viernes, 28 de abril de 2017

HOCES DEL RUDRÓN Y CAÑÓN DEL EBRO - 23/24-04-17


1ª TRAVESÍA “MORADILLO DEL CASTILLO – SAN ANDRÉS DE MONTEARADOS –
CENICEROS  - BARRIO PANIZARES – HOYOS DEL TOZO – MORADILLO DEL 
CASTILLO. (HOCES DEL RUDRÓN) ”. (Burgos)

1ª  TRAVESÍA “ORBANEJA DEL CASTILLO – LOS CHOZOS – VILLAESCUSA DE EBRO – CASCADA DEL TOBAZO – ORBANEJA DEL CASTILLO.
(CAÑÓN DEL EBRO)”. (Burgos -Cantabria)

23/24-04-17

Al igual que ya hicimos el pasado año aprovechando la fiesta de la comunidad en fin de semana, nos hemos ido un par de días a realizar dos rutas algo más alejadas de lo que es habitual en nuestra provincia. En esta ocasión elegimos como destino Burgos y Cantabria, provincias que compartían la segunda de las marchas siendo la primera íntegramente en Burgos.
Aunque tuvimos la primera incidencia antes de marchar, cuando José Luis, el tercer participante, nos avisó que no podía ir por un asunto familiar de última hora, el transcurso general fue inmejorable como a continuación queda reflejado.
DOMINGO 23
A las 7:00 h salimos en mi furgoneta Álvaro y yo de Armunia tras repostar combustible. Por la salida A-11 enlazamos a la autovía de Burgos en Onzonilla avanzando sin novedad mientras amanecía. A las 7:30 horas vimos el primer rayo de sol que nos daba justo de frente. Sin novedades realizamos el tramo hasta casi llegar a Burgos desviándonos hacia Villalonquejar en el que hay un gran polígono industrial. Yo llevaba el GPS que he comprado recientemente para coche y le había metido este pueblo como referencia para modificar la ruta propuesta por él que nos llevaba por Aguilar de Campoo. Pues bien, al hacerlo nos hizo dar una pequeña vuelta por este polígono para ir exactamente a dicho punto marcado dentro del pueblo. No tardó en mandarnos salir para ya coger la carretera con dirección a nuestro destino. El primer tramo de la misma se hace por la nueva autovía que unirá Burgos con Cantabria, la A-73 y de la que solo hay unos 8,000 kilómetros terminados. Ya por nacional avanzamos hacia el Norte pasando los puertos de Páramo de Masa y Portillo del Fresno en los que vimos numerosos molinos eólicos.    
 A las 9:25 horas llegamos a Tubilla del Agua, Burgos, donde paramos a tomar un café. En este pueblo vimos una bonita iglesia de gran campanario en forma de torre. Nos indicaron que se podía ver una cascada a pie de carretera allí mismo, pero no dimos con ella y media hora después retomamos la marcha hacia Moradillo del Castillo, distante 13,000 Km., siguiendo el valle del Rudrón por una carretera serpenteante donde el cañón se comenzaba a vislumbrar.
A las 10:10 horas, tras 240 Km., llegamos a dicho pueblo emplazado a una altitud de 800 m y a unos 50 por encima del río Rudrón. Dejamos la furgoneta en un prado señalizado como aparcamiento en el que nos preparamos para la marcha con un sol radiante y caluroso. A las 10:40 horas emprendimos la ruta cruzando el pueblo en el que nos encontramos con un conservado potro de herraje para el ganado, algunas bonitas fuentes y la iglesia cerca de un merendero. Un cartel nos marcaba el acceso a la “Senda del Cañón del Alto Rudrón”, que salía cerca de unas huertas labradas. En ningún momento nos encontramos con persona alguna.
Poco a poco fuimos descendiendo por el ancho camino viendo parte del desfiladero. A escasos 600 metros del pueblo se encuentran las ruinas del Molino el Zurdo, un edificio medio derruido en el que se puede ver parte de la maquinaria de moler. Un puente cercano sirve para seguir la ruta circular de “La Rad”, que recorre otra parte del valle. Nosotros seguimos el camino que traemos y desde el cual vamos viendo ya bonitas formaciones en las paredes del cañón.
Tras 1,500 Km. llegamos al comienzo del tramo circular de la ruta dividiendo el ramal de la parte alta y el de la parte baja del cañón. Tras estudiar la mejor opción, decidimos hacer primero la alta y volver al lado del río. Por ello cogimos el camino que se dirigía hacia San Andrés de Montearados y que subía por una vaguada secundaria del cañón siguiendo el seco cauce del arroyo de Celadilla. Por el mismo emprendimos la tirada subida hacia dicho pueblo entre arboleda en la que aún comenzaba a despuntar la primavera con brotes verdes en las ramas. Pasamos tramos pegados a la roca vertical, aunque allí de poca altura.
