miércoles, 18 de septiembre de 2019

PEÑA RIONDA - ALEJE 14-09-19


2ª ASCENSIÓN A “PEÑA RIONDA” (Aleje)

14-09-19                         (Sábado)

            Tan solo una semana después de la última ruta hecha he vuelto a programar una nueva para ascender una cumbre que ya hace muchos años subí por primera y única vez, Peña Rionda, en Aleje. Tan solo tres participantes fuimos los que en esta ocasión nos animamos a hacerla: José Luis, Álvaro y yo. A pesar de una incidencia que a continuación detallaré, el resto de la jornada resultó amena y aprovechada.
Con algo de lluvia cayendo salimos de León a las 8:30 horas para enlazar con la autovía hasta Mansilla de las Mulas donde giramos por la nacional hacia Cistierna. Pues bien, en pleno centro de Villapadierna nos encontramos con unos cordiales agentes de la autoridad de tráfico que amablemente me hicieron detener, al igual que a otros conductores que nos precedían. Con esa atención que dispensan me comunicaron, foto incluida como prueba, que me había pasado de velocidad en un pueblo anterior, San Cipriano de Rueda, donde además hay un tramo de obras, como a la vuelta comprobamos. Por ello tenía que contribuir gentilmente con el abono de dicha sanción, totalmente correcta por otra parte, entre otras cosas a la conservación de las carreteras y autovías por las que podemos circular sin la preocupación de que nuestros vehículos se nos desarmen por su estado, como es el caso de esa misma por la que nos desplazábamos. Quiero pensar que se usará para esos fines y otros al servicio de los ciudadanos....
Con el lógico mosqueo encima continuamos la marcha hacia Cistierna donde nos detuvimos unos minutos a tomar un café... y así relajarme un poco. Apenas estuvimos unos 15 minutos antes de retomar la marcha hacia Aleje, pueblo al que llegamos a las 9:55 horas. Estudiando el track de la ruta, subimos unos metros por un camino hasta unas naves ganaderas cerca de las cuales aparcamos a una altitud de 993 m. Allí nos preparamos para la marcha y nos sacamos una foto de grupo antes de empezar a caminar a las 10:20 horas.
El cielo se había ido despejando y solo algunas nubes lo cubrían. Por un ancho camino avanzamos entre praderías y algo de arboleda con dirección Nordeste. Al lado de este camino vimos varias zarzamoras cargadas de frutos maduros que probamos. Tras unos 500 metros el camino dio un brusco giro al contrario, continuando por él unos metros antes de darme cuenta que el track continuaba recto por un sendero que atajaba para evitar un rodeo del camino aquel. Optamos por bajar ese pequeño tramo y subir algo más bruscamente por dicha senda que más arriba nos sacó de nuevo al camino.
Ganamos altura por él a lo largo de otro trayecto entre algunas escobas mientras el paisaje se ampliaba antes de volver a coger otra senda que acortaba una nueva curva del camino. Por delante teníamos algunas paredes y riscos de la Peña Quebrada, según rezaba en el mapa del GPS. Echando la vista atrás pudimos ver ya Aleje y Alejico a ambos lados del Esla. También acerté a distinguir con el zoom de la cámara algunos de los miradores de Sabero cuya ruta hicimos hace algunas semanas. De nuevo en el camino cruzamos una cerca que lo cerraba para el ganado para seguir subiendo por él y meternos en una zona en la que se encajonaba entre roca. Allí pudimos ver las antiguas rodadas grabadas en la piedra del suelo por el paso continuo de los carros que antaño circulaban por el mismo. En esta zona encontramos varios restos de explotaciones mineras en forma de escombreras y excavaciones en el terreno.
Por encima de ellas alcanzamos un colladín de 1330 metros de altitud desde el cual continuaba un sendero que descendía unos metros antes de remontar suavemente la ladera ya bajo las estribaciones del Noroeste del pico Moro. Nos metimos entre muchas escobas y matorrales que en varios lugares incluso ralentizaban el avance, aunque el sendero estaba muy marcado y conseguíamos salir más o menos con acierto. En las laderas había numerosos árboles aislados, muchos de ellos ya secos. En la parte baja se encajonaba el valle del arroyo Cañal.
Subimos suavemente por la senda bajo el pico Moro mientras el paisaje se ampliaba. Entre las escobas había también espinos que nos dejaron varias marcas en las manos y brazos teniendo cuidado de librar la cara. Vimos también algún acebo con frutos rojos. Poco a poco fuimos rodeando el macizo del Moro y vimos por delante ya Peña Rionda, con el tejo milenario destacando delante de ella en medio de la ladera, y el Roscas al Norte del mismo. Desde allí se inicia la parte más pendiente de la ruta, salvo los tramos de la roca superior.
El sendero se inclina camino del collado de Tan, entre la Rionda y el Moro Norte. En un pequeño altiplano vimos un rebaño de vacas pastando. Pasamos al lado del enorme tejo emplazado a 1550 metros de altitud sin acercarnos ahora. Unas veces siguiendo el sendero y otras por donde cada uno mejor lo veía, fuimos aproximándonos al collado, llegando al mismo cuando eran las 13:03 horas. Este paso está situado a 1690 metros de altura y en él nos encontramos a tres jóvenes con motos de trial que subían desde el Este para bajar por la misma loma que nosotros traíamos.
Estuvimos unos minutos de charla con ellos antes de retomar la subida hacia el Norte por una ladera aún más pendiente. Enseguida nos metimos de lleno a la roca encontrando las primeras trepadas de este último tramo a la cima. Ayudados en ocasiones con las manos fuimos encaramándonos a los riscos con dirección a la cresta. Así llegamos a una especie de canal muy pendiente en la que sí tuvimos que echar pies y manos a la roca para remontar la misma hasta llegar, ahora sí, a dicha cresta. Eran las 13:50 horas y estábamos a 1816 metros de altitud.
Nos restaban tan solo 100 metros lineales y unos 15 m de desnivel para llegar a la cima. En este tramo cruzamos algunos pasos un tanto aéreos en los que, sin haber peligro extremo, sí hay que acentuar un poco más el cuidado al pasar por ellos. Las caídas a ambos lados son verticales en muchos puntos. Yo me quedé un poco rezagado sacando algunas fotos y llegué a la cima cuando eran las 14:00 horas. El GPS marcaba una altitud de 1833 metros y una distancia recorrida de 4,900 Km. Desnivel acumulado de subida en la cumbre, 858 m.
