lunes, 24 de enero de 2011

GERAS - MELEROS - CORRALES DEL CONDE - POLANCO - GERAS 23-01-11

 


(Nota: La denominación correcta es "Arroyo Polanco", no "Arroyo Palanco".

2ª TRAVESÍA “ARROYO MELEROS- CORRALES DEL CONDE- ARROYO PALANCO- GERAS DE GORDÓN”.

23-01-11           (Domingo)

Seguimos avanzando en este comienzo de año con el calendario de actividades del club de montaña. En esta ocasión con una travesía en la que incluimos la ascensión a una pequeña cumbre cercana al pico Vega Cercada en la zona conocida como Los Corrales del Conde. Si denomino la ruta como “2ª Travesía” es porque por separado ya he hecho estos dos arroyos en otra ocasión y me parece lo más lógico.
A la misma nos hemos animado 9 socios: Nati, Adelino, Piedad, José Luis, Mateo, Tiquio, Javi F., José Antonio y yo. Además nos acompañó Rex, el perro de Tiquio. A las 8:30 horas nos reunimos en Guzmán todos los participantes salvo Javi, con el que nos reunimos en la gasolinera de la carretera de Asturias. En su coche marcharon José y él ya que iba en plan “maratón” a hacer la ruta. El resto hicimos el viaje en los coches de Adelino y Tiquio. Poco antes de Geras, en el comienzo del valle de Meleros, aparcamos los coches tras pasar un puente. El cielo se había cerrado y comenzó a nevar mientras nos preparábamos, aunque los claros “pasaban” dejando atravesar los rayos solares.
A las 9:30 horas comenzamos la ruta por el camino paralelo a dicho arroyo. En él encontramos varios corros helados y cubiertos por la suave capa de nieve en los que algunos patinaron. En el cauce vimos grandes carámbanos helados sobre el arroyo. Poco a poco fuimos ganando altura por el pequeño desfiladero en el que las paredes se elevaban sobre nosotros varios metros. También sobre el riachuelo teníamos un desnivel considerable en este tramo del cañón.
Llegamos en pocos minutos a una bifurcación de caminos. Atravesamos el arroyo por unas piedras emprendiendo una fuerte ascensión por el ramal de la izquierda mientras el otro subía a otra collada que daba paso al arroyo Polanco por el que luego regresaríamos. La pendiente era considerable en aquel tramo que subía hacia la collada que el mapa denomina “Foza la Fuente” con 1275 metros de altitud. Habíamos partido de unos 1100 metros.
Con tranquilidad fuimos ascendiendo hacia la misma alcanzando esta altitud a las 10:00 horas. La nieve había cesado casi por completo y la niebla parecía querer abrir. Nos metimos ahora entre escobas siguiendo un estrecho sendero hasta entrar en un bonito hayedo a pesar de estar los árboles “pelados”. Pudimos ver numerosos troncos de retorcidas formas y cubiertos en parte por el verde musgo. El último tramo antes de abandonarlo se empinó de nuevo el sendero entre rocas en las que se encuentra un mirador natural al que ahora era arriesgado encaramarse por lo resbaladizo de las piedras.
Ya fuera del bosque cambiamos el rumbo a sur por una estrecha vaguada entre el Cotancho y el Cueto Mellozo. Por la misma bajaba un pequeño arroyo totalmente congelado y allí encontramos los restos óseos del caballo que hace dos años encontramos recién muerto y enterrado en la nieve. Pocos metros más arriba se ensanchaba la vaguada en el Puerto de Meleros y tuvimos a la vista el pico Feliciano frente a nosotros. Por delante se habían ido algunos compañeros a los que indicamos que había que desviarse por otra vallina lateral hacia la derecha. Paralelos unos a otros fuimos ganando altura con dirección a la collada bajo el Cueto Mellozo en la que en aquella ocasión habíamos encontrado más caballos.
A las 10:50 horas alcanzamos dicho paso desde el cual dimos vista al arroyo Meleros que abajo habíamos abandonado. Frente a nosotros corría la Sierra de Arniza. Nos echamos a la izquierda con dirección Suroeste para bordear un cerro bajando unos metros y dirigirnos hacia otra collada visible más adelante. Pasamos entre algunas escobas donde la vez anterior habíamos encontrado mas de un metro de nieve. En esta ocasión apenas había una fina capa de ella. En el cielo se iban abriendo algunos claros y las nieblas se disipaban.
Tras dejar atrás esta segunda collada emprendimos un ligero descenso hacia la cabecera del Meleros ya metidos en dicho valle. En el arroyo veíamos algunas pequeñas cascadas a las que algunos nos acercamos. Mereció la pena. En ellas pudimos ver unas hermosas figuras heladas en torno a los saltos que creaban verdaderas postales.
Retomando la marcha llegamos a la cabecera del valle dirigiéndonos hacia el Oeste siguiendo una ancha vaguada y algunos metros por encima de su fondo. Por allí encontramos los restos de un corral y más arriba atravesamos uno de los múltiples arroyos que forman el nacimiento del Meleros. Por un sendero fuimos ganando altura hacia la cabecera de esta otra vaguada desde la que se ascendía directamente a una cumbre que equivocadamente, y hasta ahora revisando el mapa, tomamos por el Vega Cercada. La pendiente, salvo en algunos tramos, era llevadera y cómoda de ascender. La vista era cada vez más amplia hacia atrás donde el pico Feliciano seguía presidiendo el fondo.