El sol calentaba con fuerza y se hacía notar metidos en el estrecho valle. La tierra blanca del camino ayudaba a reflejar más si cabe dicho bochorno. Mas arriba el camino se colocaba a la par del arroyo San Andrés en una “Y” de los dos arroyos. Poco a poco fuimos viendo algunas praderías y enseguida divisamos la espiga de la torre de la iglesia. A las 11:45 horas llegamos a San Andrés de Montearados, pueblo situado a 910 metros de altitud en una de la laderas de este valle. Llevábamos 3,500 Km.
Entre tapiales de piedra entramos al pueblo por sus calles sin asfaltar y casi todas en pendiente. Nos encaminamos hacia la iglesia, en la parte alta, no sin antes meternos sin querer en un patio particular abierto en el que su dueño nos indicó la subida buena. Desde la iglesia, con el cementerio adjunto, tuvimos una amplia y bonita vista del pueblo y parte del valle. Este edificio se encuentra en estado casi de abandono, y es una pena, por que tenía bonita fachada. Por allí encontramos a un joven que nos sacó una foto con el pueblo de fondo. Por el lado contrario entra la única carretera que llega al mismo. Por ella salía la ruta durante unos metros para meterse a la parte contraria del valle, aunque este chico nos indicó que se podía atajar por otro camino que enlazaba con el de la ruta sin dar tanto rodeo.
Descendimos para retomar la marcha en el siguiente tramo de la ruta hacia Barrio de Panizares, al comienzo del cañón del Rudrón. A la entrada del pueblo por donde habíamos llegado tomamos el camino que nos había indicado entre tierras labradas y que nos unió al principal algo más arriba. Desde esa parte tuvimos otra bella panorámica de San Andrés de Montearados a nuestra espalda. Así fuimos ganando altura hacia la parte alta del páramo y situándonos encima de las hoces principales del Rudrón. A lo lejos vimos un pueblo que no pudimos identificar.            
El camino transcurría a media ladera en la que crecían árboles espaciados en medio de la pradería. A las 12:50 horas llegamos a Ceniceros, pueblo abandonado y en ruinas sobre el cañón. Un cartel y varias tapias engullidas por la maleza delatan la existencia de esta antigua población hacia la que nos desviamos escasos 100 metros para verlo. El camino seguía bajando hacia el “Molino de Rasgabragas” según rezaba ese indicador, pero optamos por no hacerlo ya que había que remontarlo de nuevo y nos quedaba mucha ruta aún.
Pasamos enseguida al lado de lo que parecía una excavación de gravera y llegamos a una zona de tierras aradas y muchas ya sembradas y tapizadas por el verde del cereal. En las que solo estaban aradas se veían grandes piedras emergiendo en la tierra, por lo que comentamos que los arados tenían que tener buenas rejas para no romperse. No lejos del camino vimos tres barras metálicas en forma de trípode del que colgaba un envase plástico y cerrado que nos picó la curiosidad. Al abrirlo nos encontramos que era cereal en grano para seguramente dar de comer a algún tipo de ganado de la zona. Por encima de nosotros sobrevolaron algunos buitres, ¿esperarían a que cayésemos nosotros?...... En un cerro lejanos veíamos unas antenas y lo que parecía un monolito de piedras con dos aves posadas encima, por lo que pude ver con el zoom de la cámara. También mucho más alejadas vimos montañas nevadas, casi seguro de la zona de Alto Campoo, así como molinos eólicos. Estábamos en esos momentos en la altura máxima de la ruta con 979 metros y a 8,500 Km del inicio. Eran las 13:40 h.
Tras dejar la zona de labranza emprendimos un descenso hacia una vaguada y nos cruzamos con una pareja que iba a hacer la ruta al contrario que nosotros. En un punto del camino había un cartel que marcaba “La Curacada, Zona geológica de especial interés”. Allí mismo nos asomamos al precipicio viendo bajo nosotros el pueblo de Hoyos del Tozo por el que luego pasaríamos, así como el amplio valle moteado de verdes y ocres tierras de labranza al comienzo de las Hoces del Rudrón. Por delante, al final de las pequeñas hoces que forman el arroyo de Fuentes, emergía la iglesia de Barrio de Panizares al que nos dirigíamos.
