martes, 31 de octubre de 2023

CANTABRIA 26/29-10-23 (1) PICO SAN VICENTE 27-10-23


JUEVES 26 - VIAJE DE IDA

ARMUNIA


NUBES Y ARCOIRIS










SANTANDER DESDE EL PUERTO DE ALISAS



BUSTABLADO

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CENANDO

SAPOS Y SALAMANDRAS




VIERNES 27 - PICO SAN VICENTE



1ª ASCENSIÓN AL “SAN VICENTE”. (Ramales de la Victoria – Cantabria).

1ª TRAVESÍA “NACIMIENTO DEL RÍO ASÓN – CASCADA DE CAILAGUA”. (Barrio de San Antonio – Asón - Cantabria).

26/29-10-23

Aprovechando mis últimas vacaciones laborables del año, nos hemos ido Álvaro y yo a pasar unos días a Cantabria. Invitados por Ana, amiga y compañera de montaña, nos hemos alojado en la casa rural que tiene en Tabladillo, un barrio alto de Bustablado, localidad del municipio de Arredondo, al Este de la comunidad Cántabra. Este alojamiento se emplaza en plena naturaleza, en la ladera de la cabecera del bonito valle del río Bustablado y por debajo del puerto de Alisas, que lo comunica con el que baja a La Cavada, Solares y la no lejana capital, Santander.
Aunque la estancia se prolongó desde el jueves 26 al domingo 29, me centraré en las dos jornadas de las rutas que hicimos, viernes 27 y sábado 28. El jueves por la tarde hicimos el viaje de ida sufriendo a mitad de trayecto los efectos de una fuerte tormenta de agua y viento. El domingo a mediodía, tras pasar la mañana en la casa y comer, regresamos a León. Aunque Ana nos acompañó parte del tiempo de la estancia, no le fue posible hacer las rutas con nosotros por obligaciones personales.

