martes, 15 de agosto de 2023

SIERRA DEL CABALLO (Villaverde de la Cuerna) 12-08-23

 


1ª ASCENSIÓN A “LOS MAYAONES”, “LOS LLAMARGOS”, “LA MOJONERINA”, “LOS FUELLOS”, Y “LAS MULLERINAS”. (Villaverde de la Cuerna).

12-08-23          (Sábado)

Avanza el verano y con él nuestras marchas de montaña. En esta ocasión he elegido una ruta sencilla, que a pesar de contar con cinco ascensiones durante la misma, el trazado era cómodo y sin ninguna dificultad en el mismo. Tan solo tres participantes nos animamos a realizar la misma: José Luis, Juan y yo.
A las 8:10 horas salía de casa con 18º C en los termómetros exteriores. Tras recoger a los dos compañeros, salimos de la capital por la carretera del Torío hacia el Norte con el cielo tan solo surcado por algunas nubes dispersas. En Robles de la Valcueva cambiamos el rumbo hacia La Vecilla donde nos detuvimos unos minutos a desayunar. Entramos en la cuenca del Curueño para subir por la vera de dicho río cruzando las Hoces de Valdeteja y luego Lugueros antes de llegar al desvío de Villaverde de la Cuerna. Por el estrecha carretera recorrimos los tres kilómetros hasta llegar a dicho pueblo a las 9:45 horas.
Nos encontramos entonces las calles y plazas abarrotadas de vehículos sin un solo sitio para aparcar dentro del casco urbano del mismo, por lo que tuvimos que volver a salir y aparcar a la vera de la carretera y de un recinto para contenedores al lado del cartel con el nombre del pueblo. Nos preparamos allí mismo para la ruta que comenzamos tras una foto de grupo a las 10:20 horas y a una altitud de 1413 metros.
Entramos de nuevo a Villaverde de la Cuerna para cruzar por sus calles y plazas dejando atrás una bonita fuente con pilón. Tras pasar una valla metálica para el ganado salimos del pueblo por un ancho camino con dirección Nordeste encontrándonos enseguida una vaquería pastando en los prados ya muy agostados. Nos situamos paralelos al reguero Villaverde que bajaba por nuestra derecha varios metros por debajo. Por la margen contraria subían las lomas de la sierra que íbamos a recorrer con casi la totalidad de las cumbres ya visibles. Pinares y matorral cubrían todas ellas dando un tono verde a todo ello contrastando con el amarillo de los prados bajos. En la parte alta de la cumbre más al Sur, la de Las Mullerinas, asomaba la caseta forestal por la que más tarde pasaríamos.
Poco a poco fuimos girando a Norte y el valle se fue estrechando mientras el arroyo cambiaba el nombre de Villaverde por el de Fargas. Se encajonaba entre una hoz a la que nos fuimos metiendo nosotros también y en la cual nos cruzamos con una pareja que bajaba por el ancho camino que encontramos cementado en algunos tramos. Tras pasar la parte más estrecha se fue abriendo el valle hacia su cabecera en la que destacaba un pequeño picacho piramidal, La Lombeta figura en los mapas. El camino trazó casi en su base un giro total para dirigirse al Este hacia el collado Pando de Valporquero trazando la curva de la cabecera de este valle encima de la cual se elevan las cumbres del pico Cuerna y del Redondo.
Nos encaminamos hacia el collado ganando altura cómodamente por el camino que nos llevó al Pando de Valporquero cuando eran las 11:20 horas y tras 3,500 km hechos. Este paso con 1698 metros de altitud comunica el valle del arroyo Fargas con el de Las Bisecas, que baja hacia Puebla de Lillo cruzando la ruta de La Cervatina, varias veces hecha por nuestro grupo. Desde este mismo collado habíamos subido en febrero de 2020 a los picos Redondo, Cuerna y Agujas, que teníamos al Norte ahora. En esa misma orientación, pero en el mismo collado, hay un corral de ganado y el camino atraviesa un paso canadiense.
Nosotros nos encaminamos en esta ocasión al Sur para subir por un sendero entre matorral bajo y hierba ya amarillenta paralelo a una alambrada entre valles. Subía recto con pendiente nada desdeñable hasta un punto en el que la alambrada se desviaba en ángulo recto al Oeste. Allí la vegetación se hizo un poco más tupida durante algunos metros antes de volver a enlazar con la senda muy marcada. Según ganábamos altura emergían algunas cumbres hacia el Norte, y ya distinguimos perfectamente los vértices de La Cuerna y el Redondo. Por el camino del valle vimos pasar un ciclista hacia el pueblo. Poco después divisamos por delante la primera de la cimas de la Sierra del Caballo, como así se denomina el macizo en el que se emplazan los picos que íbamos a ascender. También fue vislumbrándose parte de Villaverde de la Cuerna en el valle.
Cruzamos algunos tramos más entre escobas no muy tupidas hasta que el terreno se volvió pedregoso y la pendiente se acentuó aún mas. Luego se suavizó en la cresta y más adelante encontramos formaciones rocosas de grandes dimensiones. Por una de ellas trepamos José y yo, si bien se podía rodear sin problema alguno.