La vista era amplia con numerosas cimas en redondo entre las que podemos enumerar: Peñas Pintas, Cerroso, Susarón, Mampodres, Bodón, Espigüete, Peña Corada, Campriondo, Loto y por supuesto el cercano Moro con sus dos cumbres al Sur y el Roscas al Norte. Habíamos comentado la posibilidad de pasar a éste último, pero el desnivel al collado intermedio era considerable y tampoco se veía muy bien el cresteo al mismo. En el valle del Esla veíamos Alejico y algunas casas de Aleje. Detrás del Moro se alejaba la carretera por la que habíamos venido con algunas poblaciones más en ella. Por el Este descendía el Valle del Pico Moro que desemboca en Ocejo de la Peña, oculto en el fondo del desfiladero en el que se emplaza delante del Campriondo. En la cima hay un buzón con una placa con el nombre de la cumbre, altitud, grupo que la colocó y fecha. En otra al lado una inscripción reza “En Memoria de los Mineros”.
Nos sacamos unas fotos y estuvimos una hora disfrutando de todo este paisaje antes de emprender el descenso. Habíamos optado por bajar al collado para comer en él y quitarnos los pasos y canales antes. Volvimos a crestear el tramo hasta la canal más pendiente por la que destrepamos a la parte baja. Siguiendo el sendero hacia el collado vi otra bajada que me pareció más “fácil” aunque más directa en el primer trecho y me eché por ella mientras ellos seguían la senda de subida más al Sur. Así perdí bastante altura rápidamente hasta casi situarme a la del collado cambiando entonces el rumbo para seguir por un sendero con muy poco desnivel en esa dirección. Sorteando algunos matojos bajos llegué a dicho collado de Tan a la par que ellos dos. Eran las 15:35 horas.
A la abrigada de las rocas del Sur nos acomodamos para comer allí tranquilamente. Del Este corría un vientecillo fresco que me hizo poner algo de abrigo mientras comíamos. Una alambrada dividía las dos vertientes del collado, Este y Oeste. En el valle del Este se veía una nave ganadera y una caseta a modo de refugio, por lo que distinguí con el zoom de la cámara. En el cielo se seguían alternando las nubes y los claros.
Casi una hora estuvimos allí parados antes de retomar la bajada siguiendo la ruta de ascenso. Por el sendero perdimos altura dirigiéndonos ahora hacia el tejo milenario bautizado con el nombre de Borbonejo. Este ejemplar de unos 10 metros de altura y un diámetro de unos 12 metros destaca bajo la Rionda por su frondosidad en medio de la ladera. Al meterse bajo su copa descubrimos una maraña de raíces de grosor considerable y formas retorcidas. Lo cierto es que es difícil describir tal curioso tronco sin una imagen que lo acompañe. En medio de todo ello vimos una piedra a media altura, no sabemos si colocada a propósito o caída desde las partes altas de la peña hasta ese rincón escondido.
Tras sacarnos unas fotos con él de fondo continuamos el descenso variando la ruta de subida con intención de bajar directamente al valle por el que, según el mapa del GPS, pasaba un camino. Siguiendo un sendero nos llevó hasta una pequeña vega al lado de la Peña de Los Corralines. Por el Norte de la misma se veía una vaguada a la que nos dirigimos para bajar por ella al valle del arroyo Cañal. Al llegar al comienzo de la misma vimos que se trataba, no de una vaguada, si no de una canal de difícil descenso. No teníamos ganas de complicarnos más de la cuenta, por lo que volvimos a subir unos metros sobre nuestros pasos para rodear Los Corralines por el Este e ir al encuentro del sendero usado en la subida. Álvaro encontró en este tramo un cencerro de ganado en medio de una campa.
Nos incorporamos de nuevo al sendero para meternos entre los matorrales tupidos y espinosos en algunos casos  que seguían dejándonos varios “tatuajes” más en el cuerpo. Poco a poco fue apareciendo Aleje en el valle, al Suroeste, así como Alejico. También las naves ganaderas desde donde habíamos comenzado la ruta. Sin darnos cuenta se fue cubriendo el cielo por oscuros nubarrones que aparecían por encima del pico Moro. A pesar de ello, el sol seguía calentando bastante entre las brumas al Este. En una sombra de una arboleda estuvimos unos minutos parados. Lo cierto es que yo iba bastante cansado ya incluso bajando.
Así llegamos a la zona de minas en la que enlazamos con el ancho camino por el que seguimos el descenso entre las escombreras de las mismas. Cruzamos la cancilla que cerraba el camino, y que ahora estaba abierta, y entramos en la arboleda. Atajamos un trecho por una vaguada que nos llevó directamente a la curva del camino en la que nos habíamos despistado en la subida. Poco trecho nos restaba ya por este camino al lado del cual vimos otro cercado para el ganado entre los árboles. Tras una corta subida y un breve descenso terminamos la ruta en la furgoneta cuando eran las 18:25 h. El GPS nos daba estos datos: 10,400 Km hechos con un desnivel acumulado de 900 m.
Íbamos a cambiarnos allí mismo, pero estábamos muy cerca de los corrales de ganado y algunos muradales de estiércol, y ante la posibilidad de presencia de garrapatas, decidimos bajar al centro del pueblo cerca de la fuente. A ninguno nos quedaba agua ya y aprovechamos para saciar la sed que traíamos y refrescarnos. Cómodamente nos cambiamos allí ante la presencia de varios perros que nos ladraban.
A las 18:55 horas emprendimos el regreso a León. De nuevo decidimos parar en Cistierna a tomar un refrigerio en otro bar del centro. En el termómetro cercano marcaba 30º C a las 19:05 h. En la terraza del mismo estuvimos unos 20 minutos antes de retomar el viaje. Hacia el Sur estaba totalmente oscurecido por negros nubarrones que desaparecían según se giraba al Norte. Sin novedades esta vez llegamos a León cuando eran las 20:20 horas. Dejé a los compañeros en sendos lugares de recogida y a las 20:40 horas llegaba yo a casa con un termómetro marcando 23º C.
Tras un verano de escasas rutas y además un tanto “light”, ésta me ha dejado un poco tocado de cansancio, sobre todo ya bajando. Aún así se ha conseguido y disfrutado al máximo, que es lo que al final queda en la memoria. La incidencia del viaje de ida es la que intentaré “olvidar”.....                      
                                  