VIERNES 27 - 1ª ASCENSIÓN AL “SAN VICENTE”. (Ramales de la Victoria – Cantabria).
Comenzó el día con un espectacular amanecer de nubes rojizas iluminadas por el sol que salía tras las cumbres de la sierra que se elevaba al Sudeste cerrando este valle. Tras desayunar en la casa, salimos Álvaro y yo de allí sobre las 8:55 horas y con 14º C en el exterior. La previsión para ese día era de intervalos nubosos con muy poca lluvia, pero que comenzó a caer al poco de iniciar la marcha. A unos 18 kilómetros de Bustablado se encuentra Ramales de la Victoria, la mayor localidad de esa zona. Allí paramos para comprar algo de comida para la ruta en un supermercado, retomando la marcha tras ello. Salimos de Ramales por la nacional 629 con dirección Burgos hasta llegar a la altura de Salto del Oso, barrio poco separado del núcleo principal, en el cual abandonamos esta carretera general. Nos metimos por una estrecha pista asfaltada que no tardando se convirtió en camino de tierra entre prados con baches profundos y llenos de agua a lo largo de 1,000 km. Nos llevó el mismo a las cercanías de unas cuadras de ganado en las que había un hombre que nos indicó donde poder aparcar sin cerrar el paso a las fincas o el camino. A ese lugar llegamos cuando eran las 10:00 horas y tras 21,300 km desde nuestro alojamiento.
Nos preparamos para la ruta mientras seguía lloviendo, no mucho, pero constante. Al Suroeste se elevaba el pico San Vicente, aunque bastante oculto por la arboleda. A las 10:15 horas iniciamos la marcha a una altitud de 100 metros siguiendo el camino que seguía dirección Sur. Cruzamos una cancilla abierta y a escasos 100 metros llegamos a un desvío en el que un indicador marcaba una ruta PR como “Encinar del Gándara – Manzaneda – 2,9 km 1h 25 minutos”. Entramos entonces en un estrecho sendero de descenso un tanto pedregoso que nos llevó en poco tiempo a la vera del río Gándara que bajaba del Sur. Iniciamos entonces la remontada entre arboleda, encinas en su mayoría, que cubrían las laderas del pico San Vicente, al Oeste. Al otro lado del río y de la carretera nacional que corría paralela al mismo se elevaba la cumbre del pico La Mortera con 720 metros de altitud.
El sendero, que serpenteaba también paralelo a este cauce, atravesó un gran pedrero y por encima acertamos a ver entre el ramaje una cavidad en las paredes verticales de la cumbre del San Vicente. Habíamos recorrido 2,300 km cuando llegamos a un punto en el que la senda se bifurcaba. Otro indicador de madera, que encontramos medio caído y que enderezamos, marcaba dos direcciones. En una tablilla marcaba “Encinar del Gándara – Manzaneda – 800 m – 30 minutos – R3”, que comenzaba a subir por la ladera más pronunciada, y en otra “Encinar del Gándara – Incedo – 2,5 km – 1 hora”, que seguía paralelo al río. Desde atrás veníamos viendo unas marcas rojas en forma de círculos en las rocas y troncos que nos indicaban una ruta marcada, pero no cual, y ahora el R3 estaba también resaltado en rojo. Mas tarde lo sabríamos.
Tomamos nosotros el desvío a Manzaneda abandonando la vera del río para iniciar una subida más evidente entre el bosque aquel. Tras una cerrada curva vimos un poco por encima un hueco en la roca al que nos acercamos. Se trataba de una enorme cavidad abierta con varios recovecos y pasos que unían con otros huecos más pequeños. Era realmente impresionante y guapa. La lluvia había cesado y el sol iluminaba ahora esta maravilla. Estaba situada a 350 metros de altitud y llevábamos 2,600 km hechos. Nos hicimos algunas fotos y volvimos al cercano sendero que cruzaba ahora entre más formaciones rocosas mientras trazaba algunas curvas cerradas. Nos llevó esta senda a la vera de un tapial de rocas y piedras que cerraba un prado por encima del mismo. Caminamos a su vera unos metros hasta que enlazamos con un camino más ancho por el que solo caminamos unos pocos metros antes de desviarnos de nuevo a otro sendero.
El bosque iba quedando atrás y empezamos a ver parte de los valles al Sur y una cima al Norte que supusimos erróneamente que era la del San Vicente, tratándose de una ante-cima de la principal, más al Norte aún. Poco a poco apareció más claramente esta cumbre y parte de la sierra en la que se emplaza y que discurre de Este a Oeste. Entre bajos tapiales seguimos avanzando con algo de arboleda aún a la vera del sendero hasta que dimos vista al pueblo de Manzaneda. Nos encontramos entonces a un joven lugareño con el que conversamos unos minutos antes de proseguir la marcha llegando a Manzaneda (473 m), cuando eran las 12:05 horas y tras 3,500 km hechos.
En los mapas que yo había consultado no aparecía claramente que llegase carretera al mismo, estando en la creencia que eran simplemente unas brañas. Realmente se trata de un pequeño pueblo de tan solo una docena de edificaciones, la mayoría en perfecto estado de conservación o muy arregladas. Decidimos no entretenernos y dejar la visita al mismo para el descenso.
Fue aquí donde desciframos, por un indicador que había, el significado de las marcas circulares rojas y la inscripción “R3” de los carteles. Pues bien, se trata de un circuito de Trail, (carreras por montaña), que parte de Ramales y que rodea el pico San Vicente por su base para volver a Ramales. Ese mismo día por la noche vimos en esta localidad el punto de inicio del circuito y de otros dos identificados de verde y azul respectivamente.