A las 12:30 horas alcanzamos la cima de Los Mayaones, con 1908 metros de altitud, y tras 5,000 km hechos desde el pueblo. Un monolito de piedras marcaba esta cima un tanto rocosa en la que nos detuvimos para sacar unas fotos y tomar un tentempié. De un bote de cristal recogimos una tarjeta de un grupo de montaña asturiano, dejada allí hacía 10 años, y metimos la nuestra. Las vistas que contemplamos desde allí eran muy amplias y con numerosas cumbres, de las cuales enumeraré una mínima parte. Emergían al Oeste, los Mampodres, ocultando tras ellos la cima del pico Lázaro subido hace un par de semanas. El Susarón y en su base, al Norte, parte de Puebla de Lillo. El inconfundible Espigüete, como no, en la lejanía. Picos de Europa medio ocultos por las nieblas. Por el Sur corría la sierra en la que estábamos y girando al Oeste, el Bodón, Cueto Cabañas o la Morala. Ya cerca del puerto de Vegarada se podía distinguir el pico Huevo, Faro, Jeje o Nogales, entre otros. Justo al Norte teníamos los picos antes mencionados, Cuerna, Redondo y el Toneo asomando tras ellos al Este. Cercana estaba la sierra en la que se podían ver los restos de las minas de talco de La Respina. Desde ese punto no veíamos el pueblo.
Retomamos la marcha de nuevo hacia el Sur entre escobas, roca y pradería mientras al Este aparecían más nítidos los pueblos de Redipollos y Puebla de Lillo. Cruzamos entre dos riscos hacia un collado y en una pradería del valle Este vimos una gran vaquería. Por el contrario, en el del Oeste, teníamos Villaverde y la furgoneta aparcada a la entrada. Con el zoom de la cámara quedaba constancia de todo ello.
Tras pasar por el collado de 1855 metros iniciamos la subida a la segunda cima, Los Llamargos. Pues bien, el sendero era tan evidente que lo seguí sin darme cuenta de que el track del GPS transcurría por la línea cimera. Por la ladera Oeste avanzaba aquella senda muy definida entre matorral bajo que ganaba altura muy suavemente..... demasiado suavemente. Apenas cogía altura y comprobamos que no iba a la cima, si no que la rodeaba por la parte baja. Por ello lo abandonamos e iniciamos la subida directa por la pendiente ladera medio rocosa que nos llevó a la cumbre de Los Llamargos a las 13:40 horas y habiendo hecho 6,200 km.
La cumbre de Los Llamargos alcanza los 1919 metros de altitud y de nuevo un montón de rocas apiladas la marcaban. Las vistas, similares a las anteriores con diferente perspectiva. Por la “hendidura” del puerto de Vegarada se colaba la niebla, que más bien parecía humo. Justo detrás del pico La Cuerna asomaba el vértice superior del pico Roldán. Nuevas fotos de grupo, tarjeta y seguimos avanzando al Sur por la senda que se mantenía en la línea cimera entre matojos de escasa altura. Descendimos hasta el collado de 1908 metros antes de remontar la subida al pico La Mojonerina, 1943 m, cumbre a la cual llegamos cuando eran las 14:15 horas y habiendo hecho 6,800 km. Dicha cima era la mayor de todo el cordal que estábamos recorriendo.
Entre el hito de rocas encontramos un bote de cristal con una tarjeta de un grupo de montañeros de Asturias dejada este pasado abril. La recogimos y dejamos la nuestra en su lugar. Las nubes jugaban por encima de nosotros cerrándose algo al Nordeste. Al Sur del Susarón aparecía un resquicio del pantano del Porma. Parte del trazado de la ruta de La Cervatina se acertaba a distinguir no lejos por el Este. De esta cima de La Mojonerina salía un ramal de la sierra hacia la misma orientación en el que se emplazan las cumbres del Rebueno y un poco más alejado, el Mahón. Ambas cumbres las hemos alcanzado en ocasiones anteriores, tanto desde Tolibia de Arriba como desde Puebla de Lillo.
Tras un rato disfrutando de este entorno nos pusimos en marcha de nuevo hacia la siguiente cima. Terreno similar por el que el sendero descendió hasta los 1894 metros del collado intermedio por el que pasamos para iniciar la remontada de la cuarta cumbre de la jornada. No tardamos mucho en alcanzar este objetivo, el pico Los Fuellos y sus 1936 metros de altitud. A las 15:00 horas, y tras 7,800 km recorridos, llegamos a la misma en la que ya habíamos decidido parar a comer. Un monolito de rocas marcaba esta cumbre y entre el mismo encontramos un bote roto con una tarjeta... y varios bichitos. Resultó que la tarjeta, dejada en abril de 2017, era de un grupo de León entre los que se encontraba un compañero nuestro al que luego se la he entregado en mano.
Aprovecho para comentar la tradición de las tarjetas de cumbres y su supuesto origen. Según se cuenta, las tarjetas se iban dejando en las cumbres por los montañeros para, en caso de que éstos se perdiesen, o tuviesen un accidente, saber por qué cimas habían ido pasando. Ahora se mantiene como una tradición en la cual se deja la tarjeta con el nombre de la cumbre, altitud, fecha, participantes y grupo y una descripción de lo hecho hasta ese punto. Se añade una dirección para que el que la recoja deje la suya y devuelva la que hay en el buzón, si existe, o en botes, bolsas, etc. entre los hitos de rocas de las cimas. Por desgracia se va perdiendo esta costumbre, y no solo eso, hay quien además se dedica a destrozarlas e incluso los buzones que hay en las cumbres. Por mi parte recojo todas las que encuentro y las sigo enviando por correo postal a sus destinatarios con un saludo montañero.