Poco a poco fuimos bajando hacia el cañón de este otro arroyo pasando cerca de un deposito de captación de aguas. Ya en el pequeño cañón encontramos un desvío hacia Hoyos del Tozo, a medio kilómetro y a Barrio de Panizares a 1,200 Km. Continuamos hacia este último por un sendero labrado casi en la roca en muchos tramos y que fue descendiendo hasta situarse a la vera del arroyo Fuentes en cuyas márgenes encontramos mas tierras cultivadas. Desde ellas comenzaba un ancho camino que seguimos dejando atrás una explotación apícola.
A las 14:50 horas entrábamos en Barrio de Panizares, 860 metros de altitud, encaminándonos por sus calles hasta llegar a una fuente en la que paramos a cargar agua. En ella una placa la denominaba como “Fuente de los Fociles - 1794” o similar, ya que el nombre estaba un tanto borrado. Por encima se elevaba la bonita iglesia a la que decidimos subir para comer si encontrábamos alguna sombra cerca. Una escalinata de cemento muy larga y suave pegada a una pared de roca nos llevó hasta este punto desde el cual contemplamos la amplia y atractiva vista de todo el pueblo. A su vera había un crucero de piedra y en su pórtico se podía leer “Parroquia de San Cristóbal”. Cerca de su campanario de planta cuadrada había un reloj solar. Al contrario que la de San Andrés, ésta estaba en perfecto estado de conservación. El lugar hacia el que proyectaba la sombra no era muy adecuado para comer, por lo que decidimos bajar de nuevo en busca de alguna en el pueblo. La encontramos justo al final, donde pasaba la carretera general, allí vimos un banco a la sombra de un árbol cercano al arroyo. A las 15:15 horas, tras 12,400 Km recorridos, nos acomodamos para comer.
Estando en ello descubrí una función del GPS de montaña que no sabía. En la opción “cambiar destino” te calcula el trayecto de un punto a otro unido por carretera siguiendo el trazado de la misma. Yo solo sabía que lo calculaba en línea recta, pero no esa opción. Viene bien cuando haces un trayecto de ruta por asfalto, normalmente al finalizar la misma en el pueblo. Allí cerca había otra fuente con un sistema que nunca había visto en ninguna exterior. Para activarla había que pulsar con el pie un botón en el suelo.
A las 16:00 horas emprendimos el regreso hacia el punto inicial, del que nos separaban 6,800 Km en línea recta, siguiendo esta vez la parte baja del cañón. Cruzamos de nuevo el pueblo y salimos por otro camino entre prados que nos llevó a la vera de una tierra por la que atravesamos siguiendo un sendero lindero hasta salir a la pista por la que llegamos. Fuimos subiendo por ella hasta llegar al desvío de Hoyos del Tozo hacia el que emprendimos un fuerte descenso por un sendero de tierra y gravilla que nos bajó de nuevo a la vera del arroyo. 
Dejamos atrás una finca y la cascada de “La Coladera”, un salto ahora totalmente seco. Más adelante, tras 14,500 Km, llegamos a Hoyos del Tozo, 854 m, a cuya entrada se encuentra la ermita de Santa Maria por delante de la cual pasamos. Llegamos a la plaza en la que había un bar con terraza y personal en ella. En este pueblo toma nombre el río Rudrón tras unirse el arroyo Fuentes con el de Lorilla. Cruzamos por una de las largas calles bajo las verticales paredes de la izquierda por encima de las cuales habíamos pasado anteriormente. Nos salió un perro al paso y con el dueño cruzamos unas palabras. Nos comentó un par de opciones para salir del pueblo y nos dijo que siguiésemos siempre la misma orilla del río sin cruzarlo.
A las 16:45 horas abandonamos Hoyos del Todo para comenzar a meternos hacia las hoces del Rudrón. La primera parte es mas abierta por nuestra derecha, al otro lado del río, mientras que las paredes se elevan por nuestro lado hacia los páramos que antes recorrimos. Algunos paneles en la ruta van informando sobre las formaciones rocosas, flora, fauna, etc. En los riscos altos vimos buitres que conseguí fotografiar con el zoom. Al lado del camino había una mesa con bancos de piedra a modo de merendero y cerca, en el río, una pequeña presa.
Seguimos entrando en el cañón pasando al lado de un edificio en ruinas y ganando un poco de altura sobre el cauce mientras el camino se convertía ya en senda. Mas adelante encontramos, también en ruinas, una antigua caseta de la luz en la que podían verse los aisladores en la fachada y los huecos de entrada de cables y demás. Ya dentro del cañón por completo nos situamos a la vera del río en la mayor parte del recorrido salvo en algunos puntos contados que se separaba un tanto del mismo o que trazaba vaivenes de poco desnivel para salvar tramos intransitables por rocas o el mismo cauce. La arboleda era abundante impidiendo ver ya las paredes en plenitud, pero no por ello el paisaje era menos atractivo. En otros trechos el sendero se pegaba a algunas murallas de roca e incluso pasaba entre éstas y el río sin apenas margen entre ellos.
