lunes, 20 de agosto de 2012

NOCTURNA "SALGUERÓN" (Fontún) 18/19-08-12

 


XXIII TRAVESÍA NOCTURNA. 2ª ASCENSIÓN AL “SALGUERÓN”. (Fontún).

18/19-08-12

Siguiendo el calendario previsto, habíamos programado para este mes de agosto una ascensión nocturna. Tras estudiar las posibles alternativas, nos decidimos por hacer la subida al pico Salguerón, en Villamanín, cumbre sencilla y sin dificultad alguna. Mi idea era haberlo hecho por el valle de Formigoso, que fue por el que yo la había hecho antaño, aunque al final optamos por hacerlo al revés y subir desde Fontún. Salvo algunas incidencias de orientación, la marcha resultó perfecta y toda otra experiencia nocturna. En esta ocasión nos animamos 4 componentes del club: Álvaro, Tiquio, Santiago y yo, acompañados por Rex.

SÁBADO 18
A las 20:00 horas llegó Tiquio a recogerme saliendo hacia Villaobispo en busca de Álvaro. Minutos más tarde emprendíamos el viaje por la carretera de Asturias contemplando la gran humareda del incendio que estos días ha asolado gran parte de monte y bosque en la zona de Castrocontrigo y que ha cubierto toda la provincia. A las 21:10 horas llegamos a Villamanín desviándonos hacia Fontún dónde cogimos un camino bajo la falda del pico Machacao o Fontún. Por él llegamos a las inmediaciones de una nave ganadera y un pequeño refugio cerrado. Santiago, que había llegado en su coche poco más tarde, subió andando desde Fontún.
El paisaje era amplio y bonito viendo el valle de Arbás con las Tres Marías de fondo recortándose a contraluz. Las luces de los pueblos se iban encendiendo y destacaban también en la perspectiva. No tardamos en ver el resplandor de un incendio en la zona de Busdongo con una gran humareda. Anoto aquí que en estas semanas se han producido varios en toda la provincia siendo el de Castrocontrigo el más grave con casi 10.000 Ha. quemadas.
Cerca del refugio había una fuente con pilón en la que llenamos las cantimploras. A la vera del refugio nos acomodamos para cenar tranquilamente mientras oscurecía por completo. Por debajo oíamos voces de gente no muy lejos.