Echándonos un poco al Sur se podía ver Tolibia de Arriba en el valle contiguo por el que sube el camino hacia el Mahón que usamos en algunas ocasiones nosotros para alcanzar dicha cima. El Cueto Ancino y su forma piramidal destacaba al Sur encima justo de la carretera del Curueño y Peña Valdorria se alzaba casi frente a él. El Prado Llano, el Cueto de Boñar e incluso creo que se acierta a ver Boñar también al Este. El mar de nubes seguía colándose por Vegarada y los valles cercanos. En la misma sierra que estábamos, por delante, la caseta forestal de la cumbre que nos quedaba, Las Mullerinas.
Mientras comimos, disfrutamos de todo ese bonito panorama. En un momento determinado se me posó una mariposa en la manga de la sudadera y estiró su lengua verde, o espiritrompa, hacia el bocata que me estaba comiendo. Pude captar con una foto el instante. (me lo quería zampar ella....). En un polo que tenía secando se posaron también varios saltamontes. José Luis se había enfrascado a tallar con una navaja el palo que llevaba a modo de bastón.
Tras unas fotos de grupo, y cuando eran las 16:25 horas, retomamos la caminata que ahora iba a ser ya prácticamente de bajada continua. Pasamos un tramo entre peñas, en las que de nuevo alguien estuvo trepando y haciendo “el cabra” un poco. Enseguida dejamos atrás este tramo y enlazamos con un ancho cortafuegos por la línea cimera a cuyos lados caían las laderas con pinares. Sin abandonarlo llegamos a la cima de Las Mullerinas, en la cual encontramos un gran monolito de rocas apiladas y sujetas con alambre. Eran las 17:00 horas y llevábamos hechos 9,400 km hechos. La altitud de esta última cumbre es de 1801 metros. Ni dejamos tarjeta ni hicimos ya foto en ella. Al Norte veíamos Villaverde en el valle y de fondo, además de las cumbres del pico Redondo, La Cuerna y Roldán, asomaba ahora el Agujas. Por debajo, el valle de subida y girando a Este, todo el cordal recorrido hasta ese punto.
Escasos 200 metros más adelante estaba la caseta forestal y otra con unas antenas. La caseta forestal estaba cerrada, pero además muy deteriorada. Desde allí bajaba un camino muy directo y pendiente que cogimos. A su vera había varios tramos de torretas metálicas en el terreno, posiblemente para montarlas próximamente. Llegamos a un cruce y tomamos equivocadamente el ramal de la izquierda, aunque rectificamos enseguida mirando el track del GPS. En muchas ocasiones el track que llevamos nos sirve como referencia para evitar precisamente dar rodeos inútiles, e ir más directos al objetivo, cumbres, pueblos, collados, etc. También es cierto que hasta no hace tanto que disponemos de esa tecnología, llegábamos igualmente a las cimas y se hacían rutas igual de interesantes que ahora. Pero bueno, la aventura no está mal, pero algo de ayuda también.
Tras bajar el tramo más recto y pendiente enlazamos con lo que ya parecía más un camino que un cortafuegos. Enseguida entramos en el gran pinar que de vez en cuando mitigaba el calor. Tengo que anotar que a lo largo de la jornada no había calentado tanto el sol, notando más el calor durante la subida por el valle y ahora la bajada entre los pinos cuando no daban sombra. Todos llevábamos agua aún, y además fresca. En verano, algunos metemos a congelar las cantimploras con agua y habitualmente llega algo de hielo al final de la ruta. Yo llevo dos litros en verano, aparte de algún refresco para la comida.
Poco a poco nos fuimos acercando al pueblo y el camino se allanó hasta justo antes de llegar al reguero Villaverde que bajó bruscamente hacia el cauce. Yo me quedé un poco rezagado y crucé este regato por las piedras antes de entrar en el pueblo tras pasar una cancilla cerca de la cual había una finca con un mastín dentro. Por la calles cementadas de Villaverde llegué a la plaza en la que estaban los compañeros refrescándose en la fuente. Escasos metros nos restaban hasta la furgoneta donde terminamos la ruta a las 18:10 horas. 12,900 km y un desnivel acumulado de 718 m marcaba el GPS.
Nos cambiamos cómodamente en un banco cercano y a las 18:25 horas iniciamos el regreso. Tras salir a la carretera principal del valle, cruzamos las hoces de Valdeteja y ya en Valdepiélago nos detuvimos a tomar un refrigerio. Volvimos a parar en La Valcueva, donde estuvimos un rato y quedó José Luis, mientras Juan y yo seguimos el resto del viaje hacia León. Sin novedades hicimos este trayecto para llegar a la capital a las 20:20 horas donde quedamos ambos un rato más tomando unos vasos.
Resultó una marcha cómoda con cinco cumbres desde la cuales disfrutamos de bonitos paisajes en una jornada en la cual también nos acompañó el tiempo.


