2ª TRAVESÍA POR “LOS CANALES ROMANOS EN LA CABRERA”.
30-03-08 (Domingo)
Finalizamos este mes de marzo con una travesía en la comarca leonesa de La Cabrera, al suroeste de la provincia. En esta ocasión repetimos, en parte, una ruta realizada el pasado año por José Antonio, Luis y yo. Tras un comienzo lleno de incidencias, tanto en la salida como en la primera parte de la jornada, rematamos el día mas o menos decentemente.
A las ocho de la mañana, del nuevo horario recién estrenado, quedamos en Guzmán para la salida. José Antonio se despistó y no había cambiado el reloj, aunque no fue ese el mayor retraso. A Piedad, que tenía que llevar el coche, no le abrió la cochera, por lo que al final eran las 9:00 horas cuando emprendimos por fin la marcha con el cielo nublado por completo y amenazando lluvia. En los coches de José Antonio, el de Toño y el mío se acomodaron también los otros doce participantes de esta excursión: Carlos Gil, Dani, Nati, Merche, Álvaro, Roberto I., Vicente, Miguel, Roberto, Adelino, Javi F. y Piedad.
Salimos por la ronda sur hasta La Virgen para coger luego la nacional hasta Hospital de Orbigo donde giramos por otra provincial hacia La Bañeza. En esos momentos ya llovía y el panorama era de lo mas negro, literalmente. Dejamos atrás esta localidad para pasar luego por Castrocontrigo y Truchas, donde nos desviamos hacia Corporales donde el agua se había convertido en nieve. A éste llegamos a las 10:40 horas tras 127 Km
Aparcamos los coches en una plaza cercana al bar y nos preparamos para la ruta. Aquí comenzó la segunda incidencia. José Antonio había propuesto esta ruta que comenzaba en Corporales y terminaba en Saceda, a 10 Km. de allí por carretera. Pues bien, hablando con un conocido suyo del pueblo le comentó que el camino no estaba practicable desde un determinado punto, lo que contradijo otro vecino. Comentamos irnos directamente a Llamas de Cabrera, donde ya conocíamos la ruta y sabíamos que había canales para ver, pero al final retomamos la idea inicial y así emprendimos la marcha a las 11:10 horas hacia el alto de Peña Aguda, en la carretera que bajaba al valle de Cabrera. En esos momentos no nevaba y se abrían algunos pequeños claros. La cumbre del Teleno estaba cubierta por las nubes y en las laderas se veía bastante nieve.
En éste puerto de 1265 metros de altitud hay un merendero con un par de fuentes. Desde el mismo tuvimos una bonita vista del valle en el que se emplazan numerosos pueblos que veíamos. De allí mismo partía el camino que se dirigía hacia los canales por la ladera derecha del valle. Aparte de las bonitas vistas de éste, el camino no tenía nada de particular transcurriendo entre monte y algunos robles. Por no variar, los “maratonianos” cogieron carrerilla dejando al resto del grupo atrás. De esa forma nos equivocamos en un cruce y tuvimos que retroceder varios metros hasta el bueno. Allí ya estaban los ánimos bajos, ya que llevábamos casi tres kilómetros sin ver nada interesante. Por el móvil contacté con José Antonio, el cual me dijo que más adelante se podían ver algunos restos de canales. Le dije que esperase para juntarnos todos, a lo que hizo oídos sordos ya que no llegamos a alcanzarles tras un buen trecho recorrido. Para colmo se había echado a nevar de nuevo, por lo que decidimos darnos la vuelta y así se lo dijimos. Por delante estaban Piedad, Miguel, Javi, José A., Merche y Vicente, que además se habían separado unos de otros.
