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Resumen de la ruta que luego incluyo en los libros en los que voy plasmando todas estas experiencias añadiendo las fotos mostradas a continuación.
1ª ASCENSIÓN A LA “PEÑA
CEBOLLEDA” Y AL “CANTO CABRONERO” (Desde Soto de Sajambre)
13-10-13 (Domingo)
Tras unos cambios en las fechas del calendario e incluso en la
ruta prevista, hemos decidido completar una ascensión de hace dos años cuando
hicimos Peña Beza y nos quedó el Canto Carbonero pendiente. En esta ocasión no
solo alcanzamos esta cima, si no que ascendimos la Peña Cebolleda, situada en
medio de ambas.
A las 7:30 horas salimos de Guzmán en mi furgoneta los
participantes de esta salida: Nati, Mª Jesús, Álvaro y yo. Mientras amanecía
avanzamos hacia el comienzo de la ruta, Soto de Sajambre, haciendo una parada
en Riaño a desayunar. La niebla cubría todas las cumbres del entorno de esta
localidad y no mejoró mucho el resto del viaje.
A las 9:55 horas llegamos a Soto de Sajambre, 930 m, tras haber
dejado a Nati en Oseja. Cargamos agua en una fuente y aparcamos cerca de unos
de los puentes del pueblo. Nos preparamos mochila al hombro y cuando eran las
10:20 horas emprendíamos la marcha saliendo por la Senda del Arcediano que parte
hacia el Norte ganando altura rápidamente. La calzada romana traza algunas
curvas mientras se eleva sobre el pueblo entre arboleda y algunas praderías
pendientes. Allí la niebla no es tan cerrada y se ven algunas cimas hacia el
Sur.
El otoño aún no esta muy avanzado en la arboleda, aunque ya se van
viendo los tonos ocres en las hojas. También los helechos que cubren gran parte
del terreno van cambiando el color. No tardamos en dejar atrás una caseta
derruida entre algunos zarzales con moras ya un poco pasadas. A la altura de
una segunda edificación, ésta en mejor estado, nos adelantó un grupo de
montañeros que habían llegado poco después en un microbús al que habíamos
dejado atrás en el estrecho tramo de carretera a Soto.
Mientras el valle se abría y la arboleda se difuminaba, el cielo
se despejaba y las nieblas iban desapareciendo. Llegamos a la bifurcación que
se desvía hacia el collado de Barcinera siguiendo nosotros el ramal principal
hacia el Noroeste muy bien marcado por las señales de la ruta. Entre campos de
helechos continuamos ascendiendo ya con el sol brillando sobre nosotros
mientras aparecía la cumbre de Peña Beza al Norte y frente a nosotros, el
Jorcueto. Entramos luego entre más arboleda parándonos en el tronco retorcido
de uno de los árboles para sacarnos unas fotos al igual que hicimos en
ocasiones anteriores. Antes de llegar a Los Collados sale un sendero que rodea
el Jorcueto por el Este hasta alcanzar la collada de Beza por donde luego
bajaríamos. Ahora no lo cogimos ya que la pendiente del mismo no lo hacía
conveniente.
Eran las 11:55 horas cuando alcanzamos dicha cota de Los Collados,
a 1392 metros, entre el Jorcueto y La Dijusa. En esta collada, en la que
termina el ancho camino, había un todoterreno aparcado. Por debajo, al Oeste,
bajan las vaguadas hacia Los Beyos en las que vimos ganado pastando en los
verdes prados. Desde aquí ya se tiene una panorámica de todo el cresteo hacia
La Conia.
El sendero ascendía ladeando el Jorcueto por su cara Noroeste
mientras nos metíamos en el estrecho valle del Cardal desde donde vimos por
primera vez nuestro objetivo, el Canto Carbonero. Echando la vista atrás
divisamos las cumbres de Peña Ten y el cercano Pileñes así como algunas cimas
más de esa zona. Poco a poco avanzamos por el angosto desfiladero hasta salir a
los puertos de Beza llegando sobre las 12:30 horas a la fuente con abrevadero
de la que manaba apenas un hilo de agua. Allí estábamos a unos 1490 metros de
altitud.
Hicimos una parada para tomar un tentempié mientras veíamos al
grupo que nos había dejado atrás en la cima de La Conia. En la cercana collada
de Beza, al sur, se recortaban las siluetas de algunos caballos. Por allí
aparecieron dos jóvenes que bajaban ahora hacia la Portillera de Beza, al
Norte, estudiando la Senda del Arcediano para un grupo de un colegio de León,
según nos comentaron luego.
Estuvimos parados unos 15 minutos antes de retomar la marcha
abandonando el camino para meternos de lleno en la ladera de la sierra con
dirección a la canal de Misa, en el cordal de Peña Beza, y por la cual habíamos
subido también a esta cumbre. Entre matorral bajo, y siguiendo algunos surcos
anchos que bajaban por la loma, llegamos al comienzo de dicha canal en la que
nos metimos para encontrarnos luego las trepadas bastante cómodas de atacar y
que nos llevaron en pocos minutos al collado del Llano de Cebolleda, límite
provincial emplazado a 1750 metros. Eran las 13:30 horas.
