domingo, 31 de mayo de 2015

XIX ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES - "MANJARÍN - CARRACEDO - CRUZ DEL FERRO" 31-05-15





XIX ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES.
MEMORIAL “FERNANDO ALGORRI”. 

 1ª TRAVESÍA “MANJARÍN – LABOR DE REY –
CARRACEDO DE COMPLUDO – CRUZ DE FERRO”

31-05-15
                 (Domingo)


Finalizando el mes de mayo hemos celebrado una nueva edición del Encuentro de Montañeros Leoneses, la decimonovena. La ruta escogida por el club organizador, “La Salle” de Astorga, ha sido la que transcurre desde Manjarín a La Cruz de Ferro pasando por Labor de Rey, Carracedo de Compludo y la Cascada del Gualtón. El largo recorrido de la misma y el tiempo contado para realizarla, como ha sucedido en algunas ocasiones más, impidieron a algunos participantes, entre ellos yo, poder entrar a ver el pueblo de Carracedo o bajar a la cascada.
Sobre las 7:15 horas nos recogía Toño a mí y a Mª Jesús para ir hasta el punto de salida. Poco después de las 7:30 horas salíamos de Guzmán en el único autocar que lo hacía desde León capital, cuando llegamos a ir tres o más en los tiempos álgidos de esta actividad. De nuestro club íbamos: Mª Jesús, Toño, Álvaro, Juan, Miguel Ángel y yo. Por la ronda sur, desde la que vimos un globo aerostático sobre la ciudad, enlazamos con la autopista hacia Astorga donde la abandonamos hacia el lugar de comienzo, Manjarín, al que llegamos tras dejar atrás la Cruz de Ferro, punto final de la ruta. A las 9:00 horas llegamos a dicho pueblo donde los cuatro autocares invadían literalmente la carretera general. Además del nuestro había otros tres de la provincia.
Nos preparamos allí mismo para la marcha que comenzamos a las 9:15 horas a una altitud de 1408 metros. Pasamos al lado de un crucero de piedra y de un edificio para peregrinos del Camino de Santiago cerca del cual una maraña de señales artesanas de madera indicaban diferentes distancias y direcciones a otro numero igual de ciudades de España y del resto del mundo. Salimos del pueblo y enseguida nos desviamos hacia un camino del valle de la izquierda que comenzó a descender por la ladera del mismo. Cerca del ancho camino vimos una fuente con pilón en la que Toño cargó agua. El día estaba despejado de momento y el sol ya calentaba.
Poco a poco nos metimos entre algo de arboleda que nos libró a tramos de dicho calor. Tras un tramo por el mismo, las marcas de la organización nos desviaban hacia un estrecho sendero que seguía bajando suavemente con dirección a Labor de Rey, 1288 m, donde llegamos a las 9:50 horas tras 2,400 Km. Este pueblo abandonado y derruido tenía numerosas edificaciones de piedra, incluida su iglesia, con la espiga y las paredes laterales aún en pié, todo ello medio engullido por la vegetación.
El sendero continuaba descendiendo por la ladera derecha del valle de Manjarín entre algunos robledales de ejemplares jóvenes y en todo su verdor. Las faldas estaban cubiertas por un manto de escobas, matorrales, flores, arbustos, etc, etc, que ofrecían un colorido de lo más variado. Desde el dominante verde hasta el amarillo de las retamas pasando por el violeta de la lavanda entre otros. En este tramo de bajada hacia el arroyo puede verse durante unos metros la cascada del Gualtón en una vaguada de la parte opuesta del valle, un salto de mas de 30 metros encajonado entre roca y vegetación. Siguiendo la bajada vimos algunos tramos de la senda armada con piedras.
A las 11:10 horas, cuando llevábamos caminados 6,000 Km, llegamos al punto más bajo de la ruta, 937 metros, en el cruce del arroyo Manjarín. Un rústico puente de troncos permitía el paso sobre este arroyo rodeado de arboleda que nos facilitaba una agradable sombra. La senda continuó durante unos pocos metros a la vera del arroyo hasta que se desvió hacia Carracedo de Compludo por un fuerte desnivel que en poco tiempo nos situó a varios metros sobre el fondo del valle. Desde el cruce de este arroyo hasta el final de la ruta seguiríamos subiendo de forma continua salvo algunos pequeños tramos de descenso o llanos.
