotoras a las que nos encaramamos para sacarnos unas fotos. Cruzamos las vías y entramos en Villablino cuando eran las 16:55 horas.

Siguiendo las marcas de pintura roja caminamos por algunas calles de la población con dirección al polideportivo en cuyo aparcamiento estaban los autocares. Al mismo llegamos a las 17:00 horas tras haber recorrido 15,300 Km y con un desnivel acumulado de subida de 845 metros.

Allí nos cambiamos el calzado y demás antes de acercarnos al lugar de la fiesta que tenían preparada en uno de los laterales del polideportivo y a la sombra del mismo. Dentro se jugaba un partido de balonmano.

Fuera estaban dispuestas unas mesas en las que poco después colocaron los refrigerios, abundantes y variados: Empanadas variadas, embutidos, queso, tortillas y pan. Para beber: vino, refrescos y agua. Y de postre: bizcocho, pastas, hojaldres y sandía. Vamos, toda una merienda. Amenizaba la fiesta el grupo folklórico “Tsaciana” con su música y bailes. Buzzi entregó la placa recuerdo al club organizador, Laciana, y no me enteré del momento. Luego pude sacarle una foto a la placa como suelo hacer normalmente. También nos hemos sacado una foto de grupo todos los del Cumbres de León.

Sobre las 18:50 horas comenzamos la retirada hacia los autocares que poco más tarde emprendían el viaje de regreso a los lugares de destino. Ahora el nuestro se encaminó por el trayecto corto atravesando Babia y Luna llegando al pantano donde enlazó con la autopista que ya no abandonó hasta la capital. A las 20:35 horas terminábamos el viaje en Guzmán.

Sin duda una ruta acertada para esta jornada de montaña y celebración. Sí que vemos que, una actividad que en su día llegó a contar casi 500 participantes, ha ido mermando en los últimos años por diferentes causas contando este año con unos 200, si llegábamos. Una pena que se pierda esta tradición.

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