Poco a poco fuimos quedando Adelino y yo por detrás siguiendo las huellas de los compañeros. Ya no lejos de la collada nos encontramos con José Antonio que se había separado de Javi y bajaba de nuevo por el mismo valle. A las 12:30 horas alcanzamos nosotros dicha collada por debajo de la cumbre. Desde allí nos restaban pocos metros a la misma. Antes de llegar a ésta estaban los compañeros esperando y en pocos minutos llegamos a la parte alta de este pico que, repito, equivocadamente tomamos como el Vega Cercada. La altitud del mismo era de unos 1800 metros, calculado ahora viendo el mapa. Eran las 12:40 horas.
La vista era amplia contemplándose al fondo el macizo de Las Tres Marías cubierto totalmente por las nieblas que a nosotros nos estaban dando una tregua . También parte del pantano de Luna. El contraste de la nieve y la roca dominaba el paisaje. Dejamos nuestra tarjeta entre unas rocas y sacamos una foto de grupo.
Como estaba fresco allí, decidimos emprender el descenso por la cresta Norte antes de desviarnos al fondo de un circo. Mateo nos había comentado que al otro extremo había un lugar resguardado y un curioso pozo en la roca. Atravesamos el valle pisando algo de nieve y subimos unos metros hacia la parte contraria antes de llegar a dicho lugar sobre las 13:35 horas. En las paredes pudimos contemplar numerosos “chupiteles” de hielo, algunos de grandes dimensiones con los que sacamos unas fotos. Para acceder al pozo había que “trepar” unos metros por un sendero y atravesar una alambrada que impedía el paso al ganado a dicho lugar. El pozo tenía unos 5 metros de altura desde el fondo de nieve que se veía, y estaba pegado a la pared. En la misma vimos pequeñas cavidades con diminutas estalactitas muy curiosas.
Buscamos un lugar para comer, aunque tampoco abundaban. Al final encontramos unas rocas que de momento recibían la luz del sol, pero que no tardaron en quedar a la sombra. El frío era intenso y parados se notaba aún más, por lo que no demoramos mucho el rato allí sentados.
A las 14:30 horas retomamos la marcha ascendiendo suavemente para salir de aquella hondonada. La intención ahora era subir por la ladera Nordeste hasta un collado que daba paso al valle contiguo. Ascendimos entre escobas y nos cruzamos con un grupo que estaba haciendo una ruta con ascensiones por la zona. Así llegamos a dicha collada desde la que se podía ver una pista en la parte baja. De frente teníamos ahora el murallón de la Sierra Peña La Cueva por encima del arroyo Polanco. Yo me retrasé unos minutos hablando por el móvil y me reuní con los compañeros en dicha pista. Fue en ella donde, revisando el mapa, ya no me cuadraba la situación de las cumbres que Mateo nos indicaba, pero tampoco me detuve a estudiarlo detenidamente. Por debajo del camino vimos una fuente con pilón y por encima contemplábamos la verdadera cima del Vega Cercada en la que había un grupo de personas.
No tardando nos metimos a la sombra de esta cumbre y las cercanas encontrándonos con el camino blanco de nieve y con trazos muy helados. Piedad resbaló y cayó una buena “culada” sin mayores consecuencias. En un determinado punto abandonamos esta pista, que tiene su final en el puerto de Aralla, para echarnos ladera abajo en busca de otro camino que se interna en el valle de Polanco. En él alcanzamos a un grupo de jóvenes con los que conversamos unos minutos antes de dejarlos atrás. El camino descendía con dirección al desfiladero del arroyo. Por detrás teníamos ahora la cumbre del Cerro Pedroso.
Poco a poco fuimos perdiendo desnivel hasta colocarnos a la altura del arroyo ya en la entrada del desfiladero. De nuevo encontramos bellas formaciones de hielo en el cauce. Por los laterales bajaban largas canales entre crestas rocosas de afiladas puntas. El sendero cruzaba una y otra vez el arroyo sin apenas caudal. La nieve moteaba la ruta y las paredes haciéndose cada vez más escasa. Dejamos atrás las conocidas agujas de este cañón, tres puntas en hilera que se perfilan solitarias en uno de los laterales. Este desfiladero tiene una longitud considerable y ya se nos hacía largo. Por detrás quedamos Adelino, Tiquio y yo mientras el resto se había ido distanciando y no les veíamos.
Por fin llegamos a la salida del mismo contemplando Geras en el valle. Allí el arroyo formaba unas pozas sobre las que caían varios saltos de agua. Salimos a unos prados entre los que transcurría el camino que se bifurcó unos metros después. Decidimos tomar el ramal izquierdo y al final nos dio un rodeo antes de entrar nosotros tres en el pueblo a las 17:00 horas.
Atravesamos parte del mismo y llegamos al bar en el que estaban los compañeros. Supimos que Piedad había resbalado otra vez y se había mancado en una muñeca. Tomamos un refrigerio mientras los conductores se acercaban por los coches al punto de inicio de la ruta. A su vuelta emprendimos el regreso a León donde llegamos a las 18:45 horas finalizando esta segunda ruta del año.



















