lunes, 27 de agosto de 2007

BODÓN DE LUGUEROS (Valverde de Curueño) - 26-08-07

 

2ª ASCENSIÓN AL “BODÓN DE LUGUEROS”.

26-08-07                (Domingo)

Tras un cambio de última hora en la actividad prevista, la ascensión al pico Pienzu, en Asturias, nos hemos decidido a ascender esta cumbre cercana a Lugueros y a tan solo 50 Km de la capital. Tres fuimos los animados a realizar la misma: Luis, Álvaro y yo.
A las 8:30 horas pasó Luis a recogerme en su coche y seguidamente se unió Álvaro en Villaobispo. Por la carretera del Torío avanzamos hasta Robles de la Valcueva donde giramos a La Vecilla y en este, ya por el margen del Curueño, hasta el desvío de Valdeteja y Valverde donde llegamos poco después de las 9:30 horas. Delante se alzaba el macizo del Bodón iluminado por el sol del amanecer.
En una plaza aparcamos el coche y nos preparamos para la ascensión. Sacamos una foto de grupo antes de comenzar a caminar siguiendo una de las dos opciones factibles para alcanzar la cumbre desde dicho pueblo situado a 1260 metros de altitud. Desde allí se sube por la cara sur pudiéndolo hacer desde el collado del Castro, hacia el Este, o a través del collado de Valverde, por el Oeste. Elegimos este último itinerario al parecernos más suave, ya que el alternativo, por el que hace años subí yo, era más pronunciado a través de fuertes canales.
A las 9:50 horas salimos de Valverde por la calle de la iglesia al lado de la cual estuvimos unos minutos conversando con un vecino del pueblo. Siguiendo un camino pasamos al lado de una caseta de aguas y poco después fue estrechándose hasta convertirse en sendero. Éste iba sorteando algunos barrancos con tierra resbaladiza donde el apoyo no era muy fiable. Delante veíamos la collada Valverde a la que teníamos que llegar pasando por el paraje de El Viso, ladera de tierra y matojos bajos.
Antes de alcanzar la collada fuimos desviándonos hacia la derecha cruzando entre algunas formaciones rocosas hasta llegar a otro pequeño paso donde les saqué una bonita foto a contraluz. Desde allí nos restaban unos pocos metros más para llegar a la cresta desde la que tuvimos una amplia vista del valle contrario, el de Llamazares, así como varias cimas cercanas. Eran las 11:00 horas.
Aquí el sendero pasó a la parte norte permaneciendo pocos metros por debajo de la cresta. Al lado del mismo, entre los matorrales, vimos una enorme seta. Echando la vista al frente ya podíamos ver la cumbre del Bodón en la cual, con el zoom de la cámara, se acertaba a distinguir la cruz y el vértice geodésico. De continuo bajábamos y subíamos pequeños desniveles en los que encontramos algunos trechos rocosos donde la humedad hacía muy posible los deslizamientos. También pasamos un trozo donde hubo que destrepar agarrados a las peñas. Subimos luego a la misma línea de cumbres aunque no tardamos en volver a bajar de nuevo unos metros. Ya veíamos ahora Valdelugueros en el fondo del valle así como Tolibia y las cumbres del Mahón y el Rebueno hace poco alcanzadas por nosotros.
No tardamos en divisar una gran cueva al lado de la senda acercándonos a ella. Se trataba de una enorme cavidad de escasos metros de profundidad y con un gran “ojo” pasante en la roca superior. Solo nos restaba desde aquel punto una última subida de fuerte pendiente hasta la cumbre que ahora no era visible al situarse encima de la pared que teníamos delante y que había que bordear por la derecha.
Como ya íbamos viendo desde hacía rato, por el sur iba ennegreciéndose el cielo con signos inequívocos de tormenta. El calor bochornoso y las condiciones climáticas de los últimos días hacían prever que no nos íbamos a librar por la tarde.