Al comienzo de Manzaneda sale un camino hacia la loma del pico San Vicente con un indicador de madera y el nombre de la cumbre. Se mete entre encinas no muy tupidas mientras gana altura rápidamente. No tardando cruzamos un hilo electrificado para el ganado, sin corriente, cerca del cual vimos un rebaño de cabras. Allí mismo hicimos una parada para tomar un pequeño tentempié y reponer fuerzas antes de proseguir por la loma en la que se acentuaba la pendiente. El camino ya se había convertido en senda que seguía marcada por las pinturas rojas circulares que nos llevaron hasta un par de depósitos de plástico con una amplia lona para recoger el agua de la ladera hacia ellos. Poco más arriba llegamos a la bifurcación en la que la ruta del Trail seguía a media altura rodeando las cumbres hacia el Oeste mientras otro ramal seguía subiendo hacia la cumbre, ambas marcadas por dos pequeñas placas. Estábamos a 709 metros de altitud, eran las 13:00 horas y llevábamos 4,400 km hechos.
Comenzamos a encontrar más roca en el trazado, que llevábamos indicado en el GPS como referencia, aunque estaba muy marcado en el mismo terreno. Llegados a un determinado punto me fié de un hito de rocas que vi por delante y nos dirigimos hacia él. El sendero se metía entre algo de matorral que sorteamos, aunque ya no me parecía el trazado bueno. Efectivamente, cuando salimos de allí, sin dificultad, es verdad, enlazamos con el bueno que pasaba bajo aquel reducto de matojos altos. Entre estos matorrales y arbustos había algún avellano ya que encontramos avellanas caídas en el suelo.
La pendiente ya era acentuada y entramos enseguida en una canaleta entre roca y más matorral donde a cada paso dado se subía notoriamente. En algunos lugares había que echar las manos para pasar pequeñas trepadas sin mayor dificultad. Ya fuera de estas canales volvimos a la ladera medio pedregosa que nos llevó a la misma cresta de la cara Este. Bajo la misma se veía la carretera y se intuía el río entre la vegetación. Las caídas hacia esa parte eran verticales. El paisaje, que luego detallaré más detenidamente, ya se iba ampliando incluso por el Norte. No fue mucho el tramo que hicimos a la vera de este acantilado antes de alcanzar la cumbre del pico San Vicente a las 14:10 horas y tras un total de 4,900 km.
Esta cima tiene una altitud de 913 metros y desde ella puede verse una gran panorámica. Evidentemente, no siendo una zona conocida y habitual nuestra, no puedo detallar mucho estas vistas salvo guiándome del mapa y lo más evidente. Entre las localidades que divisamos se encontraba la misma capital cántabra, Santander, y parte de su bahía al Noroeste, a 37,000 km en línea recta. Al Norte, también en la costa, una localidad que erróneamente identifiqué como Laredo. Luego, ya haciendo este relato y viendo las fotos, no me cuadraba nada la vista y orientación de la población. Al final, y tras darle muchas vueltas y comparando las fotos con las vistas del mapa Google, confirmé que se trataba de Santoña y eso sí, algún edificio alto de Laredo delante. 23,000 km en trazado recto había a la misma. Bajo nosotros, al Noroeste, Ramales de la Victoria. Subiendo por el valle del Asón, numerosos pueblos como Valle, Canseca, Ogarrio, Riva o Mentera, por algunos de los cuales habíamos pasado por la mañana. Por el Sur se extendían más valles con pueblos como Incedo, Rozas, Regules, etc. Lo cerraba más al Sur la sierra divisoria con Burgos.
En el mismo macizo que esta cumbre se elevaban al Oeste el Piquete, de igual altitud, 913 m., el Ancillo con 1040 m. y Las Rozas con 1039 m. El cresteo a ellos no era muy factible por lo cerrado de vegetación en el primero y lo escarpado en los siguientes. Tras un collado muy bajo de 636 m, continuaba la sierra con el Cotelliz, de 1097 m. y la cumbre más alta del mismo, el Hornijo con 1258 m. Curiosamente, una anterior comparte ese nombre teniendo 1236 m y estando en ella el vértice geodésico. Por lo que he leído, durante mucho tiempo se consideró mayor que la anterior, y de ahí esa peculiaridad. Tras ésta cima principal se elevan algunas más antes de caer al valle del río Asón casi en su nacimiento, que visitaríamos al día siguiente. Por el Este, y al otro lado del valle del río Gándara y la carretera nacional, seguía el macizo con cumbres como La Montera, Peña del Moro, Peña del Mazo, Ranero o Mazarredonda, entre otras. Al Noroeste, tras el Valle de Asón, destacaban un par de ellas, La Comba y el Pico Gallo. En una cima alejada al Suroeste habíamos divisado desde anteriormente una gran esfera en la parte alta. Pues bien, de nuevo ya estudiando en casa, he comprobado que se trataba de la misma que habíamos visto muy cerca desde el Castro Valnera hace un par de años. Se trata de una instalación militar situada en la cumbre del Picón del Fraile y tras ella sube la carretera al Portillo de Lunada desde donde comenzamos en aquella ocasión la ascensión Ana y yo.
Nos acercamos hasta la arista Norte y vimos desde ella las naves desde las que habíamos partido. Fue Álvaro el que distinguió una parte de la furgoneta asomando entre la arboleda. Algo más adelante, junto al río, se acertaba a ver una piscifactoría en la margen contraria. Mirando hacia esa parte nos acomodamos para comer disfrutando del día tan bueno que había quedado. Aunque cruzaban algunas negras nubes por encima, no parecían amenazar lluvia de momento. Tras la comida nos sacamos varias fotos en la cumbre y dejamos una tarjeta en el buzón que había. Era metálico y tenía tres figuras a modo de cumbres encima de un cajón para las tarjetas. En una chapa adherida al mismo se podía leer “Fiesta de la Amistad Vizcaíno Montañesa 24 9 67”. Del pequeño soporte colgaban los restos de unas banderas tibetanas. Poco más al Norte podía verse otra placa en un roca en memoria de un montañero fallecido.