domingo, 9 de enero de 2011

BRAÑACABALLO O CUETO MILLARÓ (Piedrafita La Mediana) 09-01-11

 


4ª ASCENSIÓN AL “BRAÑACABALLO”.

09-01-11         (Domingo)

Con una previsión del tiempo bastante regular, comenzamos este nuevo año con la salida programada en el calendario del club, la ascensión al Brañacaballo desde el pueblo de Piedrafita. Nos animamos a la misma siete componentes del mismo: José A., Adelino, Álvaro, Roberto, Nati, Gabriela y yo.
A las 8:00 horas salimos de Guzmán en los coches de Gabriela y el mío. Por la carretera del Torío avanzamos hacia Piedrafita. El cielo se mantenía nublado y con algo de niebla. Gabriela se desvió para echar gasolina mientras nosotros continuábamos en busca de un bar abierto que no encontramos para tomar un café. Al final llegamos a Piedrafita, 1300 m, donde estuvimos un poco esperando por los compañeros y allí sí tomamos un café en el bar de dicha localidad. Estaba bastante frío y las nieblas cubrían las cumbres. El río Torío bajaba con un caudal bastante considerable como ya vimos al pasar las Hoces de Vegacervera.
Ya eran las 10:10 horas cuando emprendimos la marcha saliendo del pueblo por un camino que se adentraba en el valle de Riosol. Atravesamos un puente sobre dicho cauce y comenzamos enseguida a ganar altura. Frente a nosotros, en la cabecera del valle, podíamos distinguir varias cumbres que a ratos quedaban despejadas de nieblas. El camino estaba cubierto por una capa de escarcha al igual que las praderías cercanas al río. Serpenteaba por la margen izquierda de éste siguiendo la orografía del terreno. No tardamos en encontrar el primer arroyo que bajaba por la ladera y atravesaba el camino por un desagüe colocado a tal efecto. Bajaba entre arboleda formando un bello rincón.
Poco a poco fuimos contemplando la parte baja del valle echando la vista atrás con el pueblo al final del mismo. También hacia delante se abrían ahora varios claros entre los que se colaba el sol que iluminaba las cumbres nevadas. La ropa iba sobrando ya que la pendiente en algunos tramos era considerable. Nos encontramos más adelante con otro arroyo lateral que formaba una serie de bonitas cascadas con las que nos sacamos una foto.
En el camino cada vez encontrábamos mas nieve hasta que quedó cubierto por completo. Era bello ver las laderas tapizadas de matorral totalmente escarchado. Por debajo, el río se encajonaba en un estrecho cañón cuyas paredes rocosas también se cubrían del blanco manto. Al fondo del valle comenzamos a distinguir unas bonitas cascadas de “cola de caballo”. Por encima de ellas se veían las laderas cubiertas de nieve y bastante empinadas. En principio íbamos creídos que había que alcanzar la collada que estaba en aquella cabecera, pero vimos como el camino daba un brusco giro a la izquierda dirigiéndose al sur. Estudiando el mapa comprobamos que efectivamente era a otra collada situada en esa dirección a la que había que acceder. Tras hacer un zigzag llegamos a las ruinas de un chozo que venía marcado en el mapa y que se emplaza a unos 1700 metros de altitud. Eran las 11:45 horas.
Ahora había despejado aún más y lucía el sol cambiando totalmente el paisaje. Mientras José Antonio ya se había adelantado ladera arriba, Nati había quedado a su aire por detrás. El resto estudiamos la mejor ruta para seguir ascendiendo ya que el camino daba otro giro y regresaba por la ladera un poco por encima. Este siguiente tramo a la cresta era empinado y con trozos de nieve mas o menos blanda. Cada uno elegimos una ruta diferente que mejor vimos. Yo opté por dirigirme hacia una loma que subía por el medio de las dos vaguadas. Para llegar a la misma atravesé una zona de nieve en la que me hundí un poco, pero lo salvé. A partir de allí tenía un tramo no largo pero muy pendiente hasta suavizarse en la parte alta de dicha loma. Me lo tomé con calma y lo subí sin dificultad alguna. A José Antonio ya no le veía. Mientras Álvaro iba tras sus pasos, Gabriela, Adelino y Roberto se habían decidido por el medio de la vaguada alcanzando la loma poco después. A Nati la veíamos ahora cerca de los restos de la cabaña. En la parte contraria de la vaguada pudimos ver una curiosa formación rocosa en forma de túnel.
La vista era cada vez más amplia y contemplamos el valle con el pueblo al fondo y tras él, algo alejada, una cumbre nevada que supusimos se emplazara en la zona de Vegarada. Por el alto de la loma aquella la nieve no se acumulaba tanto y se ascendía más o menos cómodamente. El sol seguía iluminando el paisaje haciéndolo resplandecer con la nieve. La última parte de la ladera antes de la cresta se inclinó una vez más y nos costó un último esfuerzo. A las 13:05 horas llegamos Adelino y yo a esta cota de 2000 metros situada entre el pico La Foya y el Alto del Sexteo.