MAPA ESQUEMA

 ENLACE RUTA GPS:

 VISTA SATÉLITE
 ARMUNIA
 TROBAJO

 ALEJE
 EN MARCHA






 CAMINO CARRETERO Y RODADAS


 ALEJE Y ALEJICO




 OBSTÁCULOS EN EL SENDERO

PICO ROSCAS Y PEÑA RIONDA DETRÁS


 ENTRE MALEZA Y ESCOBAS
 ROSCAS, RIONDA Y MORO
 TEJO DE BORBONEJO

 EL TEJO DELANTE DE PEÑA RIONDA

 HACIA EL COLLADO DE TAN



 COLLADO DE TAN
 ENTRANDO EN LA ROCA


 TREPADAS HACIA LA CRESTA







 LLEGANDO A LA CIMA


 PEÑA RIONDA

 VISTA AL ESTE
 PANORÁMICA OESTE
 GANADO EN EL VALLE
 PICO MORO DETRÁS



 POR LA CRESTA DE REGRESO
 CAÍDAS VERTICALES
 DESTREPANDO LA CANAL




 COLLADO DE TAN


 TEJO DE BORBONEJO





 ROSCAS, RIONDA Y MORO
 LA VAGUADA SIN SALIDA
ÁLVARO CON UN CENCERRO DE GANADO

 POR LA SENDA DE NUEVO


 APARECEN NUBARRONES



 VALLE DEL ESLA 



 FINAL DE RUTA

 ALEJE



 CISTIERNA

 ARMUNIA