EL BLOG DE JAVI GALLEGO: DOS HERMANOS,NEVADIN, PEÑA GRANDE Y PEÑA VENDIMIA - Vivero

lunes, 15 de octubre de 2018

DOS HERMANOS,NEVADIN, PEÑA GRANDE Y PEÑA VENDIMIA - Vivero - 12-10-18

1ª ASCENSIÓN AL “DOS HERMANOS”, 2ª ASCENSIÓN AL

“NEVADÍN” “PEÑA GRANDE (LAGUNÓN)” Y

“PEÑA VENDIMIA”(Vivero)

12-10-18 (Viernes)

Aprovechando la festividad del Pilar hemos salido para realizar algunas ascensiones en la comarca de Omaña, justo en su límite con Babia y Laciana. Desde Vivero ascendimos a varias cumbres de la sierra que cierra el valle por el Oeste. A tres de ellas, el Nevadín y Peña Grande, también conocida como Lagunón, así como Peña Vendimia, hace varios años ya las había subido yo también desde el mismo punto. En esta ocasión hemos tenido un tiempo totalmente otoñal con niebla, viento y lluvia. De hecho, la Peña Vendimia la tengo equivocada con Peña Grande en aquella ocasión y no está nombrada. Fue el 14 de septiembre de 1997.

Sobre las 8:15 horas recogía a José Luis para dirigirnos a Guzmán donde se nos unían Álvaro y Guiomar. En mi furgoneta salimos los cuatro a las 8:30 horas por la carretera de La Magdalena encontrando niebla cerrada en Camposagrado. Las montañas se mantenían cubiertas totalmente por nubes oscuras y amenazantes. Nos desviamos hacia Omaña en esta localidad y de nuevo se nos cerró la niebla en el puerto de La Magdalena. En el descenso se encuentra el desvío a Vivero, que me lo pasé por un despiste. A las 9:35 horas entrábamos en dicho pueblo tras unos 75 Km hechos.

Aparcamos en una calle mientras en el cielo se abrían algunos claros entre los que se colaba el sol. Nos preparamos para la ruta e hicimos una foto de grupo. Sobre las 10:00 horas emprendimos la marcha en este pueblo situado a una altitud de 1365 metros. Cruzamos el puente sobre el arroyo de Vivero y vimos una fuente de piedra ornamental. Las viviendas son en su mayoría de piedra y pizarra y las calles cementadas. Abandonamos el pueblo por un camino de tierra con dirección Oeste que subía suavemente entre tapiales de praderías. No tardamos en encontrarnos con un rebaño de vacas que venían de frente y que recularon al vernos.

Paralelos al arroyo continuamos subiendo cómodamente sin apenas coger altura, lo cual no era muy reconfortante ya que luego hay que remontar todo el desnivel en menos tramo, como sucedió. Durante un buen rato nos lució el sol y el paisaje, ya con algunos tonos otoñales, brilló de otra forma. A unos 2,500 Km se encuentra la braña de Vivero, un conjunto de caseríos, en bastante buen estado aparentemente, en una pradera al otro lado del arroyo. Allí mismo cruzamos una verga para el ganado para seguir la suave subida. En el camino encontramos algunos charcos de la lluvia del día antes y en uno de ellos vimos una pequeña rana. No mucho más arriba llegamos a un desvío en el que un indicador marcaba la dirección a Salientes hacia el Suroeste.

Cogimos este ramal que transcurría paralelo a otro arroyo, el del Portillín, y con más pendiente. En algunos trozos vimos el firme cementado y fincas en los márgenes con ganado pastando. Dejamos otro cruce a la derecha y continuamos unos metros más por dicho camino antes de abandonarlo siguiendo el track del GPS. Nos metimos entonces en un sendero medio marcado y entre matorral con más pendiente aún por el que ganamos altura rápidamente. Tras un tramo por él enlazamos con un ancho camino, creemos que el ultimo que habíamos dejado a un lado. En esos momentos veíamos completamente el circo de cumbres que íbamos a recorrer.