A las 16:15 horas iniciamos el descenso mientras se oscurecía bastante desde el Suroeste. Habíamos recogido los bastones ya que en el tramo de las canales no era apropiado usarlos. Enseguida nos metimos a ellas destrepando los pequeños pasos de rocas, además afiladas. En una de ellas había un curioso hueco de forma circular y con algo de agua. Algunos avellanos crecían en estas canales y veíamos frutos caídos, como ya anoté anteriormente. En la parte baja ya vimos Manzaneda y a media ladera un joven que subía por la senda. Cruzamos un pedrero y dejamos atrás estas canales antes de hacer una breve parada y coger de nuevo los bastones. En la subida ayudan mucho descargando el esfuerzo de las piernas hacia los brazos y en las bajadas mermando carga sobre ellas. Además del equilibrio que aportan. Al menos a mí me hacen mucho servicio.
Entramos en la loma más montana y llegamos al enlace con la ruta marcada del Trail. Dejamos atrás los depósitos de agua y no tardamos en meternos entre los arbustos y matorral alto tras cruzar la cinta electrificada. El sendero rocoso que bajaba entre todo ello nos llevó directamente a Manzaneda cuando eran las 17:45 horas. Nos dimos un paseo por este pequeño pueblo, que como anoté no tiene más allá de una docena de edificaciones, entre casas, cuadras y un alojamiento rural. Por la carretera llegamos al final del pueblo, o inicio, si consideramos que era la entrada al mismo por la carretera, y regresamos sobre los pasos.
Abandonamos Manzaneda por el sendero de por la mañana seguidos ahora por un perrín al que tuvimos que espantar un poco para que no fuese con nosotros el resto del camino. No tardamos en entrar al encinar bajando bastante rápidamente por el mismo dado la pendiente del sendero que trazaba algunas curvas. Volvimos a ponernos a la vera del tapial unos metros y llegamos a la zona rocosa cerca de la cual se encuentra la gran cavidad a la que volvimos a acercarnos entrando por otro de los huecos. Una gran enredadera de grueso tronco subía por la pared exterior de la misma. Eran las 18:15 horas y llevábamos 7,700 km.
Retomamos la bajada entre el bosque que poco a poco se iba oscureciendo, aunque como vimos luego, el sol volvía a brillar y se reflejaba en las laderas y paredes de la cumbre de La Mortera. Así llegamos al desvío de los dos ramales del PR, el de Manzaneda por el que bajábamos y el de Incedo que seguía al Sur. Nos restaban 2,300 km para el final de la ruta entre la espesa arboleda y paralelos al río Gándara. Cruzamos el pedrero y un reducto de verdes helechos desde donde se abrió más el paraje. No tardamos en llegar a la confluencia con el ancho camino que subía y por el que volvía la ruta del Trail que rodeaba el macizo. Como no podía ser de otra forma, y ya sabíamos, nos quedaba pasar el tramo embarrado, para no terminar con las botas limpias. Lo sorteamos como mejor pudimos y a las 19:10 horas finalizábamos la ruta en la furgoneta tras un total de 10,200 km hechos y un desnivel acumulado de 920 metros.
Decidimos salir un poco de allí para cambiarnos y paramos poco después a la vera del camino. Ya más cómodos reanudamos la marcha y salimos a la carretera. Tras cruzar Ramales nos encaminamos hacia Bustablado, llegando a casa a las 20:00 horas.
Aquí nos hemos adecentado un poco más antes de volver de nuevo hacia Ramales ya anochecido por completo. La luna, que llenaba al día siguiente, se mostraba impresionante. Curiosamente la he sacado varias fotos con el zoom y en una de ellas aparece un avión pasando por delante. Hicimos en el trayecto una parada en Arredondo a ver el exterior de la bonita iglesia de San Pelayo Mártir y la torre de base circular adyacente e iluminadas de forma muy decorativa.
Llegamos a Ramales de la Victoria a las 21:40 horas y aparcamos. Habíamos decidido cenar en un restaurante que nos había recomendado Ana, y así lo hicimos. Luego hemos dado un buen paseo por el pueblo visitando sus calles y plazas en algunas de las cuales hay edificios de destacada arquitectura. En la plaza de la iglesia de San Pedro, además del este gran edificio eclesial, se puede ver un templete o quiosco musical en medio de la misma. La fachada del ayuntamiento, sin ser muy destacada arquitectónicamente, iluminada sí tenía un toque airoso. En el interior de una finca pudimos ver un gran caserón muy bien conservado, pero que bien podía ser el escenario de una película de terror. Otra no lejana tenía similar aspecto. Nos salimos un poco de la zona céntrica hacia las afueras y vimos destacada la silueta del pico San Vicente justo por encima al Suroeste. 11º C marcaba un termómetro a las 23:05 horas. Al lado de la carretera nos encontramos con el “KM 0” de las tres rutas de Trail que anteriormente mencioné y que promociona el ayuntamiento de Ramales. A las 23:40 horas nos pusimos de camino a Bustablado, llegando a la casa rural en 35 minutos.
De esta forma transcurrió la primera jornada montañera de esta estancia en Cantabria en la que por fortuna la climatología que se preveía un tanto revuelta, nos respetó después de todo.