Allí nos reunimos con Álvaro, Gabriela y Roberto y nos sacamos unas fotos mientras veíamos como la niebla nos envolvía totalmente. Por aquella cresta transcurría una alambrada atada a unos hierros en los que la nieve helada se pegaba a ellos formando un “bastón” paralelo.
Retomamos la marcha a la par de la misma y con dirección Noroeste siguiendo las huellas de José Antonio. Hacia la parte del valle pudimos ver una gran cornisa de la que prudentemente había que desviarse. La caída en algunos lugares era vertical del todo. Hacia el Oeste, los jirones de niebla dibujaban unos bellos efectos de luces y sombras con el sol.
Bordeamos el Alto del Sexteo y entre la niebla vimos la última pendiente a la cumbre. En la misma encontramos trozos con nieve helada, aunque no tan dura como para ponernos en peligro. Vimos como José Antonio comenzaba a bajar a nuestro encuentro hasta alcanzarnos. Por mi parte comencé a sufrir los temidos calambres en los muslos que me paralizaban. Me fastidió un poco ya que iba en mejor forma de lo que creía tras un mes de relax........ y las Navidades. Tuve que ralentizar el paso y así fui subiendo más o menos bien y poco por detrás del resto.
A las 14:25 horas alcancé la cumbre del Brañacaballo con una altitud de 2188 metros. En dicha cima hay un punto geodésico y un hito de rocas entre el cual no encontramos buzón alguno. La nieve se moldeaba en torno a ellos dibujando una bonita estampa. Estuvimos estudiando dónde poder acomodarnos para comer un poco a la abrigada, aunque vimos que no había lugares apropiados. No es que hiciese mucho frío, ya que no soplaba viento alguno, pero la niebla y el mismo sudor de la subida nos hacía estar incómodos. Decidimos aún así comer allí mismo en torno al punto geodésico sin detenernos demasiado. Nos sacamos antes unas fotos y dejamos la tarjeta en un bote entre las rocas. El paisaje era nulo salvo algunos retazos que se distinguían entre la niebla. Durante un rato se escapan copos de nieve en forma de granizo pequeño.
Apunto en este momento que en esta cima he acampado un par de veces en dos de las tres veces anteriores que la he ascendido.
A las 15:10 horas emprendimos el descenso por la misma loma de subida. Ahora los tramos helados patinaban más y había que tener cuidado en ellos. Como si adrede lo hubiese hecho, empezó a despejar de nuevo según bajábamos comenzando a salir el sol entre la niebla. Al llegar a la altura del Sexteo teníamos la cumbre del Brañacaballo totalmente despejada y soleada. Aprovechamos para sacarnos unas fotos con la misma de fondo los cuatro que quedábamos por detrás. Era realmente un espectáculo visual el juego de luces y sombras del sol entre las nieblas y los contraluces que formaban.
Continuamos el descenso hacia la collada desde la que ya nos reclamaba José Antonio, el cual había escrito en la nieve “Javi tardón”. Allí nos sacamos otra foto juntos con la cumbre aún visible de fondo, aunque por poco tiempo ya que la niebla comenzaba a bajar de nuevo a nuestro encuentro. Nos cubrió parcialmente mientras bajábamos la pendiente ladera hacia el valle. Roberto metió la pierna hasta el fondo en uno de los huecos que no se veían entre las escobas.
A las 16:30 horas llegamos al chozo derruido donde nos incorporamos al camino. Algunos atajaron los zigzag del mismo mientras otros decidimos seguirlo. La niebla ya quedaba arriba y vimos de nuevo el valle. También la nieve iba quedando atrás según descendíamos por éste, en el que ahora encontramos más barro. Parecía que el pueblo se alejaba ya que el camino daba tanta vuelta que pensábamos no llegar nunca.
A las 17:45 horas entramos en él atravesando primero el puente sobre el arroyo Riosol y luego otro sobre el río Torio. Al lado mismo de este último teníamos los coches donde terminamos esta primera ruta del año.
Nos cambiamos allí mismo y en el bar, en el que estaba Nati jugando unas partidas con unos vecinos, nos tomamos un café. Eran las 18:30 horas cuando salimos del mismo para emprender el viaje de regreso. Yo iba pidiendo no tener la mala racha de pinchar una rueda, ya que el día antes me había pasado y no la tenía arreglada. Por suerte transcurrió el regreso sin novedades y llegamos a León en algo menos de una hora. Dejé a Roberto y Adelino frente a su casa y a Nati al lado de la suya antes de llegar yo a la mía sobre las 19:40 horas.
De esta manera transcurrió esta primera actividad del club Cumbres de León de este 2011. Si todas las programadas se diesen al menos como ésta nos dábamos por satisfechos. Ya se irá viendo.












