viernes, 28 de febrero de 2014

CUMBRES Y BRAÑAS DE FARO 23-02-14


2ª TRAVESÍA “FARO- PEÑAS BLANCAS (2ª Ascensión)-

PEÑAS YUMERAS (1ª Ascensión)- BRAÑAS DE FARO- FARO”

23-02-14                    (Domingo)



Como segunda salida del mes de febrero hemos cumplido con la retrasada de hacía dos semanas por causa de la mala climatología de aquel día. En esta ocasión tuvimos buen tiempo, pero las circunstancias hicieron de esta jornada otra para no olvidar. Por suerte todo terminó más o menos bien y con alguna lección para aprender y tener en cuenta. En las siguientes líneas queda aclarado este avance.

A las 8:00 horas de la mañana nos reunimos en Guzmán los 7 participantes de esta jornada: Nati, Álvaro, José Luis, Javi, Begoña, Juan y yo. En mi coche y el de José Luis emprendimos el viaje por la nacional hacia Astorga con el cielo cubierto por nubes. Ya en la autovía hacia Ponferrada y en el alto de puerto se cerró la niebla durante un tramo para abrirse luego numerosos claros según perdíamos altura hacia Bembibre. Aquí cogimos el desvío a Toreno por una carretera entre plantaciones de pinares dejando atrás dicho pueblo con dirección a Vega de Espinareda. Sin llegar al mismo nos desviamos a Fabero cuyo valle brillaba al sol en una bonita panorámica.

A las 9:30 horas llegábamos a esta localidad en la que nos detuvimos unos minutos para tomar un café antes de salir por la carretera de Peranzanes. En la misma, un desvío señalizado a la derecha, nos metió en otra vía que más bien parecía un camino medio asfaltado, aunque el paisaje al lado del río era bonito. Por ella recorrimos unos 3 kilómetros hasta divisar Faro uno más adelante y paré a sacar una foto del mismo en la ladera.

Eran las 10:25 horas cuando aparcamos en una plaza del pueblo tras haber recorrido 140 kilómetros. El sol brillaba y la temperatura, aunque fresca, no era muy fría. En las calles del pueblo no vimos a nadie, y luego supimos que así había estado durante el resto del día.

Nos preparamos para la ruta a una altitud de 996 metros y tras sacar una foto de grupo comenzamos ésta a las 10:40 horas. Salimos por un camino cementado dejando un gran castaño a la vera del mismo. Por la derecha salía otro camino que venía del fondo del valle y por el que luego regresaríamos. Nosotros pasamos por encima del cementerio y describimos una cerrada curva que nos cambió de dirección mientras ganábamos altura sobre el pueblo. Por encima, en el alto de la loma, pueden verse las antiguas estructuras de los remontes de las minas.

El camino, ya terroso, subía por la ladera de una vaguada amplia en la que se emplaza Faro trazando algún zigzag en ella. Poco a poco fuimos encontrándonos algunos corros de nieve en él. Álvaro y yo nos fuimos quedando rezagados mientras el resto, salvo Nati que había quedado en el pueblo, nos precedían unos metros por delante. Así alcanzamos el collado de La Esquilarda, 1225 m, desde dónde tuvimos una amplia vista del valle de Peranzanes con varias cumbres nevadas detrás. En el mismo se veían Peranzanes y Trascastro. Eran las 11:25 horas y llevábamos 1,5 Km.

Retomamos la marcha tras unos minutos en este punto por otra pista que corría por la cresta de la sierra y que se encontraba totalmente cubierta de nieve que se iba endureciendo a la par que subíamos. Seguíamos Álvaro y yo por detrás de los compañeros que se iban acercando a una zona pedregosa, el alto de la Trapa, cumbre de tan solo 1506 metros que no tenemos en cuenta como tal. Por ella pasamos Álvaro y yo cuando eran las 12:30 horas

Tras descender unos pocos metros , y siempre por nieve, remontamos otra suave ladera en la que el viento ya era considerable y frío. Hubo que abrigarse un poco más y sacamos las gafas de sol para la nieve. En el cielo se veían algunas brumas y en las cumbres del Oeste se cerraba la niebla. A las 13:25 horas, tras 4,200 Km. recorridos, alcanzamos la cumbre de Peñas Blancas, 1595 metros, en la que había un hito de piedra pizarrosa entre la que dejamos nuestra tarjeta de cumbres. Nos sacamos una foto de grupo allí mismo antes de seguir la ruta hacia la siguiente cima, Peña Yumeras.

