viernes, 16 de diciembre de 2022

BELÉN DE CUMBRES - PEÑA LAS AGUILAS Y ALTO DE LA CURISCADA. (Lazado) 10-12-22

 



XXXI BELÉN DE CUMBRES.
2ª ASCENSIÓN A “PEÑAS LAS ÁGUILAS” Y “ALTO DE LA CURISCADA”. (Lazado).

10-12-22             (Sábado)


Un año más llegamos al final de las actividades montañeras, en lo referente al grupo asiduo que solemos participar, y lo hicimos con la ya tradicional colocación del Belén de Cumbres. Para ello escogí una ruta accesible y fácil en la que además, y dado la previsión tan irregular que teníamos del tiempo, había un refugio disponible en la misma, aunque bien es cierto que no estábamos muy seguros si lo tendrían abierto o no. Al final, y salvo las bajas temperaturas, la climatología nos acompañó durante toda la jornada.
Con 6º C en los termómetros salimos de León a las 8:35 horas en mi furgoneta los cinco participantes de esta ruta: Guiomar, Álvaro, José Luis, Juan y yo. Por la carretera de La Magdalena avanzamos con el cielo totalmente cubierto e incluso escapándose algo de llovizna. Hacia el Norte parecía algo más abierto y eso animaba un poco. En La Magdalena nos metimos hacia la carretera de Omaña cruzando varios pueblos hasta llegar a Senra donde volvimos a girar ya hacia Lazado, inicio de la ruta. A las 9:45 horas aparcamos en este pueblo omañés, en el mismo lugar que lo habíamos hecho en mayo del pasado año, y nos preparamos para la ruta con el sol saliendo entre las nubes.
A las 10:00 horas iniciamos la marcha a una altitud de 1283 metros avanzando por las calles de pueblo hasta llegar a una valla que cruzamos para salir a un camino embarrado que sorteamos más o menos bien al estar bastante congelado. Cruzamos un puente sobre el arroyo Valdeyeguas y dejamos atrás lo que parecía un molino cerca de este cauce. Paralelos a este arroyo, que bajaba por nuestra izquierda, fuimos ganando altura por el angosto valle siguiendo el ancho camino del que salían algunos ramales hacia arriba por la loma derecha.
Con dirección Norte avanzamos contemplando las laderas del valle cubiertas por bosques de robles, praderías y escobas. Al cabo de un rato caminando por éste comprobamos que nos seguían tres mastines, uno de ellos algo receloso y a cierta distancia, pero los otros dos casi a la par. Tras 1,300 km hechos cogimos nosotros uno de los ramales de este camino que iniciaba una subida más pronunciada a la vez que comenzaba a trazar varios zigzag por la pendiente loma. Entre robles, escobas y otros arbustos fuimos subiendo ahora hacia el Este pasando al lado de una fuente con pilón en la que los mastines pararon a beber.
Trazamos algunas curvas muy cerradas ganando altura rápidamente y nos comenzó a dar el sol que iba luciendo cada vez más claro entre algunas brumas que quedaban. En un determinado punto nos pasamos un cruce, y por no volver al mismo, atajamos un pequeño tramo entre los robles antes de salir de nuevo al ancho camino unos metros por encima. Poco a poco dejamos atrás la arboleda quedando las escobas y otros matorrales cubriendo el terreno aún muy blanquecino por la fuerte helada nocturna.
Llegamos así al alto de la loma donde el camino iniciaba el descenso por la ladera contraria, aunque viendo el mapa, solo durante unos pocos metros más. Hasta ese punto llevábamos 3,300 km hechos, eran las 11:10 horas y estábamos a 1637 metros de altitud. Nosotros lo abandonamos para meternos hacia la parte alta de la cresta entre estos arbustos poco tupidos que no dificultaban para nada el avance mientras los mastines nos seguían. Cruzamos un tramo un poco más engorroso justo antes de llegar a una zona rocosa por la que nos encaramamos, aunque la parte alta volvía a ser de campa herbosa. La helada en las matas de hierba creaba bonitas figuras congeladas que fotografié con detalle. También en las laderas se veían algunos reductos de robles cubiertos igualmente por esa capa blanca. En el valle del Este, un poco hacia el Sudeste, pudimos ver Villabandín encajonado en el mismo.
Un sendero se medio intuía entre los matorrales que nos iban empapando la ropa y el calzado. Llegamos a un nuevo tramo algo más rocoso, Las Peñas de las Águilas, al que nos metimos trazando algunos altibajos hasta llegar a la parte más alta de las mismas en la que nos hicimos unas fotos. Se emplaza a 1845 metros de altitud y hasta allí habíamos caminado 5,200 km, siendo en esos momentos las 12:23 horas. Las cumbres de toda esta zona omañesa están formadas por caliza muy vieja y también mucho canto aglomerado. No es la típica roca caliza lisa de la mayoría de las cumbres de la Cordillera Cantábrica.
No dejamos tarjeta alguna en esa cima y seguimos avanzando hacia la principal, pasando a continuación un tramo de nuevo entre escobas antes de encontrar otro macizo pétreo donde hubo que trepar y destrepar en algunos momentos, siempre sin dificultad alguna. En esta ocasión el mayor problema eran algunas piedras algo congeladas donde se podía resbalar y con las que sí había que tener algo de precaución. Teníamos ahora justo debajo, en el valle, el refugio de La Curiscada. Pasamos por el punto más alto de estas rocas con una altitud de 1862 metros antes de iniciar el descenso hacia el collado anterior a la cumbre de La Curiscada, nuestro principal objetivo. El paisaje ya era amplio contemplando cumbres que luego enumeraré.