En el punto kilométrico 18,400 de la ruta, 4,000 Km desde Hoyos del Tozo, encontramos La Fuentona, un bonito rincón en el que mana el agua desde el interior de una cueva por encima de la cual hay un hueco por el que se ve el cauce. Un cartel indica la situación de la misma a la que hay que desviarse escasos 50 metros.
Tras este rincón se abrió un poco el paisaje y vimos las paredes del cañón elevándose hacia las alturas. Cerca del sendero encontramos árboles de grandes y retorcidos troncos que embellecían dicho paraje. Estas hoces van diseñando precisamente diversas curvas formando un serpenteante trazado que apenas se nota al venir metidos entre la arboleda. Al otro lado del río vimos una nueva edificación en ruinas y no tardamos en llegar a un desvío señalizado en el que marcaba varias distancias. A Ceniceros 1,400 Km, a Hoyos del Tozo 5,000 Km. San Andrés de Montearados 4,100 por una ruta y 3,700 Km por Ceniceros. La que no venía era la distancia a Moradillo del Castillo ya que no formaba parte en sí de esa ruta marcada, siendo un ramal alternativo. Seguíamos bajando por el sendero a la par del cauce cuando nos encontramos con la pareja de por la mañana. Antes nos habíamos cruzado con otra que también habíamos encontrado a la ida. 
A las 19:20 horas llegamos al enlace con la subida a San Andrés de Montearados donde cerramos el lazo de la ruta. Llevábamos 22,300 Km. Nos incorporamos al camino ancho para recorrer el último tramo a Moradillo. Ascendimos un poco antes de volver a descender hasta el Molino del Zurdo, punto más bajo de toda la ruta con 764 metros de altitud. Desde el mismo ya se sube la corta pendiente hacia el pueblo en el que entramos a las 19:35 horas. En una fuente saciamos la sed con agua fresca, ya que no nos quedaba mucha y además caliente. Desde las cercanías hay otra vista del cañón. De camino a la furgoneta vimos un gran termómetro en una pared que marcaba 22º C. También vimos varios bonitos rincones decorados muy rústicos. Llegamos a la furgoneta cuando eran las 19:53 horas. El GPS daba estos datos: 23,800 Km hechos con un desnivel acumulado de 540 metros. 6:00 horas en movimiento, 3:15 horas detenidos.
Nos cambiamos y poco después emprendimos el viaje hacia Orbaneja del Castillo. En Tablada del Rudrón, donde un termómetro marcaba 20º C a las 20:30 h, paramos a tomar un refrigerio antes de retomar la marcha hacia Tubilla del Agua donde giramos hacia Norte por la nacional que venía de Burgos. Por ella circulamos varios kilómetros también paralelos al Rudrón hasta que fue sustituido por el Ebro. Hicimos una parada en un mirador que nos defraudó por el nulo acondicionamiento del mismo, así como por las vistas un tanto pobres del cañón. Mas adelante nos desviamos en Escalada hacia Orbaneja donde llegamos a las 21:20 horas tras 34 Km. hechos, 274 en total.
A este pueblo solo pueden acceder los coches de los residentes y tuvimos que subir el fuerte desnivel hasta el Hotel Rural “La Puebla”, en el que teníamos la reserva de la habitación, cargados con el equipaje. Luego nos enteramos que podíamos haber entrado con la furgoneta a dejarlo. Hasta éste se suben 42 metros de desnivel por escaleras verticales y empinadas calles. Nos registramos en el mismo y subimos a la habitación. Como ya me había dicho por teléfono, era una habitación de cinco camas, la única que tenía libre, aunque nos ajustó el precio de la pequeña.
Tras instalarnos en la habitación bajamos a cenar al comedor. Luego decidimos salir a dar un paseo nocturno por este bonito pueblo de arquitectura rural y tradicional encajonado bajo las paredes del cañón. Todas las calles están empedradas o con adoquines sin asfalto alguno. Estaba fresca la noche y yo había salido sin mucho abrigo, por lo que pasé algo de frío. Regresamos al hotel ya para acostarnos y poder descansar para la ruta del día siguiente. Eran las 0:40 horas cuando nos acostamos.

