lunes, 28 de enero de 2013

PORTILLA DE LUNA - SAGÜERA DE LUNA 27-01-2013

 


2ª TRAVESÍA “PORTILLA DE LUNA – SAGÜERA - PORTILLA”.

27-01-13                (Domingo)

Por fin. Tras casi dos meses de abstinencia, he vuelto a salir a la montaña. Tras el parón navideño y la pésima climatología de este principio de año, hemos podido retomar la marcha normal del club en cuanto a salidas, aunque con algunos cambios con respecto al calendario.
Por detrás nos ha quedado retrasada la ascensión a Peña Portilla y ahora también el Bosque de Canseco, ya que optamos por no ir al mismo dado la mala previsión del tiempo que seguimos sufriendo y que no nos dio tregua durante esta travesía improvisada que decidimos hacer. A pesar de la casi constante lluvia e incluso nieve, completamos esta ruta circular marcada por Cuatro Valles con un recorrido total de 17 Km.
Salimos de Guzmán a las 8:30 horas los 9 participantes: Nati, Cundi, José Luis, Pedro, Marcial, Álvaro, Mª Jesús, Carmen y yo. Carmen es una compañera nueva que tiene la particularidad de ser sordomuda, lo cual no supuso en ningún momento ningún inconveniente, al contrario, su simpatía y cordialidad hizo que se integrase perfectamente en el grupo.
En mi coche y el de Pedro emprendimos el viaje por la carretera de La Magdalena mientras llovía débilmente. Tras desechar otra de las opciones en Abelgas, nos desviamos hacia Portilla de Luna, 1200 m, en el que paramos unos 45 minutos más tarde. Bajo un soportal nos preparamos antes de emprender la ruta a las 9:45 horas por un camino con nieve que comenzó a ascender suavemente con dirección Noroeste tras dejar atrás las últimas casas del pueblo. En la parte alta se cerraba la niebla impidiendo ver las cumbres que nos rodeaban, entre ellas Peña Portilla.
El camino encajonado entre robles pelados ganaba altura mientras la pendiente se acentuaba cada vez más. Tras un kilómetro recorrido alcanzamos el Collado Sagüera, 1333 m, desde el cual divisamos el pueblo del mismo nombre en el valle contiguo. Paralelos a una línea eléctrica emprendimos el descenso a lo largo de otro kilómetro antes de entrar en dicho pueblo, 1250 m, a las 10:40 horas. A la entrada del mismo nos encontramos con la iglesia del Corpus Christi con una campana que algunos querían tocar.
Cundi decidió no seguir más y le animamos a que volviese por la carretera en vez de retroceder. Por su parte, Nati ya había quedado en el pueblo a su aire. Nos sacamos una foto de grupo antes de retomar el resto la marcha sin dejar la calle recta por la que habíamos entrado y que nos sacó de nuevo del pueblo. Dejamos a la derecha una fuente con varios pilones escalonados y nos fuimos metiendo en el valle de Villerma. Paralelos ahora a un arroyo fuimos ganando altura gradualmente dejando a la derecha la Peña el Castillo y el pico La Champa. Más adelante nos desviamos hacia la derecha para entrar poco después en un bosque de robles y hayas en el que la pista comenzó a describir algunos zigzag entre la arboleda. Poco a poco nos fue envolviendo la niebla a nosotros también y la nieve en el camino aumentó de volumen. No caminábamos mal gracias a las rodadas de un vehículo que había pasado no hacía mucho por allí y que tenía que tener muy elevada la parte baja para librar la capa que había.
A las 12:15 horas y tras 6 Km. alcanzábamos el collado La Forcada con 1519 metros de altitud. Allí el bosque era de pinos y por entre él emprendimos el fuerte descenso al valle de Borbusende. La niebla cerrada impedía ver en pocos metros y un tramo más abajo las rodadas del vehículo daban la vuelta. Una estaca nos indicó un cambio de dirección por otro camino que seguía el descenso entre los pinares y cargado de nieve. Así llegamos a otra bifurcación, esta vez sin señalizar. De frente seguía un ramal menos marcado mientras que el más ancho giraba a la derecha. La lógica de las rutas dice que si no hay señal alguna hay que seguir de frente, pero claro, ¿y si faltaba la señal como otras tantas?. Nos decidimos entonces por seguir el más marcado y acertamos, ya que al cabo de un tramo encontramos una de las señales.
Fuimos perdiendo altura por él mientras hacíamos alguna guerra de bolas. Poco a poco fuimos dejando la niebla arriba, aunque la lluvia seguía cayendo, no muy fuerte, pero de continuo. Enseguida vimos el refugio del que yo no me acordaba para nada. Está emplazado en el fondo del valle de Borbusende y al él llegamos cuando eran las 13:00 horas. Estábamos a 1300 metros de altitud y habíamos recorrido 8 Km.
