lunes, 12 de diciembre de 2011

BELÉN DE CUMBRES - PRADO LLANO (Montuerto) - 11-12-11

 


1ª ASCENSIÓN AL PICO “PRADO LLANO”. (Montuerto). (Belén de Cumbres).

11-12-11               (Domingo)

Última salida del año del club de montaña, y como es habitual, para la colocación del Belén de Cumbres. En esta ocasión hemos elegido una sencilla cumbre cercana a Montuerto, pueblo del que partimos. Para dicha celebración nos hemos reunido 11 personas: José Antonio, Antonio, Álvaro, Nati, Camino, Pedro, Toño, Cristina, Alex, Adelino y yo.
De Guzmán partimos a las 9:00 horas en los coches de Toño, José Antonio y el mío. El cielo nublado ya nos anunciaba lo que nos deparaba el resto de la jornada, que después de todo no resultó nada mal. Por la carretera del Torío llegamos a Robles de la Valcueva donde giramos para pasar a la cuenca del Curueño. Dejamos atrás La Vecilla y enseguida entramos en Montuerto donde aparcamos los coches diseminados por el pueblo. Nos preparamos para la ruta mientras las cumbres estaban totalmente ocultas por la niebla. Hacía frío, pero no era intenso.
A las 10:30 horas, tras una foto de grupo, emprendimos la marcha saliendo por un camino paralelo al arroyo del Requejo por su margen derecha. Enseguida comenzamos a subir suavemente por él dejando por debajo algunas cabañas y corrales. Una alambrada de espinos corría a la par nuestra por el lado del arroyo sobre el que íbamos ganando altura. Al lado contrario vimos unas formaciones rocosas de color oscuro que destacaban sobre la ladera herbosa y la caliza.
Al fondo del valle, casi en el límite con la niebla, vimos el pequeño refugio de piedra por el que teníamos que pasar. La subida era continua pero cómoda. Hacia atrás veíamos el pueblo y las cumbres del otro lado de la carretera, que llegamos a confundir con Valdorria, aunque luego rectificamos.
A las 11:15 horas llegaba yo al refugio donde ya estaban algunos compañeros. Nati era la que quedaba por detrás subiendo a su paso. Cómo ella no iba a subir a la cumbre, Cristina y Toño decidieron quedar también allí a esperarla mientras el resto retomábamos la marcha. Quedaban con algunos dulces y bebida para que también ellos celebrasen un poco el evento.
Allí mismo había una cuadra de ganado vacía y desde ella seguía un sendero que ya comenzaba a subir más pronunciadamente muy cerca del arroyo en el que se veían numerosos manantiales. Poco a poco la niebla nos fue envolviendo hasta meternos de lleno en ella. El sendero se nos perdía en algunos tramos, pero volvíamos a recuperarlo unos metros más adelante. Teníamos que alcanzar una collada que no veíamos, pero nos fuimos desviando hacia la izquierda cogiendo de lleno la ladera más empinada. La senda zigzagueaba facilitando el avance por la misma.
Camino llevaba unas botas con las que resbalaba bastante e iba a paso más sosegado. Encontramos unas matas de hierbas altas cargadas de gotitas de agua formando unos bellos racimos que fotografié. Nos metimos allí mismo bajo una formación de rocas por donde el sendero se empinaba aún más en una especie de canal ancha. Al final de la misma había una colladina entre rocas donde nos reunimos casi todos. Camino seguía avanzando regularmente y ahora además nos quedaba la zona rocosa. Su hermano Pedro le recomendaba nos seguir más, pero nosotros la animamos ya que no había peligro alguno y se veía claramente la ruta a seguir.
Al final retomamos todos la marcha, con cuidado por ella, pero sin grandes dificultades. Realmente, y aparte de las botas inadecuadas que llevaba, es la poca experiencia que aún tiene en la montaña. Tras un tramo rocoso alcanzamos una cumbre, que en principio creíamos era el Prado Llano, pero no era así, emplazándose éste tras otra pequeña collada.
Visto lo mal que avanzaba Camino, optamos por dar por buena la ascensión sin importarnos los escasos 50 metros o los 10 minutos que podía haber de diferencia con la cumbre verdadera. Álvaro y José Antonio decidieron acercarse a ella y yo ya no lo hice por no disgregar más el grupo. A pesar de ello la doy por ascendida ya que además, y con la niebla que había, el paisaje iba a ser el mismo, blanco del todo.