DOMINGO 19
Media hora antes de la medianoche emprendimos la marcha por el camino hacia la collada de Gete partiendo de una altitud de unos 1300 m. Enseguida nos encontramos con tres vehículos aparcados al lado del camino y oímos hablar a personal algo por debajo. Se oían niños, por lo que supusimos que había familias acampadas en el valle. Cruzamos algunos pasos cerrados para el ganado y varios regatos. En este camino vimos además numerosos “bichos” como arañas, chicharras, un sapo y una especie de saltamontes.
Poco a poco nos fuimos acercando a la zona de pinares donde el camino se empinaba un poco más. El arroyo que baja por el valle se llama Aguilorto y se une en Fontún al río del mismo nombre. El camino describía varios zigzag para evitar dicha pendiente que se hacía notar. Las luces de los pueblos seguían viéndose bajo nosotros y por detrás. Además de Villamanín y Fontún, destacaban las de Ventosilla y Rodiezmo. También aparecía en la lejanía un destello en la parte alta de la estación de Pajares, el Brañilín. El incendio seguía activo hacia Busdongo.
Entre pinares fuimos ganando altura contemplando todo ello y sacando algunas fotos. La idea primera, como comenté, era haber subido por Formigoso. Si el coche hubiese podido subir hasta casi la collada de Gete, hubiésemos montado la tienda, o haberla dejado por allí con todo lo de dormir, y haber bajado a Villamanín para comenzar allí la ruta. Al final lo dejamos todo en el coche para la vuelta montar la tienda allí mismo, cosa que no hicimos, como ya adelanto.
A la 1:20 horas llegamos a la collada de Gete, 1594 m, donde encontramos bastante ganadería cerca. Esta collada está justo entre los picos Fontún al Norte y Salguerón al Sur, nuestro objetivo. Como nadie había subido desde allí al mismo, no sabíamos como estaba el acceso, así que teníamos que bordearlo hacia la collada de Formigoso, al Sur. El camino comenzó a bordear el pico por el Este en cuyo valle veíamos Gete y Getino más al fondo. Enseguida llegamos a una fuente que manaba al lado del camino y de la que bebimos. La temperatura era ideal e íbamos en manga corta, nada comparado con los días antes en León que teníamos que ponernos jersey por la noche.
A la 1:50 horas llegábamos a la collada de Valporquero, 1675 m, tras la cual el camino se convertía en sendero entre escobas. Por él bajamos unos metros hasta que desapareció. Sabíamos que tenía que enlazar con el camino que subía desde Valporquero a la collada de Formigoso, pero no cuanto teníamos que bajar ni lo que quedaba. Esta fue la primera de las dos incidencias que nos encontramos durante la marcha.
Tras explorar y estudiar el terreno, decidimos comenzar a subir directamente por la ladera sorteando las escobas como mejor pudiésemos. Santiago aún siguió un poco más hacia abajo en busca de algún sendero que luego dijo haber encontrado. Como nosotros no subíamos mal del todo, le indicamos que se nos uniese. Para situarnos un poco, estábamos en la ladera Este del Salguerón, entre las colladas de Valporquero y Formigoso.
Por suerte no encontramos zonas muy cerradas y pudimos ir subiendo esquivando los matorrales más o menos bien. La pendiente era algo más pronunciada, pero tampoco exagerada. Pasamos algunos corros de roble de verdes hojas y fuimos encontrando zonas rocosas, lo cual nos animaba. A media altura nos sacamos una foto de grupo aprovechando un terreno rocoso de esos. Poco a poco la piedra fue dominando el terreno y se suavizó la cuesta. Así fue como alcanzamos la cumbre del pico Salguerón de 1796 metros a las 2:50 horas.
La vista hacia el Sur era amplia destacando al fondo la iluminación de la ciudad de León entre otras localidades. Al Norte seguíamos viendo Villamanín y pueblos colindantes. Del incendio veíamos ahora incluso alguna llama en la parte alta. En la cumbre no había señal alguna y dejamos la tarjeta entre un montón de piedras apiladas. Nos sacamos una foto de grupo con León de fondo jugando con el flash y la exposición larga de la cámara. No quedó mal una de ellas.
Tiquio había subido una sandía de su cosecha que nos comimos allí mismo. Abajo habíamos degustado un melón. Luego nos acomodamos en una piedras a descansar un rato y disfrutar de esa vista nocturna que pocas veces al año podemos ver. También vimos alguna fugaz durante la marcha. Ahora se notaba más fresco y nos abrigamos. Yo incluso había llevado la cazadora que no me sobró.
Sobre las 4:15 horas emprendimos el descenso. Teníamos que hacerlo ahora hacia el Sur, a la collada de Formigoso, pero no era tan fácil orientarse. Comenzamos a bajar por un lugar pendiente que además se cerraba de matorral alto que fuimos sorteando como pudimos. Sabíamos que bajábamos hacia el valle correcto, pero por lo que yo sabía de la vez anterior, la cuesta no era tan inclinada. Con Santiago y Tiquio por delante, fuimos perdiendo altura rápidamente y peleando a veces con las escobas y robles. Lo que más nos inquietaba era encontrarnos con algún corte o algo parecido que nos cerrase el paso o incluso la vegetación.
No fue así y sin demasiada complicación fuimos bajando hasta entrar en otro pinar de altos ejemplares donde el terreno se despejó de maleza. No tardamos en oír a Santiago diciéndonos que ya estaba en el camino. Nosotros tres habíamos parado unos minutos a disfrutar del cielo despejado y estrellado.
Tras otra zona de escobas y una pradería, salimos nosotros al ancho camino a las 5:50 horas. Estábamos muy por debajo de la collada de Formigoso a la que queríamos haber llegado, aunque en el valle correcto de bajada y del mismo nombre.
Por éste retomamos el descenso parando poco después ya que a algunos se les habían llenado las botas y calcetines de brozas. Yo aproveché para comer un trozo de bocata. Seguimos en pocos minutos por entre el pinar y atajando en una de las curvas cerradas que describía la pista. Además de pinos, seguía habiendo numerosos robles. No tardando dejamos atrás un corral y un refugio en no muy buenas condiciones de uso. Poco después también había una nave ganadera y un pequeño caseto de cemento de recogida de aguas.
Unos 15 minutos antes de las 7:00 horas comenzamos a ver los resquicios del alba. Comprobamos como se había cubierto en este último tramo de la noche y algunas nubes cubrían parcialmente el cielo. Poco a poco se fueron perfilando las siluetas de las cumbres, entre ellas la del Salguerón, bajo el cual vimos la collada de Formigoso en la cabecera del valle. No tardando apareció la carretera general por la que pasaron algunos vehículos. En pocos minutos nos situamos paralelos a ella y varios metros por encima.
Frente a nosotros ya se volvían a distinguir las luces de Villamanín con la sierra de Peña Lasa detrás. El camino nos situó encima de la localidad con una bonita panorámica de toda ella. No tardamos en ver el Valle de Arbás y las Tres Marías presidiendo al fondo. Tras ellas veíamos unas cortinas de lluvia de los nubarrones que cubrían esa zona. Encima de nosotros teníamos claros y nubes que no amenazaban lluvia de momento.
El camino se fue difuminando en las praderías de hierba seca mientras íbamos girando hacia el valle de Aguilorto. Quisimos coger un ramal que enlazaba con el camino de la collada de Gete algo por encima del coche, pero no dimos con él. Pasamos entre algo de ganado y un gran toro ya camino de Fontún. Poco antes del mismo encontramos una explotación ganadera abierta pero custodiada por perros que bordeamos por si acaso.
A las 7:55 horas entrábamos en Fontún, 1130 m, hasta llegar al comienzo del camino de la collada. Allí tenía Santiago el coche con el que subió a Tiquio por el suyo mientras Álvaro y yo esperábamos en la fuente cercana con Rex, que veía como se iba su dueño sin él.
Una de las alternativas para esta jornada era subir al Fontún, pero tras la larga noche que habíamos tenido, decidimos que ya habíamos hecho suficiente por esta vez. En pocos minutos regresaron y nos encaminamos hacia Villamanín donde decidimos desayunar en un bar. En él había gran cantidad de moteros que venían de Asturias y bajaban hacia La Bañeza donde se celebraba la carrera tradicional de las fiestas. El sol aparecía ahora tras el Fontún habiéndose despejado las nubes casi por completo.
A las 9:30 horas emprendíamos el regreso a León haciéndose raro recorrer un trayecto que a esas horas normalmente lo hubiésemos hecho al contrario. Poco más de media hora después quedaba Álvaro en Villaobispo y algo más tarde lo hacía yo en Armunia. Aún tenía casi toda la mañana para dormir.
Así finalizamos esta jornada nocturna de montaña en la que disfrutamos de forma diferente los paisajes a como los vemos habitualmente. Como ya he repetido alguna vez más, de noche sí se ven éstos aunque no lo parezca.



















No hay comentarios:

Publicar un comentario