Sin querer nos desviamos un poco del track siguiendo este camino ya que la ruta subía por la misma loma. Al llegar frente a una vaguada abandonamos el camino para emprender la fuerte subida por ella hacia la cumbre del Dos Hermanos. Siguiendo un sendero bastante marcado ganamos altura cerca de un regato que formaba turberas en varios lugares. No tardamos en encontrar numerosas matas de arándanos cargadas de frutos ya comestibles y de buen sabor que yo fui comiendo. La pendiente era pronunciada pero cómoda de subir, de momento. Ya bastante arriba salimos a otro camino ancho que podía venir del que pasaba a Salientes y que antes habíamos abandonado. El problema es que en el mapa del GPS no vienen marcados la mayoría de ellos, y no sabiéndolo, se sigue el track de alguien que ya ha hecho esta ruta antes, aunque te meta entre maleza, como fue el caso en el tramo siguiente.

Guiomar quería seguir por el camino que nos llevaba a otro collado anterior el Nevadín, pero ya de estar allí, yo quería subir a esta cumbre del Dos Hermanos que teníamos justo encima. Nos encontramos metidos de lleno entre grandes escobas con las que había que pelear intentando seguir los senderos que subían entre ellas. Mas arriba salimos hacia otra zona de matas bajas por las que yo iba más cómodo, aunque había quien prefería las escobas.

Llegamos a la cresta de esta cumbre por la que pasaba una alambrada que transcurría por toda ella y que tuvimos que cruzar para alcanzar la cima del pico Dos Hermanos a las 12:30 horas tras 6,500 Km. Esta cima herbosa tiene una altura de 1982 metros y desde ella hay una buena panorámica, aunque ahora muy mermada por las nieblas. Cercanos teníamos los picos Tambarón, Miro de la Gloria, Catoute o Valdeiglesias por el Sur. Al Noroeste corría la sierra en la que estábamos con el Nevadín, Peña Grande o Peña Vendimia. En el valle al Este veíamos Vivero bastante alejado y por el Oeste bajaban los valles de Salientes, no visible desde allí. Nos sacamos una foto de grupo y dejamos una tarjeta entre el monolito de rocas que había.

Una media hora después emprendimos el descenso por el sendero de la cresta hacia el Norte paralelos a la alambrada de divisoria de pueblos. Nos llevó hasta el collado Fuentefría al que llegaba el camino que antes habíamos abandonado y en el que finalizaba. Esta cota está a 1897 metros de altitud y desde ella continua un sendero muy marcado en el que vimos marcas de ruedas de motos. Sin abandonarlo fuimos ascendiendo metiéndonos poco a poco en la misma ladera del Nevadín. Encontramos algunos regatos con agua antes de pronunciarse la pendiente ya más rocosa hacia la cima.

Antes de llegar a ella se vuelve de nuevo herbosa y se suaviza la cuesta en el último tramo por esa parte, ya que el lado contrario es mucho más inclinado. A las 13:45 horas llegamos a la cima del Nevadín, cuya altitud es de 2082 m, y en la que hay un vértice geodésico y un gran buzón metálico. Soplaba mucho viento y nos metimos al Norte, a la abrigada, para comer. Entre las nieblas vimos parte de Villablino, Villager y del embalse de Las Rozas. También el Cueto Nidio con las antenas en su cima. Bajo nosotros corría el valle de las Brañas de Cubacho por donde también hicimos algunas rutas. De hecho, la primera opción para subir a esta cima era desde esa parte, pero el desnivel es más considerable y más largo, y viendo la previsión del tiempo tan irregular, lo deseché.

Sentados en la ladera, unos metros por debajo de la cima, comimos tranquilamente viendo como el día se cerraba cada vez más. En la cresta que pasaba hacia Peña Grande se juntaban las nieblas movidas por el viento desde los dos valles. De vez en cuando se escapaban algunas gotas de lluvia mas gruesas que las de la niebla. Nos sacamos otra foto de grupo en la cima y dejamos una nueva tarjeta en el buzón antes de emprender el descenso a las 14:35 h.

Guiomar no quería ir a los demás picos y prefería bajar por la ruta de subida siguiendo el camino de la collada. Emprendimos el descenso por la cresta hacia ellos ya que también se podía bajar desde esa parte sin subirlos, o eso creíamos. Nos metimos hacia el valle pasando algunos pedreros antes de llegar a un punto donde se complicaba un poco más la bajada y optamos por retroceder. La niebla cada vez se cerraba más en los valles y altos y solo el viento evitaba que se estancase. Yo quería hacer la ruta completa por la cresta, que no se veía complicada, y más con el track de GPS de guía, pero tampoco quería dividir el grupo, y menos que quedase alguien solo. Al final tuvimos que remontar de nuevo la ladera hasta el sendero superior donde nos dividimos. José Luis me convenció para que siguiese con Álvaro mientras él volvía con Guiomar.