En la ocasión anterior habíamos bajado desde allí para faldear el resto del trayecto hasta el collado de bajada a la brañas. Ahora continuamos cresteando y ganando altura hacia dicha peña ya sin el camino que traíamos y que bajaba unos metros por la cara Oeste de la sierra. A las 14:00 horas llegábamos a la Peña Yumeras, cumbre con 1657 metros de altitud en la que nos sacamos otra foto de grupo y dejamos una nueva tarjeta entre las rocas.

Sin detenernos mucho seguimos avanzando por el manto blanco que a Begoña ya le comenzaba a pesar. En el collado siguiente se pensó en echar abajo por la vaguada y es verdad que yo la animé a seguir dado que apenas teníamos que subir más y desde la última collada ya era todo descenso a las brañas y luego valle abajo. Si hubiese sabido como iba a responder luego no lo hubiese hecho.

Continuamos el cresteo ascendiendo unos metros para comenzar a bajar hacia otro collado por el que pasaba el camino que antes habíamos dejado. Dicho camino nos fue llevando por la falda Oeste del Cueto del Lobo al que ya optamos por no subir. Rodeamos dicha cumbre mientras ganábamos altura muy suavemente hasta alcanzar por fin el collado de la bajada a las Brañas de Faro. Eran las 15:15 horas y estábamos a 1662 metros de altitud. Desde allí ya contemplábamos dichas brañas 330 metros por debajo de nosotros.

Estuvimos estudiando el mejor lugar para emprender la bajada, ya que en algunos puntos había cornisas de nieve que podían ser peligrosas. La pendiente era pronunciada, aunque se bajaba bien. No así Begoña, que comenzaba a hundirse y le costaba avanzar. Fuimos perdiendo altura mientras examinábamos la parte baja en la que se veían algunos regatos con vegetación que con  nieve no resultan lo que se dice atrayentes de pasar.

Inevitablemente tuvimos que entrar en una de aquellas estrechas vaguadas en las que la nieve se acumulaba de forma considerable. Le he dejado entonces los bastones a Begoña para que con ellos y nuestro apoyo consiguiese avanzar mejor. Atravesamos uno de los arroyos para meternos en la margen de las brañas que ya veíamos por delante. Álvaro y yo fuimos abriendo camino por delante y por fin llegamos a las Brañas de Faro cuando ya daban las 16:55 horas. Pocos minutos después lo hizo el resto. Estábamos a 1325 metros de altitud y en línea recta nos quedaban 5 Km. a Faro. Llevábamos recorridos 8,200 Km.

Como yo sabía que aún nos restaba un buen trayecto para el pueblo y el sendero que teníamos, les aconsejé no demorase en la comida. Begoña estaba exhausta y no estaba muy claro como iba a responder.

En media hora comimos y retomamos la marcha siguiendo unas huellas en la nieve que nos ayudaron mucho el resto del camino al marcarnos éste. Esto, y el GPS, fueron los aliados en este último tramo de regreso. Según éste, poco más abajo comenzaba un camino que nos llevaría al pueblo. ¿Cómo estaba?, eso era una incógnita. Yo me acordaba de encontrarlo algo cerrado de maleza, y ahora con la nieve, aún podía estar peor.

Nos metimos Álvaro y yo a la vera del arroyo de Vegas Verdes siguiendo dichas huellas hasta atravesarlo. Así enlazamos con un sendero cargado de nieve y entre arboleda y arbustos. Al salir de entre ellos vimos por delante el camino más ancho en la ladera del valle. Esperamos por el resto que venía un tanto retrasado por el mal estado de Begoña, a la que animamos indicándole que ya se veía el camino más marcado. El sol del atardecer iluminaba con tonos amarillos las cumbres nevadas formando una bella vista.