MAPA ESQUEMA


ENLACE RUTA WIKILOC:


VISTA SATÉLITE

ARMUNIA

DESAYUNO EN LA VECILLA


CURUEÑO

VILLAVERDE DE LA CUERNA (1413 m)








VALLE DE FARGAS






PANDO DE VALPORQUERO (1698 m)

VALLE DE FARGAS DESDE LA LOMA






TREPANDO





LOS MAYAONES (1908 m)

AL ESTE


LA NIEBLA ENTRA POR VEGARADA








LOS LLAMARGOS (1919 m)


AL ESTE

HACIA EL NOROESTE


LA MOJONERINA (1943 m)

AL FONDO: REDONDO, CUERNA, ROLDAN Y TONEO



VILLAVERDE DE LA CUERNA


ENTRE CUMBRES

LOS FUELLOS (1936 m)

TOLIBIA DE ARRIBA




BICHITOS




COMIDA EN LA CIMA



TOLIBIA DE ARRIBA Y VALLE DEL CURUEÑO


TREPARRISCOS.....

POR EL CORTAFUEGOS

TOLIBIA DE ARRIBA



VILLAVERDE DESDE LAS MULLERINAS (1801 m)


ANTENAS Y CASETA FORESTAL



FUERTE DESCENSO



ENTRE PINARES








TERMINANDO LA RUTA EN VILLAVERDE DE LA CUERNA