LUNES 24
Nos hemos levantado a las 9:00 horas y bajamos a desayunar, incluido en la pernocta. El mismo no pudo ser mas variado y abundante: café, bollería, embutido, mantequilla, mermelada, macedonia, pan tumaca y zumo. Álvaro, que desde el día antes tenía el estómago un tanto revuelto, no disfrutó del mismo como se debía. Tras terminar éste lo recogimos todo y abonamos la estancia, 33,00 €, y la cena, 14,50 €, cada uno.
Bajamos hasta la furgoneta, 680 m de altitud, aparcada en un espacio para ello al lado de la carretera general. En él ultimamos la preparación de la marcha que íbamos a realizar desde ese mismo punto. Allí mismo está la conocida cascada que se precipita varios metros tras nacer el arroyo que la alimenta en la Cueva del Agua, emplazada en los riscos bajo los que se ubica este bello pueblo burgalés. A esas horas ya vimos numerosos turistas paseando por las calles y llegaba algún autocar. Cerca del aparcamiento había un puesto ambulante de embutidos y quesos.
A las 10:50 horas emprendimos la ruta subiendo de nuevo por la escalinata hacia la plaza del pueblo. Decidimos volver al hotel donde compramos algunos botellines de agua de repuesto por si el calor apretaba. Tras cruzar varias empinadas calles salimos de éste por un ancho camino hacia el Nordeste bajo los riscos altos del cañón. En la parte alta del lado contrario hay varias bonitas formaciones a modo de castilletes y en uno de ellos puede verse un hueco con forma similar al continente africano. Es uno de los detalles de los que más me acuerdo de la vez anterior. En aquella ocasión también salimos por este mismo lugar para recorrer la ruta de Los Chozos, que ahora ampliaríamos.
La subida era llevadera y las vistas del cañón y del pueblo impresionantes. Saqué numerosas fotos de todo ello mientras describíamos las “eses” del desfiladero a media altura. Poco a poco nos fuimos desviando hacia un ramal del mismo entre algo de arboleda. Cerca del desvío hacia Pesquera de Ebro y Turzo, un ramal de esta ruta, nos alcanzaron dos jóvenes, chico y chica, con los que entablamos conversación. Iban hacia esa dirección pero cambiaron de opinión y siguieron a la par nuestra un tramo hasta que nos dejaron detrás.
Nos fuimos alejando del arroyo y la vaguada para subir sin descanso hacia el Páramo de Bricia, en la parte alta del cañón. Las pocas sombras que había se agradecían pero fueron desapareciendo por completo en la parte superior. En ella cruzamos una alambrada y no tardamos en divisar los Chozos, edificaciones de piedra en forma circular o cuadrada utilizados hasta hace unos 70 años por los numerosos pastores que poblaban esas tierras para resguardo del ganado, aperos y de ellos mismos. Se pueden ver casi una treintena en diferentes fases de conservación, desde los derruidos por completo hasta los mantenidos en perfecto estado. Hasta allí llevábamos 3,000 Km y la altitud era de 836 metros.
Nos sacamos algunas fotos en este bello paraje, en el que encontramos una familia haciendo ruta en bici, y retomamos la marcha por el camino. Enseguida vimos volver a la pareja de jóvenes que se habían equivocado de camino y regresaban. Al llegar a nuestra altura, y tras comentarnos esa incidencia, decidieron acompañarnos desde ese punto. Me contrataron como guía al llevar el GPS, aunque al final no cobré lo acordado........Su compañía fue grata y lo compensó. Se llamaban Ana y Richard (Gere), eran primos y venían de Aranda de Duero. 
En este páramo hay varios caminos y ninguna señal de rutas, por lo que el GPS aquí cumplió su cometido de sobra. Lejos vimos un rebaño de ovejas hasta el que habían llegado ellos dos antes de retroceder anteriormente. Atajamos entre senderos y caminos entrando en una vaguada por la que pasaba una vereda que seguimos entre encinas y otros arbustos viendo numerosos cercados de piedras delimitando las fincas de pradería.