Poco a poco fuimos ganando altura en este último tramo llegando poco después a dar vista a la canal por la que subí en aquella ocasión desde el collado del Castro. Muy pocos metros nos restaban a la cumbre que coronamos cuando eran las 12:35 horas. En la misma estaba el vértice geodésico y una cruz con buzón de donde recogimos una tarjeta dejando la nuestra luego. Antes de nada nos hicimos unas fotos en la cumbre y enseguida nos pusimos a comer en previsión de lo que se avecinaba. A través de un mensaje de mi hermana supimos que en León estaba descargando una fuerte tormenta, lo cual no era raro visto el aspecto del paisaje hacia el suroeste. Estaba completamente oscurecida esa zona y no tardamos en oír algunos truenos.
El paisaje desde aquella altitud de 1960 metros era realmente amplio contemplándose numerosas cumbres de la zona de San Isidro, Vegarada, Cármenes o Valdorria. Mientras comíamos comenzaron a caer algunas pintas de agua que nos hicieron poner los chubasqueros y apresurar el descenso. Luego resultó ser una falsa alarma que nos impidió disfrutar un rato más en la cumbre. A la una de la tarde comenzamos a bajar por otra canal más cercana y directa al valle. No sabíamos como estaría en la parte baja y sí que fue un poco arriesgado meternos en ella así. Cerca de las rocas vimos un grupo de cabras que se espantaron al vernos.
Tras haber bajado varios metros nos encontramos con un paso en una pequeña garganta donde tuvimos que agarrarnos a las rocas y destrepar. Luis iba un poco por delante y nos indicó que teníamos otro más complicado enseguida y optamos por unos metros a la izquierda para sortearlo por otro canalizo paralelo que se unía luego al principal. Por el sendero entre pedreros dejamos atrás dicho paso mientras el cielo se volvía a oscurecer por el sur frente a nosotros.
No tardamos en encontrarnos de nuevo ante otro destrepe donde el peligro residía en las piedras sueltas que había encima de él. Por ello fuimos bajando de uno en uno sin que los que quedaban arriba se moviesen un ápice para evitar la caía de piedras sobre el que estaba bajando. No tenía mayor dificultad que la comentada. A partir de allí pasamos un largo pedrero que nos llevó a una gran pradera. En ella hicimos una parada de unos minutos para sacar una foto con la cumbre detrás aprovechando un claro de sol en el cielo cubierto. A Luis se le había doblado una varilla del paraguas que llevaba atado a la mochila y lo soltó para enderezarla.
Continuamos valle abajo siguiendo los numerosos senderos que lo recorrían y que en su mayoría suelen ser del ganado. Pasamos al lado de una fuente cuyo pilón era una enorme bañera. Atravesamos varias pequeñas vaguadas con dirección a Valverde hasta entrar en un camino un poco más ancho y encharcado. En él me di cuenta de que se me había caído la gorra y tuve que retroceder unos 500 metros hasta dar con ella. Entre arboleda nos fuimos acercando al pueblo saliendo al camino por el que habíamos comenzado la ruta por la mañana.
A las tres en punto entramos en Valverde por la misma calle de salida. En pocos minutos terminamos la ruta en la plaza donde teníamos el coche. En una fuente cercana nos refrescamos antes de cambiarnos la ropa humedecida del sudor. En esos momentos lucía el sol entre las nubes. El podómetro marcaba 7,610 Km, aunque en ascensiones no es muy fiable por la longitud de paso y demás.
Quince minutos mas tarde emprendimos el regreso a León optando por hacerlo hacia la carretera del Torío por la collada de Valdeteja. En el tramo hasta el cruce cercano a Cármenes cayeron cuatro pintas de lluvia. Luego nos hemos encontrado con obras de ampliación de la calzada antes de la entrada a las Hoces de Vegacervera. En un bar antes de Matallana paramos a tomar un refrigerio e hicimos las cuentas de la gasolina antes de retomar la marcha. Sin novedades recorrimos el resto del trayecto hacia León y ya en la rotonda de Villaobispo dejamos a Álvaro y nos despedimos de él. Minutos más tarde, a las 16:45 horas, bajaba yo en Armunia a la puerta de casa.
De esa forma dimos por finalizada esta actividad improvisada del club de montaña. Por mi parte, fue la primera ascensión que hacía tras casi dos meses desde la solitaria del Correcillas.




















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