Nos encaminamos de nuevo al puerto mientras seguía nevando a ratos con fuerza. En éste salimos a la carretera por la que bajamos unos 400 metros hasta Corporales. Entramos en el pueblo a la una de la tarde y nos metimos bajo un portal de una casa a esperar al resto para ver lo que hacíamos. Yo les había comentado que merecía la pena ir hasta LLamas de Cabrera, a 35 Km. valle abajo y así aprovechar algo el día. Con nosotros estaba un perrito que miraba fijamente a los que estaban comiendo el bocata. Dani se divertía un cuanto con él llamándole “salchicha”.
A las 13:45 horas llegaron los demás acordándose bajar hasta Llamas para hacer dicha ruta. Nos repartimos de nuevo en los coches y emprendimos el trayecto hacia dicho pueblo bajando el puerto y pasando por varios pueblos hasta llegar a la altura de la ermita de La Virgen del Valle, donde se concentraba numeroso personal. Echando una ojeada a una de las fotos que saqué a un panel la vez anterior compruebo que se trataba de la romería anual que se celebra el primer domingo después de Pascua de Resurrección. Desde allí habíamos recorrido otro tramo de canal sin mucho interés. Continuamos pocos kilómetros más hasta divisar Llamas de Cabrera al que llegamos a las 14:55 horas.
Retrocedimos desde él unos metros hasta un desvío que nos metía a un merendero donde decidimos comer. El cielo que se había mantenido un poco despejado desde hacía un rato, se volvió a cerrar desde el oeste y comenzó a llover de nuevo. Sin entretenernos mucho, recogimos todo y sin mochilas, al menos la mayoría, nos encaminamos hacia el pueblo, distante unos 400 metros, para comenzar la ruta. Eran las 15:35 horas.
Atravesamos este típico pueblo con numerosas casas de piedra y madera, muchas de ellas en ruinas. Al final del mismo comienza la ruta del “Canal del Valle Airoso” marcado por estacas azules. A pocos metros del pueblo encontramos un par de ejemplares de castaños de enormes proporciones. Tras dejarlos atrás, comenzamos a descender suavemente por una senda entre robles. Atravesamos algunos trozos embarrados como ya les habíamos encontrado la vez anterior. Algunos se salieron del camino hacia los prados.
De nuevo algunos emprendieron la maratón dejando al resto por detrás. La lluvia y la nieve seguía cayendo a ratos con cierta brusquedad. Llevábamos la dirección de la cabecera del valle que en su parte baja terminaba en el principal por el que transcurría la carretera. Tras recorrer algo mas de un kilómetro, llegamos al comienzo del canal marcado por un panel y una estaca con la inscripción “CANAL D- 67 KM. A LAS MEDULAS 33,4 KM.”. Poco más adelante ya se podía ver una pared de piedra y por debajo la armazón del canal, aunque aún no era un tramo muy definido. Pasamos luego otro trecho de arboleda tras el cual sí que nos encontramos la caja bien delimitada de dicho canal.
Estuvimos haciéndonos fotos en el mismo donde además se acumulaba bastante agua. Lo cierto es que es un tanto emocionante ver dicha obra en medio de las montañas y realizada hace 2000 años. En diferentes paneles se iba explicando cómo se construyeron y se conservaron dichos canales con las herramientas rudimentarias de la época y el trabajo de los nativos que pagaban de esa manera el tributo a los romanos. Cómo eran los niveles que usaban para mantener la altura y la caída a lo largo de los muchos kilómetros que tenía los canales, 37 éste que recorríamos ahora.
Atravesamos varios tramos más en los que se podía ver perfectamente la caja del canal hasta llegar a una cueva por la que se pasaba al valle contiguo, el del arroyo de La Paladina. Este túnel tiene unos 20 metros y su altura apenas es la de una persona. Al otro lado nos encontramos con el arroyo por el que bajaba un gran caudal que caía en una bonita cascada allí cerca. Otro cavidad de mayor envergadura volvía a pasar al valle anterior un poco por debajo de la boca del primer túnel. Unas escaleras de madera bajaban unos metros desde la entrada. Eran las 16:45 horas.