Desde allí tuvimos una bonita vista del Canto Carbonero, Peña
Cebolleda, Peña Beza y la verde vega de La Huesal por la que bajaríamos. Nos
sacamos una foto con este fondo antes de comenzar a descender a dicha vega en
la que un sendero nos encaminó hacia la base de la Peña Cebolleda pasando entre
algunas formaciones rocosas dispersas. Fue a la altura de esta peña donde
tuvimos el error que al final no salió tan mal y que nos permitió sumar esta
cumbre no prevista en la ruta.
Nos fuimos echando demasiado arriba, en vez de faldear la Peña
Cebolleda, y vimos pasar un grupo de rebecos hacia la parte alta desde abajo por
detrás de un espolón. Subimos hacia el paso pensando que no nos haría perder
demasiada altura comprobando luego que teníamos que bajar incluso más que de
dónde veníamos. Como no sabíamos si por aquella parte Sur era accesible la peña
y luego el paso hacia el Canto Carbonero, estuvimos un momento dilucidando si
bajar al sendero o arriesgar y subir hacia la parte alta a ver que se podía
hacer. Al final optamos por seguir hacia arriba pegados a la roca y pasamos una
pequeña canal hasta dar vista al valle del Dobra y al Macizo Occidental de
Picos de Europa, teniendo una vista asombrosa de todo él.
Enseguida comprobamos que era viable subir por allí hacia la cima,
no sin tener que trepar algún tramo más de roca caliza. Estirando piernas y
brazos en algunos lugares fuimos ganando altura coronando la Peña Cebolleda, de
1895 m, cuando eran las 14:35 horas. En la misma tan solo había un mojón de
piedras apiladas entre las que dejamos nuestra tarjeta sacándonos unas fotos de
cumbre en su entorno. Al Norte se elevaba nuestro objetivo, que se nos estaba
resistiendo de momento. Podían verse las tres cimas que lo componen, siendo la
Norte la más alta.
Apenas estuvimos 20 minutos allí antes de retomar la marcha hacia
dicho punto cardinal para descender a un collado herboso y comenzar a rodear la
cima por su cara Oeste. Bajo las paredes rocosas transcurre el sendero que nos
llevó frente a una canaleta rocosa por la que decidimos subir. De nuevo tuvimos
que echar las manos en algunos lugares comprobando que podía ser más complicado
el descenso. Pasado lo más angosto se abrió la canal y enseguida alcanzamos sin
problema alguno la cresta de esta cumbre a las 15:25 horas.
Estábamos entre la cima Sur y la del medio encaminándonos sin más
hacia la principal. Poco a poco veíamos como el cielo se había ido cubriendo y
las nieblas ya se cerraban en varias cumbres de los Picos de Europa. La caída
hacia el Este era de vértigo mientras que al Oeste daba menos sensación de
vacío. Aún nos tocó una nueva trepada antes de alcanzar la cumbre principal.
Eran las 15:30 horas cuando llegamos los tres al vértice Norte del
Canto Carbonero, que con sus 1998 metros, es una amplia atalaya para divisar el
Macizo Occidental y numerosas cumbres limítrofes de León y Asturias de esa
parte Noroeste de nuestra provincia. Un piolet metálico medio roto hacía las
veces de cruz con la placa en la que rezaba el nombre y la altitud. Entre las
rocas encontramos un bote con dos tarjetas que recogimos y en el que dejamos la
nuestra. Nos sacamos varias fotos en la cima desde la que se podía ver algunas
casas de Soto de Sajambre así como algunos pueblos de la parte Asturiana
cercanos a Los Beyos. Las nubes ya cerraban totalmente Los Picos de Europa
mientras que por el Sudoeste también se iba nublando visiblemente. Los rayos de
sol se colaban entre las nubes formando bellos efectos luminosos hacia este
punto.
Se comenzaba a notar el fresco y nos acomodamos a la abrigada de
unas rocas para comer tranquilamente. Con el zoom de la cámara pude incluso
sacar la gran cruz que se eleva en el pico Pienzu, en la sierra del Sueve.
Cimas como Peña Ten, Pileñes o el Sen de los Mulos los teníamos “a tiro de
piedra”. Sería imposible enumerar la gran cantidad de ellas que podían
contemplarse. Por el valle Oeste bajaba la Senda del Arcediano y por el Este la
de La Jocica uniéndose en Amieva, pueblo que también creemos que se veía.
Dos horas después de alcanzar la cumbre emprendimos el descenso
por el mismo lugar de llegada. Bajamos el tramo empinado de la canaleta y
ahora, en vez de continuar cresteando, decidimos echarnos vaguada abajo hacia
la Senda del Arcediano. Perdimos altura rápidamente acercándonos al espolón de
la segunda cima que cruzamos para enseguida enlazar con un sendero muy marcado
que terminamos por reconocer que era el de la ruta buena de subida. Por él
fuimos bajando sesgadamente a la sierra dejando por encima la base de la Peña
Cebolleda.