sábado, 1 de enero de 2011

ENLACES A RUTAS 2011 DEL BLOG "CUMBRES DE LEÓN"

 RUTAS 2011

BRAÑACABALLO. PIEDRAFITA LA MEDIANA. 09-01-2011

ARROYO DE MELEROS- CORRALES DEL CONDE- ARROYO POLANCO- GERAS DE GORDÓN. 23-01-2011

"CORRAL DE LOS DIABLOS” Y “SESTILÓN. SOLLE. 06-02-2011

PICO FRESNEDA. 20-02-2011

VIDULINA Y LA CAÑADA. SOSAS DEL CUMBRAL. 06-03-2011

“LAS BATUECAS”. (SALAMANCA). 19/20-03-2011

LOS VALLINES. 03-04-2011

FUENTE DEL COBRE. SANTA MARÍA DE REDONDO. 17-04-2011

FOLLEDO – GERAS DE GORDÓN. 01-05-2011

“LLERENES”, “LAS PEÑERAS”, “CASTAÑO” Y “LOS CANTOS”. 15-05-2011

XV ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES. MEMORIAL “FERNANDO ALGORRI”. ASCENSIÓN AL “VIZCODILLO” Y “LAGO DE TRUCHILLAS”. 29-05-2011

“TAPINÓN” (ASTURIAS). 05-06-2011

“ROBEQUERAS”,  “ESTORVIN”,“CUADRO” Y “CUÉRRAVO”. 19-06-2011

“PEÑA BEZA”. 03-07-2011

TRAVESÍA NOCTURNA.  “LAS FUENTES DEL NOCEDA”. 16/17-07-2011

TRAVESÍA “BOSQUE DE HAYACORVA” (Cantabria).  TRAVESÍA “VALDELATEJA- CAÑÓN DEL EBRO- QUINTANILLA ESCALADA” (Burgos). 23/25-07-2011