A las 13:10 horas, habiendo recorrido 5,800 Km, llegamos a una alambrada que delimitaba las provincias de Burgos y Cantabria, y por consiguiente, las dos comunidades en las que se ubican. Unos metros más adelante dimos un brusco giro hacia el Sur al enlazar con un ancho y rectilíneo camino entre arboleda no muy tupida. En ese punto estábamos a la altura máxima de la ruta, 880 metros.
Desde allí bajamos suavemente por dicho camino durante un tramo antes de dar vista a una amplia garganta que desembocaba en el cañón principal a la altura de Villaescusa de Ebro. Encontramos varias bifurcaciones en las que fuimos tomando el ramal correcto marcado en el GPS. En una de ellas un indicador señalizaba la dirección hacia unas trincheras, cuya ubicación y distancia desconocíamos, por lo que ni nos planteamos visitarlas. La pendiente se hizo algo mas pronunciada bajando por esta garganta en la que cruzamos unas amplias praderías con ganado pastando. Otro indicador similar más adelante marcaba la dirección a un antiguo poblado.
No tardamos en ver algunos edificios de Villaescusa entre la arboleda de la zona baja del cañón y el camino serpenteaba hacia ellos en esta última parte de la vaguada. Cruzamos una alambrada para el ganado y a las 14:20 horas llegábamos a la carretera casi a la altura del puente sobre el Ebro de acceso a Villaescusa. En pocos minutos cruzamos el mismo entrando en este pueblo mucho mas llano que Orbaneja. Llevábamos hasta allí 8,300 Km y la altitud era de 690 m.
En dicha población Cantabra encontramos algunas señales que indicaban la dirección a la cascada del Tobazo en ambos sentidos, siendo ésta circular. Por una parte se podía subir de forma suave y bajar más brusco, o al contrario. La ruta que yo llevaba en el GPS habían seguido la parte baja del cañón y habían subido y bajado por el mismo lugar de forma más directa. Nosotros optamos por comenzar a subir desde allí mismo más tirado y bajar luego al cañón para seguir la ruta hacia Orbaneja. La cascada está a media altura entre un pueblo y otro.
Salimos del pueblo por un camino cerca de praderías con ganado y un estanque en el que vimos una rana verde. Pronto se convirtió en vereda y comenzó a subir de forma más o menos llevadera con dirección Sudeste. Unas estacas marcaban esta ruta que transcurre a media altura del cañón en la dirección del caudal y dejando el río Ebro a nuestra izquierda. Según ascendíamos se iba ampliando la bella vista de la gran depresión que traza “eses” continuas. Desde allí divisamos en la carretera la señal divisoria de comunidades. En el cielo se habían comenzado a formar algunos negros nubarrones tormentosos como habían predicho para después del mediodía. Por su parte, Álvaro seguía un tanto indispuesto con el estómago y no iba demasiado a gusto. 
Una señal indicaba los ramales de la parte alta de la cascada y la baja. Hacia la primera nos dirigimos entre matorral bajo llegando en pocos minutos a su altura. Grande fue la decepción al encontrárnosla seca por completo salvo un arroyo que bajaba a su vera. En pleno apogeo mana y se desploma desde las formaciones rocosas cársticas que asemejan pequeñas cavidades ahora secas por completo. Compensaba ese desencanto la bonita vista que desde ese punto teníamos. Estábamos a 793 metros de altitud y llevábamos 9,600 Km.            
Retrocedimos hasta los indicadores y nos echamos ladera abajo por el sendero hasta que alguna señal, y el oído de Richard con el agua, nos llevó al salto inferior. Aunque con poco caudal, el rincón merecía la pena este desvío. Por las rocas tapizadas de verde musgo se deslizaba este mínimo chorro que caía a unas cristalinas pozas para seguir su destino por el lecho rocoso del arroyo.