Nos llevó el mismo a la vega de La Huesal a la que habíamos bajado
desde el collado del Llano de Cebolleda anteriormente. Viendo que el sendero
bajaba por ella y que había ganado, supusimos que tenía buen acceso y salida,
por lo que nos echamos por ella abajo hacia un embudo. Atravesamos una zona de
roca caliza con afilados cortes sobre los que había que evitar tropezar. En
medio del verdor salían innumerables flores violáceas y algunas setas que
Álvaro identifico como champiñones. De pronto vimos como otro grupo de unos 8
rebecos cruzaban la vaguada por debajo de nosotros para encaramarse por los
riscos de la parte contraria en un abrir y cerrar de ojos.
Dejamos atrás el rebaño de vacas y nos metimos en el estrecho
cañón por el que seguía el sendero muy definido. Llegados a un punto se
desviaba hacia la derecha para cruzar a otra vaguada ya que más adelante tenía
una fuerte caída insalvable. No tardamos en tener delante el amplio valle por
el que baja la Senda del Arcediano con la majada de Toneyo frente a nosotros.
Comprobamos que no nos hacía falta llegar a la parte baja,
pudiendo perfectamente faldear a media altura hacia la Portillera de Beza, que
aún no era visible desde allí. Cogimos entonces varios senderos, muchos del
mismo ganado, que nos fueron acercando a este punto. Vimos el gran salto que
había al final del valle del que se había desviado el sendero prudentemente. En
una roca encontramos una placa con la figura y descripción del buitre leonado.
Pues bien, no sabemos dónde ni como, pero atravesamos la Senda del
Arcediano y cuando nos dimos cuenta estábamos en la cresta de La Conia. Cuando
vimos la Portillera de Beza al lado contrario del que pensábamos quedamos
sorprendidos por este despiste. No había sido tan grave el error y en pocos
minutos descendimos el tramo hasta la misma mientras notamos como se escapaban
las primeras gotas de lluvia.
A las 19:10 horas llegábamos a esta portilla, situada a 1550
metros, en la que de nuevo pisábamos suelo leonés. La lluvia, incesante ya, nos
hizo poner el chubasquero. Por el Oeste se veía una cortina de agua que impedía
ver ya cualquier cumbre. Yo cambié la cámara de fotos y nos pusimos en marcha
por un sendero hacia la Collada de Beza por la que ahora teníamos pensado
atajar. Desde ella nos echamos por la falda Este del Jorcueto bajando
bruscamente por entre matorral bajo siguiendo un sendero medio marcado y
resbaladizo en el que caí de espaldas. Suerte que llevaba la mochila, porque lo
hice contra una piedra puntiaguda que salía del terreno que me hubiese podido
causar un buen daño en la columna.
Seguía lloviendo cuando salimos al ancho camino ya por debajo de
Los Collados. La cámara pequeña no me dejó sacar ni una foto decente de este
último tramo con la lluvia. Vimos como la niebla cubría por completo la cima de
Peña Beza, aunque en pocos minutos volvió a quedar despejada. No teníamos
tampoco cobertura para avisar a Nati de que ya estábamos de camino. Dejamos
atrás el desvío de caminos y las dos majadas antes de divisar las luces del
pueblo entre la arboleda y en un prado vimos caballos.
Poco a poco fue cesando la lluvia y a las 20:25 horas entrábamos
en Soto de Sajambre. Nos dirigimos al coche directamente y allí nos cambiamos
antes de emprender el viaje de regreso minutos más tarde. En Oseja nos
detuvimos en el bar habitual en el que estaba Nati esperando. Allí nos tomamos
un refrigerio e hicimos las cuentas de la salida. A las 21:15 horas nos pusimos
de regreso a León llegando sin novedades a las 23:10 horas.
Completa jornada la de hoy en la que pudimos
disfrutar de amplias panorámicas a pesar de la niebla que nos rondaba y sumando
dos cumbres más a la lista de ellas.
Café en Riaño
En Soto de Sajambre.
Por la Senda del Arcediano.
Peña Beza entre nieblas.
En Los Collados.
Valle del Cardal.
Hacia la canal de Misa.
Desde el collado Llano.
Subiendo a la Peña Cebolleda.
Macizo Occidental de Picos de Europa.
Trepadas en la subida a la peña.
En la cumbre de Peña Cebolleda con Picos de Europa al fondo.
Con el Canto Cabronero detrás.
Faldeando el Canto Cabronero por su cara Oeste.
Canal de subida y cresteo.
Panorámicas desde la cima.
Fotos de grupo hacia los diferentes puntos cardinales.
Comiendo a la abrigada.
Picos de Europa cubierto por nieblas.
Bajada hacia la Senda del Arcediano.
Vega de Sahugo.
Hacia la Portillera de Beza.
Desde la Portillera de Beza comenzó a llover y la noche se aceleró.
Llegada a Soto de Sajambre.
Parada en Oseja de Sajambre.
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