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VISTA SATÉLITE

CASA RURAL


AMANECER DESDE EL BALCÓN DE LA CASA









TRAYECTO A LA RUTA




RAMALES DE LA VICTORIA


PICO SAN VICENTE


PUNTO DE INICIO (100 m)


RÍO GÁNDARA

ENCINAR Y BOSQUE DE GÁNDARA




CUEVA

















TÚNEL DE VEGETACIÓN



SIERRA DEL PICO SAN VICENTE

MANZANEDA (473 m)




HACIA LA CUMBRE


FAUNA



PUEBLO DE SAN PEDRO Y PICON DEL FRAILE AL FONDO


EN EL PEDRERO



POR LA ESTRECHA CANAL


TREPADAS

CARACOLA


VALLES Y SIERRAS AL SUR


SAN VICENTE (913 m)


PANORÁMICA AL NORTE

SANTANDER Y LA BAHÍA


BUZÓN

AL SUR


RAMALES DE LA VICTORIA BAJO LA CUMBRE

SANTOÑA

CONTRALUCES


CON LA VISTA DEL ESTE

VERDES VALLES AL SUR

DESCENSO



MANZANEDA

SE OSCURECE



EN EL PUEBLO








BAJANDO POR EL BOSQUE

LA CUEVA DE NUEVO



LA MORTERA ILUMINADA POR EL SOL DEL ATARDECER

HELECHOS

FIN DE RUTA

PICO SAN VICENTE DESDE EL VALLE NORTE

BUSTABLADO

LUNA LLENA CON AVIÓN CRUZANDO

IGLESIA DE ARREDONDO




CENA Y PASEO NOCTURNO POR RAMALES












SILUETA DEL PICO SAN VICENTE




RUTAS TRAIL DESDE RAMALES


BUSTABLADO



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