Eran las 12:55 horas cuando llegábamos a esta cima que podía tener como digo unos 50 metros menos que el Prado Llano, que tiene 1721 m. Sin más preámbulos nos dispusimos a adecentar un pequeño espacio para colocar el belén haciendo una especie de portal de rocas sobre el mismo. En su entorno colocamos las botellas de cava, sidra y mistela que llevábamos así como el turrón, polvorones y demás. Álvaro y José Antonio llegaron poco después acompañados por una pareja con un perro a los que invitamos a unirse a la celebración. Hablando con ellos resultó que él había sido socio de nuestro club hace unos años, aunque nunca salió. Se llama Marcelino. Igual nos llaman para apuntarse de nuevo este año después de ver lo bien que lo pasamos......
Todos reunidos en torno al belén, comenzamos a (des)entonar los villancicos al son de las panderetas mientras dábamos cuenta de los turrones y bebidas. Ayudados de las “chuletas”, procuramos ir un poco todos al ritmo, aunque no siempre se conseguía. Yo llevaba mi gorro de balón que ya es parte imprescindible para ese día. Nos sacamos también todos una foto alrededor del portal, aunque se nos olvidó dejar una tarjeta allí. En la cumbre tampoco habían dejado al no llevar con ellos nada. Por otro lado, a través del walkie estábamos en contacto con los del refugio.
Cuando emprendimos el descenso a las 14:10 horas comenzaba a ponerse frío. De nuevo con cuidado descendimos el tramo rocoso hasta la colladina donde empezaba el sendero. Por él bajamos siguiendo los zigzag y algunos hitos de rocas. La fiesta seguía con cánticos y demás desacordes que íbamos entonando ladera abajo. Encontrábamos numerosas topineras en la hierba con buena tierra para macetas.
Poco a poco fuimos metiéndonos en la vaguada del arroyo y comprobamos que la niebla había bajado aún más. Entre matojos transcurría el sendero que perdía altura hacia el refugio. Casi estábamos encima cuando vimos el corral ahora. La niebla entraba en él por las dos grandes puertas abiertas. Escasos metros nos restaban del refugio al que llegamos a las 15:20 horas.
Allí nos sacamos otra foto de grupo y nos despedimos de Cristina y Toño que tenían que volver antes. El resto seguimos celebrando un rato más la fiesta con más turrón, cava y la mistela.... que a alguno se le subió un poco. Algunos habían comido bocata mientras a otros no nos entraba ya. Nati se puso debajo de un árbol y Pedro lo sacudió para tirarle el agua de las hojas encima. Eso le costó un buen palo en el cu... que aún seguro le duele. Vaya como corría uno tras del otro.
A las 16:15 horas decidimos comenzar a bajar hacia el pueblo. Poco después fue abriendo la niebla y vimos de nuevo el valle. Durante el trayecto seguimos los cánticos amenizando lo que quedaba de jornada. Con ellos entramos en el pueblo a las 16:50 horas ante la mirada de algunos vecinos a los que Camino pedía polvorones como aguinaldo. En la plaza teníamos nuestros coches y allí nos cambiamos. Saqué una foto a cada uno con el gorro “oficial” y cuando eran las 17:20 horas nos pusimos en marcha hacia la capital.
En el cruce con la general saqué una foto del pueblo y la sierra cubierta de nieblas. Ya en La Vecilla paramos a tomar un refrigerio en el bar donde estuvimos de charla un rato. Ah¡ de camino allí estaban los del Collalampa y Miguel Ángel con ellos e intercambiamos cuatro palabras.
A las 18:10 horas nos pusimos definitivamente en marcha hacia León. Sin novedades hicimos el trayecto hasta llegar a Guzmán a las 18:55 horas.
Terminamos con ello la última salida del club Cumbres de León de este 2011, colocando y celebrando la Navidad en plan montañero, como es costumbre entre la mayoría de los clubes de montaña. A partir de ahora ya restamos días para la primera salida del 2012, que según lo programado, es el día 8 de enero al pico Arbillos.