En este bonito reducto decidimos parar a comer cuando eran las 15:21 h. Nos acomodamos por allí y metimos a enfriar las bebidas en las frías pozas. En 45 minutos comimos y retomamos la marcha descendiendo hacia el camino paralelo al río que nos iba a llevar hasta Orbaneja. Cruzamos el arroyo, cuyo nombre no encuentro en los mapas, por un curioso puente de cemento en forma de arco antes de incorporarnos al ancho camino paralelo ya al Ebro, altitud 691 m. Pasamos al lado de los caseríos de una central eléctrica donde encontramos innumerables lilas de fuerte y agradable aroma. Por este camino transcurre el Sendero de Gran Recorrido: “EBRO GR 99” perteneciente a los “Caminos Naturales”. Unas estacas así lo reflejaban.
Dicho trazado cruza frondosas arboledas de especies de ribera y zonas donde las paredes rocosas bajan hasta el mismo camino formando en ocasiones terrazas o techos. En medio de este camino vimos un gran sapo que enseguida se metió a la maleza, pero que fotografié y también una curiosa seta. Tras haber recorrido un total de 11,400 Km entramos de nuevo en la provincia burgalesa abandonando Cantabria. Dejamos atrás un pequeño pinar y no tardamos en encontrar algunos tapiales de piedra delimitando las fincas y el camino, era señal que nos aproximábamos al pueblo. En esos momentos se escapaban unas gotas de lluvia apenas perceptibles. 
No tardamos en divisar las casas altas del mismo al otro lado del río. Por encima de nosotros teníamos las curiosas formaciones en forma de castilletes en las que podía verse la silueta “troquelada” de África, como apunté anteriormente. Entre la arboleda, en la carretera, pude distinguir un par de autocares de una empresa de León. Luego supimos que era una excursión de Santa María del Páramo.
Así llegamos al puente sobre el Ebro para acceder a Orbaneja del Castillo. En ese punto estábamos a 666 metros de altitud. Lo cruzamos y ascendimos unos pocos metros hacia la carretera a la que nos incorporamos poco antes del aparcamiento donde nosotros teníamos la furgoneta. Ellos tenían el coche en otro algo más adelante.
A las 17:55 horas terminamos esta ruta cuando unos grandes goterones de lluvia cayeron pero sin llegar a mojar por completo el suelo antes de cesar. El GPS nos daba estas medidas: 16,400 Km hechos con un desnivel acumulado de 485 metros. 4:30 horas en movimiento, 2:40 horas detenido.
Ana y Richard nos invitaron a tomar un refrigerio y con ellos subimos hasta la plaza donde nos acomodamos en una terraza. Aún había numeroso personal por el pueblo y sobre todo cerca de la cascada. No alargamos demasiado ese ameno momento ya que a nosotros nos quedaba el regreso a León. Nos despedimos de esa grata compañía y a las 19:00 horas emprendimos el viaje.
Avanzamos por la carretera del cañón entrando en Cantabria antes de dejar atrás Villaescusa. Nos detuvimos en Polientes a beber agua y coger un poco en las cantimploras. Por delante se veían negros nubarrones aún más oscurecidos por el contraluz del sol y que dejaron escapar algunas gotas sueltas. En este tramo de 50 Km entre Orbaneja y el enlace con la autovía Palencia-Cantabria cruzamos un límite entre Burgos y Cantabria y siete entre esta comunidad y Palencia. En Aguilar de Campoo nos incorporamos a dicha autovía hacia Osorno donde enlazamos con la de Burgos-León. En la estación de servicio con restaurante de Villaherreros nos detuvimos 15 minutos a tomar un refresco antes de continuar el último tramo hacia la capital.
A las 21:45 horas llegábamos a Armunia donde terminamos esta grata aventura de dos días. Habíamos hecho 495 Km en coche y algo más de 40 Km caminando con un desnivel total de unos 1000 metros en las dos rutas.
Sin duda fue un acierto seguir con los planes a pesar de la baja ineludible de José Luis a última hora, y que lamentamos tanto como él. Habrá más oportunidades de poder repetirlas ya que los parajes de la zona bien lo merecen. 
                              