La nieve seguía abundando en el trazado que ya venía marcado en el GPS. El valle tiene numerosas vaguadas laterales que el camino va recorriendo, por lo que la distancia en línea recta al pueblo se veía reducida mínimamente en el localizador con el avance. Cruzamos algunos arroyos secundarios mientras la luz del día iba disminuyendo.

A Begoña le costaba avanzar cada vez más y los ánimos no eran suficientes para ayudarla. Por mi parte tenía una preocupación adicional, no poder avisar a casa del posible retraso por falta de cobertura y que la cuidadora de mi madre se iba a las diez.

En un punto determinado, José Luis me dijo que les dejásemos a él, a Javi y a su madre Begoña y que tirásemos Álvaro, su hermano Juan y yo para adelante y que marchásemos en mi furgoneta. Yo me resistía a dejarles allí, pero tenía el tema de mi madre y al final lo hicimos tras dejarles un frontal. Juan y Álvaro se habían adelantado y al final Juan optó por quedar también con ellos. Eran las 18:45 horas.

Lo siguiente lo voy a resumir en pocas líneas. En algunos lugares el sendero era apenas perceptible y con la noche encima aún más. Llevábamos el frontal de Álvaro para los dos y una vez más el GPS con el camino marcado nos fue guiando cuando nos desviábamos. En una de las vaguadas, si no es por él, no lo hubiésemos encontrado. Por allí colocamos unos hitos para los compañeros y donde había nieve procurábamos pisar para dejar huellas en ella. Atravesamos más de un arroyo y encontramos varias fuentes al lado del sendero a cuya vera vimos algunos árboles. Había tramos en los que la caída vertical al río era considerable y se veía el sendero armado con losas de piedra. En un determinado momento vimos la luz del frontal de los compañeros en la lejanía por detrás. Bajamos casi a la altura del cauce para volver a subir, no demasiado desnivel, pero con el cansancio encima ya se hacía notar. En estos tramos pensábamos más en Begoña y como lo llevaría.

De nuevo descendemos y durante un trecho el sendero casi se metió en el mismo río para comenzar a remontar una vez más mientras en el GPS ya aparecía el pueblo en pantalla a una escala pequeña. Después de coger algo de altura divisamos por fin las luces del mismo entre la arboleda. Enlazamos no tardando con la pista cementada por la que habíamos salido por la mañana y en pocos minutos entramos en Faro cuando eran las 21:55 horas tras 15 Kilómetros recorridos.

Allí nos encontramos a Nati preocupada y sin ver “un alma” en todo el día en el pueblo. Había subido hasta el collado y había bajado de nuevo. Por suerte teníamos cobertura y enseguida llamé a casa para arreglar lo de mi madre. La temperatura había bajado y se notaba el frío de la noche. Echando la vista hacia el valle no se veía señal alguna del resto. Yo estaba nervioso y no sabía que hacer. Aunque José Luis nos había dicho que marchásemos, la conciencia y sensatez  nos lo impedía. La posibilidad de llamar al GREIM nos rondaba y al final he llamado a Javi, el presidente del club, para ver que aconsejaba. Su opinión nos disipó las dudas y llamamos al 112. Tras varias llamadas de comprobación y demás apareció en el pueblo una patrulla de la Guardia Civil de Fabero, justo en el mismo momento que lo hacían los compañeros, sobre las 23:15 horas.

Antes de irse la patrulla nos han tomado los datos, y tras cambiarnos nosotros, emprendimos el regreso ya a las 23:30 horas. Por las estrechas carreteras llegamos a Fabero pasando luego por Toreno y llegando a Bembibre. Decidimos nosotros entrar en esta localidad a tomarnos algo y trabajo nos costó dar con un bar abierto casi a la una de la madrugada. Tiempo nos costó también luego dar con la salida a la autovía, como siempre por la pésima señalización vial que tenemos que en una rotonda te marca la dirección a seguir y en la siguiente la tienes que averiguar.

Por la autovía llegamos a Astorga donde decidí no abandonarla para venir por la de peaje hasta la capital donde llegamos a las 2:00 horas.

Y esta fue la odisea de una jornada más de montaña de la que tendremos que aprender algunas cosas en adelante: estado físico para la ruta en sí y equipamiento que se lleva.                  





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