En el refugio, un pequeño reducto de cemento con chimenea y algunos troncos a modo de bancos, nos acomodamos para comer tranquilamente. Se me había olvidado apuntar que desde el comienzo traíamos un compañero agregado, un perrito que se nos había unido y que estaba haciendo la ruta con nosotros.
Unos 40 minutos más tarde, y lloviendo ahora con saña, retomamos el tramo más duro de toda la ruta, una subida de 333 metros en 6 kilómetros con fuertes repechos cargados de nieve. El camino se confundía con el resto del paisaje en el que podíamos ver el pinar a la derecha y una ladera rocosa y con numerosas sabinas a la izquierda. En el arroyo que bajaba por la derecha vimos varias figuras de hielo pegadas a la ramas cercanas al cauce. También pasamos algunos tramos entre robles con sus hojas escasas y marrones destacando en la nieve. José Luis fue el que más tramo de camino fue abriendo relevándole el resto en algunos ratos.
Llegamos a una bifurcación en la que otra señal nos marcaba a la derecha la dirección a seguir. El camino seguía subiendo ahora un tramo más empinado hasta alcanzar un punto en el que emprendimos un suave descenso. La niebla apenas nos dejaba ver paisaje algunos en varios metros. Pasamos entre zonas de repoblación de pinos y enseguida volvimos a subir. Nos encontramos en este tramo con una bonita cascada de hielo de pocos centímetros de altura que se desprendía de las escobas hacia el camino. Allí nos sacamos algunas fotos antes de retomar la marcha ya con ganas de llegar a lo más alto.
Dejamos atrás un cartel ya roto de coto de caza del que yo sí me acordaba de la vez anterior. El camino cargado de nieve seguía subiendo entre escobas por la ladera de un valle apenas visible entre la niebla. Alcanzamos una especie de cresta en la que una señal nos indicaba la parte alta de la loma. Por lo que parecía un cortafuegos nos encaminamos ya con pocas fuerzas y deseando llegar a lo más alto. Fuimos ganando mucha altura por la loma entre escobas bajas saliéndonos sin querer de dicho cortafuegos. Nos mosqueó no ver señales y pensamos que podíamos haberlas dejado atrás sin verlas. Con ese pensamiento estábamos cuando vimos una señal grande en la que nos indicaba la dirección a Portilla de Luna con un tiempo de 45 minutos y a 2,5 Km. de distancia.
Estábamos en el punto más alto de la ruta, el collado Tijero, con 1633 metros, y tras haber recorrido 14 Km. Fue en esos momentos cuando la lluvia se convirtió en ventisca de nieve transformando el día en invernal. Eran las 16:30 horas.
Comenzamos a bajar siguiendo una alambrada cerca de la cual vimos los restos de una vaca. Descendimos bruscamente varios metros encontrado curiosos corros sin nieve alguna. Así llegamos a otro collado más bajo en el que una nueva estaca nos señalaba hacia el valle y el bosque. La nieve había cesado y pudimos ver frente la Peña Portilla plenamente. Entre el bosque encontramos algunas marcas más que nos iban llevando a la parte baja. Poco a poco vimos como se abrían claros por los que vimos el cielo azulado.
Nos situamos paralelos al arroyo Tijero ya en la parte baja y lo cruzamos para seguir unos metros por encima de su cauce. Frente a nosotros veíamos una cantera con un par de máquinas. Tras cruzar otro pequeño regato salimos a la pista que sube a esta explotación cogiendo la dirección contraria. El cielo cada vez se veía más azul y en un momento determinado vimos un rayo de sol entre las nubes que formaron un curioso corazón. Dejamos atrás un depósito de agua al lado del camino y ya cerca del pueblo cruzamos un estrecho desfiladero de poco recorrido al final del cual cerramos el círculo en el camino por el que habíamos salido por la mañana. Escasos 200 metros nos separaban de las primeras viviendas de Portilla en el que entramos a las 18:00 horas y tras 17 Km. recorridos. Por la misma calle que a la salida llegamos a los coches en los que estaban Cundi y Nati esperando. Allí mismo nos cambiamos y media hora más tarde emprendíamos el regreso.
En La Magdalena nos detuvimos a tomar un refrigerio unos minutos e hicimos las cuentas de la salida. Ya de noche nos pusimos de camino a León llegando a Guzmán cuando eran las 19:40 horas. Allí quedaron algunos compañeros y yo acerqué a Mª Jesús a casa antes de terminar el viaje en la mía minutos más tarde.
Como apunté al comienzo, por fin me he estrenado este año. La nieve acumulada en esta sencilla ruta la hizo más interesante y cansada de lo normal, sirviéndonos como entrenamiento para las posteriores que esperamos ir cumpliendo.