AMANECE CAMINO DE BURGOS

HACIA TUBILLA DEL AGUA


TUBILLA DEL AGUA (Burgos)

CAÑÓN DEL RUDRÓN CAMINO DE MORADILLO DEL CASTILLO

MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA GPS:

MORADILLO DEL CASTILLO (Burgos)




"OJOS" EN LAS HOCES DEL RUDRÓN

MOLINO "EL ZURDO"
SUBIENDO HACIA SAN ANDRÉS DE MONTEARADOS


SAN ANDRÉS DE MONTEARADOS










EN LOS PÁRAMOS ALTOS DEL CAÑÓN
CENICEROS

TIERRAS DE LABRANZA

BUITRES




HOYOS DEL TOZO Y VEGA EN EL RUDRÓN
HOYOS DEL TOZO BAJO NOSOTROS

CAÍDAS HACIA EL CAÑÓN DEL RUDRÓN
HOCES DEL ARROYO FUENTES



BARRIO PANIZARES















HOYOS DEL TOZO




COMIENZO DE LAS HOCES DEL RUDRÓN


BUITRES EN LOS RISCOS


MERENDERO EN LA RUTA


PAREDES DEL CAÑÓN

DESCENSO HACIA EL CAUCE
ANTIGUA CENTRAL ELÉCTRICA

RÍO RUDRÓN


LA FUENTONA
ARBOLEDA EN LAS HOCES



CERRAMOS EL LAZO DE LA RUTA
MOLINO "EL ZURDO"

FIN DE RUTA EN MORADILLO DEL CASTILLO





TABLADA DEL RUDRÓN
TUBILLA DEL AGUA

ORBANEJA DEL CASTILLO




PASEO NOCTURNO












AMANECE EN EL CAÑÓN DEL EBRO DESDE EL HOTEL RURAL





MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA GPS:


HOTEL RURAL "LA PUEBLA"



RISCOS SOBRE EL CAÑÓN DEL EBRO







LA CASCADA DE ORBANEJA DEL CASTILLO




SALIENDO HACIA LA RUTA 
PANORÁMICAS DEL CAÑÓN Y ORBANEJA



CON LA PAREJA ACOMPAÑANTE


GANADO EN EL PÁRAMO DE BRICIA
LOS CHOZOS





POR LOS CAMINOS Y SENDEROS DEL PÁRAMO


ABANDONAMOS BURGOS Y ENTRAMOS EN CANTABRIA




DESCENSO HACIA VILLAESCUSA DE EBRO POR UNA VAGUADA DEL CAÑÓN





VILLAESCUSA DE EBRO (Cantabria)


SUBIENDO HACIA LA CASCADA DEL TOBAZO
CAÑÓN DEL EBRO
DESVÍO PARTE ALTA Y BAJA DE LA CASCADA
RISCOS CÁRSTICOS Y SECOS DE LA CASCADA


CASCADA INFERIOR



PUENTE SOBRE EL ARROYO
CENTRAL ELÉCTRICA
LILAS FLORIDAS Y OLOROSAS
"BELLO" SAPO.....
ENTRAMOS EN BURGOS DESDE CANTABRIA

CURIOSA SETA CERCA DEL CAMINO

ARBOLEDA DE RIBERA
RÍO EBRO

TAPIALES DE FINCAS


BUITRES SOBRE LOS RISCOS
PUENTE SOBRE EL EBRO HACIA ORBANEJA
¿AFRICA?
ÚLTIMOS METROS DE LA RUTA
GOTERONES DE LLUVIA AL LLEGAR AL PUEBLO
CON LA CASCADA DE FONDO
PARTE ALTA DEL SALTO
PLAZA DE ORBANEJA
TOMANDO UN REFRIGERIO EN BUENA COMPAÑÍA


"CASTILLETES" EN EL CAÑÓN
TRAYECTO DE REGRESO