Nos metimos entonces en el tramo rocoso de la cresta en el que sí encontramos un par de destrepes un poco intricados por lo resbaladizo de la roca y la hierba entre ella. Las caídas en algunos puntos eran vertiginosas, pero como digo, salvo ese par de puntos, no suponían mayor riesgo. Hace unos 20 años, cuando subí a Peña Grande, Peña Vendimia y el Nevadín, lo hicimos en sentido contrario y ya ni me acordaba de todo ello. Ya fuera de la roca el terreno se volvió de pradería y vimos como estaba recién desbrozada.

A las 15:50 horas llegamos a Peña Grande o Lagunón, en cuya cima de 2033 m. apenas había un pequeño montón de rocas en las que no dejamos ni tarjeta. Nos sacamos una foto y continuamos avanzando por la loma entre la niebla totalmente cerrada. De no haber sido por el GPS hubiésemos tenido problemas para orientarnos seguramente. No tardamos en divisar el gran hito de rocas de la Peña Vendimia, como digo equivocada en aquella ocasión con el anterior. Escasos diez minutos nos llevó este paso de una a otra. La Peña Vendimia tiene 2011 metros y entre las rocas de gran hito encontramos una botellita de cristal con un ramillete de flores y una foto de un hombre en cuyo recuerdo se dejó la misma. Allí dejamos nuestra tarjeta de cumbres y sacamos una foto antes de seguir ruta descendiendo ahora hacia el collado de La Muesca, 1837 m.

Nos metimos entre escobas siguiendo el sendero y el track de la ruta, sin el cual, repito, hubiésemos tenido dificultad para orientarnos. Enseguida nos pusimos paralelos a una alambrada cerca de la cual encontramos algo de ganado. Así llegamos al collado de La Muesca donde enlazamos con un ancho camino al que nos incorporamos para descender por él. Al igual que algunos tramos de la cresta, estaba recién desbrozado y limpio. Más abajo llegamos a un cruce con otro camino que venía de la parte alta hacia el fondo del valle. El track continuaba por el de arriba, ya que aunque subía durante un tramo, iba más directo al pueblo que el otro que daba más rodeo. Optamos por seguirlo y emprendimos la suave subida por él encontrándonos con numeroso ganado en medio y una bañera a modo de bebedero. Más abajo cruzamos una cerca para seguir bajando más bruscamente en un tramo en el que el camino casi se confundía entre la pradera antes de definirse de nuevo ya con el pueblo a la vista entre los claros de niebla.

Encontramos algunos cruces y desvíos más en los que fuimos tomando los ramales correctos. Salvo algunos trechos más suaves, la pendiente era considerable en esta bajada, lo cual ya preveíamos al ver la altitud a la que íbamos todavía y la corta distancia que nos restaba. Los caminos trazaron también numerosas curvas en este pronunciado descenso al final del cual entramos entre algunos pinos. La nieblas habían quedado por arriba, pero la lluvia había comenzado a caer constantemente. Con el zoom de la cámara vi la furgoneta y a los compañeros a su lado, aunque al final tuvieron que resguardarse de la lluvia bajo un tejado cercano. De haberme acordado les hubiese dejado la llave de la furgoneta sabiendo que iban a llegar más pronto. A las 17:50 horas entramos Álvaro y yo en Vivero y en pocos minutos terminamos la ruta donde la furgoneta. El GPS daba estos datos: 17,300 Km y 1000 metros de desnivel acumulado.

Nos cambiamos allí mismo y emprendimos el regreso poco después con la lluvia acompañándonos. Según avanzábamos iba abriendo el cielo y desapareció la lluvia. En La Magdalena hemos parado a tomar un refrigerio antes de proseguir ruta. Pasado Camposagrado me he detenido para sacar unas fotos de precioso cielo que había al atardecer. A las 20:10 horas llegábamos a Guzmán donde quedaban Álvaro y Guiomar y seguidamente acerqué a José Luis a la suya. A las 20:40 horas terminaba yo el viaje en casa.

Así transcurrió esta primera ruta de montaña de la temporada con tiempo puramente otoñal.

MAPA ESQUEMA