A las 11:45 horas llegábamos a Carracedo de Compludo, o mejor dicho, al desvío del mismo situado a escasos 50 metros. Llevábamos 7,200 Km. Lo ideal era entrar a visitarlo, ya que su arquitectura de piedra y pizarra es significativa, pero aún quedaban 13,000 Km por recorrer, la mayoría de subida, y había que estar en el autocar a las 17:00 horas. Algunos decidieron acercarse a verlo, entre ellos algunos compañeros del grupo. Yo opté por seguir tranquilamente ya que había que parar a comer y si quería ver la cascada no me sobraba tiempo.
Anotaré en este punto que hace 8 años, también en otro Encuentro de Montañeros, este mismo club nos había llevado desde La Cruz del Ferro y Manjarín hasta este pueblo por la misma ruta para luego ir a Compludo y terminar en El Acebo. La lluvia deslució aquella jornada desde poco antes de llegar a este mismo pueblo y durante la fiesta final en El Acebo.
Retomé la marcha, ahora separado de los compañeros, que o se habían adelantado o habían ido al pueblo, siguiendo el sendero que giraba y subía sobre sí mismo con amplias vistas del valle. Las nubes habían ido invadiendo el cielo azul y se agradecía su sombra, aunque es verdad que para sacar fotos no eran las mejores aliadas. El contraste que daba el sol en aquel paisaje multicolor era perfecto para plasmar su belleza. Los helechos también abundaban en aquella parte de la garganta escoltando el sendero en ambas márgenes como los delgados robles y las escobas floridas.
Tras varios recodos del valle llegué al desvío de la cascada,1183 m, marcado por una tablilla de madera. En este punto había un grupo de participantes descansando o esperando a compañeros que habían bajado a ver el salto. Eran las 12:35 horas y llevábamos 10,000 Km hechos. Allí me encontré comiendo a Toño y Álvaro, que habían cogido carrerilla desde bastante atrás.
Hasta la cascada había que bajar y volver a subir unos 100 metros por un sendero casi vertical y con firme no muy bueno. No fue eso lo que me echó para atrás para no bajar, si no el hecho de que aún nos quedaba la mitad de la ruta y cuesta arriba, además de no haber comido aún. Por ello decidí hacerlo allí cómodamente.
Media hora más tarde retomamos la marcha bajando unos metros en este primer tramo donde había otro desvío a la cascada. Más adelante cruzamos un regato lateral entre un bonito bosque de robles de gran verdor. Toño y Álvaro volvieron a coger carrerilla y Mª Jesús había bajado a la cascada, por lo que el resto de la ruta, salvo algún pequeño tramo que encontré a Juan, la hice en solitario.
La senda seguía el trazado serpenteante del valle principal, por el que baja el río de Carracedo y de Prada. En la ladera podía verse la roca vieja de esos cañones y algunos canchales que se precipitaban por ella y que cruzaban el sendero hacia el río. Otro puente de madera permitía el paso sobre el río antes de meterme entre más ramaje que formaba en varios lugares un túnel sobre la senda. Yo iba aprovechando algunas ramas más apropiadas para sujetar la cámara y sacarme algunas fotos. No iba encontrando mucha gente caminando ya que la mayoría estaban comiendo en diferentes puntos de la ruta a esa hora.
Algunos tramos eran realmente bonitos por el conjunto de arboleda y helechos que había a lo largo del sendero. En algunas praderas vi a estos grupos de participantes acomodados y comiendo. Los lazos y marcas de pintura roja iban señalando la ruta en los puntos donde podía haber algún despiste, como desvíos o curvas cerradas de la senda. En la parte alta de la sierra, al Sureste, se veían varios molinos eólicos en funcionamiento. Al lado del sendero había un bonito manantial entre musgo que paré a fotografiar. El agua bajaba luego durante un trecho inundando esta senda. Me adelantó aquí un grupo con un perro acompañándoles.