El túnel primero era por el que pasaba el agua del canal entre los dos valles para continuar su viaje hacia Las Médulas. El segundo de los túneles era usado como aliviadero para evacuar el agua sobrante del arroyo Paladina y evitar que la fuerza excesiva rompiese el canal. Por encima de la cascada se podía ver aún los restos de una presa metálica con la que regulaban dicho caudal hacia el canal o el aliviadero.
Comenzamos a subir ahora paralelos al arroyo dejando atrás una caseta de bloques de cemento. En el grupo estábamos Roberto, Carlos, Dani, Toño, Adelino, Álvaro, Roberto I. y yo. Al resto no les veíamos desde el pueblo.
Subimos por un sendero paralelo al arroyo durante unos metros antes de dar un giro total en el mismo. La pendiente era considerable, pero yo ya sabía que no muy larga. Dani sí que comenzaba a sentir el cansancio y le dejé los bastones. A las 17:20 horas alcanzamos la parte alta de la ladera entre ambos valles. Allí continúa el sendero ya por el valle del canal anterior y bastante por encima del mismo. Subimos mas suavemente unos metros hasta enlazar con otro de los canales de dicho valle, este menos definido como tal. Pasamos algunos tramos entre arboleda desprovista de hoja aún y pudimos ver en diferentes lugares donde el firme era la roca misma, las marcas de las ruedas que los carros habían dejado al cabo de muchos años de transito por dicho canal cuando ya era usado como camino. De momento había dejado de llover aunque se mantenía nublado. En el suelo vimos un pequeño tronco al que se adhería una especie de hongo amarillo de forma muy singular.
Poco a poco fuimos acercándonos al pueblo y tuvimos una bonita vista del valle principal por el que iba la carretera que se dirigía a Puente de Domingo Flórez. Pasamos de nuevo entre bosque donde el camino se volvió embarrado. Ya por encima de la carretera vimos un coche abajo con varias personas alrededor y creímos que era el de José Antonio, aunque no resultó serlo. Tras bajar un trecho de fuerte pendiente enlazamos con el sendero de ida poco antes de los enormes castaños. Algunos de ellos estaban casi calcinados por el fuego.
A las seis y cuarto entramos en Llamas de Cabrera deteniéndonos algunos para ver su singular arquitectura, mucha de ella bajo ruina. Vimos un par de antiguos hornos de pan así como varios aperos de labranza en desuso. Igualmente pasamos al lado de la fragua rehabilitada y visitable a determinadas horas. Atravesamos el pueblo y salimos a la carretera por la que subimos unos metros hacia el merendero donde teníamos los coches. A él llegamos cuando eran las 18:30 horas. Sin mas nos cambiamos la ropa y calzado mojado y minutos mas tarde emprendimos el regreso a León. Llevábamos hasta allí 162 Km.
Durante el trayecto hacia Puente de Domingo Flórez, a 22 kilómetros de allí, estuvo lloviendo copiosamente un rato saliendo luego un radiante sol. Aquí íbamos a parar, pero estaba cerrado el bar cercanos a la carretera, así que continuamos hasta Carucedo donde lo hicimos. Eran las 19:44 horas y llevábamos 199 Km. En un bar estuvimos tomando un refrigerio e hicimos las cuentas. Desde allí se podía ver parte del Lago de Carucedo.
A las 20:30 horas retomamos el viaje enlazando con la nacional 120 por la que entramos a la autovía A-66 hacia Astorga. Aunque reiterativo, insisto en el peligro que supone los varios tramos sin pintura que encontramos en esta vía entre Ponferrada y Astorga. De noche y a la velocidad que se circula, es mas que probable un despiste y la salida de la calzada máxime con mala climatología.
Ya por la nacional recorrimos los últimos kilómetros hacia la capital donde llegamos a las 22:15 horas. En Guzmán terminamos el trayecto y nos despedimos unos de otros hasta la próxima salida, que será este domingo siguiente.
Así fue el transcurso de esta jornada que no comenzó lo que se dice con buen pie, pero que conseguimos que remontase y terminase aprovechada.
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