Desde este collado de 1845 metros la pendiente se acentuaba, aunque no excesivamente, por una loma entre matorral bajo. Por ella ganamos altura cómodamente ya hacia la cumbre principal a la que llegamos cuando eran las 13:05 horas y tras un total de 6,300 km. Esta cima del Alto de la Curiscada tiene una altitud de 1889 metros y la forman algunos “penachos” rocosos entre terreno herboso. La vista desde la misma es amplia, contemplando numerosas cimas de Omaña, Laciana y Babia. Por nombrar algunas de ellas, cercana, a “tiro de piedra”, teníamos la sierra de La Cañada con cumbres como la Arena, Rabinalto, Cañada o Penóuta, entre otras. Detrás, el Valgrán, ascendido este mismo año por nosotros. La misma sierra en la que estábamos cerraba el valle con las cimas del Paxarín, Peña de Las Fanas y el Miro de la Laguna, también coronadas en aquella ocasión anterior junto con la actual. El Nevadín o la Campona, entre otros más lejanos, se unían a esa larga lista.
La hierba y los matorrales entre los que habíamos pasado nos habían mojado la ropa. A mí sobre todo me habían calado las botas, y eso que las había echado impermeabilizante. Por ello las quité para recurrir al método rústico de antaño: calcetín seco, bolsa de plástico, calcetín húmedo. La brisa era fresca también y se comenzaba a nublar por el Oeste. Con ese panorama nos dispusimos a comer antes de proceder a realizar la ya tradicional colocación del Belén de Cumbres. Para ello situamos el portal en medio de todo lo que llevábamos para celebrar la navidad montañera: turrón, sidra, bombones, galletas, un roscón, etc. etc. Luego nos sacamos fotos con todo ello antes de degustarlo. Ah! Dos de los mastines habían llegado con nosotros a la cumbre y también para ellos hubo algo de picoteo. Por otro lado, este año no hubo cánticos de villancicos.......sin comentarios.....
Antes de iniciar el descenso dejamos el belén un poco resguardado entre las rocas de la cima junto a nuestra tarjeta de cumbres. A las 14:35 horas emprendimos la bajada hacia el collado posterior del Noroeste. Entre escobas algo más altas que las anteriores fuimos perdiendo altura buscando lo que parecían sendas, aunque muy cerradas. Gran parte de ellas se mantenían cubiertas por una capa blanca helada. Ya en la parte baja enlazamos con una vereda más limpia que poco después se bifurcaba. Mientras un ramal seguía por la cresta, otro se echaba hacia el valle directamente y por él nos desviamos con el refugio a la vista. De la chimenea del mismo vimos salir humo, lo cual nos hizo pensar que había alguien en él. Según nos acercábamos vimos además unos bastones apoyados en la pared exterior, confirmando este hecho.
A las 15:45 horas, tras un total de 7,600 km hechos, llegamos a este alojamiento en el que estaban dos montañeras que ya se preparaban para marchar. Con ellas conversamos unos minutos antes de despedirnos, acomodándonos nosotros en el interior. El refugio de La Curiscada es una caseta de piedra y pizarra situada a 1650 metros de altitud y en la cual encontramos una mesa, bancos, literas ,chimenea y un armario con algunos víveres y útiles de cocina. Un altillo de madera estaba acondicionado para pernoctar cómodamente.
Abrimos allí alguna botella más de sidra, una de ellas al estilo tosco con un hacha. El problema fue que quedaron algunos cristalillos en la boca que podían se desagradables. Pues bien, aprovechando que había una cafetera, que las dos mujeres anteriores habían usado, utilizamos el filtro metálico para colar la sidra antes de beberla. A grandes males.......Teníamos el fuego encendido y echamos en él más leña y los residuos que habíamos bajado de la cumbre, y que podían quemarse, claro. Fuera seguía frío y nublado y allí se estaba muy bien.
A las 17:15 horas lo recogimos todo para retomar la marcha hacia Lazado, distante 3,300 km en línea recta. No había rastro de los mastines, que supusimos habían bajado ya hacia el pueblo. Bajamos unos metros para enlazar con el ancho camino tras cruzar el arroyo de La Curiscada en un trecho entubado. Por él fuimos perdiendo altura mientras el arroyo se encajonaba en muchos tramos varios metros por debajo. En su cauce vimos numerosas cascadas y rápidos formados en esos fuertes desniveles que sorteaba. En algunos puntos la caída hacia él era vertical y de varios metros desde el camino. Poco antes de las 18:00 horas llegamos al punto en el que por la mañana nos habíamos desviado hacia la parte alta. Pocos minutos más tarde divisábamos las luces del pueblo por delante de nosotros y ya no muy lejano. Mientras anochecía avanzamos hacia éste y llegamos a la altura del molino. Por encima del mismo, en la ladera contraria, vimos a uno de los mastines que nos había acompañado parte de la ruta.
A las 18:15 horas cruzamos el puente sobre el arroyo Valdeyegüas y llegamos al tramo más embarrado que sorteamos como mejor pudimos. Cruzamos la cerca para el ganado y entramos en el pueblo por cuyas calles recorrimos los últimos metros hasta donde estaba la furgoneta. A las 18:20 horas, tras un total de 12,100 km hechos y un desnivel acumulado de 683 metros, terminamos la ultima ruta del grupo por este año.
Estando allí cambiándonos pasó un vecino del pueblo con el que conversamos y nos comentó que por el valle que veníamos, él mismo había visto una osa con oseznos. A las 18:50 horas emprendimos el viaje de regreso a León. En Riello hicimos una parada a tomar un café e hicimos una visita a Valentín, amigo y compañero en algunas rutas hechas. Sin más novedades hicimos el resto del viaje a la capital donde llegamos a las 21:20 horas. Aquí quedaron los compañeros y a las 21:40 horas llegaba yo a casa cuando un termómetro cercano marcaba 4º C.
Finalizamos así esta destacada actividad con la que cerramos el año montañero del grupo. Tras las fechas navideñas retomaremos de nuevo las rutas en el nuevo año.