Volví a cruzar otro arroyo, esta vez sin puente, antes de salir a un campo de hierba moteado por matas floridas al lado de este cauce. Crucé otro arroyo más adelante antes de subir unos metros de fuerte pendiente entre bosque. En él encontré un árbol partido que formaba una especie de marco con otro cercano en pie. Allí me saqué unas fotos saltando en las que parece que estoy colgado del mismo. Otro grupo me alcanzó en ese punto y con ellos estaba Juan. El sendero nos sacó enseguida al ancho camino por el que haríamos casi todo el tramo final. Eran las 15:50 horas, llevábamos 15,700 Km recorridos y estábamos a 1320 metros de altitud.
El camino estaba medio encajonado por una pared rocosa en su margen derecha mientras por la izquierda caía al amplio valle por el que habíamos subido y que ahora veíamos en toda su amplitud. Más adelante se cambiaba esa pared por un pinar y las escobas y matorrales floridos engullían casi por completo el trazado. Un cortafuegos atravesaba este camino que iba alejándose del valle para ganar altura hacia una de las cabeceras del mismo. Aunque parezca repetitivo, la primavera se mostraba en todo su esplendor en esta parte alta donde una alambrada de pastor eléctrico delimitaba los prados de pasto para el ganado.
Tras otra curva del trazado, el camino emprendió una pendiente, no muy pronunciada, pero de 500 metros de longitud en línea recta que se hizo eterna sabiendo que al final estaba ya la carretera. El sol había salido entre las nubes y volvía a calentar para rematar la marcha. En este trecho cruzamos un cierre con un cable atravesando el camino.
A las 16:40 horas llegábamos Juan y yo a la carretera que hubo que cruzar para enlazar con el Camino de Santiago. Hasta La Cruz del Ferro restaban unos 500 metros y 30 de desnivel por este camino entre la carretera y un pinar. No tardamos en ver los autocares aparcados en una explanada de la orilla contraria a la Ermita de Santiago y la Cruz del Ferro. En diez minutos hicimos este tramo terminando la ruta en dicho punto, 1497 m de altitud, en el que ya estaba la mayor parte de los participantes. Aún faltaban algunos que fueron llegando ya a “tiempo de descuento”. El GPS me dio estos datos: 19,200 Km. recorridos y 896 metros de desnivel de subida acumulado.
Eran ya las 17:25 horas cuando emprendimos el viaje hacia Astorga donde se celebraría la fiesta. Algo más de media hora nos llevó este tramo hasta la estación de autobuses y otros cinco más caminando hasta la Sala Deportiva “Barrio de Rectivia”.
Total que eran las 18:15 horas cuando entramos a dicho recinto donde fuimos recibiendo un bonito estuche con unas mantecadas y hojaldres típicos de esa ciudad como obsequio. En el polideportivo cubierto, el club La Salle nos tenía preparada la merienda a base de empanadas, embutido, tortillas, refrescos, agua, vino, etc. No faltó también la mistela y los hojaldres. La parte musical la puso un grupo folklórico que deleitó la fiesta con su música y bailes. El delegado de Montañismo de León hizo entrega de una placa al club organizador y otra al mayor responsable de que la ruta estuviese bien desbrozada y marcada.
Tras este acto, y cuando se podía animar un poco más la fiesta, hubo que emprender el regreso. De hecho, algún grupo ya se había marchado incluso antes. El problema del horario de los chóferes de los autocares condiciona el final de la jornada por la mala organización de la misma. No es la primera vez que ocurre que hay que hacer la ruta “a piñón”, sin disfrutar de ella ni de la celebración posterior, todo por no calcular travesías acordes al horario y para todo el mundo.
Ni una hora estuvimos “de fiesta” cuando abandonamos el recinto hacia los autocares para retomar el viaje hacia la capital. A las 20:15 horas llegábamos a León desde donde Toño nos acercó hasta Armunia.
Resumiendo la jornada, ruta bonita, pero para hacerla sin la presión del tiempo y fiesta “recortada” por esa misma razón.  


MAPA ESQUEMA

ENLACE TRACK GPS DE LA RUTA:



LEÓN

MANJARÍN



VALLE DE MANJARÍN




LABOR DE REY








HACIA CARRACEDO DE COMPLUDO




CASCADA DEL GUALTÓN DESDE EL VALLE




ARROYO MANJARÍN


SUBIENDO HACIA CARRACEDO



CARRACEDO DE COMPLUDO







DESVÍO DE LA CASCADA DEL GUALTÓN






VALLE DE LA REGUERA
















CAMINO CARRETERO








POR EL CAMINO DE SANTIAGO


ERMITA DE SANTIAGO Y CRUZ DE FERRO



ASTORGA




LA FIESTA









DE REGRESO EN LEÓN