MAPA ESQUEMA

ENLACE RUTA WIKILOC:


VISTA SATÉLITE




ARMUNIA

TRAYECTO



LAZADO (1283 m)






EMBARRADOS

VALLE DEL ARROYO VALDEYEGÜAS


NOS ESCOLTAN.....



ENTRE ROBLES






ATAJANDO



POR LO ALTO DE LA LOMA


BUENA HELADA

ENTRE MATORRAL Y ROCA



ESTAMPAS INVERNALES


HACIA LA PEÑA LAS ÁGUILAS




PEÑA LAS ÁGUILAS (1845 m)






POR OTRA CRESTA ROCOSA





ALTO DE LA CURISCADA (1889 m)

VISTA AL ESTE

NUESTRO BELÉN DE CUMBRES 2022

PANORÁMICA OESTE

ENTRE ROCAS DEJAMOS EL PORTAL

ATARDECER


SIERRA DE LA CAÑADA AL ESTE

UNO DE NUESTROS COMPAÑEROS DE RUTA


DESCENSO HACIA EL COLLADO





LLEGANDO AL REFUGIO

REFUGIO DE LA CURISCADA

INTERIOR




HACIA LAZADO POR EL VALLE


EL RÍO SE ENCAJONA


FIN DE RUTA EN LAZADO


ARMUNIA